“Doy gracias a Dios porque después de años de soportar una retórica política dura y un trato deshumanizador, los inmigrantes sin estatus legal en este país ahora tienen la esperanza de un día mejor. Ya es hora de que nuestra nación brinde estatus legal y un camino hacia la ciudadanía para aquellos que trabajan duro en nuestros campos, cuidan a nuestros niños y ancianos, limpian nuestros hogares y lugares de trabajo y apoyan a nuestro gobierno a través de sus impuestos. Es un imperativo moral que demos a los niños traídos a los Estados Unidos a una edad temprana oportunidades de educación y servicio aquí, en el país que consideran su hogar ”. Aplaudo tanto al grupo bipartidista de senadores que han propuesto un marco para la reforma migratoria como Al presidente Obama por su liderazgo al presentarnos este tema. Su insistencia en que a un ciudadano estadounidense o residente permanente se le permita solicitar una visa para una pareja del mismo sexo es una mejora necesaria en la propuesta de los senadores. La legislación debe aclararse y perfeccionarse, y nosotros, como personas de fe, seguiremos su progreso con diligencia. Pero hemos llegado a un excelente punto de partida, y estoy especialmente agradecido a la amplia coalición de votantes que representan la maravillosa diversidad de nuestro país que, en una elección, cambiaron los términos de este importante debate. El futuro de nuestro país ha hablado y nuestros líderes electos no pueden interponerse en el camino ".