Tres obispos proponen una solución para el acceso pleno a los ritos matrimoniales de parejas del mismo sexo

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Jul 2, 2018

“Medios litúrgicos 1: Te bendeciré y serás una bendición”, fue uno de los ritos que la Convención General autorizó en 2015 para uso experimental. Foto de Church Publishing Inc.

[Episcopal News Service] Tres obispos han propuesto una resolución sobre el matrimonio [de parejas] del mismo sexo que “busca garantizar que todo el pueblo de Dios tenga acceso a todas las liturgias matrimoniales de la Iglesia, independientemente de la diócesis, si bien respetando la dirección pastoral y la conciencia del obispo local”.

Lawrence Provenzano, obispo de Long Island; Dorsey McConnell, obispo de  Pittsburgh  y Nicholas Knisely , obispo de Rhode Island dijeron en un comunicado de prensa en las últimas horas del 28 de junio que su Resolución B012 es “un intento de hacer avanzar la Iglesia en una atmósfera de respeto mutuo, reconciliación y el amor de Jesucristo”.

La resolución sigue autorizando los dos ritos matrimoniales de uso experimental aprobados por la reunión de la Convención General en 2015 sin límite de tiempo y sin procurar una revisión del Libro de Oración Común de 1979.

“Dado nuestro particular momento en la historia, esta resolución ofrece una manera de progresar para toda la Iglesia sin la posible interrupción de un ministerio que podría provocar la propuesta revisión del Libro de Oración Común”, dijeron los tres obispos.

La Resolución B012 propone que en todas las diócesis se facilite el acceso a las liturgias, sin que requiera el permiso del obispo diocesano. En lugar de eso, las congregaciones que quieran usar los ritos, pero cuyos obispos  hayan rehusado la autorización, pueden solicitar y recibirán una Supervisión Pastoral Episcopal Delegada (DEPO) de otro obispo de la Iglesia que facilitaría el acceso a las liturgias. La DEPO es un mecanismo concebido por la Cámara de Obispos hace 14 años para congregaciones que discrepen con sus obispos diocesanos en materia de sexualidad humana y otros asuntos teológicos.

El acceso a los sitos ha sido un punto de fricción desde el comienzo en un pequeño número de diócesis.

La Convención General en 2015 autorizó los dos ritos matrimoniales para uso experimental (Resolución A054) tanto para parejas del mismo sexo como de sexos opuestos. Los obispos y los diputados también hicieron la definición canónica (mediante la Resolución A036) del género neutro del matrimonio.

El Equipo de Trabajo para el Estudio del Matrimonio dijo en su Informe del Libro Azul haber encontrado una amplia aceptación del rito a través de la Iglesia, excepto que ocho obispos diocesanos, de las 101 diócesis nacionales, no habían autorizado su uso.

El equipo de trabajo propone (por vía de la Resolución A085) que la Convención exija a todos los obispos con jurisdicción que “tomen medidas para que todas las parejas que soliciten casarse en esta Iglesia tengan un acceso razonable y conveniente a estos ritos experimentales”. La Convención también tendrá que decir que los obispos “continuarán la labor de dirigir a la Iglesia en una participación integral con estos materiales  y seguirán proporcionando una generosa respuesta pastoral que cubra las necesidades de los miembros de esta Iglesia”.

Los episcopales que apoyan ese empeño han estado activos antes de la Convención. Demandando la bendición [Claiming the Blessing], [organización] que se creó en 2002 para abogar por la “plena inclusión de todos los bautizados en todos los sacramentos de la Iglesia”, según aparece en su cibersitio, ha publicado un texto de promoción o apoyo. Algunos episcopales de la Diócesis de Dallas han creado una página web llamada Querida Convención General [Dear General Convention] que incluye vídeos y testimonios escritos acerca de personas que no pueden casarse en esa diócesis.

La  Resolución A085 del equipo de trabajo también pide la adición de las liturgias de uso experimental al Libro de Oración Común. Y propone cambios a otros ritos matrimoniales, así como a prefacios y secciones del Catecismo del libro de oración para adoptar un lenguaje de género neutro.

La Iglesia Episcopal incluye 10 diócesis en jurisdicciones civiles fuera de Estados Unidos que no permiten el matrimonio de parejas del mismo sexo. Puesto que los Cánones de la Iglesia exigen acatamiento tanto a los requisitos civiles como canónicos para el matrimonio, la Convención de 2015 no autorizó el uso de liturgias experimentales en esas diócesis.

Cinco obispos diocesanos y uno jubilado de la IX Provincia, en representación de las diócesis de Ecuador Litoral, Ecuador Central, República Dominicana, Venezuela y Honduras le han advertido al equipo de trabajo que si la Convención adopta cambios acerca del matrimonio que los obligaran “a la aceptación de prácticas sociales y culturales que no tienen base bíblica ni aceptación en la adoración cristiana”, esos cambios estarían “ahondando mucho más la brecha, la división, y la Novena Provincia tendrá que aprender a caminar sola”. Los obispos de Colombia y Puerto Rico no firmaron la declaración.

Para abordar sus preocupaciones, la Resolución B012 también pide la creación de un Equipo de Trabajo sobre la Comunión frente a la Diferencia, “encargado de encontrar una senda duradera para todos los episcopales en una sola Iglesia, sin retroceder a la clara decisión de la Convención de extender el matrimonio a todas las parejas, y su firme compromiso de proporcionarles acceso a todas las parejas que buscan casarse en esta Iglesia”, dice el comunicado de prensa de los tres obispos. El equipo de trabajo buscará una vía coherente con la normativa de la Iglesia y la declaración de la Cámara de Obispos ““Comunión frente a la Diferencia” en 2015, que dio lugar a que varios obispos objetaran las decisiones de la Convención sobre el matrimonio.

Siete obispos, cinco de los cuales rehusaron autorizar los ritos y dos de los cinco que firmaron la declaración de la IX Provincia, dijeron el 28 de junio que acatarían la Resolución B012 si era aprobada.

“De aprobarse la propuesta que tenemos ante nosotros, confiaríamos en caridad las congregaciones que no lean la Sagrada Escritura de esta manera al cuidado de otros obispos en la Iglesia Episcopal con quienes nos mantenemos unidos en el bautismo”, escribieron. “Si bien no podemos respaldar todos los aspectos de esta propuesta, agradeceríamos si nos ayuda a seguir contendiendo unos con otros por la verdad [y] en amor dentro de un solo cuerpo”.

ProvenzanoMcConnell y Knisely encomiaron esa promesa. Dijeron, además, “puesto que los Cánones de la Iglesia dicen que la Convención General puede fijar normas y condiciones para ritos de uso experimental, las normas y condiciones que se especifican en esta resolución tienen por extensión fuerza canónica. Todos los obispos están obligados a aceptar esas normas y condiciones, conforme al derecho canónico. Creemos que ellos las defenderán si las impugnan”.

Los obispos proponentes afirman en su comunicado de prensa que su propuesta “les permite a los conservadores florecer dentro de las estructuras de la Iglesia Episcopal, pero no a expensas de congregaciones progresistas en diócesis conservadoras. Si bien a primera vista puede sonar innecesariamente complejo, es una ‘vía intermedia’que les da sitio a todos en una misma Iglesia”.

– La Rda. Mary Frances Schjonberg es redactora principal y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.


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