Declaración del obispo primado Michael Curry en apoyo de la campaña del pueblo de la reserva sioux de Roca Enhiesta

Publicado en agosto 29, 2016

[25 de agosto de 2016] Michael Curry, obispo presidente y primado de la Iglesia Episcopal, ha emitido la siguiente declaración en apoyo de la campaña del pueblo de la reserva de Roca Enhiesta [Standing Rock].

"El agua es un don del creador, respétenla y protéjanla". Me conmovieron profundamente estas palabras impresas en el cártel que sostenía una persona, en el medio centenario de otras personas para proteger el río Misurí. En la Iglesia Episcopal, cuando bautizamos un nuevo seguidor de Jesucristo, rezamos estas palabras sobre el agua del bautismo: "Te damos gracias, Padre Todopoderoso, por el don del agua". Luego registre cómo Dios usó el agua para bendecir a su pueblo en la Biblia, desde el relato de la creación en la Génesis, pasando por la emancipación de los esclavos hebreos en el Éxodo, hasta el bautismo del Señor Jesús en el río Jordán. En verdad, “el agua es un don del Creador”. Para conservarla y protegerla hay que salvar la creación de Dios y proteger la vida humana y otras formas de vida creadas por Dios Todopoderoso. Esa labor justifica nuestro pleno y piadoso apoyo.

El pueblo de la reserva siux de Roca Enhiesta, en solidaridad con cientos de otras naciones indígenas y sus aliados, nos llama una vez más a respetar y proteger este sagrado don de Dios, y al hacerlo respetamos y protegemos el don de la vida humana dado por Dios. Al protestar por la construcción del llamado Oleoducto para el Acceso a las Dakotas [Dakota Access Pipeline], reconocen el don del agua para todos nosotros, un don dado a nosotros por nuestro Creador. Los sioux nos recuerdan que “mni wiconi”, es decir, que “el agua es la vida”. Este recurso dado por Dios corre a través de nuestros majestuosos ríos y nuestras venas humanas, esforzándose por renovar y revitalizar a toda la creación.

Somos llamados a hacer nuestra parte en el acto a los legisladores a los que se reconozcan y respeten los esfuerzos para proteger el agua sagrada y los cementerios [indígenas] amenazados por el Oleoducto para el Acceso a las Dakotas. El oleoducto, si llega a un término, se extenderá a lo largo de más de 2.000 medios y transportaría a diario 540.000 barriles de petróleo crudo a través de los cementerios de Dakota del Norte. Una ruptura de su infraestructura podría causar indecibles estragos a los sioux y teléfono catastróficamente el río Misurí, un tributario sagrado del pueblo sioux depende de su consumo diario de agua.

Estoy con el pueblo de Roca. Eniesta en su empeño de respetar y proteger el río Misurí. Sabemos que el derecho al agua potable es un derecho humano internacional reconocido internacionalmente y que con la misma frecuencia las comunidades indígenas, los pueblos de color y las comunidades más vulnerables a través del mundo son las personas que corren mayor peligro. Al tiempo que nos solidarizamos con el pueblo de Roca, también reconocemos que su posición es la misma que nosotros en la lucha en pro de la justicia y la reconciliación de los raciales en el clima de la justicia y el cuidado de la creación de Dios como una cuestión de mayordomía.

Esta posición de hombres, mujeres y niños también es un momento importante de la vida del pueblo indígena. Los empeños del pueblo sioux para proteger el río Misurí y sus sagrados cementerios amenazados por el oleoducto son ciertamente históricos. Los líderes de Roca Enhiesta apuntan que han pasado más de 140 años desde que se hiciera un llamado unificado en pro de la justicia y del respeto. La Iglesia Episcopal tiene una larga trayectoria de abogar porque el gobierno, las corporaciones y otros actores sociales respeten los derechos de los pueblos nativos reconocidos por los tratados. Al solidarizarnos con nuestros hermanos y hermanas sioux, continuamos hoy este legado.

El pueblo de la reserva sioux de Roca Enhiesta nos llama ahora a solidarizarnos con los pueblos nativos, no solo en beneficio suyo, sino por el bien de la creación de Dios, por el bien de toda la familia humana, y por los niños y las generaciones de niños que aún no han nacido. El legendario jefe sioux Toro Sentado nos recuerda: “Juntemos nuestras mentes y veamos la vida que podemos hacer para [beneficio de] nuestros hijos”. Hay una urgente necesidad de este llamado.

De manera que, si bien no podemos estar todos hoy, físicamente, en el Campo de las Piedras Sagradas, sostengamos, tanto con palabras como en la oración silenciosa, las aspiraciones del pueblo sioux e instemos a los legisladores a proteger y administrar responsablemente nuestra agua , el don sagrado de Dios que nos sostiene a todos.
El más reverendo Michael B. Curry
Obispo Presidente y Primado
de la iglesia episcopal


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