El equipo que estudia el matrimonio inicia su labor compartiendo experiencias

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Aug 8, 2013

[Episcopal News Service] Los 12 episcopales dados a la tarea de explorar las “dimensiones bíblicas, teológicas, históricas, litúrgicas y canónicas del matrimonio” y “las cambiantes normas sociales y culturales y las estructuras legales” del matrimonio comenzaron su primera reunión en persona el 29 de julio en la cual cada uno de los participantes habló en profundidad de sus propias experiencias del matrimonio, el divorcio, la soltería y las relaciones comprometidas de por vida.

“Fue una ocasión muy conmovedora y sagrada”, dijo Brian Taylor, presidente del Equipo de Trabajo A050 sobre el estudio del matrimonio, a Episcopal News Service durante una entrevista el 31 de julio al tiempo que la reunión estaba por concluir.

“Oímos hablar de muchísimas cosas atroces que hacemos los humanos, respecto a padres e hijos, los traumas y la constante presencia de Dios y la gracia de Dios a través de todas las relaciones de amor y compromiso”, dijo él. “Fue impactante para humanizar nuestra labor según progresábamos para comenzar en el sitio de la genuina experiencia vivida y para reflexionar sobre eso”.

El equipo de trabajo se creó en respuesta a un llamado de la 77ª. Convención General en julio de 2012 (por vía de la Resolución A050 —haga un clic en la “versión actual” [current version]—) de crear un grupo de “teólogos, liturgistas, pastores y educadores para identificar y explorar las dimensiones bíblicas, teológicas, históricas, litúrgicas y canónicas del matrimonio”.

“Nos honra el haber sido nombrados y nos sentimos entusiasmados de hacer la tarea y confiados en que, con la orientación del Espíritu, produciremos algo de valor para nuestra Iglesia”, dijo Taylor según aparece citado en el comunicado oficial a la Iglesia que el equipo dio a conocer el 5 de agosto.

La Resolución A050 instruye al equipo de trabajo a:

  • Consultar con la Comisión Permanente sobre Constitución y Cánones y con la Comisión Permanente sobre Liturgia y Música para abordar la necesidad pastoral del clero para oficiar en matrimonios civiles de parejas del mismo sexo en los estados donde ello sea legal.
  • Tomar en consideración “los problemas suscitados por las cambiantes normas sociales y culturales y las estructuras legales, incluida la legislación que autorice o prohíba el matrimonio, las uniones civiles o las asociaciones domésticas entre dos personas del mismo sexo, en Estados Unidos y otros países donde se encuentre la Iglesia Episcopal”.
  • Crear instrumentos y normas para la reflexión teológica a nivel local e
  • Informar a la próxima reunión de la Convención en 2015.

Para llevar a cabo esta tarea, al equipo de trabajo se le instruyó que consultara con parejas casadas, con personas que viven [sin casarse] en relaciones comprometidas de por vida y con adultos solteros. El grupo también ha de consultar con otras iglesias de la Comunión Anglicana y con asociados ecuménicos de la Iglesia.

Es “una tarea enorme la que se nos ha encomendado”, dijo Taylor, añadiendo que los miembros se sentían “un poquito abrumados en lo que respecta a la enormidad del asunto”.

“Al mismo tiempo, estamos muy conscientes de cuán oportuno es esto desde el punto de vista de la Iglesia que asume una posición muy seria, teológica y piadosa sobre el matrimonio”, añadió. “No se ha hecho con semejante profundidad en mucho tiempo, y estamos estudiando los archivos de la Iglesia Episcopal y estamos estudiando la historia del matrimonio, y ésta es una oportunidad de intentar entender lo que ello significa para el mundo de hoy”.

Luego de intenso debate y oración durante su reunión del 29 de julio al 1 de agosto, los miembros decidieron que “querían tener la posibilidad de examinar lo que la Iglesia Episcopal tiene que decirle al mundo actual respecto a lo que hace un matrimonio cristiano y santo”, afirmó Taylor.

Definiendo eso como una “cuestión dominante”, agregó que el equipo de trabajo sabe que entre las cosas fundamentales que lo orientarán para encontrar una respuesta están los principios expuestos en la Resolución D039, que la Convención General aprobó in 2000.

Durante su reunión, explicó Taylor, el equipo de trabajo estuvo remitiéndose constantemente a la [resolución] D039 “como la declaración de principios más clara que tenemos de nuestra Iglesia acerca de los valores en lo concerniente al matrimonio y a las relaciones comprometidas”.

En esa resolución de referencia, la Iglesia Episcopal reconoció por primera vez que algunos de sus miembros estaban viviendo relaciones comprometidas de por vida que no eran matrimonios en el sentido convencional en ese momento. Y fijó las expectativas de la Iglesia para todas esas relaciones.

“Esperamos que tales relaciones se caractericen por la fidelidad, la monogamia, el afecto y el respeto mutuos, la comunicación solícita y sincera y el amor sagrado que capacita a los que participan de tales relaciones a ver mutuamente en el otro la imagen de Dios”, decía la resolución.

También:

  • “Denuncia[ba] la promiscuidad, la explotación y el abuso en las relaciones de cualquiera de nuestros miembros”;
  • prometía brindarles a las parejas “el apoyo piadoso, el aliento y el cuidado pastoral necesarios para vivir fielmente” en conformidad con los valores que la resolución establecía, y
  •  “afirma[ba] que los que se encuentran en diferentes posiciones en asuntos controversiales tienen un lugar en la Iglesia, y reafirmamos el imperativo a promover el diálogo entre personas de diferentes experiencias y perspectivas, en tanto reconocemos la doctrina de la Iglesia sobre la santidad del matrimonio”.

Cómo se propone funcionar el equipo de trabajo

Para comenzar su labor, El Equipo de Trabajo A050 para el Estudio del Matrimonio se dividió en tres grupos de estudio. Esos grupos, y sus miembros, son:

  • Matrimonio: Diálogo, Consulta y Normas Cambiantes: Rdo Will Mebane (Ohio, presidente), obispo Thomas Ely (Vermont) y el Rdo. Gail Greenwell (Kansas);
  • Matrimonio: Raíces Históricas, Litúrgicas y Canónicas: Rda. Susan Russell (Los Ángeles, presidente), Joan Geiszler-Ludlum (Carolina del Este) y la Rda. Sylvia Sweeney (Los Ángeles); y
  • Matrimonio: Dimensiones Bíblicas y Teológicas: Carolyn Chilton (Virginia, presidente), Rdo. J. David Knight (Misisipí), Rdo. Tobias Haller, BSG (Nueva York), Rdo. Cameron Partridge (Massachusetts) y obispo W. Andrew Waldo (Alta Carolina del Sur).

Taylor dijo que el espíritu de la Resolución A050 era “realmente consultivo y conversacional y no tanto de aparecerse con respuestas como de suscitar interrogantes de unos a otros y escucharse mutuamente respecto al tema del matrimonio”.

Los miembros decidieron que ese tipo de conversaciones debían iniciarse de varias maneras y que los frutos de esas conversaciones debían ponerse a disposición de la Iglesia en formatos que trascendieran el informe final por escrito del grupo a la Convención, explicó Taylor.

Entre las ideas que el grupo discutió estuvo la de invitar a personas que presentaran breves vídeos acerca de sus experiencias matrimoniales. Taylor dijo que el esperaba que esos vídeos fuesen accesibles de manera que la gente pudiera ver la “variedad de experiencias” que existen en la Iglesia.

El equipo de trabajo opera con un presupuesto limitado y está tratando de obtener “un poco más de financiación” para tener una segunda reunión en persona en la primavera de 2014, explicó Taylor. Por consiguiente, en este punto del proceso del grupo, los miembros ven poca posibilidad de celebrar una consulta de toda la Iglesia sobre el asunto, o incluso consultas regionales, añadió.

En lugar de eso, dijo Taylor, el equipo de trabajo espera crear un formato de discusión y preparar a voluntarios para usarlo durante reuniones tales como convenciones diocesanas, reuniones provinciales, eventos ecuménicos y incluso reuniones de la Comunión.

La esperanza es que este formato y otras formas de solicitar comentarios estarán listos para implementarse en la primavera, según Taylor. De este modo el grupo tendrá tiempo de sintetizar lo que oiga y de preparado para redactar su informe a la Convención —y los instrumentos de reflexión teológica que se le han pedido— para Adviento de 2014.

Los miembros del equipo de trabajo esperan también contar con un volumen significativo de la labor desempeñada por los grupos de estudio para la primavera, afirmó él.

“Nuestra esperanza es que cualesquier productos que salgan de esto —los que se piden específicamente en la resolución y cualesquier otros que podamos elaborar— serán el resultado de nuestra reflexión sobre los varios asuntos que la resolución nos ha pedido que reflexionemos”.

En el ínterin, siguió diciendo Taylor, “vamos a cuidarnos de que la manera de hacer nuestra labor y nuestro progreso en ella sean lo más transparentes que sea posible” para toda la Iglesia. Eso incluye periódicos comunicados de prensa para actualizar a la Iglesia en “lo que estamos haciendo y adónde nos dirigimos y cómo estamos funcionando hasta ese momento”.

El equipo de trabajo aún no ha discutido si propondrá algunas resoluciones a la Convención General, dijo Taylor.

Cómo llegó a formarse el equipo de trabajo

En 2012, La Convención General consideró tres resoluciones que proponían estudios sobre el matrimonio. La Resolución A050 fue una de ellas y provenía de la Comisión Permanente sobre Liturgia y Música como parte de su informe de 2012 a la Convención respondiendo al encargo que le diera (por vía de la Resolución C056) la Convención anterior de recoger y crear instrumentos teológicos y litúrgicos para bendiciones a parejas del mismo sexo. La labor del grupo dio lugar, en la Convención de 2012, a la autorización para uso provisional de un rito para bendecir relaciones de personas del mismo sexo.

La comisión permanente dijo que durante su labor se había enfrentado a “repetidas interrogantes” acerca de la naturaleza del matrimonio y en consecuencia propuso el estudio A050.

La obispa primada Katharine Jefferts Schori y la presidente de la Cámara de Diputados, Rda. Gay Clark Jennings nombraron a los 12 miembros del equipo de trabajo en febrero. Ambas ejecutivas de la Iglesia advirtieron en ese momento que la teología y las costumbres de la Iglesia tocante al matrimonio habían cambiado a lo largo del tiempo, y Jefferts Schori hizo notar que “los ejemplos bíblicos” de poligamia y concubinato no son aceptados por la Iglesia Episcopal.

“Ya no esperamos que un cónyuge prometa obedecer al otro, que los padres cedan a sus hijos para que se casen o que la procreación sea el principal propósito del matrimonio”, agregó. “Este equipo de trabajo está encargado no sólo de tomarle el pulso a nuestra actual interpretación teológica del significado del matrimonio, sino de ayudar a los fieles en el diálogo y el discernimiento respecto al matrimonio, en particular lo que la Iglesia podría sustentar como un ‘ejemplo santo’ del amor entre Cristo y su Iglesia”.

Durante su primera reunión, algunos miembros del equipo de trabajo cursaron mensajes por Twitter mediante la clave [hashtag] #studymarriage.

– La Rda Mary Frances Schjonberg es redactora y reportera de Episcopal News Service.

Traducción de Vicente Echerri