[Revista Anglicana (Iglesia Anglicana de Canadá)] Un par de capellanes de hospitales anglicanos y luteranos dicen que la pandemia ha significado un “nuevo mundo” de agotamiento para ellos, pero también un trabajo que da vida y que ha trascendido los límites convencionales de denominación y fe.

La reverenda Tracey Stagg es diácona vocacional anglicana y practicante de salud espiritual para los Servicios de Salud de Alberta en el Centro Regional de Salud Red Deer. El reverendo Dwight Biggs es un ministro luterano y líder de atención espiritual en el Royal Victoria Regional Health Center en Barrie, Ontario. Ambos informan sentirse agotados por sus pesadas cargas de trabajo durante la pandemia, lo que, según dicen, provocó un aumento masivo en la demanda del tipo de ayuda que brindan.

“Todos hemos saltado a un nuevo mundo”, dice Stagg. “Hay mucho dolor. Hay mucha ira. Hay mucha frustración”.

La mayor necesidad de atención espiritual se ha visto exacerbada, dicen, por dificultades como la ausencia de voluntarios para apoyarlos cuando se imponen mayores restricciones a los hospitales.

“Algunos días no estoy seguro de poder hacer un día más”, dice Stagg.

Lea la historia completa aquí.