Foto: Diócesis de Los Angeles

[Episcopal News, Los Angeles] El obispo de Los Ángeles, J. Jon Bruno, se encuentra entre los líderes religiosos y cívicos que pidieron un fin de semana de oración y compasión en julio 19-20 por más de 52,000 niños que están bajo custodia de los Estados Unidos después de huir de la violencia, el asesinato y la extorsión de bandas criminales en Guatemala , El Salvador y Honduras.

Bruno, junto con el obispo Minerva G. Carcaño de la Iglesia Metodista Unida, Robert K. Ross, presidente y CEO de The California Endowment, y Fred Ali de la Fundación Weingart visitaron un refugio temporal en la base naval en Port Hueneme, California, donde miles de niños están siendo alojados desde que cruzaron la frontera en busca de amigos o familiares en los Estados Unidos.

En una conferencia de prensa en Los Ángeles después de la visita, los líderes religiosos pidieron una respuesta humanitaria a las condiciones desesperadas que hacen que los niños, algunos de tan solo ocho años, abandonen sus hogares. Bruno también elogió a los funcionarios federales por la calidad de la atención que se brinda a los niños. (Un artículo del 9 de julio en Los Angeles Times sobre la visita del grupo es esta página.)

“Las palabras de Jesús son claras sobre las personas necesitadas”, dijo Bruno en un comunicado. “'Dejen que los niños vengan a mí', les dice a sus discípulos, y también les dice que aquellos que proporcionan alimento, refugio y ropa 'a los más pequeños' lo hacen con el mismo Cristo. Necesitamos ser las manos compasivas y el corazón de Jesús al servir a todos los niños, y especialmente a los detenidos a ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos. Que Dios nos ayude a mostrar el amor y la misericordia de Dios a estos pequeños mientras llama a nuestros gobiernos a trabajar juntos por la paz con justicia ”.