Congregaciones episcopales y asociados comunitarios construyen viviendas asequibles

Por Pat McCaughan
Posted Nov 2, 2016
The Rev. Darren Eli blesses the renovated apartments. Photo: St. Thomas Church

El Rdo. Darren Elin bendice los apartamentos renovados. Foto de la iglesia de Santo Tomás.

[Episcopal News Service] Tanya Sears, que había enviudado recientemente, batallaba con un cáncer de esófago y se enfrentaba a otro aplastante desafío: un alquiler mensual de $800.

No siendo ya capaz de costear el apartamento de dos dormitorios en el sur de Ohio que había compartido con su difunto esposo David, se mudó con su hija y su yerno, pero ansiaba tener su propio sitio.

Luego Thomaston Meadows, un ministerio de vivienda de la iglesia episcopal de Santo Tomás [St. Thomas] en un suburbio de Cincinnati, la ayudó a cambiar su vida.

“Fue como si me hubiesen liberado de la prisión”, dijo Sears, de 66 años, que ahora tiene el cáncer en fase de remisión. Residente de los Meadows durante los últimos tres años, su alquiler mensual de $250 es más manejable y a ella también le encanta la comunidad.

“El Señor me libró, eso es todo lo que puedo decir] le declaró ella recientemente a Episcopal News Service. “Todo el mundo aquí es amistoso. Todo el mundo se ayuda”.

En aproximadamente 12 millones de hogares estadounidenses, las familias gastan más de la mitad de su ingreso anual en vivienda y millones más gastan por encima del 30 por ciento que, por lo general, se considera asequible, según la Oficina de Relaciones Gubernamentales de la Iglesia Episcopal.

Ahora, algunas congregaciones de la Iglesia Episcopal en Ohio y en California están alentando asociaciones comunitarias, y creativas iniciativas de vivienda pueden transformar vidas.

Families have fun outdoors at the recently renovated Thomaston Woods affordable housing complex. Photo: St. Thomas Church

Algunas familias se divierten afuera del recientemente renovado complejo de viviendas asequibles Thomaston Woods. Foto de la iglesia de Santo Tomás.

Recomenzar cerca de Cincinnati: un enfoque de ‘panes y peces’
Presenciar la mudanza de “una segunda generación de la misma familia” a una vivienda asequible, además de la muy necesaria renovación de esos apartamentos, determinó a la iglesia de Santo Tomás a poner en marcha “un reinicio”, según el Rdo. Darren Elin, el rector.

La iglesia se incorporó a la lucha por las viviendas asequibles hace unos 27 años, al crear Thomaston Woods, una comunidad de 100 apartamentos para individuos y familias. Localizado en el exclusivo barrio de Terrace Park, Ohio, y no obstante bordeando “las estribaciones de Los Apalaches” en el vecino Condado de Clermont, la congregación ha brindado servicios sociales y de otras clases a más de 3.000 familias mientras aborda los problemas crecientes de la indigencia y la pobreza. Posteriormente, Santo Tomás añadió un nuevo centro comunitario y luego Thomaston Meadows, una comunidad de 13 apartamentos para ancianos de bajos ingresos.

“Hemos llegado a desarrollar la idea de que, más que vivienda, se necesita ministerio, todo lo que sea necesario para cambiar vidas”, dijo Elin.

Ayudado por los Servicios Episcopales de Jubilación de Cincinnati, el reinicio incluyó la renovación de las comunidades de Woods y Meadows el año pasado “y la renovación del centro comunitario está por terminarse este año”, dijo él.

En el proceso, Santo Tomás ayudó a unos 46 residentes a convertirse en propietarios y comenzó a establecer una red de asociaciones ecuménicas, tales como servicios coordinados por asistentes sociales luteranos y una asociación con Habitat for Humanity, explicó él.

“Dios nos llama a hacer más que sólo ofrecer un albergue… nos llama a ayudar a construir un hogar,… a ser catalizadores de una verdadera transformación”, puntualizó Elin.

An outdoor shot of the Thomaston Woods exterior. Photo: St. Thomas Church

Una foto del exterior de Thomaston Woods. Foto de la iglesia de Santo Tomás.

Servicios Episcopales de Jubilación está asociado con otras congregaciones y agencias en Ohio, Kentucky e Indiana y espera expandir otras asociaciones a través del Medio Oeste, dijo Kathy Ison-Lind, vicepresidente de vivienda asequible y servicios domésticos, en una declaración en la página web de la organización.

Hace diez años la agencia tenía una comunidad de jubilación para ancianos de ingresos limitados; hoy tiene 20 en varias etapas de desarrollo, explicó ella.

Elin dijo que Santo Tomás está actualmente preparándose para su próximo paso, concebido como “casa del estudioso” en otra parcela de terreno.

“Ello permitiría a padres solteros que sean estudiantes de tiempo pleno tener una vivienda completamente subsidiada o subsidiada en gran parte además de atención infantil mientras mantengan buenas notas y participen en programas de apoyo a la paternidad y de finanzas personales”, dijo él. “Podrían permanecer hasta seis meses después de la graduación. Está concebido [este programa] para combatir el ciclo de la pobreza que hemos experimentado”, afirmó.

“Es el relato de los panes y los peces —¿Cómo vives con recursos limitados? Los tomas, los bendices y le pides a Dios que los use, y tienes otros asociados a la mesa y consigues más”.

La renovación añade viviendas en una iglesia de California
En tanto contemplan expandir un centro comunitario ya existente para acomodar a una creciente población de personas sin hogar, la iglesia episcopal de San Pablo [St. Paul’s Episcopal Church] en Walnut Creek, California, decidió añadir 44 unidades de vivienda asequible.

“San Pablo está rodeado por casas y condominios de un millón de dólares en medio de una creciente población de personas sin hogar. La mayoría de las personas que gana menos de $100.000 no puede costear una casa en Walnut Creek. Maestros, asistentes dentales, enfermeras, empleados de ventas, trabajadores de restaurantes y otros no pueden darse el lujo de vivir en la ciudad en la que trabajan”, dijo la rectora de San Pablo, Rda. M. Sylvia O. Vásquez, en un email a ENS.

Donna Colombo, directora ejecutiva del Centro de La Trinidad [Trinity Center] dijo que la visión de una vivienda asequible llegó a plantear las preguntas “¿Qué pasaría si [probamos]?, ¿Cómo? ¿Por qué no?”.

“No era que no supiéramos de la falta de viviendas asequibles”, dijo colombo. “Estábamos concentrados en servir comidas a las personas y albergar a la población indigente en nuestra iglesia por un par de semanas cada invierno, a la que le dábamos ropas y mantas, eso no nos dejaba ver la vivienda asequible como un ministerio. Pensábamos que alguna otra gente debe estar haciendo eso: no es nuestro ministerio, no construimos edificios”.

Luego, ella y Vásquez recorrieron la propiedad “y vimos nuestro edificio abandonado y vimos que la comunidad crecía y crecía. Y dijimos: ‘debemos hacer algo con esto’.

“Convinimos en que debíamos informarnos. Hicimos un estudio de viabilidad. Fuimos a las reuniones del Ayuntamiento, a las reuniones de planificación local y a las del consistorio e intentamos conocer cuáles eran los planes… para cerciorarnos de que se abordaba [el tema de] la vivienda asequible para las personas de bajos ingresos y los indigentes”.

Llevó algún tiempo convencer a Richard Kemik, feligrés de San Pablo, y a otros, para darle calor al proyecto que se convirtió en St. Paul’s Commons.

“Al principio no estaba convencido de que yo quería que la iglesia hiciera eso”, dijo Kemik, miembro del Comité de St. Paul’s Commons , que ayudó a planear el proyecto de viviendas asequibles. “Es un gran paso, el tomar parte de tu propiedad [de la iglesia] y dejar que alguien la usufructúe durante 60 años”.

Pero, “yo empecé a preguntar y a hablar”, dijo él. “Crearon un comité para explorar esas opciones después de que [el proyecto] se le presentara a la iglesia y yo dije, sí, creo que este proyecto específico es lo que San Pablo tiene que hacer”.

La asociación con Recursos para el Desarrollo Comunitario, una urbanización con sede en Berkeley cuya misión es la creación de viviendas asequibles para individuos y familias de bajos y muy bajos ingresos, ayudó enormemente a la iglesia en garantizar la financiación, dijo Kemik.

Colombo explicó: “Dedicamos muchísimo tiempo abordando inquietudes y reuniéndonos con los vecinos” el año pasado, cuando el centro instaló un albergue de emergencia en invierno. A los huéspedes del albergue se les pidió que no trajeran carritos de supermercados al área después de las reuniones. “Eso pareció reducir la ansiedad de los vecinos. También les preocupaba que llamaran la policía a la zona, pero les explicamos que la mayoría de las veces cuando se llama a la policía es porque alguien necesita ayuda o tienen problemas personales”. Cuando St. Paul’s Commons se propuso, el proyecto contó con un amplio apoyo de la comunidad.

El centro funciona como albergue de invierno desde el 12 de noviembre hasta el 30 de marzo en otro sitio este año, añadió ella. “Trabajamos según se presenten los problemas. Funcionó magníficamente; hasta recibimos cartas de agradecimiento al final”.

Con aprobación de las autoridades municipales y un compromiso de $5 millones, la iglesia se propone comenzar la obra en 2017 y completar el proyecto un año después, según explicara Charles Couch, miembro del comité que lo supervisa. Aún se necesita la obtención de fondos adicionales.

El proyecto ha despertado el interés de otras congregaciones; Colombo dijo que había recibido llamadas telefónicas de varias iglesias que estaban contemplando llevar a cabo empeños semejantes.

“Preguntan: ‘¿Pueden venir y decirlos lo que están haciendo? Les digo que hay muchísimas maneras de hacer esto. Nosotros estamos haciendo apartamentos, pero uno podría hacer hogares grupales, hogares para ancianos. Sencillamente hablamos con la gente. Les sugerimos que empiecen con el discernimiento. Empiecen por poco. Crezcan lentamente. Logren que otros participen”.

– La Rda. Pat McCaughan es corresponsal de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.