Declaración de un primate canadiense sobre el descubrimiento de una fosa común en una escuela residencial

Publicado en junio 2, 2021

[Iglesia Anglicana de Canadá] La semana pasada, el jefe de la Primera Nación Tk'emlúps te Secwépemc reveló la noticia del descubrimiento de los cuerpos de 215 niños en el sitio de un cementerio sin marcar en una antigua escuela residencial cerca de Kamloops, Columbia Británica. Las identidades de los niños se desconocen en este momento. El dolor de familias y comunidades desatado por esta noticia es desgarrador y profundo.

Durante mucho tiempo se han contado historias en las comunidades indígenas de niños que desaparecieron o nunca regresaron de la escuela residencial y cuyos padres nunca fueron informados de lo sucedido ni se les dio la oportunidad de recibir sus cuerpos para una ceremonia comunitaria. Ya sea que las muertes se debieron a enfermedades, abusos o negligencia, la falta de dignidad ofrecida a estos niños por un entierro anónimo lejos de su familia o comunidad es trágica e inaceptable.

Lloramos por todos aquellos cuyos hijos nunca regresaron a casa.

La Iglesia Anglicana de Canadá comparte el doloroso legado de las escuelas residenciales. Seguimos comprometidos con el largo y difícil camino de la reconciliación, incluidas las disculpas por nuestra parte en las escuelas residenciales (1993) y por el devastador daño espiritual causado (2019) y el trabajo continuo hacia la reconciliación y el apoyo para la curación de traumas personales e intergeneracionales.

Sabemos que hay sitios en las escuelas residenciales anglicanas donde algunas tumbas no están marcadas o donde los registros están incompletos. Estamos comprometidos a trabajar con las comunidades indígenas para ayudar a recuperar cualquier información disponible y unirnos en la promoción de búsquedas en el suelo de esos lugares de enterramiento.

En el corazón de nuestra fe está la vida de Jesús, quien dijo: 'Dejad que los niños vengan a mí; no los detengas; porque a tales como éstos pertenece el reino de Dios. De cierto os digo que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará jamás en él. Y él los tomó en sus brazos, les impuso las manos y los bendijo. (Marcos 10: 14b-16) El descuido de la dignidad de los niños, a quienes Jesús acogió y protegió, exige el arrepentimiento en acción.

Nosotros, como anglicanos, nos comprometemos a trabajar con las comunidades indígenas, los líderes y los ancianos para sanar este legado y honrar las vidas de los niños que nunca regresaron a casa.

+ Linda Nicholls

La Reverenda Linda Nicholls
Arzobispo y primate


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