Cristianos de todo el mundo celebran la unidad orando los unos por los otros

Por Richelle Thompson
Posted Jan 18, 2017

[Episcopal News Service] Lo que comenzó como una pequeña reunión con un gran sueño se ha transformado en el compromiso de millones de cristianos de todo el mundo de orar los unos por los otros.

Iniciada en 1908, la Semana de Oración por la Unidad Cristiana se extiende del 18 al 25 de enero con cientos de celebraciones y reuniones: desde Houston a Boston; de Waterloo en Bélgica, al Vaticano; en catedrales e iglesias episcopales y catolicorromanas, con metodistas unidos, luteranos y veintenas de otras denominaciones.

“La Semana de la Oración por la Unidad Cristiana nos recuerda cada año que la oración de Jesús por nosotros es que todos seamos uno”, dijo el Rdo. David Simmons, rector de la iglesia episcopal de San Matías [St. Matthias] en Waukesha, Wisconsin, y presidente de la Asociación Episcopal Diocesana de Funcionarios Ecuménicos e Interreligiosos. “La idea de catolicorromanos y protestantes de sentarse y orar juntos era casi inimaginable hace 150 años. En la actualidad, mucho ha cambiado. Es hora de celebrar lo lejos que hemos llegado y tiempo de mirar el largo camino que tenemos por delante”.

El cartel de la Semana de Oración por la Unidad 2017. La imagen este año recuerda al observador del universo que busca integrarse en la unidad del amor de Cristo y que está siendo apremiado por Cristo a reconciliarse. Creado por Reliance Graphic Design, de Canon, Georgia.

Aunque es difícil determinar exactamente cuantas congregaciones episcopales están participando en la Semana de Oración por la Unidad Cristiana, se han programado numerosos oficios a lo largo y ancho del país y alrededor del mundo. En Wisconsin, episcopales, luteranos, catolicorromanos y metodistas unidos se reunirán para celebrar un oficio de Taizé el 25 de enero. La iglesia episcopal de Todos los Santos en Waterloo, Bélgica, ofrecerá un culto ecuménico el 18 de enero con un foro dirigido por un historiador de la religión y erudito anglicano.

La iglesia catedral de Cristo [Christ Church Cathedral] en Houston, Texas, abre sus puertas para un servicio de unidad el 18 de enero. Aunque este es el cuarto año del Concierto de Alabanza y Servicio de Ecuménico de Oración en Houston, es la primera vez que la catedral episcopal es la anfitriona.

La catedral considera la oportunidad un honor y un privilegio, dio el Rdo. Art Callaham, canónigo y vicario. Por lo general, la comunidad de Houston usa la liturgia que preparan y ofrecen los organizadores internacionales de la Semana de Oración por la Unidad Cristiana. Pero la música es una muestra de las tradiciones particulares. Este año, el oficio ofrecerá la experiencia litúrgica de una víspera coral: una tradición profundamente anglicana.

“Hubo muchísimas dudas y titubeos cuando mencionamos por primera vez esta idea”, reconoció Callaham. “No es común en muchas de las tradiciones cristianas. Pero el oficio no sólo nos da esta experiencia unificada de adorar y orar juntos, sino que tenemos la oportunidad de compartir lo que hacemos y mantiene a nuestras tradiciones como singulares”.

Callaham recuerda las palabras de San Pablo de que cada cual dé conforme a su capacidad. “Esto se aplica tanto a nivel individual como a nivel congregacional y denominacional”, afirmó. “Tenemos una variedad de dones… Cuando vemos todo esto junto es algo hermoso. No estamos tratando de borrar lo que nos hace diferentes para crear algún todo homogéneo, sino más bien cuando actuamos a partir de nuestras capacidades, convertimos nuestras diferencias en algo que nadie puede crear o sostener individualmente”.

Ciertamente, para la Rda. Margaret Rose, subdirectora de relaciones ecuménicas e interreligiosas de la Iglesia Episcopal, esta interpretación del ecumenismo es un principio orientador.

“La labor ecuménica no consiste tanto en crear algo que no ha existido antes, como en revelar lo que Dios creó en el principio”, dijo ella. “Encontramos medios de explorar nuestra unidad, no [nuestra] conformidad”.

El tema de este año de la Semana de Oración por la Unidad Cristiana se basa en ese concepto: Rinde tributo al 500º. aniversario del comienzo de la Reforma. “Reconciliación: el amor de Cristo nos apremia” llama a los cristianos a examinar los problemas que provocaron la Reforma y a reconocer el dolor causado por las profundas divisiones entre los cristianos.

El Rdo. Paul James Francis Wattson, SA, fue el fundador de la Semana de Oración por la Unidad Cristiana, que remonta su historia a 1908.

La Semana de Oración por la Unidad Cristiana remonta su historia a 1908, cuando el Rdo. Paul James Francis Wattson, entonces sacerdote episcopal, inició la Octava de la Unidad de la Iglesia. Wattson fundó una orden religiosa, los Frailes y Hermanas Franciscanos de la Expiación, en Graymoor, Garrison, Nueva York, a fines de la década del 80 del siglo XIX. Comprometido con la reconciliación entre las iglesias Anglicana y Católica Romana, él creía que “un tiempo reservado para oraciones y seminarios apresuraría la unidad cristiana”, según el Instituto Ecuménico Interreligioso Graymoor. Wattson contó con la ayuda del Rdo. Spencer Jones, sacerdote anglicano que servía en Inglaterra, para promover y abogar por la semana de oración.

Wattson finalmente fue ordenado en la tradición catolicorromana, pero su compromiso con el ecumenismo continuó. Los fundadores decidieron fijar el evento anual entre la fiesta de la Cátedra de San Pedro, el 18 de enero, y la fiesta de la Conversión de San Pablo, el 25 de enero.

“Cuando esas oraciones por la unidad empezaron fue un gran progreso”, dijo Richard Mammana, secretario de la Asociación Episcopal Diocesana Ecuménica e Interreligiosa. “Había muchísimas dudas respecto a que los cristianos siquiera oraran juntos, mucho menos que colaboraran en proyectos… Pero desde el comienzo mismo, Paul Watson dijo ‘podemos hacer esto algo muy básico… podemos orar juntos’”.

Este tiempo dedicado a orar juntos ha comenzado a derribar barreras, recalcó Mammana. “Comenzamos a ver que tenemos más en común en todas las denominaciones de lo que imaginábamos”.

A lo largo de los años, Rose ha visto el auge y la mengua del interés en el ecumenismo y en la participación en la Semana de Oración por la Unidad Cristiana.

“Estamos nuevamente en ascenso” afirmó Rose. “Entendemos la necesidad de diálogo. Estamos en un momento muy divisivo, y la necesidad de los cristianos de encontrar una manera de tener una sola voz, especialmente en la oración, es esencial. Estamos con una profunda necesidad de reconciliación”.

Además, arguyó Simmons, muchas denominaciones se están reduciendo de tamaño y perdiendo influencia en esta era postcristiana.

“La realidad de este tiempo nos obliga a todos a trabajar juntos”, dijo Simmons. “En un pequeño pueblo de Wisconsin, acostumbrábamos a darnos el lujo de que cada denominación tenía su propia congregación y su propio pastor. Ya eso no es el caso”.

Independientemente de lo que está provocando un avivamiento ecuménico, Simmons se siente entusiasmado por las oportunidades de colaborar con otras denominaciones en problemas de pobreza y hambre, la condición de las mujeres y otras áreas de promoción social.

“La Semana de la Oración por la Unidad Cristiana es un medio para nosotros de recordar litúrgicamente la realidad en la que intentamos vivir. El mundo real del ecumenismo es lo que sucede día a día entre las iglesias en las comunidades’, afirmó Simmons. “No es un fin en sí mismo. Se supone que nos conduzca a un diálogo mayor. Pero es un buen lugar para empezar”.

– Richelle Thompson es subdirectora y gerente editorial de Forward Movement. Traducción de Vicente Echerri.


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