‘Venga y vea la nueva Honduras’

Por Lynette Wilson
Posted May 13, 2014
Obispo Lloyd Allen confirmó a 11 personas y recibió a 13 más en la Iglesia Episcopal el 9 de marzo en La Misión San José en El Cedral, Honduras. Foto: Lynette Wilson/ENS

Obispo Lloyd Allen confirmó a 11 personas y recibió a 13 más en la Iglesia Episcopal el 9 de marzo en La Misión San José en El Cedral, Honduras. Foto: Lynette Wilson/ENS

[Episcopal News Service]¿Qué significa ser la Iglesia en Honduras?

Es una pregunta que el obispo Lloyd Allen y otros en la Diócesis de Honduras han empezado a hacerse ellos mismos mientras que hacen ajustes en su plan de auto-sostenibilidad del 2019 y se retiran de la dependencia de más de 150 años.

Aunque la independencia financiera y la auto-sostenibilidad pueden sonar como un concepto vigorizante para los norteamericanos, retirarse de una dependencia de un siglo y medio— necesita ser influenciada y haber encontrado el apoyo de afuera — no es fácil en Honduras, o de manera más amplia en América Latina, donde una cultura profundamente arraigada a la dependencia se remonta a la ocupación española y en la iglesia para que los anglicanos estableciesen su primer puesto fronterizo de misión colonial.

“Nos guste o no, y por más difícil que parezca, creo que es hora que la diócesis empiece a alejarse del legado de la dependencia” dijo Allen en un discurso del 2012 de la convención de la Diócesis de la Florida Central hacienda eco a palabras que había dicho el año anterior durante la reunión anual de su diócesis.

En la Florida Central, una diócesis compañera de mucho tiempo, la multitud aplaudió las palabras de Allen. Sin embargo, en Honduras, su proclamación no fue bien recibida. “Pueda que ahora no sea la persona más popular en la Diócesis de Honduras,” dijo.

Alejarse de la dependencia, Allen pronto se dio cuenta, que requeriría un cambio profundo de mentalidad, y que era algo que no se podía lograr invitando a consultores y realizando talleres.

“Estamos en camino; no sé cuánto tiempo tomara”, dijo “… nosotros estamos en camino, cueste lo que cueste. El crecimiento no es fácil”.

En el centro de ese crecimiento se encuentra una reparación complete de la relación entre la diócesis y sus misiones y sus estaciones de predicación. Como es y como ha sido siempre, el dinero fluye de la diócesis a las 124 congregaciones. El flujo debe ser revertido; cuando eso se consiga, la diócesis puede comenzar a enviar su apoyo a la Iglesia Episcopal, revirtiendo esa larga relación de dependencia.

“Eso es un cambio real en la dinámica”, dijo la Rda. Canónigo Lura Kaval, representante de desarrollo de la diócesis y una misionera nombrada de la Iglesia Episcopal que radica en San Pedro Sula.

Además de los $227.000 que la diócesis recibe de la Iglesia Episcopal, la diócesis administra siete escuelas bilingües, un centro de conferencias, un almacén y EpiscoTours, el cual realiza los arreglos de viajes e itinerarios para los equipos de la misión, todos los cuales generan una ganancia. La diócesis además ha incorporado una organización sin fines de lucro en los Estados Unidos, la Red de Conexión de Desarrollo de Honduras, para recaudar fondos.

Perspectiva Histórica  

La Iglesia de Inglaterra transfirió la jurisdicción de los puestos fronterizos de misión en América central y el Caribe a la base de la iglesia Episcopal en los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. Dos décadas después en los años 1960s, la tendencia en la Comunión anglicana fue de examinar el trabajo misionero de la iglesia en un mundo post-colonial, alejándose del “trato paternalístico de los ‘distritos misioneros’ del exterior” según los documentos archivados.

La Convención General de 1964 estableció la IX Provincia “para fomentar las relaciones entre los distritos en América Latina que conduciría a la autonomía”.

Honduras es la única diócesis en Centro América que pertenece a la IX Provincia; las otras— El Salvador, Guatemala, Panamá, Costa Rica y Nicaragua — pertenecen a las iglesias anglicanas en América Central, o a IARCA sus siglas en español, una provincial de la Comunión Anglicana.

Las otras iglesias de la IX Provincia incluyen, en América del Sur, Ecuador Central, Ecuador Litoral, Colombia, y Venezuela, y en el Caribe, la Republica Dominicana y Puerto Rico.

En febrero, por recomendación del equipo de trabajo de la Segunda Marca de la Misión , un grupo convocado por el personal de la Sociedad Misionera Nacional y Extranjera, Consejo Ejecutivo de la Iglesia Episcopal estuvieron de acuerdo en un plan de 18 años para la “autosuficiencia”, para pasar a la misión de sostenibilidad y al ministerio en la IX Provincia.

Históricamente la Iglesia Episcopal ha apoyado a la iglesia de la IX Provincia mediante un programa de subvenciones en bloque, el cual proporciona a las diócesis fondos para la administración en una cantidad de $2.9 millones en el presente trienio.  El presupuesto del trienio además incluye 1 millón adicional para la IX Provincia con el objetivo de “fortalecer la provincia para la misión de sostenibilidad”. Este dinero estará disponible para las diócesis para avanzar su progreso hacia la auto-sostenibilidad.

El presupuesto de la Convención General del 2009 redujo el programa de subvenciones, disminuyendo la cantidad que recibían las diócesis en un tercio; aunque este cambio abrupto fue una sorpresa, no era totalmente inesperado.

En los primeros años de su episcopado, Allen sirvió en el Comité Permanente y Conjunto de Programa, Presupuesto y Finanzas de la iglesia y” vio la escritura en la pared,” dijo.

“Vendré a casa y compartiré mis ideas y preocupaciones con el clero, y diré que necesitamos mirar hacia adelante y alejarnos de la dependencia”.

Ordenado y consagrado en el 2001, Allen contrato a un consultor de afuera para ayudar a la diócesis a crear un plan estratégico, el primero que fue presentado en el 2004 y actualizado en el 2007; el plan de autosuficiencia del 2019 para edificado en los planes anteriores.

Después del huracán Mitch, de categoría 5 donde más de 7,000 personas fallecieron y causo daños en más de $2 billones cuando impacto en Honduras a fines de octubre de 1998, billones de dólares en ayuda monetaria internacional ion llovieron y equipo de voluntarios empezaron a llegar para ayudar a reconstruir el país de Centro América.

En términos de desarrollo, el presidente del país en ese entonces, dijo que Mitch retraso a Honduras 50 años; Mitch además marco un punto de inflexión en que las pandillas juveniles en Honduras se organizaron mejor y la situación de seguridad del país comenzó a deteriorarse.

Finalmente, la cobertura de los medios de comunicación y el flujo de fondos y asistencia disminuyeron. Aun así la Iglesia Episcopal permaneció, y empezó a ser rediseñada y a crecer y el plan del 2019, “Venga y vea Honduras”, tomo forma.

Participación del Liderazgo

Un adelanto hasta marzo del 2014 y una conferencia de informe parroquial de un día realizado en la Iglesia del Espíritu Santo en Santa Rita de Copán, donde se reunieron 60 líderes de 26 de las 30 misiones y de estaciones de predicaciones en los deanarios de Copán y Maya cubrió el suroeste del país.

“Todo lo que necesitamos en la Diócesis de Honduras Dios nos lo ha dado” dijo Kaval. “Parte de esto es ayudar a que la gente vea lo que tenemos”.

El informe de la parroquia de cuatro páginas archiva datos demográficos, ganancias, gastos, clero, bautismo, confirmación e información educacional y es para la planificación de la misión. La diócesis planea utilizar la información obtenida por el informe de la parroquia y aplicar los principios de desarrollo comunitario basado en activos para ayudar a sus misiones y estaciones de predicación a poder llegar a ser auto-sostenible. Además. Las Cinco Marcas de la Misión forman una parte importante del plan de auto-sostenibilidad de la diócesis; ellos proporcionan un mapa de ruta para determinar que significa ser la iglesia en Honduras y ser base de desarrollo y mayordomía.

El plan de auto sostenibilidad del 2019, Venga y vea la nueva Honduras, empieza fortaleciendo al clero y laicado. En la primavera del 2013, la diócesis formo equipos de liderazgo de laicos proporcionándoles los objetivos de la diócesis y las Cinco Marcas de la Misión para obtener la independencia financiera y auto-sostenibilidad, con la intención de que el clero y los líderes laicos se hagan mutuamente responsables.

De la escasez a la abundancia

En un país donde el 60 por ciento de 7.9 millones de personas viven en la pobreza, Copán es el tercer departamento más pobre en el país, el cual en superficie terrestre es aproximadamente del tamaño de Kentucky. Aun así las 46 misiones en los deanatos de Copán y Maya son unas que tienen más recursos y son menos dependientes de la diócesis.

“Estos dos están adelantados en la mayordomía, y ellos están construyendo sus propias iglesias”, dijo Allen, agregando que ellos son modelo para otros deanatos. “Es muy poco lo que nosotros [la diócesis puede hacer por ellos”.

El Obispo Lloyd Allen confirmó a 11 personas el 9 de marzo en La Misión San José en El Cedral, Honduras. Foto: Lynette Wilson/ENS

El Obispo Lloyd Allen confirmó a 11 personas el 9 de marzo en La Misión San José en El Cedral, Honduras. Foto: Lynette Wilson/ENS

Una hora en auto hasta la montaña La Entrada, un tenedor literal en la carretera en el suroeste de Honduras que en una dirección lleva hacia las ruinas Mayan en Copán, se encuentra La Misión San José, una misión relativamente nueva de la Diócesis de Honduras, pero es una que creció el 9 de marzo cuando 11 personas fueron confirmadas y 13 fueron recibidas en la Iglesia Episcopal.

Allen predicó y presidio el servicio de ese día, el primer domingo de cuaresma, donde los feligreses tenían globos colgados pétalos de flores purpuras y blancas dispersados por el altar. Allen recientemente le pidió a la congregación, ahora oficialmente una misión, que mirase el Libro de Oración Común, los santos y las fiestas, para elegir un nombre. Ellos eligieron San José.

Misión San José es dirigida por Yolanda Portillo, una líder lacio que ha aumentado la iglesia.

“Soy una creyente firme en el ministerio de la mujer; ella ha dado un giro a la iglesia”, dijo Allen, al manejar hacia La Cedral, donde 2,500 personas viven en la comunidad y en sus alrededores, y que están empleados principalmente en la industria del café.

La iglesia ha crecido, dijo Portillo, a través de la predicación del evangelio de puerta en puerta.

Al inicio del episcopado de Allen, la diócesis tenía 87 congregaciones donde servían 22 sacerdotes, casi la mitad de ellos extranjeros. En un periodo de dos días en el 2005, él ordenó 25 diáconos. Hoy la diócesis tiene 156 misiones donde sirven 56 sacerdotes y16 diáconos, la mayoría de ellos son Hondureños. El número de episcopales ha llegado a los 65,000.

Los ejemplos de crecimiento congregacional, auto-sostenibilidad y promoción comunitaria pueden verse en toda la diócesis. Otro ejemplo es la Parroquia Manos de Dios en Danlí, una ciudad 60 millas al sudeste deTegucigalpa, la capital, cerca de la frontera con Nicaragua.

El Rdo. Roberto Martinez Amengual, obispo Lloyd Allen y Victor Manuel Velasquez en Manos de Dios en Danli. Manos de Dios sirve de modelos de auto-sostenibilidad para el resto de las diócesis. Foto: Lynette Wilson/ENS

El Rdo. Roberto Martinez Amengual, obispo Lloyd Allen y Victor Manuel Velasquez en Manos de Dios en Danli. Manos de Dios sirve de modelos de auto-sostenibilidad para el resto de las diócesis. Foto: Lynette Wilson/ENS

Dirigido por Victor Manuel Velasquez, Manos de Dios empezó con una iglesia en una casa en el 2000, pero con la ayuda de la agencia anglicana para el desarrollo en Honduras, o Aanglidesh como se le llamada, y su asociación con el Fondo de Desarrollo y Ayuda Episcopal, ha crecido para incluir una instalación con un centro comunitario, espacio para talleres, sala de computación y una tienda que generar ingresos vendiendo suministros para los estudiantes que asisten a una escuela técnica cercana.

Es esa clase de espíritu emprendedor que Allen dice sirve como modelo para otras congregaciones en la diócesis, una que el Rdo. Roberto Martinez Amengual, administrador de Aanglidesh, dice demuestra el poder de las asociaciones.

Manos de Dios además proporciona espacio para un programa de ahorros y de préstamos y microcréditos que sirven a las mujeres y las familias en Danlí.

“Nuestra asociación con Aanglidesh en las áreas rurales de Honduras es un buen ejemplo del enfoque basado en los activos que promovemos en todo nuestro trabajo en el mundo”, dijo Kirsten Laursen Muth, directora del fondo de Ayuda y Desarrollo Episcopal para programa internacionales.

En una gira de Manos de Dios, Velasquez explicó que un préstamo de $5,000 renovable, y con la ayuda de los equipos de misión de los Estados Unidos, hizo que la construcción sea posible.

“Usted pude ver a donde fue la inversión”, dijo. “Nos convertiremos en parroquia muy pronto”.

La diócesis ya ha movido cuatro misiones a condición de parroquias: Santa María en Tegucigalpa, Santa Trinidad en La Ceiba, El Buen Samaritano en San Pedro Sula y Espíritu Santo en Tela. Trece de las 156 misiones han sido identificados como “parroquias en estado de apoyo”, es decir que estas están cerca de pagar el 50 por ciento de los gastos del clero. La mayoría de las congregaciones urbanas de las diócesis tienen escuelas, y se han dado cuenta que pueden apoyar a sus propios clérigos, dijo Allen.

“Habrán misiones en las zonas rurales que nunca se convertirán en (parroquias); tal vez dos o tres tendrán que juntarse”, dijo Allen.

Mayordomía

Las iglesia protestantes y evangélicas están ganando en la Iglesia Católica Romana en Honduras, donde no es raro que un sacerdote católico visite una parroquia una o dos veces al año, u cuando el sacerdote llega, se le debe de pagar, dijo Allen, explicando que esto es para el crecimiento en su diócesis. Además, como se demuestra en Danlí, las misiones episcopales con frecuencia abordan necesidades sociales de la comunidad. Aun así el clero episcopal no siempre está cómodo solicitando apoyo de los feligreses.

La Rda. Vaike Madisson de Molina, el vicario de San Bartolomé Apóstol en Siguatepeque, trabajo con el Ministerio de Salud para establecer una escuela de enfermería en su iglesia. Foto: Lynette Wilson/ENS

La Rda. Vaike Madisson de Molina, el vicario de San Bartolomé Apóstol en Siguatepeque, trabajo con el Ministerio de Salud para establecer una escuela de enfermería en su iglesia. Foto: Lynette Wilson/ENS

Por ejemplo en San Bartolomé Apóstol en Siguatepeque, una ciudad pequeña en las montañas centrales en la ruta principal entre San Pedro Sula and Tegucigalpa, la Rda. Vaike Madisson de Molina, el vicario, ha trabajado con el ministerio de salud para establecer una escuela de enfermería y completar el curso a pesar de que ella es demasiado mayor para ser licenciada; sin embargo cuando el tema de auto-sostenibilidad se aborda y se solicita apoyo de la congregación, esto se vuelve visiblemente incómodo.

Los líderes diocesanos dicen que esta forma de pensar tiene que cambiar para que las misiones puedan ser autosuficientes y contribuir dinero para el presupuesto diocesano; el clero necesita apoyar la mayordomía y empezar a solicitar apoyo a sus congregaciones.

“El clero tiene que hacer entender a la gente que ellos son la iglesia… no se trata de ir a la iglesia, se trata de ser la iglesia”, dijo Rick Harlow, el jefe del proyecto de la diócesis y un misionero nombrado por la Iglesia Episcopal.

La diócesis recientemente organizó una conferencia centrada en la mayordomía, donde el Rdo. Gary C. Hoag, co-autor de  “The Sower,” presentó conceptos y talleres para ayudar a “desarrollar mayordomos fieles”.

En la misión San Fernando Rey en Omoa, donde Ana Reid, una misionera que sirve en Honduras como parte de la sociedad de Anglicanos Misioneros y emisores o SAMS, la mayordomía, edificada en la influencia evangélica local, es un componente integral para reconstruir una estación de la misión que de otro modo hubiese sido ignorada e irse a la ruina.

Ana Reid, una misionera que sirve en Honduras como parte de la Sociedad Anglicana de Misioneros y emisores o SAMS, está ayudando a reconstruir la Misión San Fernando Rey en Muchilena. Foto: Lynette Wilson/ENS

Ana Reid, una misionera que sirve en Honduras como parte de la Sociedad Anglicana de Misioneros y emisores o SAMS, está ayudando a reconstruir la Misión San Fernando Rey en Muchilena. Foto: Lynette Wilson/ENS

“En la iglesia evangélica, se enseña que se necesita que usted debe dar su10 por ciento: esto está arraigado en usted como una responsabilidad cristiana”, dijo Reid, que es de Danvers, Massachusetts. “Ellos son muy firmes en la enseñanza que cuando uno da se recibe”.

Para Reid, sin embargo, ella continuó, todo se trata de educación y entrenamiento. Para aquellos que han venido de la Iglesia Católica Romano, la práctica ha sido de poner una pequeña cantidad en los platos de la ofrenda porque históricamente el sacerdote ha sido remunerado por alguien más; a los sacerdotes no se les requería participar en la vida de la parroquia y apoyar financieramente. Ella dice que la iglesia Episcopal tampoco no ha sido firme en enseñar a diezmar.

“Es una disciplina espiritual”, ella dijo, agregando que hay cleros que ellos mismos no diezman. “Si ellos mismos no lo hacen; ellos no pueden preciarlo”.

Además de enseñar sobre mayordomía para reconstruir San Fernando Rey, Reid ha ayudado a David Dominguez, un líder laico, para que ofrezca clases de inglés en la parroquia, que también tiene la intención de administrar una sala de servicios de internet después de realizar un estudio para determinar las necesidades y el deseo para uno en la comunidad. La parroquia también tiene planes de tener una cafetería afuera para que atienda a los turistas.

“Yo no soy el sacerdote, yo no soy la persona a cargo, solo estoy aquí para ayudar”, dijo Reid, agregando que ella no está diciendo a la gente que hacer, pero que ella misma lo hace. “Yo pongo mis manos en la obra”.

En última instancia, el plan de Reid es fortalecer los líderes lacios y salirse ella misma de un trabajo.

Volver a los inicios de la Iglesia

El gobierno de Honduras reconoció oficialmente a la Iglesia Episcopal hace 150 años atrás, sin embargo la presencia Anglicana Episcopal en Honduras se remonta 400años atrás en 1639, cuando los bucaneros trajeron la Iglesia Anglicana a Roatán, la más grande isla de la bahía de Honduras, y establecieron la Iglesia Anglicana Emmanuel en el puerto Royal.

Allen envió al Rdo. Nelson Mejia y su esposa Rda. Kara Mejia, a Roatán para restablecer la presencia de la Iglesia Episcopal en las islas más grandes de la bahía de Honduras, un viaje en ferri de 90 minutos desde el continente, lo que ellos ya han hecho en una área llamada Brick Bay. Una segunda iglesia fue posible con una subvención para fundar la iglesia (church planting) y con la ayuda del ministerio de desarrollo, esta iglesia está en su primera fase de construcción.

El Rdo. Nelson Mejia y Rick Harlow, jefe del proyecto de la diócesis y un misionario asignado por la Iglesia Episcopal para revisar los planes para establecer una nueva iglesia en Roatán. Foto: Lynette Wilson/ENS

El Rdo. Nelson Mejia y Rick Harlow, jefe del proyecto de la diócesis y un misionario asignado por la Iglesia Episcopal para revisar los planes para establecer una nueva iglesia en Roatán. Foto: Lynette Wilson/ENS

La nueva iglesia, que se llamara Emmanuel para la iglesia que los bucaneros fundaron en el siglo 17, está prevista para Coxen Hole, una comunidad creciente de 20,000 personas. La construcción se iniciará en el lugar en agosto del 2014; antes la congregación se reunía en casas y luego alquilo un salón pequeño en la ciudad, dijo el Rdo. Nelson Mejia.

El edificio permanente será construido de hormigón con vigas reforzadas, y además del santuario, habrá un salón de la parroquia y un cuarto de costura para apoyar una microempresa.

Por ahora la iglesia está bajo un refugio temporal, de estructura de madera, una lona pesada sirve como techo; el piso es de tierra. Los baños, que se necesitan para los eventos, se encuentran a un lado, junto a un almacén donde se guardan las sillas de plástico, el podio, un teclado proyector y otros suministros para el servicio y la escuela dominical. Mejia y su familia llegan a pocos minutos antes del servicio para hacer los arreglos.

Relaciones de compañeros, equipos de misión

El plan del 2019 también invita a que participen los socios de Norte América, que están invitados para unirse a la misión, compartir experiencia profesional o apoyar a un miembro del clero mediante su Programa de asociación de Clero.

La diócesis empezó a operar viajes misioneros de corto plazo en 1992 sin ningún incidente. Pero el surgimiento d de las pandillas y los titulares internacionales que presentan a la violencia ha llevado a un 50 de disminución en el número de equipos de misión en los últimos años.

“El aumento de la violencia realmente nos ha afectado de gran manera”, dijo Allen. “Mucha gente me pregunta si los [viajes de misiones cortos] son aún seguros”. La diócesis en Honduras proporciona a los equipos de misión con guías y conductores los 7 días de la semana y las 24 horas del día, desde que llegan hasta que se van.

Larry Tate, miembro de la iglesia la Encarnación en Dallas, Texas, que a través de los años ha dirigido muchos viajes de equipo de misiones cortos, y quien estuvo en Honduras en marzo está explorando el próximo viaje de su equipo y dijo que su prioridad principal es mantener seguro a los miembros del equipo.

“Nos pondremos a la gente en peligro”, dijo, agregando que siempre está pendiente de las noticas. “Nosotros escuchamos lo que nos dice el Obispo y hacemos preguntas”.

– Lynette Wilson es una editora/reportera para Episcopal News Service.


Comments (1)

  1. saniago cordova says:

    Muy interesante todo este trabajo, tanto de la diocesis como el de la escritora…

    felicidaddes Lynette y muchas bendiciones

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