Queridos amigos,

La violencia indescriptible en Orlando nos recuerda la sociedad peligrosa en la que vivimos. Nos recuerda en particular que la experiencia y la conciencia de tal peligro la experimentan algunos grupos de personas más que otros. La amenaza de violencia provocada por el odio, incluso la ira asesina, es una realidad cotidiana para demasiadas personas.

Este fue un ataque contra la comunidad LGBT. Algunos han dicho que es un ataque a nuestra humanidad común. Desde la perspectiva de mi propia fe cristiana, quiero sugerir que fue un ataque contra el mismo Cristo. Cada acto de odio violento es un asalto a Jesucristo que está presente en cada víctima. No sé cómo entender el misterio de la cruz. El asesinato es simplemente una blasfemia, un intento de borrar la imagen de Dios en la que todos estamos hechos.

Les pido que sigan orando por todos los que murieron en el club nocturno de Orlando. Ore por sus familiares y amigos que están de luto. Ore para que la indignación y el dolor no se conviertan en odio hacia nadie más. Y pongamos en práctica nuestra oración. Sigamos trabajando por una regulación sensata de la venta de armas automáticas. Trabajemos por la dignidad de todos los hijos de Dios, homosexuales, heterosexuales, bisexuales y transgénero. Pongamos nuestra confianza en la cruz de Cristo: la muerte no es la última palabra.

Fielmente,

+ Jeff