Vivir en Egipto en medio de la revolución, las protestas y las nuevas oportunidades

Posted Sep 27, 2012

The Rev. Paul-Gordon Chandler

[Episcopal News Service] El Rdo. Paul-Gordon Chandler es un sacerdote episcopal que vive en Egipto, donde ha servido, desde 2003, como rector de la iglesia de San Juan Bautista [St. John the Baptist] en El Cairo. En esta entrevista para ENS, Chandler reflexiona sobre los cambios ocurridos en Egipto a lo largo de los últimos dos años y habla acerca de las recientes protestas provocadas por una película de contenido antiislámico.

ENS: Egipto ha presenciado algunas importantes transformaciones en los últimos dos años. ¿Cómo le describiría el panorama político y la infraestructura del país a alguien que en verdad no comprende el contexto?

P-GC: ¿Por dónde empieza uno, respecto a lo ocurrido en Egipto durante los últimos 18 meses, para no hablar de las últimas semanas, o incluso de los últimos días? Cada día está tan lleno de sorpresas que resulta difícil estar al tanto de todo.

Obviamente, después de más de 60 años de un régimen autoritario, y décadas de ser un Estado policial, Egipto está experimentando lo que podrían llamarse “dolores del desarrollo”. Sin embargo, hay que decir que, en las elecciones más democráticas desde 1952, los egipcios eligieron libremente a su líder, Mohamed Morsi, de la Hermandad Musulmana, que obtuvo el 51 por ciento de los votos. La famosa Plaza Tajir, estalló de júbilo cuando se hizo el anuncio. Muchos estaban jubilosos porque había ganado un promotor del islamismo conservador. Otros, no tan entusiastas respecto a esto e incluso preocupados respecto a la agenda de la Hermandad Musulmana, se alegraban no obstante de la verdadera victoria de la revolución.

Uno de los mayores retos ahora mismo está relacionado con la infraestructura básica del país, para no mencionar los problemas económicos. Estos retos han empezado realmente a acumularse. Hay excesiva basura dondequiera, menos seguridad (la fuerza policial es mínima), la electricidad se interrumpe cada vez más, se encuentran menos medicinas en las farmacias, se cree que el trigo está por acabarse, hay escasez de agua embotellada, etc.

Un respetado analista político de aquí describió bien la situación actual de Egipto con estas palabras: “Egipto atraviesa un estado de fluidez revolucionaria”.

Sin embargo, en medio de todo, vemos muchas señales positivas que son decisivas para la salud futura de Egipto, y admitimos que debemos tener una perspectiva a largo plazo. De manera que estamos arraigándonos en Egipto e inmensamente orgullosos de los egipcios.

ENS: ¿Qué significan estos cambios para el país en general, y para los cristianos en particular?

P-GC: Los más preocupados con la victoria de Morsi fueron los cristianos coptos. Sin embargo, la preocupación se basaba en gran medida en el temor a lo desconocido. Lo que nos resulta familiar, incluso si es indeseado, siempre se percibe como más seguro. Comenzaron a propagarse rumores contra Morsi, y él no sólo trató de disiparlos, sino que durante su discurso de la victoria Morsi procuró apaciguar los temores de los coptos. “Nosotros, como egipcios, musulmanes y cristianos…enfrentaremos juntos los conflictos y las conspiraciones que amenazan nuestra unidad nacional… Todos tenemos iguales derechos, y todos tenemos deberes hacia esta patria”. Incluso él ha renunciado oficialmente como miembro de la Hermandad Musulmana luego de su discurso de la victoria. Sin embargo, algunos coptos no están convencidos, y creen por el contrario que el país ha sido objeto de una manipulación, lenta pero segura, [para implantar] un régimen islámico. ¡Egipto es un país de rumores!

Una de las primeras decisiones del presidente Morsi fue invitar a los líderes de todas las denominaciones cristianas al Palacio Presidencial, donde los recibió amistosamente y les garantizó que los cristianos son ciudadanos iguales en Egipto y que es su deber [del presidente] de que todos los ciudadanos disfruten de sus derechos. El presidente también les contó relatos de la historia del islam y de cómo los líderes musulmanes tienen un vivo interés  en garantizar los derechos de la ciudadanía a todos los cristianos de Egipto. El presidente prometió hacer su mayor esfuerzo para garantizar los derechos de los cristianos, especialmente en lo tocante a la construcción de iglesias. Los líderes cristianos salieron de la reunión de 35 minutos muy estimulados.

Y algo muy notable, el presidente Morsi invitó a los líderes de las denominaciones en Egipto a reunirse con él el mes pasado, por segunda vez. Dos veces en menos de dos meses para hablarles y escucharles. Eso no había sucedido en Egipto en los últimos 30 años. El presidente Morsi les garantizó que su fe islámica le exige ser amable y justo con las personas de otras fes. Ellos se fueron de la reunión muy animados y determinados a hacer lo más que pudieran para llegar a ver el Egipto con que todos sueñan.

Donde yo trabajo, en la iglesia episcopal de San Juan, en el sur de El Cairo, las singulares oportunidades para el ministerio han crecido exponencialmente en este “nuevo Egipto”, con mucha más libertad religiosa que antes de la revolución. Pronto celebraremos nuestro Foro Abrahámico del otoño que congrega a cristianos y musulmanes en torno a un tema de importancia para el país. Nuestro orador principal es Jeffrey Fleishman, el jefe del buró de Los Angeles Times en El Cairo, [quien también es] novelista y finalista de un premio Pulitzer. Sin embargo, independientemente de la realidad, cada vez hay más cristianos coptos que desean emigrar. Con demasiada frecuencia persiste este temor intrínseco al “otro”.

ENS: ¿Cuáles son las últimas protestas de El Cairo? ¿Quién protesta y por qué? ¿Son las protestas sólo una respuesta a la película antiislámica o se trata de algo más complejo que eso?

P-GC: Sé de muchos que han seguido en la prensa occidental los disturbios que han estado ocurriendo en Egipto y otras partes del Oriente Medio como resultado de la oprobiosísima película que produjo un egipcio de origen cristiano que viven en EE.UU. y cuyo tráiler de 13 minutos se divulgó en YouTube.

Nosotros estuvimos realmente muy seguros. La mayor parte de los disturbios estuvieron muy localizados, justo en los alrededores de la embajada de EE.UU. en el centro, y aunque empezó con un par de miles de manifestantes, se redujo rápidamente a un grupo pequeño. En algunos otros países, como Libia, Túnez y Yemen, las protestas han terminado con consecuencias más serias. Sin embargo, aquí en Egipto, ha sido hasta la fecha en gran medida una mezcla de diferentes grupos que quieren aprovechar la oportunidad de servir a sus propios intereses, ajustar cuentas y expresar sus frustraciones. En Egipto, los recientes tumultos no han sido provocados en su mayoría por los fundamentalistas islámicos, tal como lo refleja la prensa.

En este sentido, el área de la embajada de EE.UU. cerca de la plaza de Tajir se convirtió en un campo de batalla para gente descontenta, y no sólo como una protesta contra la película. Según el respetado analista político y periodista egipcio Ayman El-Sayyad, “…la gente aprovechó la oportunidad para desahogar su furia”.

En cuanto a quiénes son ese gente, bueno, es un grupo de lo más variopinto, todos con diferentes razones para manifestarse violentamente. El Sayyad lo puso muy bien: “Son…islamitas contra el gobierno de EE.UU.; revolucionarios contra las fuerzas de seguridad [egipcias]; salafitas [una agrupación islámica fundamentalista] contra la Hermandad Musulmana [que es mucho más moderada], y los marginados [es decir, desempleados] contra la realidad en la que viven”.

ENS: ¿Cómo han respondido a las protestas el presidente y otros líderes políticos, dado su compromiso de construir una sociedad más democrática en Egipto?

P-GC: Por suerte, el presidente Morsi, si bien ha condenado la deshonrosa película, también ha condenado enérgicamente la violencia de cualquier índole en las manifestaciones. Esta denuncia pública de la violencia ayudó a disolver un montón de otras posibles protestas violentas.

Tal como lo reportara el New York Times, Khairat El-Shater, el viceconsejero de la Hermandad Musulmana de Egipto, dijo: “Nuestras condolencias al pueblo norteamericano por la pérdida de su embajador y de tres miembros de su personal en Libia”. Él a continuación resaltó que no hace responsable al gobierno de EE.UU. ni a sus ciudadanos por las acciones de “los pocos” que abusan del derecho a la libre expresión, no obstante su rechazo a esta película antiislámica. También condenó “el allanamiento a los terrenos de la embajada de EE.UU.” por los manifestantes egipcios, y describió el actual estado de cosas en Egipto con estas palabras: “Egipto atraviesa por un estado de fluidez revolucionaria, y la ira pública debe tratarse con responsabilidad y con cautela”.

Luego, en breve, estamos a salvo y la gran mayoría de los egipcios sigue siendo en extremo magnánima en todo sentido con los que visitan su país. Si bien la prensa da con frecuencia la impresión contraria, nada podría estar más lejos de la realidad que experimentamos aquí.

ENS: Algunas de las justificaciones para producir esta película en contra del islam se basan en el derecho que hay en Estados Unidos a la libertad de expresión.  ¿Qué pasa en los casos donde la libertad de expresión ofende a millones de personas?

P-GC: Es muy difícil explicar el concepto de la libertad de expresión en un contexto como éste. El punto de partida global es completamente diferente que en la mayoría de las culturas occidentales. En una cultura de la vergüenza, que prevalece en el Oriente Medio, [en la cual] conservar el honor es la máxima prioridad. Las personas de distintas partes del mundo reaccionan de manera diferente, especialmente en lo que respecta a asuntos de fe.

Una cosa interesante es que los cuatro obispos diocesanos episcopales/anglicanos enviaron recientemente una carta conjunta al Secretario General de las Naciones Unidas sugiriendo “que se negocie una declaración internacional que ilegalice el insulto intencional y deliberado o la difamación a personas (tales como los profetas), símbolos, textos y conceptos religiosos considerados sagrados por la gente de fe”. Su motivación al hacer eso es que creen que podría ayudar a evitar la posibilidad de más violencia, entre personas de diferentes ambientes culturales o filosóficos o entre feligreses de diferentes religiones.

Ya crea uno o no que ésta sea la respuesta adecuada, muestra cuán seriamente los lideres de la Iglesia local aquí están tomando todo esto.

[Los cuatro obispos son el Rvdmo. Mouneer Hanna Anis, obispo de Egipto y obispo presidente de la Provincia Episcopal/Anglicana de Jerusalén y el Oriente Medio; el Rvdmo. Michael Owen Lewis, obispo de Chipre y del Golfo; el Rvdmo. Bill Musk, obispo zonal para el Norte de África; y el Rvdmo. Grant LeMarquand, obispo zonal para el Cuerno de África.]

ENS: Usted ha dicho que los que protestan no son sólo fundamentalistas islámicos. Pero en algunos países, las protestas incluyen en gran medida a personas asociadas con agrupaciones extremistas, ¿no lo están ellos, o es una distorsión de la prensa?

P-GC: Para ser muy franco, el contexto de cada país es tan completamente diferente que resulta difícil responder con exactitud. Uno de los retos que encaramos aquí es que Occidente suele ver al “mundo musulmán” como un cuerpo monolítico, casi como si fuera una entidad política y religiosa. Sin embargo, los problemas de un país son diferentes de los de otro país, como son diferentes, por ejemplo, los problemas de EE.UU. de los de Dinamarca, vistos ambos como “países cristianos” en el mundo musulmán.

ENS: ¿Cuán perjudiciales son las inexactitudes reportadas en la prensa?

P-GC: Ante todo, no estoy seguro de que los medios de prensa occidentales estén distorsionando intencionalmente la situación. Lo más probable es que haya una falta general de comprensión a fin de presentar las noticias dentro del contexto correcto, y también que la naturaleza misma de los medios de comunicaciones se concentra en reportar la controversia, lo cual con frecuencia magnifica desproporcionadamente lo que ocurre. Como resultado, el daño hecho es que, basándose en la desinformación, se tiende a reforzar los estereotipos negativos de las personas en esta región.

ENS: ¿Qué debe aprender el mundo a partir de esta serie de sucesos?

P-GC: Yo creo que todo esto es un convincente recordatorio de cuan importante es para todas las personas (incluidos los de los medios de prensa) de ser responsables y ejercer autocontrol al expresar o promover opiniones insultantes o malévolas con respecto a la religión. En cambio, debemos concentrarnos en hacer la paz con todos los pueblos.