El ministerio universitario cambia para servir a nuevos estudiantes

Por Mary Frances Schjonberg y Pat McCaughan
Posted Mar 7, 2015

El costado de la cocina móvil de Una Fiesta Movible puede ser un espacio para escribir, permitiéndole a los estudiantes de cada campus que el ministerio visita en Carolina del Norte hacer suyo el camión de remolque. Foto de Una Fiesta Movible [A Moveable Feast] vía Facebook.

El costado de la cocina móvil de Una Fiesta Movible puede ser un espacio para escribir, permitiéndole a los estudiantes de cada campus que el ministerio visita en Carolina del Norte hacer suyo el camión de remolque. Foto de Una Fiesta Movible [A Moveable Feast] vía Facebook.

[Episcopal News Service] La manera en que los estudiantes adquieren sus diplomas universitarios en Estados Unidos está cambiando y el ministerio universitario de la Iglesia Episcopal está respondiendo de manera creativa a ese cambio.

Los ejemplos de esa innovación, apoyada por subvenciones de la Sociedad Misionera Nacional y Extranjera (DFMS), incluyen un ministerio interreligioso en una universidad no residencial del estado, una combinación de un camión cocina y capilla que visitará instalaciones universitarias en Carolina del Norte y un empeño en Dakota del Norte en ofrecer ayuda holística a estudiantes nativoamericanos. (La DFMS [Domestic and Foreign Missionary Society] es el nombre legal y canónico con el cual la Iglesia Episcopal está incorporada, funciona empresarialmente y lleva a cabo la misión).

“Las prioridades de la Iglesia Episcopal en el ministerio universitario se cumplen allí donde más estudiantes se matriculan actualmente”, dijo el Rdo. Mike Angell, misionero de la Iglesia Episcopal para el ministerio de jóvenes adultos y el universitario.

“La educación superior para muchísimos estudiantes no se parece a una licenciatura de cuatro años, en consecuencia estamos tratando de lograr que la Iglesia sea creativa en la manera de llevar a cabo el ministerio universitario, que sea empresarial. Estas subvenciones ofrecen el capital inicial para iniciar nuevos proyectos, nuevos modos de ministrar a jóvenes adultos en la educación superior: algunos de los cuales no son estudiantes de jornada completa, algunos de los cuales están explorando cómo será su carrera docente”.

El ministerio universitario en Dakota del Norte
Por ejemplo, la Diócesis de Dakota del Norte está usando una subvención para liderazgo de $25.000 otorgada por la DFMS para establecer lo que el Rdo. Canónigo John Floberg llama un ministerio holístico para los estudiantes nativoamericanos que asisten al Colegio Universitario Toro Sentado [Sitting Bull College] en Fort Yates en la reserva india de Standing Rock y en la Universidad Tecnológica de las Tribus Unidas en Bismarck.

Floberg es miembro del Consejo Ejecutivo de la Iglesia Episcopal.

Si bien la espiritualidad es fundamental para el ministerio universitario “no va a ser lo único que ayude a los estudiantes a cursar la universidad”, dijo Floberg, refiriéndose especialmente a los estudiantes nativos que a veces necesitan más que el estímulo habitual y la ayuda práctica para permanecer en la escuela. Esa ayuda puede ser tan básica como el dinero que necesita un estudiante para volver a la escuela luego de haber tenido que viajar a su casa para una emergencia de familia, explicó él.

El Colegio Universitario de Toro Sentado, en Fort Yates, Dakota del Norte, en la reserva india de Standing Rock, es uno de los lugares donde la DFMS apoya a la personas que tienen un enfoque creativo del ministerio universitario. Foto de Sitting Bull College.

El Colegio Universitario de Toro Sentado, en Fort Yates, Dakota del Norte, en la reserva india de Standing Rock, es uno de los lugares donde la DFMS apoya a la personas que tienen un enfoque creativo del ministerio universitario. Foto de Sitting Bull College.

El ministerio que se ha concebido no es una calle de una sola vía. Los Witayas (“grupos reunidos” en lengua sioux) que Floberg espera crear usarán un modelo de apoyo mutuo basado en las técnicas para la prevención de suicidios “Fuentes de Energía” que se desarrollaron en Dakota del Norte. El modelo se utilizaría para “el apoyo mutuo de los estudiantes que asisten a la universidad, se diploman y lo hacen con la esperanza y la perseverancia que forman parte de la fe cristiana”, escribió Floberg en el número de noviembre del boletín diocesano.

Floberg, que como misionero canónico es responsable de cinco congregaciones extendidas en un área de más de 480 kilómetros en Dakota del Norte, tanto dentro como fuera de las reservas, dijo que la Iglesia con frecuencia tiene relaciones con estudiantes nativos formados en estos grupos de jóvenes. Hacerles seguimiento a estos estudiantes en su transición a la universidad es un “próximo paso lógico”, pero ese paso no siempre se da. Tanto Toro Sentado como Tribus Unidas “están llenas de personas que ya conoces y que se encuentran en un momento de transición en la vida al que la Iglesia no le ha prestado mucho atención”, afirmó.

Un objetivo adicional del programa de compañerismo es apoyar los empeños educativos y tribales para ayudar a los estudiantes a discernir cómo podrían contribuir con sus comunidades usando sus diplomas en beneficio de la tribu, dijo Floberg, quien resaltó que él le estaba hablando a Episcopal News Service en el 124º. aniversario (15 de diciembre de 1890) de la muerte de Toro Sentado, el jefe y líder espiritual sioux que dijo: “unamos nuestras mentes y veamos lo que la vida puede hacer por nuestros hijos”. Floberg añadió que los mentores también podrían discutir el ministerio futuro de los estudiantes, laicos u ordenados.

Esos son los objetivos a largo plazo. En el ínterin, Floberg brinda lo que podría llamarse el fundamento práctico de gran parte del ministerio: comida gratis. En Toro Sentado, él ofrece almuerzos en el atrio del edificio de ciencias y el programa ha comprado una parrilla y un horno de ahumar carne (móviles) para hacer parrilladas. Las comidas son un medio de dar a conocer la presencia de la Iglesia y de compartir información acerca de los planes para el ministerio.

Sobre la marcha en Carolina del Norte
La comida fue la génesis de Una Fiesta Movible, un ministerio universitario de la Diócesis de Carolina del Norte basado en un camión de remolque al que se le ha adaptado una cocina y un espacio para la oración.

La idea fue de Anne Hodges-Copple, obispa sufragánea de Carolina del Norte, durante el recorrido que hizo por la diócesis previo a su elección. “Me mantuve hablando de la necesidad de nosotros, como diócesis, de no recurrir a trucos, sino de intentar ser más creativos y emprendedores en nuestros empeños de dar a las antiguas tradiciones una renovada expresión en lugares inesperados y no obstante inspiradores”, dio ella a ENS.

Hodges-Copple, que fuera anteriormente la capellana episcopal en la Universidad de Duke, dijo que comenzó a combinar su deseo de ministrar en “instalaciones universitarias históricamente abandonadas o desatendidas —especialmente en universidades comunitarias”— con la ubicuidad de los camiones de comida en Durham, Carolina del Norte. Cuando ella le propuso la idea al Rdo. Nils Chittenden, que en ese tiempo era el ministro de los jóvenes en la diócesis y capellán episcopal en Duke, él inmediatamente dijo “¡claro que sí!”.

Caitlyn Darnell, coordinadora de Fiesta Movible lo explicó de este modo: “me quedé absolutamente fascinada por la idea”.

El Rdo. Nils Chittenden, que en ese tiempo era el ministro diocesano para la juventud y el capellán episcopal en la Universidad de Duke, y Caitlyn Darnell, coordinadora de Una Fiesta Movible, le sirven cidra caliente a Anne Hodges-Copple, obispa sufragánea de Carolina del Norte, durante la convención diocesana de noviembre pasado en la cual el ministerio universitario móvil hizo su debut. Foto de la Diócesis de Carolina del Norte vía Facebook.

El Rdo. Nils Chittenden, que en ese tiempo era el ministro diocesano para la juventud y el capellán episcopal en la Universidad de Duke, y Caitlyn Darnell, coordinadora de Una Fiesta Movible, le sirven cidra caliente a Anne Hodges-Copple, obispa sufragánea de Carolina del Norte, durante la convención diocesana de noviembre pasado en la cual el ministerio universitario móvil hizo su debut. Foto de la Diócesis de Carolina del Norte vía Facebook.

Le llevó bastante tiempo a Chittenden, Darnell y Hodges-Copple resolver cómo poner la idea en práctica, y fueron muy prudentes en lo que respecta al rostro y la imagen del ministerio.

“Ha habido muchísimas empresas y nuevas iniciativas de la Iglesia que han intentado hacer cosas realmente atractivas por hacer algo realmente atractivo, y algún postadolescente o alguien que está empezando la veintena lo mira y lo toma como ‘algo bastante tonto’, dijo Darnell.

Darnell trabaja a media jornada para la diócesis en su papel en Una Fiesta Movible y está en su segundo año de ubicación a través del Cuerpo de Servicio Episcopal —una entidad asociada a la DFMS— con El Proyecto Abraham. Ella trabaja en la iglesia episcopal de San Timoteo [St. Timothy’s Episcopal Church] en Winston-Salem como asistente de formación. A la Rda. Stephanie Yancy la nombraron misionera diocesana interina para el ministerio de jóvenes adultos a mediados de enero, y sucederá a Chittenden que se convirtió en rectora de la iglesia episcopal de San Esteban [St Stephen’s Episcopal Church] en Armonk, Nueva York, a fines de enero. Yancy se encargará de dirigir Una Fiesta Movible.

Aunque la idea de lo que se convirtió en Una Fiesta Movible comenzó como un camión de comida, Darnell dijo que el grupo también estaba contemplando utilizar un autobús o un vehículo recreativo. Darnell no recuerda bien cuándo y cómo se le ocurrió la idea del remolque, pero ahora Una Fiesta Movible se traslada en un camión de 28 pies especialmente equipado. Hay un pequeño espacio en el frente para una oración individual o para una conversación con el capellán, y hay una cocina en el fondo. Recordando sus años el colegio universitario de William and Mary, Darnell dijo, “tener la capilla es una parte realmente, realmente importante de lo que hacemos” porque la vida de la universidad puede ser caótica e incluso los estudiantes extrovertidos pueden sentirse a veces “excesivamente estimulados o inundados de cosas” y necesitados de un espacio de silencio.

La comida puede servirse desde una ventana en el costado del remolque o en la parte trasera, que se baja y se convierte en una plataforma que puede cubrirse con una tienda, explicó Darnell, y la comida puede servirse desde el altar “de manera que obtienes también esa teología realmente atractiva de la cena eucarística”.

Puesto que el ministerio conlleva moverse entre las instalaciones universitarias, hasta el color del camión era un asunto delicado: el remolque no podía destacar los colores del equipo de una escuela por encima de otra. Durante la reunión de junio en la iglesia episcopal de San Felipe [St. Philip’s Episcopal Church] en Durham, a las personas que asistieron de la iglesia y del campus de la localidad se les pidió que aportasen sus ideas acerca del ministerio, así surgió la idea de que el remolque fuese “un pizarrón comunitario”. El camión es negro y a la gente de cada campus se le invita que escriba en los costados, apropiándose de ese espacio en cada visita.

Una Fiesta Movible espera asociarse con las iglesias u otras agrupaciones locales que deseen ayudar en la preparación y servicio de las comidas, y que estén dispuestas a aprender a ministrar a jóvenes adultos, dijo Darnell. Deberán ser receptivos a saber qué esperar de este tipo de ministerio y cómo cambiará la experiencia de su parroquia, añadió.

Las ruedas están girando, dijo Darnell, para establecer una presencia en la Universidad Comunitaria de Johnson, en Smithfield, en la Universidad Central de Carolina del Norte, en Durham y en el Colegio Universitario Johnson C. Smith en Charlotte. Si bien Barton College en Wilson también está en su lista, esas conversaciones no han comenzado todavía, explicó ella. Una Fiesta Movible espera estar en la Universidad Comunitaria Tecnológica de Durham también este año, agregó.

Una Fiesta Movible también ha ayudado a formar una comunidad de tres jóvenes adultos, conocidos como compañeros, que viajarán con el camión para ser mentores y ministros de sus iguales.

Todos estos aspectos de Una Fiesta Movible están relacionados, dijo Hodges-Copple, con el relato del Jesús resucitado en el camino de Emaús la noche de la primera Pascua. El ministerio espera “llevar la compañía de Jesucristo junto a muchas personas, proporcionándoles un encuentro transformador con Dios en un contexto sorprendente y de algún modo no tradicional”, según explica la página web [de este ministerio].

El ministerio recibió una subvención para el liderazgo de $30.000 por dos años de la DFMS en noviembre de 2013.

Entre tanto en el sur de California
En el otro extremo del país, la comida no es lo fundamental para el ministerio del Rdo. Sean Lanigan en la Universidad del Estado de California en Long Beach, aunque “intenté crear un estudio bíblico convencional y un ministerio universitario de pizza”, contó él de su llegada allí hace dos años.

No pareció funcionar en el campus de 40.000 estudiantes no residentes, en consecuencia se dio a la tarea de captar lo que funcionaria. No tardó en descubrir que “lo que sí parecía funcionar era motivar [a las personas] con lo interreligioso”.

Y el activismo. El ministerio se dio a conocer rápidamente como el “Proyecto Interreligioso” y desde entonces ha formado un grupo básico de aproximadamente una docena de estudiantes predominantemente musulmanes y judíos que han abordado asuntos tales como el empoderamiento de las mujeres y la fe y el clima.

“Se ha convertido en una emergente y creciente reunión de estudiantes interesados en crear relaciones por encima de las fronteras… [y] en aprender a vivir en un mundo de diferencias”, dijo Lanigan.

Algunos miembros del Proyecto Interreligioso del ministerio universitario en la Universidad del Estado de California en Long Beach participaron con el Rdo. Sean Lanigan en la celebración de la reciente temporada navideña.

Algunos miembros del Proyecto Interreligioso del ministerio universitario en la Universidad del Estado de California en Long Beach participaron con el Rdo. Sean Lanigan en la celebración de la reciente temporada navideña.

Ese interés marca la diferencia con la mayoría de otras agrupaciones universitarias, dice él. “La Universidad de California en Long Beach es increíblemente diversa e increíblemente estratificada, pero no hay muchos grupos en el campus que trasciendan las fronteras”.

El ministerio es un esfuerzo conjunto de la DFMS y la Iglesia Evangélica Luterana en América, dijo Lanigan, sacerdote episcopal en la Diócesis de Los Ángeles. Lanigan y el ministerio se basan en la iglesia luterana de Nuestro Salvador [Our Saviour’s Lutheran Church] en Long Beach. La Diócesis [episcopal] de Los Ángeles, la ELCA y su Sínodo del Sur de California proporcionan constante ayuda económica, según explicó él. Una junta de episcopales y luteranos, tanto clérigos como laicos, creó esta asociación y sigue desarrollando el ministerio universitario y una nueva comunidad de culto llamada Tierras Santas [Holy Grounds].

Una reciente subvención de $5.000 de la DFMS ayudará a financiar la continuación del ministerio, incluido el sostén de la presencia de Dominique Bocanegra, becaria urbana episcopal de media jornada que ayuda como organizadora y promotora de la misión, dijo Lanigan.

Hasta que ella comenzó a trabajar con el Proyecto Interreligioso en agosto, Bocanegra, de 23 años, no se había “dado cuenta de cuan interconectada está realmente la fe y cómo se relaciona con lo que ocurre en Estados Unidos y a través del mundo”.

El Proyecto Interreligioso aborda el meollo de muchos problemas, añadió ella: “Hay mucha tensión —para mí, debido a la falta de diálogo, a la falta de relaciones”.

Ella espera ayudar a concentrar los esfuerzos de los estudiantes en problemas de justicia porque “no todas las personas sin hogar son cristianas; no todo el que sufre de sequía es musulmán. No tenemos que sentarnos aquí y decir ‘usted debe convertirse a mi religión’, sino, a través de mi experiencia y de mis ojos usted puede oír cómo vemos la sequía: es así como vemos a nuestros hermanos y hermanas en la calle”.

Aliyah Shaikh, de 19 años, alumna de estudios internacionales especializados en el Oriente Medio y el Norte de África, dijo que el Proyecto Interreligioso le da un espacio para hacer amistades con personas de distintos orígenes.

“El Proyecto Interreligioso parece ser la única agrupación estudiantil que reúne ese tipo de capacidad”, dijo Shaikh, miembro de la junta de la Asociación Estudiantil Musulmana.

Ella calcula que alrededor de un 70 a un 80 por ciento del núcleo del grupo está compuesto de mujeres musulmanas. El restante 20 o 30 por ciento suelen ser estudiantes de Bell Hillel, la organización estudiantil judía, y un asistente regular es budista.

“Tenemos el desafío de conseguir más asistentes cristianos, y estamos tratando de pensar en modos de acercarnos mutuamente”, dijo ella.

Lanigan estuvo de acuerdo. “Estamos intentando crear en el campus tantas colaboraciones como sean posibles”, afirmó. “Estamos tratando de interesarnos en lo que pasa, en el campus y en [un ámbito] mucho más amplio, y cómo la religión puede ser parte de todo eso. No nos sentamos a filosofar acerca de Dios, aunque eso puede ocurrir a veces. Principalmente, hablamos de la manera en que, como seres humanos, compartimos juntos esta labor”.

 

Un presupuesto basado en la misión

El presupuesto 2013-2015 aprobado por la Convención General asignó $300.000 a subvenciones del ministerio universitario (el Renglón 67 puede verse aquí). Esas subvenciones forman parte de los medios en que la DFMS responde a la segunda Marca de la Misión que llama a todos los miembros de la Comunión Anglicana a enseñar, bautizar y formar a nuevos creyentes. Las subvenciones tienen por objeto, específicamente, establecer o revitalizar ministerios universitarios y concebir nuevas formas de llegar a jóvenes adultos que tradicionalmente es menos probable que se acerquen a un ministerio universitario.

En su reciente Informe a la Iglesia, la DFMS hacía notar que había asignado $204.348 hasta el presente.

La Convención General también pidió específicamente la creación de dos nuevos ministerios universitarios a establecerse en colegios universitarios, comunitarios o tribales, u otras instituciones de estudios superiores de dos años, en cada una de las nueve provincias de la Iglesia Episcopal. La Resolución C069 también pedía el adiestramiento de líderes locales del ministerio universitario.

La resolución, auspiciada por la VI Provincia, hacía notar “la creciente importancia de las universidades comunitarias como lugares fundamentales para la evangelización y la formación cristiana, particularmente entre poblaciones racial, étnica y socioeconómicamente diversas”.

Angell le dijo a ENS que “la oportunidad es realmente grande porque ‘la universidad comunitaria’ es casi una contradicción de términos o un nombre poco apropiado debido a que en muchas universidades comunitarias no existe ninguna clase de comunidad”.

“Luego, ¿en qué consiste levantar una comunidad en una situación donde no compites con cien mil otros clubes y fraternidades, masculinas y femeninas?” pregunta él. “Consigues captar a los estudiantes para quienes la presencia significa muchísimo y la oportunidad de tener una comunidad en medio de una situación docente no tradicional es realmente grande”.

Angell también apuntó que las universidades comunitarias se están convirtiendo en el punto de entrada a la educación superior para estudiantes de comunidades inmigrantes. Esos estudiantes son con frecuencia los primeros de sus familias en ir a la universidad y necesitan un apoyo firme”, agregó.

“No sólo apoyamos a los estudiantes episcopales no tradicionales, estamos tratando de apoyar a los estudiantes universitarios no tradicionales”, afirmó Angell.

La Convención estructuró el actual presupuesto trienal en torno a las Cinco Marcas de la Misión de la Comunión [Anglicana] y proporcionó sumas significativas no asignadas para nuevas obras orientadas en torno a cada una de las Marcas de la Misión. La intención era que la labor resultante se hiciera en nuevas asociaciones de colaboración con diócesis y congregaciones. La DFMS ha proporcionado el capital inicial o las subvenciones compartidas o ambas cosas, así como el apoyo y la experiencia del personal para la nueva tarea.

– La Rda. Mary Frances Schjonberg es redactora y reportera de Episcopal News Service. La Rda. Pat McCaughan es corresponsal de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.