Iglesias episcopales de EE.UU. y Filipinas establecen concordato

Por Lynette Wilson
Posted Mar 1, 2017

El obispo primado Michael Curry habla ante una nutrida audiencia en la Universidad de Asia La Trinidad durante su discurso centrado en el Movimiento de Jesús. Foto de Lynette Wilson/ENS.

[Episcopal News Service – Manila, Filipinas] Cuando el obispo primado Michael Curry y el obispo principal Renato Abibico firmaron recientemente un concordato lo hicieron como iguales.

Compañeras de pacto durante mucho tiempo, la Iglesia Episcopal y la Iglesia Episcopal en las Filipinas suscribieron un nuevo compromiso para continuar en asociación y aprender mutuamente en las áreas de programa, misión y ministerio.

“El concordato está deliberadamente concebido como un convenio entre dos socios iguales en el evangelio”, dijo Curry, en una entrevista con Episcopal News Service, luego de la firma del documento.

El obispo principal de la Iglesia Episcopal en las Filipinas Renato Abibico, y el obispo primado de la Iglesia Episcopal Michael Curry firmaron el concordato el 18 de febrero durante una eucaristía en la catedral de Santa María y San Juan en la ciudad de Quezón, Filipinas. Foto de Lynette Wilson/ENS.

Los obispos firmaron el concordato, basado en la amistad, la cooperación y el respeto mutuo, durante un oficio eucarístico el 18 de febrero en la catedral de Santa María y San Juan en la ciudad de Quezón, parte del área metropolitana de Manila. Los clérigos viajaron en algunos casos más de 12 horas para ser testigos de la firma del documento histórico. Filipinas fue la primera de las cuatro escalas del Obispo Primado en su viaje al Asia Sudoriental y a China (que incluyó Hong Kong, China continental y Taiwán). El concordato nos compromete enteramente”, dijo Renato, luego de la firma del concordato. “No es un simple documento”.

El acuerdo de compañeros, como se define en el concordato, tuvo un proceso de seis años, comentó Peter Ng, funcionario de la Iglesia Episcopal para Asia y el Pacífico, actualmente jubilado, que acompañó a Curry en su visita, junto con el Rdo. Charles Robertson, canónigo del Obispo Primado para el ministerio fuera de la Iglesia Episcopal; el Rdo. David Copley, director de Asociaciones Globales y Personal en Misión; Neva Rae Fox, encargada de Relaciones Públicas de la Iglesia, y Sharon Jones, asistenta ejecutiva del Obispo Primado.

La Iglesia Episcopal estableció un distrito misionero en Filipinas en 1901, cuando Estados Unidos controlaba el archipiélago. En 1965, la Iglesia se convirtió en una diócesis misionera;  en 1990, la Iglesia Episcopal de las Filipinas se convirtió en una provincia autónoma de la Comunión Anglicana. En el momento de la autonomía, las dos iglesias establecieron una relación de pacto, por la cual la Iglesia de Estados Unidos seguía proporcionándole a la Iglesia de Filipinas el 60 por ciento de su presupuesto operativo.

Durante una visita a la sede central de la Iglesia de las Filipinas —en un edificio nuevo situado en su complejo de 14 hectáreas de la ciudad de Quezón, que también incluye la Universidad de Asia La Trinidad y el Seminario Teológico de San Andrés, el Obispo Primado y el personal que le acompañaba escucharon una presentación de Floyd Lalwet, secretario provincial de la iglesia de las Filipinas, sobre su tránsito de la dependencia económica a la autosuficiencia.

Dos años después de convertirse en provincia independiente, el Comité Conjunto sobre el Pacto de Filipinas propuso en 1992 un plan de 15 años para reducir gradualmente el apoyo económico de la Iglesia Episcopal de $800.000 a $533.333 y luego a $267,667 en intervalos de cinco años.

El obispo primado Michael Curry predicó y concelebró junto con el obispo principal Renato Abibico, durante un oficio eucarístico el 18 de febrero en la catedral de Santa María y San Juan. Las Filipinas fue la primera escala del Obispo Primado en una gira por Asia Sudoriental y China. Foto de Lynette Wilson/ENS

En 2004, un año después de que la iglesia de las Filipinas incurriera en su más alto déficit presupuestario, su liderazgo, que entonces temía por la supervivencia de la Iglesia, contempló pedirle a la Iglesia Episcopal una prórroga de tres años. Sin embargo, después de acalorado debate, la Iglesia cambió de rumbo y decidió que, en lugar de prolongar su dependencia, se haría independiente el 1 de enero de 2005, dos años antes de que caducara el acuerdo, explicó Lalwet.

“Al liderazgo le tocó cambiar su manera de pensar”, dijo él, añadiendo que en 2005, luego de ponerlo en práctica [el cambio], la Iglesia terminó el año que un superávit de $60.000.

La relación de pacto entre la Iglesia Episcopal de EE.UU. y la Iglesia Episcopal en las Filipinas se mantenía intacta en 2005, pero en lugar de usar el subsidio para gastos operativos, el dinero se sumó al Fondo de la Dotación del Centenario de la Iglesia, establecido en 2001.

En la actualidad, la Iglesia está renovando el campus de su sede, y tiene planes de construir un nuevo hospital con tecnología de última generación para reemplazar el vecino hospital de San Lucas y construir un nuevo seminario para reemplazar el de San Andrés. La Iglesia ha puesto en práctica la iniciativa de Receptores a Dadores, que cambia la mentalidad de la Iglesia de la dependencia a la independencia. El cambio de mentalidad y la independencia económica, dijo Lalwet, ha cambiado la cultura de la Iglesia y ha inculcado un sentimiento de orgullo en sus miembros.

Hubo un tiempo, dijo él, cuando las visitas amistosas eran un ardid, “al final del día estábamos allí sencillamente para pedir algo. Hoy, cundo nos sentamos a la mesa, nos sentamos como socios, y eso ha fortalecido la relación y la ha hecho más interesante. La gente aquí se siente feliz de poder compartir algo”.

(En septiembre de 2014, algunos obispos de la IX Provincia de la Iglesia Episcopal pasaron una semana en las Filipinas estudiando el modelo de autosostenibilidad de la Iglesia. La Iglesia Episcopal mantiene una relación de pacto con la Iglesia Anglicana de México, las iglesias anglicanas en América Central, la Iglesia Anglicana-Episcopal del Brasil y la Iglesia Episcopal de Liberia.)

Desde una distancia de seis horas [ por carretera], traen productos orgánicos de la huerta para ser puestos en el altar como parte del ofertorio. Foto de Lynette Wilson/ENS.

La trayectoria hacia la autonomía de la Iglesia Episcopal en las Filipinas es una historia de milagros; un modelo del cual el resto de la Comunión Anglicana, incluida la Iglesia Episcopal, puede aprender, dijo Curry en una entrevista con ENS.

“Por milagro, quiero decir, un milagro que se produjo a partir de personas que están en asociación con Dios y haciendo la ardua labor, y eso realmente funcionó”, dijo Curry. “La Iglesia Episcopal en las Filipinas ha aprendido a maximizar sus recursos y, como resultado está experimentando una nueva vida”.

Para el Rdo. Thomas Maddela, secretario de admisiones y profesor de liturgia de San Andrés, la visita del Obispo Primado  marcó una ocasión  “para mirar atrás a nuestra madre Iglesia y compartir nuestras historias y nuestros continuos esfuerzos” y reafirmar el compromiso de la Iglesia con la cooperación.

En el pasado, dijo él, la Iglesia en las Filipinas reflejaba la influencia de la Iglesia americana. Sin embargo, la autonomía cambió eso y en 2001, durante la celebración del centenario de la Iglesia, se presentó su versión del Libro de Oración Común, que fue revisado en 2014 y está ahora en proceso de ser traducido a cuatro idiomas.

La Iglesia refleja cada vez más la “cultura del pueblo”, dijo Maddela, en una entrevista con ENS frente a la catedral.

Curry pasó dos noches en las Filipinas; era la primera vez que un Obispo Primado predicaba en la catedral desde fines de los años 80 cuando Edmond Lee Browning estuvo de visita. Frank Griswold no visitó las Filipinas durante su período como Obispo Primado; Katharine Jefferts Schori estuvo dos veces, pero no predicó en la catedral.

El Rdo. Charles Robertson, canónigo del Obispo Primado para el ministerio fuera de la Iglesia Episcopal; Floyd Lalwet, secretario provincial de la Iglesia Episcopal en las Filipinas y Peter Ng, actualmente jubilado, que fuera el encargado de la Iglesia Episcopal para Asia y el Pacífico, posan para una foto tomada por Lynette Wilson/ENS.

“Las visitas del Obispo Primado son muy simbólicas”, dijo Lalwet. “Siempre que un Obispo Primado viene aquí, a él o a ella se le considera la familia, uno de nosotros. Y la gente se entusiasma mucho”.

La visita de Curry, dijo Lalwet, también se produce en un momento cuando los filipinos, algunos de ellos frustrados por las acciones del polémico presidente Rodrigo Duterte, y su guerra a las drogas, necesitan oír un mensaje positivo.

El 17 de febrero, el día antes de predicar en la catedral, Curry pronunció un discurso centrado en el Movimiento de Jesús a una nutrida audiencia de estudiantes y seminaristas en la Universidad de Asia La Trinidad en el 20º. Aniversario del acuerdo de pacto.

“A Dios le gusta que obremos a través de movimientos de personas para cambiar la faz de la tierra”, le dijo a estudiantes y seminaristas, mencionando a Abraham, Sara y Moisés.

“Amar a Dios y amar al prójimo … esa es una fórmula para transformar al mundo”, dijo Curry, mientas caminaba por el estrado. “Y ustedes han logrado amar a Dios porque esa es la fuente de la cual están hechos”.

“Seguir el camino de Jesús libera a la gente y las une… La verdad es que somos uno en Jesucristo, y ese es un mensaje no sólo para la Iglesia, sino para el mundo”.

La plática de Curry provocó el aplauso del público. Los estudiantes y seminaristas estaban “muy entusiasmados”, dijo la Rda.. Gloria Mapangdol, decana del Seminario de San Andrés. “Era la primera vez que oían a ‘un evangelista’ hablar de esa manera”.

Su mensaje encontró resonancia entre los seminaristas —48 en total, 19 de ellos mujeres— a quienes les exigen que apliquen lo que aprenden en el aula en su trabajo sobre el terreno, dijo Mapangdol.

In Manila, Curry también visitó la Iglesia Filipina Independiente, una asociada en plena comunión con la Iglesia Episcopal desde 1961.

Fue una bendición para él, dijo Curry, visitar la IFI, una iglesia arraigada en la revolución.

“Dios vino entre nosotros en la persona de Jesús para iniciar una revolución”, dijo Curry. “La IFI es una Iglesia que lleva a cabo una cruzada por la justicia”.

— Lynette Wilson es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.


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