El Consejo Ejecutivo de la Iglesia Episcopal reafirma su solidaridad con Roca Enhiesta

Los miembros instan a los episcopales a participar en la marcha del 10 de marzo en Washington

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Feb 8, 2017
Pipeline protest

La Iglesia Episcopal ha estado abogando junto a la nación sioux en contra de Oleoducto para el Acceso a las Dakotas desde el verano pasado. Los episcopales de la localidad han brindado también un ministerio de presencia en Cannon Ball, Dakota del Norte, y sus alrededores, entre ellos el campamento de Oceti Sakowin. La bandera episcopal ondeó constantemente allí hasta la reciente decisión de cerrarlo debido al peligroso tiempo invernal y al temor a una desastrosa inundación en la primavera. Foto de John Floberg vía Facebook.

[Episcopal News Service – Linthicum Heights, Maryland] El  Consejo Ejecutivo de la Iglesia episcopal, en el último día de su reunión aquí del 5 al 8 de febrero, reafirmó su solidaridad con la Nación Sioux de Roca Enhiesta [Standing Rock].

Los miembros del Consejo dijeron que la Iglesia se compromete a “seguir respaldando la acción y el liderazgo de la Nación Sioux de Roca Enhiesta como la sal y la luz de la nación en su firme defensa de la sacralidad del agua, de la tierra y de los otros recursos [que] nos recuerda a todos nosotros el sacro llamado a la fidelidad”.

Encomiaron a la Iglesia Episcopal y a sus asociados ecuménicos [por su participación] en las acciones que la Nación Sioux de Roca Enhiesta llevó a cabo para la protección del agua. El Rdo. John Floberg, miembro del Consejo y sacerdote encargado de las congregaciones episcopales en el lado de Dakota del Norte de Roca Enhiesta, suscitó el elogio específico del Consejo, así como “los cientos de laicos y clérigos episcopales que respondieron a su llamado de apoyo”.

El Consejo respaldó también la convocatoria de la Nación Sioux de Roca Enhiesta a una marcha el 10 de marzo en Washington, D.C. La resolución decía que la marcha era “con el fin de proclamar la continua preocupación por nuestras aguas y tierras sagradas, así como para conminar a nuestro gobierno a cumplir todas las obligaciones pertinentes contraídas por Estados Unidos con todas las tribus federalmente reconocidas”. La tribu ya había comenzado a organizar la marcha, en la que Floberg ha llamado a los episcopales a participar.

La Iglesia Episcopal ha abogado junto a la nación sioux en lo tocante al Oleoducto para el Acceso a las Dakotas desde el verano de 2016. Los episcopales de la localidad también han brindado un ministerio de presencia en Cannon Ball, Dakota del Norte, y en sus inmediaciones, el punto donde se proyecta hacer el cruce [del oleoducto] y donde se han concentrado los grupos de protectores del agua.

Presiding Bishop MIchael Curry

El obispo primado Michael Curry le dice al Consejo Ejecutivo el 8 de febrero que los episcopales deben participar en la plaza pública pero que deberían afinar su participación en los valores de Jesús. “Esa es la manera en que evitamos que nos cataloguen como simplemente otra parte interesada, porque no procuramos nuestro propio interés”, afirmó. Foto de Frank Logue vía Twitter.

La decisión del Consejo se produjo 24 horas después de que el Ejército de EE.UU. anunciara de que cancelaba el estudio del impacto medioambiental que prometiera comenzar hace dos meses. Por el contrario, autorizará la construcción de la fase final del oleoducto. El anuncio fue el último de una serie de maniobras administrativas y legales sobre el oleoducto que está casi terminado.

La obra que falta del oleoducto lo haría pasar por debajo del río Misurí a la altura del lago Oahe, a corta distancia del límite norte de la reserva de Roca Enhiesta. La compañía del oleoducto montó una plataforma de perforación muy cerca del punto de cruce propuesto, que se encuentra río arriba de las fronteras de la reserva. La tribu tiene derechos acordados de agua, caza y pesca. Los obreros ya han perforado los orificios de entrada y salida para el cruce  y el tramo del oleoducto que conduce al lago [desde los yacimientos petrolíferos] ya está lleno de petróleo a la espera de la conclusión del proyecto, según informa la Associated Press.

El cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU. dijo el verano pasado que el paso [del oleoducto por debajo del lago] no tenía ningún impacto significativo sobre el medioambiente. Esa determinación provocó meses de protesta que comenzaron con un grupo de adolescentes que viven en las reservas de Roca Enhiesta y del Río Cheyenne.

El 4 de diciembre, la entonces secretaria adjunta del Ejército para Obras Civiles, Jo-Ellen Darcy, revocó esa decisión y dijo que el Cuerpo de Ingenieros llevaría a cabo una revisión completa del impacto medioambiental. Ese tipo de estudio suele demorarse hasta dos años. Energy Transfer Partners, la compañía constructora del oleoducto, acusó a la administración del entonces presidente Obama de aplazar el asunto hasta que él abandonara el cargo. El Cuerpo de Ingenieros finalmente inició el estudio el 18 de enero, dos días antes de que Obama cesara en su puesto.

Hace dos semanas, en una de las primeras de una serie de decisiones presidenciales, el presidente Donald Trump pidió la rápida aprobación de la fase final del oleoducto, diciendo específicamente que el Cuerpo de Ingenieros debía reconsiderar rápidamente el estudio del impacto medioambiental. El anuncio del Ejército el 7 de febrero cumplió con la demanda de Trump.

Gay Clark Jennings

La Rda. Gay Clark Jennings, presidente de la Cámara de Diputados, dice el 8 de febrero, durante la reunión del Consejo Ejecutivo, que la “disposición del presidente Donald Trump de poner a unos grupos de estadounidenses contra otros para ver la sociedad como una partida de suma cero en el cual para que una parte suba, la otra debe caer” es peligrosa porque los cristianos que adopten esa táctica “traicionan la esencia de su fe”. Foto de Frank Logue vía Twitter.

La Red Episcopal de Política Pública emitió una alerta de promoción social, inmediatamente después del anuncio del Ejército, en la que pedía que los episcopales se dirigieran al secretario de Defensa James Mattis y lo instaran a no conceder el permiso final de usufructo [a la compañía constructora] sin un estudio completo sobre el impacto medioambiental “que propiamente consulte a los sioux de Roca Enhiesta y mantenga las obligaciones contraídas”. La tribu arguye que los tratados de Fort Laramie de 1851 y 1888 obligan al gobierno federal a tomar en consideración el bienestar de la tribu cuando tome decisiones que afecten a ésta.

Después del anuncio, el presidente tribal Dave Archambault II dijo que la Nación Sioux de Roca Enhiesta impugnaría la decisión del gobierno de Trump en los tribunales. “Nuestra lucha ya no se limita al sitio mismo de Dakota del Norte”, dijo. “Nuestra lucha es con el Congreso y el gobierno de Trump. Nos encontramos en Washington el 10 de marzo”.

Jan Hasselman, principal abogado de la tribu, dijo que la revocación “continúa un patrón histórico de promesas incumplidas a las tribus indias y de violaciones ilícitas de derechos pactados. Tendrán que dar cuenta de ello ante el tribunal”.

Trump dijo el 7 de febrero que no había recibido ni una sola llamada de protesta por su directriz al Cuerpo de Ingenieros. Esa afirmación, replicó Archambault, refleja un sentido distorsionado de la realidad. Archambault voló a Washington el 7 de febrero para reunirse con funcionarios del gobierno de Trump al objeto de discutir las preocupaciones de la tribu respecto al oleoducto. Él se enteró del anuncio del Ejército al Congreso al aterrizar y canceló la reunión.

El oleoducto de 1886 kilómetros de largo y 76 centímetros de diámetro estará preparado para transportar unos 470.000 barriles diarios de petróleo [crudo] desde los campos petrolíferos de Bakken en el noroeste de Dakota del Norte —a través de Dakota del Sur y Iowa— hasta Illinois, desde donde sería embarcado a las refinerías. El oleoducto habría de pasar aproximadamente a un kilómetro de la reserva de Roca Enhiesta y los líderes tribales sioux, en repetidas ocasiones, han manifestado su preocupación de que se produzca un posible derrame de petróleo que afecte el suministro de agua de la reserva, así como la amenaza que constituye el oleoducto para algunos sitios sagrados y para los derechos [de la tribu] reconocidos en tratados con el gobierno federal. La compañía que está construyendo el oleoducto, Energy Transfer Partners, con sede en Texas, dice que será seguro.

La reunión [del Consejo Ejecutivo] del 5 al 8 de febrero tuvo lugar en el Centro de Conferencias del Instituto Marítimo.

Información adicional de ENS sobre la reunión se encuentra aquí. Algunos miembros del Consejo enviaron mensajes por Twitter valiéndose del hashtag #ExCoun.

El Consejo Ejecutivo lleva a cabo los programas y políticas adoptadas por la Convención General, según el Canon I.4 (1). El Consejo está compuesto de 38 miembros, 20 de los cuales (cuatro obispos, cuatro presbíteros o diáconos y 12 laicos) son elegidos por la Convención General, y 18 por los nueve sínodos provinciales (un clérigo y un laico cada uno) por períodos de seis años, además del Obispo Primado y el Presidente de la Cámara de Diputados [que son miembros ex oficio]. Además, el vicepresidente de la Cámara de Diputados, el Secretario, el Director de Operaciones, el Tesorero y Director de Finanzas tienen asiento y voz, pero no voto.

– La Rda. Mary Frances Schjonberg es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.


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