EPPN: Proteger el Ártico

Publicado en agosto 15, 2013

[Red de políticas públicas episcopales] El Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico es un tesoro nacional que se destaca por su carácter salvaje, integridad ecológica, belleza y oportunidades recreativas únicas. Hoy tenemos la oportunidad de promover la protección de la naturaleza en este paisaje incomparable, preservándolo para que las generaciones futuras lo disfruten.

En enero pasado, el entonces Representante Edward Markey presentó una legislación titulada "La Ley Udall Eisenhower Wilderness Act" (HR 139) que designaría 1.5 millones de acres de áreas silvestres a lo largo de la llanura costera del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico de Alaska como un componente del Sistema Nacional de Preservación de Vida Silvestre. Tal designación protegería al Refugio contra el desarrollo de petróleo y gas, preservando su ecosistema prístino y frágil de las carreteras, oleoductos y torres de perforación de petróleo que acompañan a dicha exploración.

La llanura costera del Refugio es una parte vital de un ecosistema más grande y está conectada a la naturaleza existente a través de sus paisajes escénicos, cuencas hidrográficas, ríos y migraciones de vida silvestre. La Iglesia Episcopal se ha opuesto durante mucho tiempo a la perforación en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico no solo por nuestra preocupación y administración de la creación de Dios, sino también por nuestro compromiso de apoyar a la Nación Gwich'in, los pueblos indígenas que viven en el Ártico que son en su mayoría episcopales. Los gwich'in dependen para su sustento diario de la manada de caribúes puercoespín, cuyos patrones de parto se verían interrumpidos por la exploración petrolera en el refugio, lo que en última instancia amenaza la supervivencia tanto del caribú como de la nación gwich'in.

Inste a su Representante a preservar la belleza manifiesta y el ecosistema dinámico del Refugio Ártico y copatrocine HR 139.

 


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