“Decir que estoy hecho a imagen de Dios es decir que el amor es la razón de mi existencia, porque Dios es amor. El amor es mi verdadera identidad. El altruismo es mi verdadero yo. El amor es mi verdadero carácter: el amor es mi nombre. " 

Thomas Merton vivió como monje contemplativo, estudiando, escribiendo y orando. Podría ser impaciente, revoltoso, encantador, engañoso y podría experimentar tanto dolor como amor. En otras palabras, era completamente humano. Fue en la vulnerabilidad de esa humanidad desordenada donde más sintió la gracia de Dios. ¿Cómo hacemos esa misma conexión y sentimos el amor de Dios por nosotros? ¿Cómo encajan el amor terrenal y espiritual? Consideraremos estas preguntas leyendo, escribiendo un diario y explorando imágenes de nosotros mismos en las que nos vemos y nos sentimos amados, utilizando el trabajo de Merton como una lente de gracia a través de la cual accedemos al amor por nosotros mismos, por los demás y por el mundo.

Dirigido por Sophfronia Scott.