El Consejo Ejecutivo respalda al Ministerio Episcopal de Migración en medio del decreto de Trump

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Feb 8, 2017
Holy family refugee poster

La Iglesia Episcopal se implicó formalmente por primera vez en la labor de reasentamiento de refugiados en los años 30 del pasado siglo, reubicando a personas que huían de la Europa nazi. El Fondo del Obispo Primado para Ayuda Mundial, predecesor de la Agencia Episcopal de Ayuda y Desarrollo, surgió de este movimiento. Un cartel, que data de 1938, usa una imagen icónica que alude al pasaje de Mateo 2:13-16 que describe la huida de la Sagrada Familia a Egipto para escapar del rey Herodes. Foto del Ministerio Episcopal de Migración.

[Episcopal News Service – Linthicum Heights, Maryland] El Consejo Ejecutivo de la Iglesia Episcopal reiteró el 8 de febrero la solidaridad de la iglesia con los refugiados en respuesta al decreto del presidente Trump por el que suspendía la entrada de estos en Estados Unidos.

El 6 de febrero, jun juez federal bloqueó temporalmente la decisión de Trump, dejando el programa de admisión de refugiados del Departamento de Estado en el limbo.

El enfoque del Consejo fue dual: económico y legal. Concedió $500.000 al Ministerio Episcopal de Migración (EMM por su sigla en inglés) para salvarlo económicamente durante la suspensión del reasentamiento de refugiados impuesta por Trump y mientras esa labor presuntamente se reanude, si bien en una escala más pequeña. También pidió que el Obispo Primado investigue si resulta “adecuado y aconsejable” defender en los tribunales el ministerio de reasentamiento de refugiados del EMM y la posición de la Iglesia respecto a que se indague la filiación religiosa [de los que ingresan al país].

El obispo primado Michael Curry, que dijo previamente ese día que los episcopales deben afincar su labor de promoción pública en los valores de Jesús, dijo en una conferencia de prensa, después de terminada la reunión, que las acciones del EMM del Consejo eran un perfecto ejemplo de ese arraigo. Los cristianos creen en la admonición que se encuentra en la carta a los Hebreos de que al practicar la hospitalidad… algunos sin saberlo hospedaron ángeles.

“Tenemos que estar allí y permanecer en esa labor”, afirmó él. “La parte decisiva no consiste en hacer la plática, sino en llevarla a la práctica”.

Curry dijo que el Consejo “tenía el valor” de respaldar su ministerio para los refugiados, de casi 80 años de existencia, de una manera nueva e incluso más difícil que costará mucho más dinero de lo que esperábamos. Cuando la Iglesia Episcopal aboga a favor de los refugiados con los legisladores, recalcó él, “podemos decir que no estamos pidiendo algo que nosotros mismos no estemos haciendo”.

El decreto presidencial, que aún se sigue litigando en los tribunales, suspende todo reasentamiento de refugiados durante al menos 120 días. Cuando el programa comience de nuevo impone restricciones adicionales a refugiados potenciales de siete países de mayoría musulmana. Además, después de la reanudación, Trump dijo que sólo 50.000 refugiados pueden entrar en Estados Unidos, en lugar de los 110.000 que se esperaba [que ingresaran] en este año fiscal.

El EMM necesita el apoyo económico de la Iglesia denominacional porque la mayoría de sus ingresos proviene de contratos con el gobierno federal para cubrir costos de reasentamiento de refugiados a los que han admitido en Estados Unidos. El contrato federal vincula directamente ese dinero a la llegada de refugiados. Por consiguiente, si los refugiados no pueden entrar en EE.UU., el EMM no recibirá dinero.

En el año fiscal 2016, del 1 de octubre de 2015 al 30 de septiembre de 2016, el EMM reasentó 5.762 refugiados en Estados Unidos provenientes de 35 países, entre ellos la República Democrática del Congo, Birmania, Afganistán y Siria. Ya en este año fiscal, el EMM ha recibido a 2.400 refugiados y esperaba reasentar a 6.175 personas hasta que Trump firmó su decreto el 27 de enero. El día 26, según dijo el Rdo. E. Mark Stevenson, director del EMM, este ministerio había recibido a 42 refugiados y ha reasentado a cerca de 70 mientras el decreto se debate en los tribunales.

En lo estructural y en lo fiscal, el EMM es un ministerio singular de la Iglesia Episcopal. Si bien no está constituido como una entidad separada, tal como la Agencia Episcopal de Ayuda y Desarrollo, recibe muy poco dinero del presupuesto denominacional.

El EMM esperaba $14,2 millones del Departamento de Estado de EE.UU. y $6,2 millones del Departamento [federal] de Salud y Servicios Humanitarios. El dinero del Departamento de Estado cubre la fase de llegada y ubicación de cada refugiado durante los primeros 90 días en este país. El dinero del Departamento de SSH sufraga una asignación complementaria que proporciona servicios a algunos refugiados, pero no a todos, durante 180 días. Esos servicios incluyen clases de inglés como segundo idioma, capacitación laboral y orientación cultural.

Alguna financiación para la oficina nacional del EMM está garantizada hasta el 31 de marzo, dijo Stevenson, pero la financiación para los [candidatos a refugiados] se interrumpe en lo que dura la suspensión.

Stevenson dijo que el 99,5 por ciento del dinero de los contratos se destina directamente al reasentamiento de refugiados, El EMM retiene unos $2 millones para gastos administrativos, incluidos los salarios del personal.  Cualquier dinero que no se utilice se le devuelve al gobierno.

“Esta no es una empresa para hacer dinero”, dijo  Stevenson a Episcopal News Service.

La preocupación se extiende más allá de la labor del EMM con sede en el Centro Denominacional de la Iglesia. El organismo colabora con su red de 31 [agencias] afiliadas locales en 23 estados, junto con 27 diócesis, además de comunidades religiosas y voluntarios, para reasentar refugiados. Esas organizaciones reciben dinero a través del EMM del contrato federal y no tendrán ningún ingreso cuando no entren refugiados en el país. Las [organizaciones] afiliadas tendrán que depender de reservas de dinero, recaudaciones de fondos y cualquier otro apoyo que el EMM pueda darles para pagar a sus empleados, pagar sus alquileres y cubrir otros gastos de funcionamientos.

Stevenson le dijo al Consejo que el EMM debe ser capaz de sostener su ministerio durante la suspensión y relanzar una fase del programa de reasentamiento del gobierno. Para hacer eso, la Iglesia debe apoyar económicamente a la oficina nacional del EMM y encontrar medios de ayudar a sostener a sus afiliadas durante la suspensión, de manera que estén listas para reanudar el reasentamiento de refugiaos en lo que él predijo que sería un recomienzo lento.

Las necesidades de los refugiados recién llegados incluyen vivienda, atención sanitaria y preparación sobre la vida en Estados Unidos. Si las afiliadas locales no están preparadas para hacer frente a estas necesidades, los refugiados entrarán en el país, pero serán reasentados en pobreza y vulnerabilidad, pese a ser distintas  de las que se han escapado, afirmó.

“Lo que emprendemos es una labor evangélica”, dijo Stevenson, citando la insistencia tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento de “tratar al extranjero como a nuestro prójimo”.

Además de la financiación puente de $500.000 este año, el Consejo dejó abierta la puerta para darle dinero adicional al EMM en 2018, si lo necesitara. El ministerio debe presentar un “plan definido de sostenibilidad” para usar el dinero.

En el contexto legal, el Consejo pidió que Curry investigara si es “aconsejable y apropiado presentar un litigio —o intervenir en él—con vistas a defender el ministerio de reasentamiento de refugiados del EMM” según la resolución al respecto que se aprobó.

Además, al Obispo Primado se le pidió que hiciera la misma exploración “para recurrir la imposición de cualquier indagación de carácter religioso a refugiados, solicitantes de asilo o cualquier otra persona que buscara residencia, asilo o ingreso legal en Estados Unidos” La resolución dice que “tales indagaciones son contrarias a nuestra fe y contrarias a una interpretación en buena fe de la Constitución y estatuto del gobierno federal de EE.UU.”

El consejo encomendó al Obispo Primado que consultara con la presidente de la Cámara de Diputados, el encargado de asuntos jurídicos de la Iglesia, el Comité Ejecutivo del Consejo Ejecutivo, al director del EMM y a la Oficina de Relaciones Gubernamentales cuando contemple tomar cualquiera de esas decisiones. También pidió que  el encargado de asuntos jurídicos informe confidencialmente en la próxima reunión regular, del progreso de esa investigación y de cualquier litigio que pudiera resultar. Los miembros dejaron la puerta abierta para reunirse por vía electrónica si fuere necesario.

(El Comité de Gobierno y Administración para el Ministerio [del Consejo] terminó de redactar la descripción de funciones del cargo de Encargado de Asuntos Jurídicos durante la reunión y el proceso de solicitud se encuentra ahora abierto. La última reunión de la Convención General creó el cargo, haciéndolo un puesto de obligación canónica).

Mark Stevenson

El Rdo. E. Mark Stevenson, director del Ministerio Episcopal de Migración, sostiene un cartel con una lista de mandatos bíblicos a acoger al extranjero. Foto del Ministerio Episcopal de Migración, vía Facebook.

En una de las muchas sesiones de comités y del pleno a puertas cerradas que tuvieron lugar durante la reunión, los miembros del Consejo se reunieron en privado para interrogar a los miembros del comité de Gobierno y Administración para el Ministerio que propuso la resolución. Después de esa discusión y del subsiguiente debate y enmiendas, el Consejo aprobó la resolución con 14 votos a favor y 9 en contra.

El consejo también dijo que quería expresar “su firme apoyo” a la Diócesis de Olympia y al obispo Greg Rickel por su ministerio con los refugiados. La diócesis, que tiene una agencia de reasentamiento, recientemente se sumó a la Unión Americana de Libertades Civiles en su oposición al decreto de Trump.

 El ‘escrutinio riguroso’ ya existe
El EMM es una de las nueva agencias de reasentamiento de EE.UU. que lleva a cabo su labor con un contrato del gobierno. Conforme a la ley federal, los refugiados sólo pueden entrar en EE.UU. bajo los auspicios de una de esas agencias.

El término “refugiado” tienen un significado legal específico. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados designa a una persona como “refugiada” si huye de la persecución, la guerra o la violencia. Esas personas solicitan esa designación y se consideran distintas de los inmigrantes. Adquieren su carácter de refugiados después que la UNHCR aprueba su solicitud.

La agencia de la ONU remite luego al refugiado a un país específico. Si ese país es Estados Unidos, comienza un subsecuente proceso de escrutinio. Ese segundo proceso es “muy riguroso, uno incluso podría decir que extremo”, dijo Stevenson a ENS. A los refugiados sirios se les aplicó un escrutinio adicional, dijo él.

El Departamento de Estado de EE.UU. trabaja entonces con las nueve agencias y decide cuál de ellas reasentará a esa persona. Lleva unos cuantos meses completar el papeleo de manera que la persona pueda entrar en el país.

Todo el proceso de escrutinio, dijo Stevenson, lleva de entre 18 y 24 meses.

La reunión del 5 al 8 de febrero tuvo lugar en el Centro de Conferencias del Instituto Marítimo.

Información adicional de ENS sobre la reunión se encuentra aquí. Algunos miembros del Consejo enviaron mensajes por Twitter valiéndose del hashtag #ExCoun.

El Consejo Ejecutivo lleva a cabo los programas y políticas adoptadas por la Convención General, según el Canon I.4 (1). El Consejo está compuesto de 38 miembros, 20 de los cuales (cuatro obispos, cuatro presbíteros o diáconos y 12 laicos) son elegidos por la Convención General, y 18 por los nueve sínodos provinciales (un clérigo y un laico cada uno) por períodos de seis años, además del Obispo Primado y el Presidente de la Cámara de Diputados [que son miembros ex oficio]. Además, el vicepresidente de la Cámara de Diputados, el Secretario, el Director de Operaciones, el Tesorero y Director de Finanzas tienen asiento y voz, pero no voto.

– La Rda. Mary Frances Schjonberg es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.

 


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