Inmigrantes y activistas religiosos acuden al Capitolio

Por Lynette Wilson
Posted Oct 11, 2013

Miles de inmigrantes reunidos el 8 de octubre en el Paseo Nacional [National Mall] como parte de Camino Americano, la Marcha por la Dignidad y el Respeto de los Inmigrantes. Foto de Lynette Wilson para ENS.

Miles de inmigrantes reunidos el 8 de octubre en el Paseo Nacional [National Mall] como parte de Camino Americano, la Marcha por la Dignidad y el Respeto de los Inmigrantes. Foto de Lynette Wilson para ENS.

[Episcopal News Service – Washington, D.C.] “No somos delincuentes, somos seres humanos. Díganles a los políticos que aprueben la reforma migratoria ahora”, decía entre sollozos una mexicana desde la tribuna durante la concentración Camino Americano que tuvo lugar el 9 de octubre en el Paseo Nacional [National Mall].

La mujer acababa de terminar de contar la historia de su sobrino, que llegó de niño a Estados Unidos y por consiguiente debía tener derecho a la acción diferida, pero lo deportaron a México y debió dejar atrás a su esposa y a un hijo de 8 años. Hace cinco meses, movido por la desesperación, el hombre intentó cruzar la frontera para reunirse con su familia. Desde entonces no han vuelto a saber de él, dijo su tía.

“Necesitamos ponerle fin a la deportación. ¡Unidos venceremos! Exclamó.

No es infrecuente que los inmigrantes mueran o desaparezcan en el intento de cruzar la frontera entre EE.UU. y México. Sólo en el Condado de Pima, Arizona, entre 1990 y 2012, la oficina del médico forense examinó los restos de 2,238 inmigrantes. Un terció de los cadáveres siguen sin identificar, según un informe del Instituto Binacional de Migración de la Universidad de Arizona.

Incluso con el cierre parcial del gobierno, 1.100 inmigrantes indocumentados siguen siendo deportados diariamente, y se calcula que 200.000 niños han perdido a algunos de sus padres por deportación.

El cierre del gobierno, que ahora se encuentra en su segunda semana, no detuvo a los activistas de la inmigración —en representación de más de 18 tradiciones religiosas y provenientes de 39 estados— de pasar dos días en la Cumbre sobre la Reforma Migratoria del Servicio Mundial de Iglesias en la capital de la nación, planeando formas de promover los derechos de los inmigrantes a través de una reforma migratoria y de la creación de comunidades más acogedoras en solidaridad con los inmigrantes.

“La Cumbre sobre Inmigración del SMI no podía haber tenido lugar en un momento más crucial. Con tantos asuntos legislativos pendientes y el cierre del gobierno, es esencial que las voces de los fieles y las voces de nuestros hermanos y hermanas inmigrantes se levanten por encima de la polémica para exigir una reforma migratoria justa y humana”, dijo Katie Conway, analista sobre política migratoria y de refugiados de la Iglesia Episcopal.

“Nuestras comunidades han sufrido por demasiado tiempo la injusticia de nuestras leyes migratorias, y hoy 300 líderes ecuménicos se han reunido en oración, activismo y promoción para recordarle a la Cámara de Representantes que el momento de aprobar una reforma migratoria es ahora”.

Mientras miles de inmigrantes participaban en la concentración y la marcha de Camino Americano, que incluía un acto de desobediencia civil que condujo al arresto de ocho congresistas demócratas, unos 300 líderes de diferentes religiones e iglesias estaban visitando a sus representantes en el Capitolio para pedirles que priorizaran una reforma migratoria integral.

La obispa primada, Katharine Jefferts Schori; la presidente de la Cámara de Diputados, Rda. Gay Clark Jennings y otros líderes denominacionales visitaron a Nancy Pelosi (D-California), líder de la minoría de la Cámara de Representantes y se reunieron con ella y otros representantes demócratas.

“Estuvo muy bien” dijo Jefferts Schori después de la visita. “La líder [de la minoría] Pelosi estaba presente así como otros seis miembros de la Cámara de Representantes, quienes se expresaron con clara vehemencia respecto a lograr que se apruebe un proyecto de ley eficaz e integral.

“Ellos siguen buscando coauspiciadores [del proyecto de ley]; en este momento tienen 171 coauspiciadores. Resulta claro que hay suficiente número de votos para aprobar un proyecto de ley si se somete al pleno. De manera que la tarea ahora consiste en alentar enérgicamente al presidente [de la Cámara] Boehner para que presente el proyecto de ley al pleno, para que presente algo al pleno”.

John Boehner (R-Ohio), presidente de la Cámara de Representantes, ha recibido constantes críticas de los principales medios de prensa tanto por el cierre del gobierno como por atascar una votación de la Cámara sobre una reforma migratoria integral.

El Senado aprobó un proyecto de reforma migratoria en junio, y los demócratas de la Cámara de Representantes presentaron la semana pasada un proyecto de ley, que se inspira en el proyecto de ley del Senado, para ajustar la legislación migratoria de la nación y ofrecerle, potencialmente, un camino a la ciudadanía a unos 11 millones de inmigrantes indocumentados. El proyecto de ley de los demócratas cuenta con apoyo bipartidista.

La Rda. Gay Clark Jennings, presidente de la Cámara de Diputados, imparte la bendición el 8 de octubre al término de un servicio de oración a la entrada del edificio de [la Iglesia] Metodista Unida en Washington, D.C. El culto de oración se organizó como parte de la Cumbre sobre Inmigración del Servicio Mundial de Iglesias, que tuvo lugar el 7 y 8 de octubre en la capital de la nación. Foto de Lynette Wilson para ENS.

La Rda. Gay Clark Jennings, presidente de la Cámara de Diputados, imparte la bendición el 8 de octubre al término de un servicio de oración a la entrada del edificio de [la Iglesia] Metodista Unida en Washington, D.C. El culto de oración se organizó como parte de la Cumbre sobre Inmigración del Servicio Mundial de Iglesias, que tuvo lugar el 7 y 8 de octubre en la capital de la nación. Foto de Lynette Wilson para ENS.

“Quedé encantada con sus comentarios de que el HR15, que es el proyecto de ley, ya es un producto bipartidista”, dijo Jennings. “Han dedicado incontables horas a cerciorarse de que es algo que podría aprobarse”. Ella cree que los demócratas de la Cámara de Representantes seguirán consiguiendo más partidarios y presionando más a Boehner para presentar el proyecto de ley al pleno de la Cámara, agregó ella.

“Se sienten claramente frustrados de que no puedan llevarlo al pleno, y que no tengan el poder para ser capaces de hacerlo, que es el curso normal de los acontecimientos”.

Los asistentes a la cumbre —que además de episcopales incluye a metodistas, luteranos, bautistas, presbiterianos, miembros de la Iglesia Unida de Cristo, discípulos de Cristo, catolicorromanos y otros— dedicaron la jornada anterior a sesiones plenarias y de grupos organizadas en torno a la apertura de un diálogo sobre la creación de comunidades más vigorosas y más acogedoras, la creación de estrategias para llevar a cabo ese plan en los estados de las personas que asisten y en prepararse para las visitas a los representantes federales.

El 7 de octubre, el gobierno de EE.UU. entró en su segunda semana de cierre parcial que comenzó el día 1, el final del año fiscal 2013, cuando las negociaciones en la Cámara de Representantes controlada por los republicanos no lograron romper el punto muerto de la acerba disputa presupuestaria sobre la Ley de la Atención Médica Asequible, provocando el primer cierre del gobierno desde 1995-96.

Para el Ministerio Episcopal de Migración (EMM), el programa de reasentamiento de refugiados de la Iglesia Episcopal, el cierre [del gobierno] ha significado que los recién llegados no puedan solicitar tarjetas de la Seguridad Social y otros beneficios del gobierno a los que tienen derecho, dijo Deborah Stein, directora del EMM, que asistió a la cumbre de la inmigración. “Sin tarjeta de la Seguridad Social no hay empleo”, agregó. “Ellos están aquí con el derecho legal a trabajar”.

En 2012, el EMM ayudó a más de 4.000 refugiados a emprender nuevas vidas en seguridad y paz en 31 comunidades a través de Estados Unidos. El EMM colabora con agencias asociadas locales en 27 diócesis episcopales y 22 estados para reasentar refugiados.

Las muchas personas a las que clasifican como “indocumentados” responden a una variedad de circunstancias diferentes, dijo Stein.

En “flujos migratorios mixtos”, agregó, podrías tener a miles de personas moviéndose por diferentes razones, “algunos refugiados, algunos indocumentados”, apuntó.

La gente se ve obligada a cruzar fronteras por toda una variedad de razones, entre ellas, el escapar de un conflicto armado, como es el caso de Siria hoy día; la violencia pandilleril y la política; la falta de empleo; el cambio climático y los efectos de los tratados de comercio bilaterales, dijo Elizabeth Ferris, codirectora del Proyecto sobre Desplazamiento Interno de Brooking-LSE y experta en política exterior, durante la apertura de la cumbre el 7 de octubre.

En países centroamericanos como El Salvador, Honduras y Guatemala, los migrantes que huyen de la violencia de las pandillas se unen al flujo permanente de migrantes que entran en Estados Unidos en busca de oportunidades económicas, y no siempre resulta fácil distinguir quién es refugiado y quién no lo es, dijo ella.

El debate sobre la inmigración en Estados Unidos, dijo Ferris “se basa en el estereotipo de que hay hordas de gente que quieren venir a EE.UU. y eso no es cierto”.

Muchos, añadió, preferirían quedarse en sus hogares, o cerca de ellos, pero ésa no es una opción.

Los líderes religiosos que asistieron a la conferencia sostienen que la reforma migratoria es el problema de derechos humanos más importante que confronta Estados Unidos en la actualidad, y que lo que es moral y justo para los inmigrantes también es bueno para la economía de EE.UU.

Por ejemplo, la Oficina del Presupuesto Congresional, una entidad no partidista, encontró que la reforma migratoria reduciría el déficit presupuestario en $158.000 millones en la primera década después de la aprobación de la ley, y en $685.000 millones en la segunda década; si a los 11 millones de indocumentados se les concediera un estatus legal en 2013, el ingreso acumulativo de 10 años del producto interno bruto de EE.UU. sería de $832.000 millones; y si los inmigrantes indocumentados adquirieran un estatus migratorio legal en 2013 la economía añadirá un promedio de 121.000 nuevos empleos por año, según el Centro para el Progreso Americano, una institución educativa independiente y no partidista.

El 5 de octubre, mientras miles de personas estaban participando en manifestaciones a través del país a favor de la reforma migratoria, el gobernador de California, Jerry Brown, refrendó reformas migratorias “de gran amplitud” —entre ellas el permitir licencias de conducir a inmigrantes indocumentados—que entraron en vigor en su estado.

En lugar de esperar por Washington, Brown dijo que estaba haciendo progresar a su estado.

El 8 de octubre, las manifestaciones y los que abogan por la reforma migratoria se presentaron en Washington.

La obispa primada Katharine Jefferts Schori habla durante una conferencia de prensa frente al Capitolio de Washington, D.C. el 8 de octubre. La conferencia de prensa  fue organizada como parte de la Cumbre sobre la Inmigración del Servicio Mundial de Iglesias, que tuvo lugar el 7 y 8 de octubre. Foto de Lynette Wilson para ENS.

La obispa primada Katharine Jefferts Schori habla durante una conferencia de prensa frente al Capitolio de Washington, D.C. el 8 de octubre. La conferencia de prensa fue organizada como parte de la Cumbre sobre la Inmigración del Servicio Mundial de Iglesias, que tuvo lugar el 7 y 8 de octubre. Foto de Lynette Wilson para ENS.

“Nuestra legislación migratoria  está profundamente quebrantada y en urgente necesidad de reforma”, dijo Jefferts Schori durante una conferencia de prensa el 8 de octubre que tuvo lugar en los terrenos del edificio del Capitolio. “Necesitamos vías dignas para que los trabajadores adquieran la ciudadanía y compartan la abundancia creativa de esta nación que ellos ayudan a construir. Necesitamos métodos eficaces para reunificar a las familias. Necesitamos un camino a la residencia legal y a la ciudadanía para las personas indocumentadas a quienes trajeron aquí cuando niños”.

“Necesitamos un sistema que aplique la legislación migratoria de manera humana y proporcionada, en lugar de redadas a media noche que dejan a los niños desatendidos y que mantienen a los padres incomunicados”, dijo ella. “Necesitamos un servicio de inmigración sensible y eficiente que proporcione visas en cuestión de meses en lugar de décadas. Necesitamos un sistema de visas abierto a toda clase de trabajadores —empresarios capitalistas y obreros agrícolas por igual”.

(Para ver un vídeo con las palabras de la Obispa Primada durante la conferencia de prensa, pulse aquí).

En una muestra de apoyo bipartidista a la reforma migratoria, los representantes federales Zoe Lofgren y Jeff Denham, demócrata y republicano respectivamente por el estado de California, acompañaron a Jefferts Schori, al Rdo. John L. McCullough, presidente y Director Ejecutivo del Servicio Mundial de Iglesias y a otros líderes denominacionales en la conferencia de prensa.

La obispa de Washington, Mariann Edgar Budde, al centro, participó en un culto con líderes interreligiosos en el Paseo Nacional [National Mall] el 8 de octubre como parte de la Marcha por la Dignidad y el Respecto de los Inmigrantes. Foto de Lynette Wilson para ENS.

La obispa de Washington, Mariann Edgar Budde, al centro, participó en un culto con líderes interreligiosos en el Paseo Nacional [National Mall] el 8 de octubre como parte de la Marcha por la Dignidad y el Respecto de los Inmigrantes. Foto de Lynette Wilson para ENS.

Durante la cumbre del 7 y 8 de octubre, los líderes religiosos y los activistas oyeron el testimonio de los llamados DREAMers, jóvenes a quienes trajeron a Estados Unidos siendo niños. Se calcula que 1 millón cuatrocientos mil de ellos podrían cumplir los requisitos de la iniciativa de la acción diferida.

Esto incluye a personas como Tulo Olubunmi, cuyos padres la trajeron de Nigeria a Estados Unidos cuando tenía 14 años. En la actualidad, Olubunmi es graduada universitaria con un diploma en ingeniería química, pero sigue indocumentada y, en consecuencia, sin derecho a empleo.

En 2008, Olubunmi decidió poner a un lado su frustración y ofrecerse de voluntaria para ayudar a otros. En la actualidad es una importante analista política voluntaria para el Centro para el Cambio Comunitario con sede en Washington, D.C.

Del mismo modo, Gaby Pacheco, directora del Proyecto Puente [Bridge Project], también en Washington, D.C., se ocupa de conectar a individuos de todo el espectro político para lograr una reforma migratoria que sea razonable y factible.

Pacheco, que llegó con sus padres a Estados Unidos a los 8 años, cuando ellos emigraron del Ecuador, instó a los asistentes a la cumbre a empeñarse en mantener a los indocumentados en el centro del entramado político sobre la inmigración.

Históricamente, la Iglesia Episcopal ha apoyado la reforma migratoria. Más recientemente, en julio de 2012, la 77ª. Convención General aprobó la Resolución D059, “Alto a la reforma migratoria injusta” así como la D011, “Reforma a la ley de inmigración desigual”. La D059 pide que se suspenda el Programa Comunidades Seguras del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas, que se propuso como un medio para que los funcionarios federales deportaran a inmigrantes indocumentados con antecedentes penales.

El Rdo. Chris Starr, rector de la iglesia de la Expiación  [Church of the Atonement] en Sandy Springs, Georgia, asistió a la conferencia de Washington en apoyo de la congregación de la misión hispana de su parroquia, compuesta de muchos inmigrantes mexicanos que viven y adoran en su comunidad.

“Muchos de ellos son indocumentados a quienes amenazan de separar de sus familias, lo cual es probablemente lo más doloroso de todo esto”, dijo él. “Son un estupendo grupo de personas orientado hacia la vida en familia al que me siento muy feliz de representar aquí”.

El activista de la reforma migratoria aspira a una reforma migratoria integral que incluya cláusulas que contemplen la reunificación familiar, creen una vía para obtener la ciudadanía y protejan a los refugiados y a otras poblaciones vulnerables. Y las comunidades religiosas que laboran a favor de la reforma migratoria no se detendrán con la aprobación de un proyecto de ley.

“Luego, el proyecto de ley se presenta literalmente como una factura”, dijo Jefferts Schori en una entrevista con ENS. “Las iglesias, las organizaciones sin fines de lucro, las agrupaciones cívicas tienen que responder”.

Cuando se apruebe un proyecto de ley, los inmigrantes tendrán que enfrentar un largo camino a la ciudadanía, y muchos necesitarán ayuda para lidiar con el proceso, afirmó.

Un modo en que las iglesias, las instituciones sin fines de lucro y las agrupaciones cívicas podrían comenzar a ayudar a los inmigrantes a lidiar con el proceso de la ciudadanía es mediante un certificado de la  Junta de Apelaciones de Inmigración , dijo Dianne Aid, TSSF [terciaria de la Orden de San Francisco de Asís], que dirige el Ministerio de Jubileo de la iglesia de St. Matthew/San Mateo en Auburn en la Diócesis Episcopal de Olympia estado de Washington, y quien preside la Red Episcopal de Justicia Económica.

Para asistir a los inmigrantes a tratar con el sistema legal, Aid y otros han ayudado a 25 personas a obtener visas.

“Haya ley o no, la labor continúa”, dijo Aid.

(Para ver un vídeo de las palabras de recordación de la Obispa Primada durante el culto de oración organizado por el Servicio Mundial de Iglesias como parte de la Cumbre sobre la Inmigración, pulse aquí. Y para la bendición impartida por la presidente de la Cámara de Diputados, pulse aquí).

– Lynette Wilson es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.