Episcopales instan a proteger el refugio del Ártico en tanto el Congreso se inclina a autorizar la perforación de hidrocarburos

Por David Paulsen
Posted Oct 24, 2017

Una manada de caribúes de Grant en la zona 1002 de la planicie costera del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, con las montañas de la Cordillera de Brooks vistas a la distancia hacia el sur. Foto del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos.

[Episcopal News Service] Los episcopales se están movilizando contra la perforación petrolífera en el Refugio Nacional de la Vida Silvestre en el Ártico, o ANWR por su sigla en inglés, mientras el Senado de EE.UU. da los primeros pasos para abrir parte del refugio en Alaska a la exploración energética.

Los avances en el Senado se producen exactamente un mes después que la Cámara de Obispos de la Iglesia Episcopal expresara un renovado interés en el asunto en su reunión de otoño, la cual tuvo lugar en Fairbanks, Alaska. Los obispos enviaron una carta pastoral a la Iglesia en la que instaban a la movilización en lo concerniente a justicia medioambiental y racial.

“Los que viven más cerca de la tierra y dependen de la salud de este ecosistema se ven marginados por las fuerzas de la valoración del mercado”, dijo el 20 de octubre Mark Lattime, obispo de la Diócesis de Alaska, en un comunicado enviado por email a Episcopal News Service. “Me enorgullezco de la Iglesia Episcopal por su firme compromiso en defensa del pueblo guinche, la preservación del ANWR para las futuras generaciones y la salud del planeta”.

Los guinches, mayoritariamente episcopales debido a la temprana labor misionera de la Iglesia en la región, son una de las comunidades nativas más grandes de Alaska. Los que viven en pequeñas aldeas del Interior alasqueño aún siguen muchos de los estilos de vida tradicionales de subsistencia que sus familias han practicado durante miles de años, aunque ese estilo de vida enfrenta ahora amenazas medioambientales, culturales y económicas.

El destino del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico adquirió importancia durante el tiempo que los obispos estuvieron en Alaska a fines de septiembre, al enterarse de que los guinches intentaban proteger la parte del refugio que sirve como un principal territorio reproductivo del caribú y es considerado sagrado por los nativos alasqueños. El caribú, al que solamente cazan después que las manadas emigran al sur, constituye una parte esencial de la dieta de los nativos de las aldeas.

“La gente en verdad tuvo la sabiduría de reservas algunas zonas de manera que no fueran abiertas al desarrollo, y son realmente esenciales para las futuras generaciones”, le dijo a los obispos, en una de sus sesiones, Princess Johnson, activista guinche y episcopal.

Ninguna perforación ha sido aprobada todavía, pero el 19 de octubre, el Comité de Energía y Recursos Naturales, presidido por la senadora Lisa Murkowski, preservó una medida en el presupuesto auspiciado por los republicanos que le pide al comité que encuentre $1.000 millones en réditos mediante arrendamientos federales. Esa medida no menciona la perforación en Alaska, aunque el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico es su objetivo más probable.

“Es la mejor opción y está sobre la mesa”, dijo Murkowski, republicana, según un informe del Washington Post.  “Se trata de empleos y de creación de empleos. Se trata de riqueza y de creación de riqueza”.

Lattime, en su declaración a ENS, reconoció los beneficios económicos de la perforación de hidrocarburos, pero el “verdadero costo de estos beneficios” —para los guinches y para el medio ambiente— “nunca se ha medido con exactitud”.

“Somos llamados por nuestro bautismo a luchar por la justicia y la paz entre todos los pueblos y a respetar la dignidad de todo ser humano”, prosiguió él. “El valor del ecosistema del ANWR y del pueblo guinche es inmensurable, y nosotros tenemos una obligación de mayordomía moral de reconocer este valor y de preservarlo”.

La Iglesia Episcopal hace mucho tiempo que se ha opuesto a la perforación [energética] en el refugio, como lo declaró en una resolución de la Convención General en 1991. Una resolución de 2012 detalló además el apoyo de la Iglesia a “las comunidades que llevan el mayor peso del cambio climático global: pueblos indígenas, comunidades de subsistencia, comunidades de color y personas menesterosas de todo el mundo” y para “comunidades limítrofes” “las que sufre, dijeron los obispos en la carta, en el cuerpo y el espíritu su proximidad a la extracción y procesamiento de combustibles fósiles”.

La carta de los obispos a la Iglesia del 26 de septiembre instaba a los episcopales a unirse a ellos a “escuchar en oración” los problemas de justicia medioambiental y racial al tiempo que identificaban el destino del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico como un objetivo principal.

“Dios nos llama a escucharnos los unos a los otros con creciente atención. Sólo con oídos destapados y ojos abiertos nuestras vidas y corazones cambiarán”, expresaron los obispos en la carta. “Es mediante el amor reconciliador de Dios en Jesús y el poder del Espíritu Santo que nosotros y la tierra misma seremos sanados”.

La Oficina de Relaciones Gubernamentales de la Iglesia Episcopal ha intensificado su defensa del refugio del Ártico en tanto los legisladores han renovado la posibilidad de que se realicen perforaciones de hidrocarburos en sus 763.000 hectáreas, lo cual sólo el Congreso puede aprobar.

“Esta tierra sagrada está amenazada”, dijo la Oficina de Relaciones Gubernamentales en un aviso de alerta publicado en su red el 27 de septiembre en el que le pedía a los episcopales que se pusieran en contacto con sus representantes. “La Iglesia Episcopal ha estado durante mucho tiempo de parte de los guinches, defendiendo su derecho a existir y a alimentarse. En tanto los obispos de la Iglesia nos llaman a la oración, el aprendizaje y la reconciliación, también debemos actuar”.

Los grupos de conservación ambiental también se están movilizando esta semana y pidiéndoles a los defensores del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico que asistan a uno de una serie de eventos del “día de la acción”, a partir del 23 de octubre en Staten Island, Nueva York. La manifestación de un día nacional de acción está programada para el 24 de octubre en Washington, D.C., dirigida por el Comité Directivo Guinche.

– David Paulsen es redactor y reportero de Episcopal News Service. Pueden dirigirse a él a dpaulsen@episcopalchurch.org. Traducción de Vicente Echerri.