Las relaciones en Cristo son los ‘verdaderos instrumentos de la unidad’, dicen algunos líderes

Por Matthew Davies
Posted Jan 17, 2016

Vídeo: El Obispo Primado responde a las decisiones de sus colegas y pone el énfasis en la relación

[Episcopal News Service – Cantórbery, Inglaterra] En el momento en que los 38 primados de la Comunión Anglicana concluyen su reunión del 11 al 15 de enero con un llamado a la imposición de sanciones a la Iglesia Episcopal, aunque con el compromiso de andar juntos, los líderes de la Iglesia dicen que los verdaderos instrumentos de la comunión y la unidad son las asociaciones globales, las relaciones e interconexiones que existen más allá de las diferencias y a través de la participación común en la misión de Dios.

“Este no es el resultado que esperábamos, y si bien estamos decepcionados, es importante recordar que la Comunión Anglicana no es realmente un asunto de estructura y organización”, dijo el obispo primado Michael Curry el 15 de enero en un declaración en vídeo grabada frente a la catedral de Cantórbery.

“La Comunión Anglicana es una red de relaciones que se han creado en asociaciones de misión, relaciones de diócesis compañeras, relaciones de parroquia a parroquia a través del mundo, relaciones que están profundamente comprometidas en servir y seguir el camino de Jesús de Nazaret ayudando a los más pobres de los pobres, y ayudando a este mundo a ser un lugar donde ningún niño se vaya a dormir con hambre jamás. En eso consiste la Comunión Anglicana, y esa Comunión prosigue y avanza”.

La presidente de la Cámara de los Diputados, Rda. Gay Clark Jennings, dijo a ENS que los primados de la Comunión Anglicana a veces tienen relaciones difíciles entre sí, y describió la noticia surgida de la reunión como aleccionadora. “Pero mientras los primados laboran en la restauración de sus relaciones, los anglicanos a través del mundo siguen trabajando juntos para alimentar a los hambrientos, cuidar a los enfermos, educar a los niños y restaurar el mundo”, afirmó ella. “Nada de lo que ocurra en una Reunión de Primados cambiará nuestro mutuo amor y nuestro compromiso de servir a Dios juntos”.

Jennings, que representa a la Iglesia Episcopal como miembro del clero en el Consejo Consultivo Anglicano, el principal organismo normativo de la Comunión, dijo que las personas que probablemente resulten más afectadas por la noticia que surge de la reunión “son los fieles anglicanos LGBTI (mujeres y hombres homosexuales, bisexuales, transexuales e intersexuales) y sus aliados, especialmente en África. Cuento a muchos de ellos entre mis amigos y colegas, y hoy estoy orando especialmente para que este nueva expresión de homofobia religiosa no los haga aun más vulnerables a la violencia y la discriminación que ya padecen”.

En su declaración, los primados pidieron que la Iglesia Episcopal, durante un período de tres años “no nos represente en organismos ecuménicos e interreligiosos, ni debe ser nombrada o electa a un comité permanente interno y que, si bien participe en los organismos internos de la Comunión Anglicana, no tome parte en el proceso de la toma de decisiones sobre ningún asunto perteneciente a la doctrina o al sistema de gobierno”.

Al expresar su deseo unánime de trabajar juntos, los primados dijeron que su llamado se produce en respuesta a la decisión de la Convención General de la Iglesia Episcopal en junio pasado de cambiar el lenguaje canónico que define el matrimonio como [la relación contraída] entre un hombre y una mujer (Resolución A036) y autorizar dos nuevos ritos matrimoniales con un lenguaje que permite [indistintamente] ser usados por parejas del mismo sexo o de sexos opuestos (Resolución A054).

Esta no es la primera vez que se le impone una prohibición a la Iglesia Episcopal de servir en organismos ecuménicos e interreligiosos. En 2010, el Rdo. Kenneth Kearon, entonces secretario general de la Comunión Anglicana, le informó a los episcopales que participaban en los diálogos ecuménicos de la Comunión, que su membresía quedaba suspendida.

La decisión de Kearon se produjo después de que el entonces arzobispo de Cantórbery, Rowan Williams, propusiera que las personas que participaban en diálogos ecuménicos debían renunciar a sus membresías si provenían de una provincia que no había cumplido con la moratoria de la Comunión sobre bendiciones a uniones de parejas del mismo sexo, las intervenciones más allá de las fronteras provinciales y la ordenación de homosexuales al episcopado. Él se refería específicamente a la consagración de Mary Douglas Glasspool, que había tenido lugar poco antes, como obispa sufragánea en Los Ángeles y a las incursiones no autorizadas de líderes anglicanos en otras provincias. Glasspool es la segunda persona abiertamente homosexual y con pareja que es ordenada obispo en la Iglesia Episcopal.

La decisión afectaba a cinco miembros de la Iglesia Episcopal que prestaban servicios entonces en los diálogos anglicanos con las iglesias Luterana, Metodista, Veterocatólica y Ortodoxa, así como a una miembro del Comité Permanente Interanglicano sobre Unidad, Fe y Orden (IASCUFO, por su sigla en inglés), que había sido invitado a servir de consultor. Ninguna mención se hizo en ese tiempo de representantes de otras provincias —tales como Nigeria, Kenia, Ruanda y Uganda— que habían participado en intervenciones extraprovinciales en Estados Unidos.

La prohibición la levantó en 2012 el arzobispo Bernard Ntahoturi de la Iglesia Anglicana de Burundi, que era entonces presidente del IASCUFO.

Desde su reinserción, la Rda. Katherine Grieb ha seguido siendo miembro del IASCUFO. No resulta claro lo que significan las nuevas sanciones para su participación en ese comité. Además de eso, parece que la única otra persona de la Iglesia Episcopal que participa actualmente en un organismo ecuménico de la Comunión es la Rda. Amy E. Richter, que aparece prestando servicios en el recientemente reconstituido Diálogo Anglicano-Reformado.

Los diálogos ecuménicos de la Comunión se describen aquí y sus diálogos interreligiosos se explican aquí.

En una entrevista con ENS, Curry dijo que si bien la decisión de los primados puede ser desproporcionada para muchos episcopales, particularmente homosexuales, bisexuales y transexuales, “significa que tenemos más obra de amor que hacer, y esa obra de amor es contribuir a que nuestra historia y la historia de muchos cristianos fieles… sea contada y oída, y ello realmente puede ser parte de nuestra vocación en el mundo de dar testimonio, y un testimonio de amor”.

El obispo Ian Douglas de la Diócesis de Connecticut dijo a ENS que la “verdadera unidad de la Comunión Anglicana se encarna en nuestra conexión y acción común mientras servimos a la misión de Dios de restauración y reconciliación en Jesús a través del poder del Espíritu Santo”.

Douglas representa a la Iglesia Episcopal como miembro del episcopado en el Consejo Consultivo Anglicano. También es miembro del Comité Permanente de la Comunión Anglicana.

“Las relaciones en Cristo fomentadas por la construcción de escuelas y clínicas médicas que hemos llevado a cabo juntos, las visitas a través de diócesis compañeras, los misioneros que comparten sus vidas en servicio, nos unen de manera seria y profunda”, afirmó.

“Aprecio y respeto la manera en que las estructuras de la Comunión Anglicana, tales como el CCA, la Conferencia de Lambeth y la Reunión de los Primados brindan importante s espacios para la conversación, la oración y el discernimiento entre las provincias de la Comunión Anglicana. Pero los verdaderos ‘instrumentos de la unidad’ son las incontables vías en que parroquias, diócesis y cristianos individuales se conectan más allá de nuestras diferencias”.

Curry, en la entrevista con ENS, dijo que el llamado de los primados es ahora una cuestión a considerar por el CCA “porque ese es el único organismo constitucional que tenemos en la Comunión, de manera que el CCA tendrá que decidir lo que los primados dicen sobre sí mismos, ya sea para estar de acuerdo con eso o no”.

El CCA se reunirá del 8 al 20 de abril en Lusaka, Zambia en una reunión programada con anterioridad.

Curry dijo a ENS que los primados no discutieron lo que sucedería al final del período de tres años que ellos fijaron para las sanciones.

El Muy Rdo. Ian S. Markham, decano y presidente del Seminario Teológico de Virginia, en Alexandria, que ha educado a incontables líderes para el servicio a través de la Comunión Anglicana, dijo a ENS que él cree que la Iglesia Episcopal “está aprendiendo a vivir con la discrepancia y mi oración es que la Comunión haga lo mismo. La Iglesia Episcopal ha procurado sin desmayo servir a las otras provincias de la Comunión. Nuestras asociaciones con seminarios hermanos en el Sudán, Tanzania y en todas partes nunca han estado condicionadas al acuerdo. Donde hay una necesidad, procuramos servir”.

Markham dijo que esa labor continuaría independientemente del resultado de la Reunión de los Primados. “En lo que respecta a las congregaciones, diócesis y seminarios, la continua labor de celebrar el don de una comunión mundial que ama al Señor Jesús proseguirá”, afirmó. “La Iglesia Episcopal necesita de la intensa vitalidad de los anglicanos del sur del globo. Ello amplía nuestra comprensión del anglicanismo y del cristianismo.

“Es cierto que aquellos de nosotros que apoyamos la plena inclusión de nuestros hermanos y hermanas LGBT encontramos consuelo en la historia. A partir del intenso choque por el estudio crítico de la Escritura con Colenso, la Comunión siempre ha sido un foro para el discernimiento y la pugna. Desempeña continuamente ese papel. Y la mayoría de los problemas sí se verán de manera diferente de aquí a veinte o treinta años. Entre tanto, la obligación de la Iglesia Episcopal es mantener las buenas relaciones, afirmar lo que compartimos, centrarnos en Jesús y procurar hacer progresar el diálogo. A través de esta controversia, nunca hemos cerrado la puerta (ni hemos amenazado que lo haremos), siempre queremos hacer nuestra parte para apoyar a la Comunión en cualesquiera formas que esto pueda ser posible”.

Una serie de artículos publicados en un blog sobre [la reunión de] los Primados 2016 se ha centrado en historias de la misión, los frutos de incontables relaciones, asociaciones e interconexiones que existen a través de la 38 provincias autónomas de la Comunión Anglicana en 165 países. Para muchos, eso es lo que ejemplifica la verdadera Comunión Anglicana, la que se concentra misiológicamente en servir a los necesitados en lugar de envolverse en los temas divisivos que han dominado hasta ahora gran parte de la agenda en Cantórbery esta semana.

“En la Iglesia Episcopal en Connecticut tenemos la bendición de contar con docenas de asociaciones parroquiales en la misión de Dios a través del mundo, de Kenia a Nigeria, de Haití al Ecuador”, dijo Douglas. “Por ejemplo, la iglesia de La Trinidad [Trinity Church] en Tarriffville ha tenido una profunda y duradera relación con la Diócesis Anglicana de Kaduna, en el norte de Nigeria, a través del ministerio de la Clínica Médica Kateri. Cada año un equipo de profesionales de la medicina y de voluntarios no médicos viaja de Connecticut a Nigeria para trabajar junto a voluntarios nigerianos brindándoles atención médica gratuita a la población rural en la Clínica Kateri. Desde 2002, más de 120.000 personas, cristianos y musulmanes por igual, han sido atendidas por esta asociación en Cristo. La Clínica Médica Kateri es un testimonio vivo de que los anglicanos trabajando juntos en la misión de Dios somos el alma de nuestra comunión en Cristo”.

En su declaración videograbada, Curry reconoció “la tristeza y el pesar” que han de sentir muchos por la declaración de los primados, pero dijo que es importante recordar que la Iglesia Episcopal sigue siendo una parte muy vital de la Comunión Anglicana.

“Somos la Iglesia Episcopal, y somos parte del Movimiento de Jesús, y ese movimiento avanza, y nuestra obra avanza”, afirmó. “Y la verdad es que puede ser parte de nuestra vocación ayudar a la Comunión y ayudar a muchos otros a crecer en una dirección donde podamos realizar y vivir el amor que Dios tiene para todos nosotros, y podemos un día ser una Iglesia y una Comunión donde todos los hijos de Dios sean plenamente acogidos, donde ésta sea verdaderamente una casa de oración para todo el mundo. Y tal vez es parte de nuestra vocación ayudar a que eso suceda. Y en consecuencia debemos afirmar ese superior llamado; afirmar el superior llamado del amor y la fe, amor incluso para aquellos con quienes no estamos de acuerdo, y luego seguiremos, y haremos eso, y lo haremos juntos.

“Somos parte del Movimiento de Jesús, y la causa del amor de Dios en este mundo nunca puede detenerse y nunca será derrotada. Dios les ama. Dios les bendiga. Y mantengan la fe. Seguimos adelante”.

— Matthew Davies es redactor y reportero de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.