EPPN: Hablar contra la violencia de género

Publicado en agosto 16, 2012

[Red de políticas públicas episcopales] En el evangelio según Mateo, Jesús, en el curso de su ministerio público, resucita de entre los muertos a una joven y sana a una anciana; la anciana, la más pobre de los pobres, la joven, la hija de un gobernante privilegiado, pero al mismo tiempo sufrió y necesitaba el amor solidario y sanador de Dios:

"Anímate, hija, tu fe te ha salvado". –Mateo 9:22

El sufrimiento de las mujeres y las niñas sigue siendo una realidad paralizante, y hoy en día la causa principal es la violencia de género.

Esta sencilla historia del Evangelio resuena muy bien con la tragedia moderna de la violencia de género, que afecta a una de cada tres mujeres en todo el mundo: mujeres y niñas de todas las edades, todas las culturas y todas las clases. Abordar la violencia de género puede parecer insuperable o insignificante. Pero en el Evangelio, Jesús vence al insuperable al resucitar a esta niña que había muerto, y honra a los que la sociedad considera insignificantes al sanar a este mendigo. Jesús resucita la esperanza de la impotencia y nos llama a hacer lo mismo.

En todo el mundo, las mujeres sufren de manera desproporcionada la violencia de género, incluida la violación doméstica, la mutilación genital, la explotación sexual y los asesinatos por honor. En algunos países, la violencia de género afecta al 70 por ciento de las mujeres y las niñas.

Este verano, la Cámara de Representantes de Estados Unidos reintrodujo la Ley de Violencia Internacional contra la Mujer de 2012 (IVAWA), diseñada para brindar apoyo y recursos para empoderar a las mujeres atrapadas en los ciclos de violencia de género. La ley aumentaría el acceso de los sobrevivientes a la atención médica, los servicios de reforma legal y los mecanismos de notificación segura. Invertiría en mejorar la educación y las oportunidades económicas para las mujeres y las niñas, al tiempo que generaría campañas de concienciación pública para alterar el comportamiento y las normas que precipitan la violencia de género.

La legislación integra compromisos con la seguridad e igualdad de género en todos los programas de asistencia exterior de Estados Unidos. Este compromiso mejoraría las oportunidades económicas de las mujeres, abordaría la violencia contra las niñas en edad escolar, combatiría la transmisión y muerte por VIH y SIDA, y trabajaría para reformar las respuestas judiciales a la violencia de género.

Al apoyar esta importante legislación, podemos seguir los pasos de Jesús para comenzar a sanar y empoderar a aquellos cuyos cuerpos han sido aplastados o lisiados.

Póngase en contacto con su Representante hoy mismo y pídale que co-patrocine la Ley Internacional de Violencia contra la Mujer


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