Urgentes llamados a la paz en la tierra del Único Santo

Por Matthew Davies
Posted Aug 1, 2014
Personal medico en el hospital Ahli Arab en Gaza reciben a un paciente en la institución dirigida por la Diócesis Episcopal de Jerusalén.

Personal medico en el hospital Ahli Arab en Gaza reciben a un paciente en la institución dirigida por la Diócesis Episcopal de Jerusalén.

[Episcopal News Service] Líderes religiosos y políticos han redoblado sus demandas de un permanente cese al fuego al conflicto de tres semanas de duración entre Israel y Hamás, en el que el número de bajas asciende 7.000, y las víctimas mortales llegaban [el miércoles 30] a 1.200.

“La continua e intensificada violencia en la tierra del Único Santo, la matanza de inocentes por acciones de ambas partes, y la rigidez y ausencia de un verdadero liderazgo político está haciendo llorar al mundo”, escribió la obispa primada Katharine Jefferts Schori en una declaración que envió por correo electrónico a ENS. “Dios también llora, mientras el hermano mata al hermano. ¿Permitiremos que Caín y Abel representen su acto breve y belicoso, o exigiremos un fin de esta depravación? Nadie vivirá en paz en el Oriente Medio —ni en el mundo— mientras esta carnicería prosiga. Oren por la paz, alberguen al inocente, apoyen toda respuesta humanitaria e insistan en que se ponga fin a esta inhumanidad”.

Desde que su Operación Borde Protector comenzara el 8 de julio, Israel ha intensificado el bombardeo de Gaza en respuesta a las acciones de Hamás, el movimiento de militantes islámicos que controla Gaza y continúa lanzando misiles contra Israel. Varios intentos de llegar a un cese al fuego han fracasado.

El 29 de julio, la única planta eléctrica de Gaza resultó destruida mientras Israel atacaba blancos vinculados a Hamás. Entre tanto, Israel sigue interceptando misiles sobre las regiones sur y central del país. Cincuenta y tres soldados israelíes y más de 1.200 palestinos, la mayoría civiles, han muerto en el conflicto.

“Al igual que tantos episcopales y otras personas que han estado en estrecho contacto con el gobierno de EE.UU. a través de estas últimas semanas tenebrosas, me siento agradecido del justo y determinado liderazgo del secretario de Estado John Kerry y de otros líderes mundiales para lograr un cese al fuego, pero profundamente frustrado de que esos empeños no hayan dado hasta ahora ningún fruto significativo”, dijo a Episcopal News Service Alexander Baumgarten, el director de relaciones gubernamentales de la Iglesia Episcopal.

“Lo más importante que los episcopales pueden hacer en el momento es lo que muchos han estado haciendo: orar sin cesar, apoyar los ministerios de la Diócesis de Jerusalén en Gaza y en cualquier parte y retar a nuestros líderes políticos a que exijan la paz y se muestren solidarios tanto con los israelíes como con los palestinos que anhelan la paz y están pagando el inimaginable costo de continuar la guerra”, añadió. “Si viene, y cuando venga, un cese al fuego, la obra de los pacificadores será tan urgente como siempre, y una paz justa y duradera sólo puede lograrse a través de una solución negociada entre israelíes y palestinos que ofrezca dos estados seguros y viables para dos pueblos”.

El Rdo. Canónigo John Organ, hablando por teléfono desde Jerusalén Oriental, donde sirve de capellán al obispo anglicano en Jerusalén Suheil Dawani, conviene en que el camino a la paz es a través de una solución de dos estados, un objetivo que la Iglesia Episcopal y muchas de las provincias de la Comunión Anglicana han apoyado durante mucho tiempo.

“No ayuda el estar a favor de éste y en contra del otro”, dijo Organ. “Debemos ser pro israelíes y pro palestinos. No tenemos que tomar partido. Pero sí tenemos que estar a favor de la justicia y en contra de esta ocupación”.

El arzobispo de Cantórbery, Justin Welby, en una declaración el 29 de julio, dijo que “sólo una costosa y franca búsqueda de la paz entre israelíes y palestinos puede proteger a las personas inocentes, a sus hijos y a sus nietos, de una violencia que cada vez será peor… Debemos clamarle a Dios y golpear las puertas del cielo y orar por la paz y la justicia y la seguridad”.

En Gaza, el hospital Ahli Arab, una institución de la Diócesis Episcopal de Jerusalén, ha seguido, a pesar de todas las adversidades, ofreciendo atención médica de emergencia para muchos de los heridos, mientras su personal trabaja sin parar, poniendo sus propias vidas en peligro para el bien de otros.

Organ, que habla diariamente con Suheila Tarazi, la directora del hospital, dijo que el 29 de julio gran parte del personal no pudo llegar al hospital porque resultaba demasiado peligroso para ellos viajar desde sus casas, pero que hoy ya esas personas se encuentra en las instalaciones y les han aconsejado que no salgan. “El hospital está trabajando a plena capacidad y sin parar, admitiendo nuevos pacientes mientras sea posible hacerlo”, explicó.

A través del apoyo de la Diócesis Episcopal de Jerusalén y de varios asociados, el hospital recibió el 29 de julio 5.000 litros de combustible para su generador, un recurso de importancia capital para el funcionamiento de equipo médico de salvamento, especialmente después de la destrucción de la planta eléctrica.

El obispo Barry Howe de Misurí Occidental, dijo que a través del hospital “la Iglesia Episcopal estaba allí para ofrecer curación y el abrazo de la compasión a todos los hijos de Dios”.

Howe, como presidente de la junta administrativa de los Amigos Americanos de la Diócesis Episcopal de Jerusalén, (AFEDJ, por su sigla en inglés) dijo que, “nos sentimos muy agradecidos por la desbordada muestra de apoyo en este momento crítico. El 100% de cada donación se dedica a los que sufren y a apoyar a las personas que se ocupan de sus necesidades”.

En su boletín del 29 de julio, los AFEDJ reportaron que una parte del muro exterior del hospital había sido destruida y que la principal línea de vapor del hospital había resultado averiada, lo cual significa que ahora no hay agua caliente. Al parecer, grandes trozos de metralla han alcanzado habitaciones de pacientes y el lavadero.

“Hay una necesidad inmediata de reparaciones para garantizar la seguridad de los pacientes”, decía el boletín.

“El Hospital Al Ahli se ha convertido en un refugio de familias que están sufriendo, que se encuentran sin hogar y que tienen miedo”, dijo Anne Lynn, presidente de AFEDJ, en un correo electrónico a ENS. “Los médicos, las enfermeras y el personal de apoyo en el Hospital Al Ahli, pese al cansancio y al temor, pese a las condiciones deplorables y a los apagones crónicos, siguen ofreciendo atención compasiva a todos y cada uno de los pacientes. Ellos merecen, y tienen, nuestro respeto, nuestras oraciones y nuestro apoyo.

Welby expresó su “mayor admiración” por todos los que participan en los empeños humanitarios sobre el terreno en Gaza, “en particular el equipo médico y el personal del Hospital Al Ahli Arab. Proporcionar alivio y amparo a esos desplazados es una expresión tangible de nuestro cuidado e interés, e insto a todas las parroquias y la diócesis de la Iglesia de Inglaterra, así como de la Comunión [Anglicana] en general, a orar por ellos y a respaldar el llamamiento de urgencia de la Diócesis de Jerusalén”.

La Diócesis Episcopal de Jerusalén lanzó un llamamiento de urgencia para el hospital el 14 de julio, en tanto Ayuda y Desarrollo Episcopales alentaba un constante apoyo a través de su Fondo del Oriente Medio.

Welby dijo: “Si bien la ayuda humanitaria para esos civiles más afectados es una prioridad, especialmente las mujeres y los niños, debemos reconocer también que este conflicto subraya la importancia de renovar un compromiso con el diálogo político en una amplia búsqueda de paz y seguridad, tanto para Israel como para los palestinos. El ciclo destructivo de la violencia ha causado un sufrimiento inenarrable y amenaza la seguridad de todos”.

Jerusalén, a unos 80 kilómetros de la franja de Gaza, ha sido un lugar muy diferente —lleno de la tensión del miedo— desde que comenzó la ofensiva, dijo Organ a ENS.

A fines de la semana pasada, Organ regresaba conduciendo a Jerusalén a través de Cisjordania y, justo antes de llegar a Nablus, se encontró con una manifestación de protesta por el conflicto. “Luego, de repente, hubo disparos y varios palestinos murieron. Tuvimos que conducir a través de los incendios y de los escombros”, señaló. “De manera que estamos rodeados por esto. La pérdida de vidas de ambas partes es trágica”.

Además de dirigirse a los militantes de Hamás, los ataques aéreos israelíes han intentado destruir una red de túneles que entran y salen de Gaza, zona a la que Israel y Egipto le han impuesto un bloqueo desde 2007. El gobierno israelí dice que no detendrá la ofensiva hasta que los túneles sean destruidos y Hamás ha dicho que no dejará de lanzar misiles a Israel hasta que termine el bloqueo.

A principios de esta semana, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu prometía una larga campaña en Gaza, diciendo que la región tenía que desmilitarizarse a fin de proteger a Israel. “No terminaremos la operación en Gaza sin neutralizar los túneles del terror, que tienen el solo propósito de destruir a nuestros ciudadanos, de matar a nuestros hijos”, afirmó.

Entre tanto, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina informó que algunos miembros de su personal habían sido muertos y que la ONU tiene actualmente a su cuidado a 182.604 palestinos en sus 82 albergues en Gaza.

La Operación Borde Protector de Israel comenzó luego de una intensificación de los ataques de misiles de los militantes. La violencia estalló después del secuestro y asesinato de tres adolescentes israelíes y del subsecuente secuestro y asesinato de un muchacho palestino en represalia.

El arzobispo Thabo Makgoba de la Iglesia Anglicana de África del Sur, calificó al conflicto en Gaza de “insensato e innecesario”.

“Ninguno traerá la paz y la seguridad a Israel y Palestina, en particular cuando conlleva el uso despiadado de la fuerza bruta que se ha empleado en la última semana”, dijo él en un comunicado el 29 de julio, añadiendo: “únanse a los que piden que las breves suspensiones de hostilidades se conviertan en un permanente cese al fuego”.

Suheil Dawani, obispo anglicano en Jerusalén, junto con los patriarcas y jefes de iglesias han pedido “a ambas partes un inmediato cese al fuego y la urgente reanudación de las conversaciones de paz”.

– Matthew Davies es redactor y reportero de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.