La Iglesia Episcopal crea un fondo para los soñadores

Por Araceli Ma
Posted Jul 12, 2012

[Episcopal News Service – Indianápolis]  Este fue un gran día para los jóvenes episcopales, la resolución D067 conocida como la “Resolución para los Soñadores”, fue aprobada por ambas cámaras. Esta resolución insta a las diócesis a investigar y solicitar recursos de fuentes  privadas para crear  un fondo para los jóvenes indocumentados que no pueden pagar sus estudios superiores y a que luego inviten a los jóvenes adultos de sus diócesis y provincias a postular por estas becas.

Esta Resolución fue presentada  por Ariana González-Bonillas, (16) de la Diócesis de Arizona, Miembro de la presencia oficial de los Jóvenes, quien  trabajó con el Rev. Watkins LeeAnne de la Diócesis de Minnesota.

González-Bonillas apoyó su resolución ante el comité de Asuntos Nacionales e Internacionales y ante la cámara de Diputados en la 77ª  Convención General con un testimonio personal:  “Mi padre  fue un inmigrante indocumentado, nació en la ciudad de México en una familia pobre, su familia se mudo a California, en la secundaria el considero ingresar al ejercito de los estados unidos para ganar la residencia y eventualmente la ciudadanía, en el 1996 el Presidente Reagan firmó la Ley de Reforma de Inmigración y Control lo cual permitió que él y mi familia nos convirtiéramos en inmigrantes legales; eso permitió que mi padre postule e ingrese al Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, Massachusetts Institute of Technology). Ellos se casaron por la iglesia episcopal y él tuvo su ciudadanía justo antes de que yo naciera, me bautizaron en la iglesia episcopal cuando yo tenía 6 meses. Gracias a la amnistía que permitió a mi padre tener estudios superiores, estoy parada aquí para ayudar a mis hermanos/as episcopales que no tienen documentos y que no pueden acceder a estudios superiores por el costo y que no tienen acceso al financiamiento y tienen que hacer tres trabajos bajo la mesa en vez de estar estudiando, por eso apoyo esta resolución”.

Nora Viñas, de la Diócesis del Sur Este de la Florida dio su testimonio a favor, en el mismo comité: “Mi mejor amiga y su familia se mudó a los Estados Unidos en agosto de 2001, todas vinieron con visas que durarían hasta seis meses y sus padres, tenían todas las intenciones de iniciar el proceso de inmigración.  Sin embargo, un mes después de su llegada, sucedió el  9/11 y el cambio de leyes anti-migratorias cerraron el camino legal para que ella y su familia obtengan sus documentos. Han pasado 11 años desde que ellos no han regresado a su país, once años de penurias, lucha y sacrificio, y todo porque sus padres soñaban con una mejor educación para su hija. Mi amiga dejó de soñar con ir a la universidad después de que se gradúe de la secundaria (…) Hay millones de jóvenes como ella, que han dado su vida a Cristo y se dedicaron a la iglesia. Ellos merecen que la gente crea en ellos. Ellos merecen el apoyo de la iglesia para que alcanzar sus sueños y sobresalir en el país de las oportunidades. Ellos merecen un cambio”.

El último el testimonio escuchado en la cámara de los Diputados fue a favor y dado por Darling Gabriel de la Presencia Oficial de Jóvenes de la República Dominicana “Pienso que si nuestra iglesia tiene la oportunidad de ayudar a estos jóvenes que desean superarse debe de hacerlo,  ya que de esta manera la iglesia estará construyendo nuestra sociedad y contribuyendo a evitar los delitos y malas actitudes de jóvenes de hoy en día”.

En la Cámara de Diputados se manifestó en contra de esta resolución Elizabeth Strickland, diputada de la diócesis de Albany, diciendo: “Entiendo que indocumentados  son los que no tienen estatus legal en este país, a mi me gustaría que los fondos de la Iglesia Episcopal vayan a los jóvenes que son legales en este país”.

— Araceli Ma es miembro del equipo del Servicio de Prensa Episcopal en la Convención General.