Curry y Jennings encabezan el informe amistoso al Tribunal Supremo sobre el uso de baños por transexuales.

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Mar 2, 2017

[Episcopal News Service] El Obispo primado Michael Curry y la presidente de la Cámara de Diputados Rda. Gay Clark Jennings son los principales signatarios de un informe de mediación amistoso que presentaron el 2 de marzo 1.800 clérigos y líderes religiosos en el Tribunal Supremo de EE.UU. en un caso que afecta las normas del uso de lavatorios para personas transexuales.

El obispo primado Michael Curry y la presidente de la Cámara de Diputados, Rda. Gay Clark Jennings, que aparecen aquí en la reunión del Consejo Ejecutivo de octubre de 2016, dicen que afirmaron su decisión de encabezar el informe amistoso al Tribunal Supremo de EE.UU. en la concepción teológica de que todas las personas fueron creadas iguales a imagen de Dios y por consiguiente tienen derecho a disfrutar de igual protección bajo la ley. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

El “informe amistoso” se produjo en el caso de G.G. vs. la Junta de Educación del Condado de Gloucester , que la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por su sigla en inglés) y su capítulo de Virginia presentaron en nombre de Gavin Grimm y de su madre, Deirdre Grimm, en junio de 2015.

Los firmantes afirman ante alto tribunal a que la capacidad de vivir en un país que garantice igualdad para los transexuales es un asunto de libertad religiosa. Expresaron que sus comunidades de fe han abordado los asuntos relacionados con la identidad sexual de modos diferentes, pero que “estamos unidos en creer que la dignidad humana fundamental compartida por todas las personas exige que tratemos a estudiantes transexuales como el demandado Gavin Grimm, de manera congruente con su identidad sexual”.

Los firmantes instaron al tribunal a abordar los derechos civiles de las personas transexuales según principios constitucionales religiosamente neutrales de igual protección con arreglo a la ley. Haciendo así, expresaron ellos, “no menoscabará ninguna creencia, doctrina o práctica religiosa” y por el contrario será fiel a la prohibición de la Constitución de favorecer un punto de vista religioso en detrimento de cualesquier otros.

Curry basó su respaldo al informe en Génesis 1:26-27, que declara que toda persona humana es creada a imagen y semejanza de Dios.

“Este divino decreto proclama la inherente sacralidad, dignidad, valía e igualdad de toda persona humana, por virtud de su creación imago Dei,” dijo él. “El camino de amar a Dios y a nuestro prójimo que Jesús enseñó es la vía de honrar la sacralidad, la dignidad, la valía y la igualdad de cada persona. Por esta razón, trabajamos por la igualdad y la dignidad de las personas transexuales que, como el resto de nosotros, son creadas a imagen y semejanza de Dios”.

Jennings expresó que Jesús le dijo a sus seguidores que amaran a Dios y a su prójimo como a ellos mismos. “Y él nos dice que no temamos. La Iglesia Episcopal afirma la victoria del amor sobre el temor apoyando las leyes locales, estatales y federales que prohíben la discriminación en base a identidad sexual o expresión de género”, dijo ella.

Ese apoyo se remonta por lo menos a la reunión de la Convención General de 2009, cuando los obispos y diputados aprobaron la Resolución D012 que se opone a las leyes que discriminan a personas en base a su identidad sexual.  Fue en ese sentido que el Consejo Ejecutivo de la Iglesia dijo en junio de 2016 que se opone a la “Ley de Privacidad y Seguridad de Instalaciones Públicas” así como a “todas legislación, retórica y normativa que  se arraiga en el argumento, basado en el temor, de que proteger los derechos civiles de las personas transexuales  n la forma de igual acceso a las instalaciones públicas pone en peligro a otros grupos”.

Jennings hizo notar que la última clausula de la resolución del Consejo (AN014 en la página 8 aquí) alienta a los episcopales a oponerse activamente a la legislación que discrimina a las personas transexuales y [a manifestarse] en pro de una legislación que evite tal discriminación, y a darle a conocer la posición de la Iglesia a los tribunales, a los legisladores y a otras personas a través de Estados Unidos.

“Para nosotros dos firmar este informe amistoso no es un salto en absoluto”, dijo Jennings. “Ya hemos dicho como Iglesia lo que hacemos”.

El resumen del caso

El caso cobró forma en 2014 después que Grimm y su madre le hicieron saber a los administradores de la escuela su [recién adquirida] identidad masculina al comienzo de su segundo año de secundaria. Con su permiso [de los administradores] él estuvo usando el baño de los varones durante dos meses sin que se produjera ningún incidente, según la denuncia original. Sin embargo, algunos padres y otros residentes del condado de Gloucester pusieron objeciones, dando lugar a que la junta de educación adoptara una norma en la cual limitaba el uso del baño de los estudiantes al “género biológico correspondiente” o “a la alternativa de una adecuada instalación privada”.

La querella decía que la norma estigmatizaba a Grimm, que tiene ahora 18 años y que se gradúa este curso. Él es el único estudiante de la escuela secundaria que usa el baño privado y esta práctica lo señala como diferente y lo expone a un “grave perjuicio psicológico” según dice la demanda.

La demanda legal arguye que la norma respecto al baño es inconstitucional en conformidad con la 14ª. Enmienda, la cual garantiza igual protección bajo la ley, y viola el Título IX de las Enmiendas de Educación de EE.UU. de 1972, una ley federal que prohíbe la discriminación sexual en las escuelas.

Abogados de la ACLU habían solicitado al tribunal estatal de distrito un requerimiento preliminar a tiempo de que Gavin pudiera usar el mismo baño que los otros niños cuando se reanudaran las clases para el curso escolar 2015-2016. El tribunal distrital negó la solicitud y desestimó la petición en base al Título IX. El Tribunal federal de Apelaciones del Cuarto Circuito anuló el dictamen del tribunal inferior en agosto.

La Junta de Educación del Condado de Gloucester solicitó [y su solicitud fue atendida] que el Tribunal Supremo de EE.UU. revisara el veredicto del Cuarto Circuito, el cual está actualmente suspendido pendiente del dictamen del tribunal superior.

El caso se complicó el 22 de febrero cuando el presidente Donald Trump revocó la interpretación del gobierno de Obama de que el Título IX exigía que las escuelas “trataran a los estudiantes transexuales de manera consecuente con su identidad sexual”. Al día siguiente el Tribunal Supremo le preguntó a las partes principales sus puntos de vista respecto a cómo debía procederse con el caso. El Tribunal de Apelaciones del Cuarto Circuito dependió en gran medida de esa orientación para su dictamen.

El 1 de marzo, los abogados de Grimm instaron a los magistrados a proceder conforme al calendario actual que ha fijado el juicio oral para el 28 de los corrientes. La junta de educación sugirió aplazar el caso al menos hasta abril para permitir que el gobierno federal interviniera, reportó COTUSblog .

Libertad religiosa para todos

La libertad religiosa es una preocupación principal en  el informe amistoso al Tribunal Supremo. El permitir tipificaciones legales antitransexuales con un fundamento religioso consagraría creencias religiosas en el derecho del país e implícitamente favorecería puntos de vista religiosos que rechazan la existencia de personas transexuales por encima de los que abrazan la existencia y dignidad de tales personas, dijeron los signatarios del documento.

“La 1ª. Enmienda [a la Constitución] prohíbe cualquier forma de favoritismo religioso”, expresaron ellos.

“En este caso se trata de un estudiante de una escuela pública, que sucede que es un varón transexual que no tiene más interés que usar las mismas instalaciones sanitarias que cualquier otro varón de su escuela”, dijeron ellos en la conclusión del informe amistoso. “Obligarle, por el contrario, a usar estigmatizantes instalaciones separadas lo humilla sin ninguna otra razón aparente que la de complacer puntos de vista religiosos que niegan la existencia de su identidad sexual”.

Los firmantes dijeron que causarle a Grimm tal perjuicio es inconsecuente con su creencia “como materia de derecho, de fe religiosa y de decencia fundamental, de que los estudiantes transexuales deben ser tratados con igual dignidad y respeto”.

Jennings dijo que oponerse a los argumentos de libertad religiosa era el interés principal de ella y del Obispo Primado al unirse al informe amistoso. “Nos oponemos a toda legislación que busque negar la dignidad otorgada por Dios, la igualdad legal y los derechos civiles de las personas transexuales”, expresó ella. “Apoyamos la igualdad de los transexuales, no a pesar de nuestra fe cristiana, sino debido a ella”.

Jennings dijo que el informe amistoso expresa muy claramente que la libertad religiosa pertenece a todos los estadounidenses, no sólo a la teología de un grupo.

Curry y Jennings han actuado siguiendo una admonición anterior del Consejo Ejecutivo de confrontar leyes discriminatorias. Poco después de que el consejo se pronunciara en junio, Curry y Jennings le escribieron a la Iglesia Episcopal explicándole su oposición al proyecto de ley de Carolina del Norte y diciendo que le habían escrito al gobernador del estado y a miembros de la Asamblea General del mismo,  pidiéndoles que rechazaran el proyecto de ley.

El mes pasado, le escribieron al presidente de la Cámara de Representantes de Texas para encomiar su oposición a una “ley de baños” en ese estado.

Esta es la segunda vez en dos años que Jennings ha tomado la iniciativa en presentar un informe amistoso al Tribunal Supremo. En abril de 2015, ella fue una primera signataria en un informe amistoso que firmaron  2.000 individuos, líderes religiosos laicos y ordenados en el caso del Tribunal Supremo sobre matrimonio entre personas del mismo sexo conocido como Obergefell vs. Hodges y casos consolidados.

Más información acerca de la demanda de la Junta de Educación del Condado de Gloucester, incluidos los documentos jurídicos, se encuentran aquí.

– La Rda.  Mary Frances Schjonberg es redactora principal y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.


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