[Anglican Journal] La pandemia ha asestado un golpe masivo al patrocinio de refugiados en Canadá, pero hay algunas esperanzas de que las cosas se vuelvan más fáciles pronto tanto para aquellos que esperan hacer de Canadá su hogar como para aquellos que los ayudan a llegar aquí, dicen algunos trabajadores anglicanos de asistencia a refugiados.

Tony David, coordinador de patrocinio de refugiados de la Diócesis de Columbia Británica, dice que tratar de patrocinar refugiados en la época del COVID-19 ha significado una "montaña rusa" de desafíos.

La pandemia ha impuesto muchas limitaciones prácticas a la capacidad de las iglesias para patrocinar, dice. Las iglesias cerradas significan menos donaciones, y los eventos en los que las congregaciones solían confiar para recaudar dinero (cenas en la iglesia, picnics y ventas de garaje) se han vuelto casi imposibles con el COVID-19. Mientras tanto, el Programa de Recomendación de Oficina Mixta de Visas del gobierno federal (BVOR), con el que los patrocinadores privados (congregaciones de iglesias, por ejemplo) solían asociarse para compartir costos, se ha detenido desde el comienzo de la pandemia. Antes de marzo de 2020, BVOR proporcionó aproximadamente el 40% de los costos de liquidación en estas asociaciones; ahora los patrocinadores privados han tenido que recaudar todo el dinero ellos mismos.

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