Se intensifican los esfuerzos contra la trata de personas en vísperas del Súper Tazón

Por Lynette Wilson
Posted Feb 3, 2014

Una enorme caja de regalos [GIFT box] de la ONU, que vista desde afuera pareciera que contiene un presente, pero que en su interior cuenta relatos de víctimas de la trata de personas, se exhibe en Broadway y la calle 17, frente a Union Square, en Nueva York, hasta el 2 de febrero. Esta suerte de instalación está auspiciada por el Comité contra la Trata de Personas, una ONG de Naciones Unidas. Foto de Lynette Wilson para ENS.

Una enorme caja de regalos [GIFT box] de la ONU, que vista desde afuera pareciera que contiene un presente, pero que en su interior cuenta relatos de víctimas de la trata de personas, se exhibe en Broadway y la calle 17, frente a Union Square, en Nueva York, hasta el 2 de febrero. Esta suerte de instalación está auspiciada por el Comité contra la Trata de Personas, una ONG de Naciones Unidas. Foto de Lynette Wilson para ENS.

[Episcopal News Service] En los meses que anteceden al XLVIII [campeonato nacional de fútbol americano] Súper Tazón [Super Bowl], los episcopales de Nueva Jersey y otros estados vecinos han estado preparándose, no para el gran encuentro deportivo, sino por la fluencia de mujeres y niños que las autoridades advierten que ingresarán en la región como víctimas de explotación sexual.

Las diócesis de Nueva Jersey y Newark han estado ofreciendo talleres y seminarios educativos en distintas iglesias a través del estado, dirigidos por episcopales como Louis Cavaliere, un capitán jubilado de la Armada de EE.UU. que se interesó en la trata de personas cuando tuvo conciencia de ella por el “lado de la demanda” [en términos de oferta y demanda] durante su tiempo en el servicio activo.

“Yo enviaba hombres al extranjero, y participaban de esto”, dijo Cavaliere, miembro de la iglesia de La Gracia [Grace Church], en Merchantville, Nueva Jersey, en una entrevista telefónica.

En 2000, Estados Unidos promulgó la Ley de Protección a las Víctimas de la Trata de Personas, que define la trata sexual como una “forma grave de tráfico”, en el cual “se induce por la fuerza, fraude o coerción, un acto sexual de carácter comercial”.

En la Diócesis de Nueva Jersey, Cavaliere dio charlas en iglesias que se centraron en el problema de la trata de personas que tiene lugar al tiempo de gigantescos eventos deportivos tales como el Súper Tazón.

“Un Súper Tazón tras otro ha demostrado ser uno de los mayores eventos del mundo donde la crueldad de la trata de personas dura varias semanas”, dijo Christopher H. Smith, representante por Nueva Jersey, en un artículo de la Associated Press sobre los esfuerzos del estado por reducir la trata de personas antes del Súper Tazón.

Los Halcones Marinos [Seahawks] de Seattle y los Broncos de Denver jugarán el 2 de febrero en el Meadowlands, un estadio del norte de Nueva Jersey, en la Diócesis de Newark.

“El Súper Tazón traerá acaso más pompa y glamur que ningún otro evento de que Nueva Jersey haya sido anfitrión. Y, tal como la historia del Súper Tazón ha demostrado, traerá más sufrimiento y oscuridad —en la forma de esclavitud humana— de lo que podamos llegar a medir”, dijo Mark Beckwith, obispo de Newark, en una columna de opinión publicada el 24 de enero en el Star-Ledger. “La mayoría de nosotros no veremos esta maldad. La mayoría de nosotros no sabremos si está ocurriendo en Newark o en Nutley, en Ho-Ho-Kus o en Hackensack, o en otros lugares intermedios. Cualquier testimonio que podamos dar, cualquier conciencia que podamos crear y cualquier luz que podamos arrojar tiene la posibilidad de frenar a algunos traficantes —y puede proporcionarles una oportunidad a algunos que se encuentran en la esclavitud de escapar a la libertad”.

La trata de personas asume muchas formas: adoptados, refugiados y personas que buscan asilo y que terminan atrapadas, adolescentes que han huido de sus hogares y víctimas de secuestros. Se calcula que 27 millones de personas en todo el mundo son víctimas de esta trata, la mayoría de las cuales son utilizadas como esclavos laborales o sexuales, según el Informe sobre la trata de personas del Departamento de Estado de Estados Unidos en 2013. Sólo en 2012, se identificaron otras 46.000 víctimas, dice el informe más reciente.

Durante la convención anual de la Diócesis de Newark, Laura Russell, abogada y miembro de la diócesis, ofreció el 25 de enero una presentación y un taller dedicado a la trata de personas.

“Fue un taller muy bueno el de ayer, sobrado de información y conocimiento”, dijo Martha Gardner, que sirve en la Junta de Justicia de la diócesis, en una entrevista con ENS al día siguiente.

Después del taller, clérigos y laicos querían saber que otra preparación podría haber y qué podían hacer localmente las congregaciones para identificar y ayudar a las víctimas, dijo Gardner, que también preside la Comisión de Mujeres de la diócesis.

La Diócesis de Newark ofrece medios litúrgicos aquí.

En otros empeños, los episcopales de las dos diócesis del estado se han asociado con la Coalición de Nueva Jersey Contra la Trata de Personas para crear conciencia [de este azote] en comunidades que se extienden desde el norte de Nueva Jersey hasta sitios del extremo sur [del estado] como Atlantic City; en adiestrar a gerentes de hoteles, que luego entrenarían a sus empleados a identificar señales de trata de personas; así como adiestrar a los camioneros a buscar señales de que alguien está siendo retenido contra su voluntad.

“Los traficantes de sexo con frecuencia eligen a personas vulnerables con antecedentes de haber sido víctimas de abusos, y luego se valen de la violencia, amenazas, mentiras, falsas promesas, retención por deudas y otras formas de control y manipulación para mantener a sus víctimas inmersas en la industria del sexo”, según el Proyecto Polaris, una organización no gubernamental que se dedica a combatir la trata de personas y que dirige línea nacional de acceso directo útil para hacer una denuncia, tener acceso a recursos, solicitar entrenamiento o recibir referencias.

La coalición de Nueva Jersey también se está asociada con la SOAP, [sigla en inglés de la organización] Salve a Nuestros Adolescentes de la Prostitución, para dejar en las habitaciones de los hoteles barras de jabón envueltas con una cinta roja que da el número de la Línea Nacional de Acceso Directo sobre la Trata de Personas.

“El Súper Tazón era una oportunidad de resaltar el problema”, dijo Gardner. Durante los últimos seis meses, según explicó ella, la diócesis ha estado debatiendo sobre la trata de personas y ha reunido algunos recursos al respecto. “El lunes 3 de febrero estará teniendo lugar [el Súper Tazón] aquí”.

Otras organizaciones también esperan que el Súper Tazón les ayude a crear una mayor conciencia [sobre el problema de la trata].

Un grupo de trabajo de las Naciones Unidas, la ONG Comité para Combatir la Trata de Personas, incluye a unas 50 organizaciones sin fines de lucro y cuenta con una gran presencia interreligiosa, entre ellos a Cavaliere; a Lynnaia Main, la funcionaria encargada de relaciones globales de la Iglesia Episcopal, y a otros episcopales. [Esta organización] ha auspiciado la GIFT Box de la ONU en Nueva York.

A partir del 23 de enero, los transeúntes que pasan por la esquina de Broadway y la Calle 17 en Union Square pueden ver una gigantesca caja de regalo azul con una cinta roja. La palabra GIFT [regalo] que se destaca afuera responde a la sigla en inglés de “Iniciativa Global para Combatir la Trata de Personas”.

En su interior, la caja cuenta los relatos de algunas víctimas de la trata de personas, como es el caso de Holly Smith, una estadounidense de 35 años que, cuando tenía 14 años y ya había sido víctima de explotación sexual, cayó en las manos de un traficante. Y está el relato de Sofía, una mexicana de 20 años que fue secuestrada en su país, traída a Nueva York y obligada a ejercer la prostitución por una banda internacional de traficantes.

Rita Fishman, que representa al Consejo Internacional de Mujeres Judías en el Comité para Combatir la Trata de Personas, explica el origen y propósito de la caja de regalo [GIFT] de la ONU. Foto de Lynette Wilson para ENS.

Rita Fishman, que representa al Consejo Internacional de Mujeres Judías en el Comité para Combatir la Trata de Personas, explica el origen y propósito de la caja de regalo [GIFT] de la ONU. Foto de Lynette Wilson para ENS.

El concepto de la caja de regalo surgió primero en Londres antes de los Juegos Olímpicos de 2012 como iniciativa del fundador de Frenar la Trata, dijo Rita Fishman, que representa al Consejo Internacional de Mujeres Judías en el comité de la ONG.

“Uno se queda tan intrigado por la envoltura y la cinta, todo el aspecto que tiene”, dijo ella durante una entrevista con ENS el 24 de enero. “Pero, tristemente, en las manos de alguien que quiere engañarte…”.

“El problema consiste es que se trata de una población oculta, y no sabemos quiénes son”. Las reacciones de los que visitan la Caja, añadió ella, van desde [los que dicen] “he aprendido muchísimo” a [los que afirman] “no sabía que eso estaba pasando aquí”.

“Y cuando uno les cuenta que eso está sucediendo en Nueva York, en California, en Connecticut, se muestran incrédulos… Es sorprendente saber que está ocurriendo en tu traspatio”.

El Departamento de Justicia de EE.UU. informa que, en toda la nación, de 100.000 a 300.000 niños, con edades promedio entre los 12 y los 14 años, están en peligro de [ser víctimas] de explotación sexual comercial, una forma de trata de personas, todos los años.

Desde 2000, la Convención General ha aprobado varias resoluciones en que condena la trata de personas, ha apoyado a las víctimas de esta trata y ha pedido que se lleven campañas para educar al público al respecto en el ámbito denominacional. En 2012, la Convención aprobó una resolución que pedía un diálogo interprovincial [sobre el tema]. (Los Episcopales contra la trata de Personas han iniciado una página de Facebook).

En marzo de 2013, la obispa primada Katharine Jefferts Schori fue la anfitriona de un diálogo denominacional centrado en la definición de la trata de personas y en mostrar cómo se vincula con la violencia contras las mujeres y las niñas. El evento se celebró en conjunción con la reunión anual de la Comisión de las Naciones Unidas sobre la Condición de la Mujer.

“He visto una evolución desde el diálogo denominacional en marzo”, dijo Main, funcionario de enlace del Comité sobre la Condición de la Mujer del Consejo Ejecutivo. “Una de las cosas que descubrimos es que hay montones de episcopales realizando labores locales: [dirigiendo] albergues, creando una conciencia educacional, yendo a los centros y administrando la Comunión, [realizando] servicios sociales y todo lo demás”.

El 17 de enero, Main ayudó a coordinar una llamada de 90 minutos que incluía a unas 35 personas desde la costa oriental [de EE.UU.] hasta Hawái. Los participantes compartieron información, programas y medios sobre la trata de personas, el rescate de víctimas y materiales de concienciación para escuelas, iglesias y comunidades, así como discutieron acerca del próximo Súper Tazón.

Lelanda Lee, miembro del Consejo Ejecutivo que preside el Comité Permanente Conjunto sobre Promoción e Interconexión para la Misión, coordina la labor del Comité sobre la Condición de la Mujer del Consejo Ejecutivo.

“La trata de personas es un tema que preocupa a muchas partes de la Iglesia”, dijo Lee luego de la llamada del 17 de enero. Basándose en lo que los participantes compartieron, resulta obvio que se está llevando a cabo una ingente labor sobre el terreno, afirmó ella. “Para lo que concierne a mi comité, quiero estar consciente de esa actividad, conocer e interconectar mejor ese trabajo a través de la Iglesia.

“Y también queremos apoyar la labor de la OGR [la Oficina de Relaciones Internacionales de la Iglesia Episcopal con sede en Washington, D.C.] que se relaciona con los gestores de la política respecto a la legislación que afecta a las personas que son víctimas de la trata, tanto ciudadanas como extranjeras”.

– Lynette Wilson es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.