Elecciones de 2016: Iglesias episcopales y asociados de la comunidad ayudan a instruir e inscribir a votantes

Por Pat McCaughan
Posted Aug 24, 2016
María Villenas de Mi Familia Vota inscribe a residentes para votar en la iglesia episcopal de San Pablo en Houston. Foto de Paulette E. Martin.

María Villenas de Mi Familia Vota inscribe a residentes para votar en la iglesia episcopal de San Pablo en Houston. Foto de Paulette E. Martin.

[Episcopal News Service] Inscribir a votantes el 14 de agosto en la Iglesia Episcopal San Pablo in Houston fue sólo el comienzo de una asociación entre la Diócesis Episcopal de Texas y Mi Familia Vota para ayudar a [que la gente] salga a votar.

Conciencia e interés públicos crecientes, debido acaso a una contenciosa temporada electoral, prendió la iniciativa, según Paulette E. Martin, experta diocesana en comunicaciones .

“Las personas quieren participar. Toda la arena política ahora mismo les resulta muy importante”, le dijo ella a Episcopal News Service recientemente.

“Quieren ser parte de esto”, añadió Martin. “Concebimos que sería un buen modo de instruir a las personas y de darles herramientas para inscribir a votantes, y alentar a sus familias y amigos a ayudarnos a marcar la diferencia”.

En el evento se inscribieron diez personas para votar. A otras las prepararon y les “encargaron” que comenzaran a hacer campaña a favor del voto en las comunidades locales para ayudar a que aún más residentes hicieron oír su voz en las elecciones generales del 8 de noviembre, dijo ella.

Al acercarse la fecha límite para la inscripción de votantes en el estado el 11 de octubre, el director de Mi Familia Vota en el estado de Texas, dijo que él espera llegar a otros votantes que se sienten marginados y que puede que no hayan podido participar del proceso en años anteriores.

“Las comunidades de habla hispana siempre se sienten indecisas respecto a la participación en el proceso político, porque perciben que ninguno de los partidos políticos representan ciento por ciento sus intereses”, apuntó Duarte.

“Perciben que uno refleja su posición respecto al aborto, mientras el otro concuerda con su postura sobre la inmigración y la aceptación y criterios sobre la diversidad. Siempre están divididos entre estas opciones y a veces eso conduce a la parálisis”.

No así este año, dijo él.
“Este año en particular, la campaña presidencial ha estado tan polarizada, que eso les ha llevado a querer participar”.

Mi Familia Vota es una organización nacional sin fines de lucro que tiene oficinas en Arizona, Nevada, California, Colorado, Florida y Texas y que “busca unir a la comunidad latina y sus aliados para promover la justicia social y económica mediante una mayor participación cívica”, dijo Duarte.

Duarte dijo que la asociación de Mi Familia Vota y la Diócesis Episcopal de Texas representa la primera vez “en cinco años de hacer esto, que una iglesia se me acerca realmente para que me asocie con ellos. Duarte ya está planeando una subsecuente actividad de inscripción de votantes con la diócesis.

“Trabajamos muchísimo con las iglesias, pero usualmente tenemos que ir y convencerles de que participen, y eso siempre es muy difícil”.

Las iglesias a veces se muestran caprichosas tocante a la participación política porque, como organizaciones sin fines de lucro, deben atenerse a ciertas normas en lo que respecta a las campañas políticas o se arriesgan a perder su condición de [organizaciones] sin fines de lucro de parte de la Superintendencia de Contribuciones (IRS), dijo Martin.

Pero el Conjunto de Útiles para la Participación Electoral de la Red Episcopal de Política Pública (EPPN, por su sigla en inglés) “era sencillamente una razón más de los que creíamos que organizar esta campaña sería una buena idea, porque no le decimos a la gente cómo votar, sólo le damos los instrumentos para votar y los instruimos al respecto”, dijo ella.

El conjunto de útiles de la EPPN, que se puede obtener en la Internet con directrices y materiales para la participación política de la Iglesia, citan la postura oficial de la Iglesia de que “votar es un acto de mayordomía cristiana” según estos materiales. La pagina web también invita a los episcopales a comprometerse por escrito de que votarán en las elecciones generales del 8 de noviembre.

La EPPN “convoca a las congregaciones a participar en un diálogo sobre asuntos de política pública, auspiciar la inscripción de votantes y fomentar campañas de instrucción al respecto, así como abogar por la protección de los derechos al voto”.

“Hay muchísimas cosas productivas y buenas que las iglesias podrían hacer en el proceso político que no les pondrían en conflicto con su estatus de instituciones sin fines de lucro”, conviene Julie Anderson, auditora del Condado de Pierce, en Washington.

A principios de este año, Anderson asistió a un evento de adiestramiento e inscripción electoral en la iglesia episcopal de la Sagrada Familia de Jesús [Holy Family of Jesus] en Tacoma, Washington.

Unos 70 camboyanos de la tercera edad se inscribieron para votar en esa actividad. Anderson dijo a ENS que ella ha estado trabajando con la Asociación de Mujeres Coreanas y su Centro de Servicio Cultural Indochino, que tiene su sede en los terrenos de la iglesia, para ayudar a capacitar a los votantes.

“Gracias a ellas (la Asociación de Mujeres Coreanas), visité casi todos sus sitios de comidas para ancianos e inscribí a votantes”.

Las iglesias están especialmente preparadas para ayudar en tales empeños porque son “centros comunitarios”, dijo Anderson. “Son lugares en que la gente se reúne y muchas iglesias ya están activamente dedicadas a usar sus recursos e instalaciones para llegar a las poblaciones marginales”.

Tal participación cívica hasta podría llegar a incluir foros de candidatos “en la medida en que estén bien equilibrados y que todos los candidatos tengan una oportunidad de participar, sin que resulten distorsionados en modo alguno”.

Otras agrupaciones de carácter religioso también están creando asociaciones sobre derechos del votante. La Red Nacional PICO inauguró el 4 de agosto —luego de la clausura de las convenciones nacionales republicana y demócrata— “Todos Votamos”, un programa multirreligioso y multirracial que promueve la instrucción del votante y la participación electoral.

“Creemos que toda persona de fe debe ejercer su derecho al voto como un acto de fe en la cocreación de la amada comunidad que todos deseamos [se establezca] aquí en la tierra, dijo la obispa Dwayne Royster, directora política de PICO en un comunicado de prensa en la Red.

“Vamos a entrenar unos 15.000 voluntarios y líderes dentro de nuestras federaciones y organizaciones aliadas para salir y hacer el trabajo de tocar a las puertas y de tener conversaciones telefónicas” para garantizar que la gente vota en esta temporada.

La campaña multirreligiosa nacional —y estatal— incluye a representantes de iglesias y otras organizaciones, entre ellas la Iglesia Unida de Cristo, el Centro de Acción Religiosa del Judaísmo Reformado (RAC, por su sigla en inglés), la Iglesia Metodista Episcopal Africana, Pan para el Mundo, Residentes Temporales (Sojourners) y otras agrupaciones.

Barbara Weinstein, directora asociada del RAC, también citaba en el comunicado de prensa la preocupación por el intento de marginar a votantes mediante el “silenciamiento sistemático de voces individuales y comunitarias en las urnas en la forma de cierre de colegios electorales, limitaciones en la votación anticipada y leyes onerosas sobre documentos de identidad del votante”.

Al menos 10 estados que representan colectivamente más de 80 millones de personas han intentado poner en vigor leyes electorales restrictivas que van desde “nuevos obstáculos para la inscripción hasta requisitos de identificación del votante más estrictos, pasando por restricciones en la votación anticipada”, según la página web de la Unión Americana de Libertades Civiles.

El 15 de agosto, el gobernador de Carolina del Norte dijo que le pediría al Tribunal Supremo de EE.UU. que reimponga la ley del documento de identificación del votante y otras medidas restrictivas aprobadas por la asamblea estatal en 2013 y abrogadas por un tribunal federal de circuito en julio [de este año]. Algunas iglesias episcopales en Carolina del Norte se están esforzando, como lo han hecho tradicionalmente, para garantizar que los votantes tengan una información precisa.

El obispo de Misurí, Wayne Smith, en un comunicado que publicó en la Internet el 15 de agosto, se mostró esperanzado por la derrota de una enmienda constitucional del estado que se ha propuesto y que podría exigir que los electores presentaran “una identificación válida con foto emitida por el estado” para poder votar.

“La propuesta le parece bastante justa a muchos, puesto que todo el mundo tiene un documento de identidad con foto, o así dicen”, según Smith. “De hecho, hay más [personas] sin documentos de identidad de lo que uno podría pensar. Un sesenta y cuatro por ciento de los residentes de EE.UU. no tienen pasaporte, la segunda forma más común de identificación aceptable. El dieciocho por ciento no tiene licencia de conducir, la más común de todas las formas. Este último número representa el sector más vulnerable a la supresión del elector. Como grupo, son más viejos, más pobres y con más probabilidades de ser diferentes a los de descendencia europea”.

Smith añadió que desde 2005, ha habido 17 condenas [por violación] de las leyes electorales en Misurí. “Cuanto mayor es la pobreza del electorado, tanto más fácil resulta suprimir el voto”.

El Rdo. Joseph Pae, rector de la iglesia episcopal de Todos los Santos [All Saints] en Great Neck, Nueva York, dijo que espera repetir una campaña para la inscripción electoral que tuviera lugar antes de la elección primaria del 19 de abril.

La asociación por la Habilitación Cívica Coreanoamericana auspició la campaña e inscribió a unas 10 personas que votaban por primera vez, afirmó.

“En el pasado, la comunidad coreana no había estado activa ni se había inscrito para votar. Hemos estado tratando de crear una mayor conciencia electoral”, dijo Pae a ENS. La reunión conllevó conversaciones neutrales e instrucción del votante, así como ayuda para rellenar los formularios de inscripción.

“Algunas personas se mostraban dudosas antes, pero apreciaron el poder asistir a un foro en la iglesia”, señaló él.

En California, donde casi 650.000 nuevos votantes se inscribieron en las seis semanas previas a la fecha límite del 23 de mayo para la elección primaria del estado, la iglesia de Todos los Santos facilita una inscripción para votantes todos los domingos durante la temporada electoral.

“Invitamos a la Liga de las Mujeres Electoras a montar una mesa después de nuestros oficios y de hacer las inscripciones que fueran necesarias”, dijo Juliana Serrano, directora de paz y justicia.

Los 3.000 miembros de una iglesia de Pasadena se vieron sujetos al escrutinio de la Superintendencia de Contribuciones (IRS) en 2004 luego de que su antiguo rector, el Rdo. George Regas, predicara un sermón dos días antes de las elecciones de ese año en que imaginaba a Jesús participando en un debate político con los candidatos presidenciales de entonces George W. Bush y John F. Kerry.

Regas le dijo a la congregación que “las personas buenas de fe profunda” podían respaldar a cualquier candidato, pero criticó la guerra de Irak y dijo que Jesús le habría dicho a Bush que su estrategia de guerra preventiva en Irak “ha conducido al desastre”.

Finalmente, la IRS desestimó su investigación de la iglesia.

– La Rda. Pat McCaughan es corresponsal de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.


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