Sacerdote de Pensilvania recaba apoyo para cristianos iraquíes desplazados

Por David Paulsen 
Posted Dec 16, 2016

El Rdo. Christopher Bishop (a la derecha) ayuda a distribuir alimentos a cristianos iraquíes desplazados durante su viaje a Irak en septiembre de 2015. Foto de Stand With Iraqi Christians.

[Episcopal News ServiceSegún lo relata el Rdo. Christopher Bishop, a él le bastó una sola conversación esencial para sentir un poderoso llamado a viajar al norte de Irak como un embajador episcopal extraoficial cerca de los cristianos desplazados, cuyas vidas han sido amenazadas por el surgimiento del grupo conocido como Estado Islámico, o ISIS.

Bishop compara su despertar a la crisis con el momento, años antes, cuando de repente se sintió llamado a convertirse en sacerdote episcopal. En cada momento, su vida y sus quehaceres dieron un brusco giro hacia una nueva senda espiritual.

Bishop es ahora la fuerza motriz detrás de Apoya a los Cristianos Iraquíes [Stand With Iraqi Christians] que ha ido creciendo a lo largo de dos años hasta convertirse en una organización independiente sin fines de lucro con asociados internacionales y una creciente lista de ministerios. Comenzó a fines de 2014 como un esfuerzo de su congregación, la iglesia episcopal de San Martín [St. Martin’s Episcopal Church] en Radnor, Pensilvania.

“No teníamos ninguna idea de lo que estaba pasando, pero teníamos el corazón dispuesto para ello”, dijo Bishop, y los miembros de la iglesia siguen participando activamente en respaldar la misión de Apoya a los Cristianos Iraquíes.

Hasta el presente, la organización ha apoyado empeños de ayudar a los cristianos iraquíes con vivienda, empleo y asesoría para menores. Y Bishop, que trabajó como cineasta antes de hacerse sacerdote, ha viajado a Irak y ha filmado para un corto documental que ahora se usa para crear conciencia acerca de la situación de los cristianos desplazados.

“Chris es un tipo muy talentoso, y está dispuesto a escuchar muy atentamente, lo cual es realmente un don extraordinario para trabajar en culturas que no son la nuestra”, dijo el Rdo. Robert Edmunds, funcionario encargado de asociaciones con el Oriente Medio de la Iglesia Episcopal.

La Iglesia ya tenía una presencia en la región a través de la Provincia de Jerusalén y el Oriente Medio, de la cual Irak forma parte a través de la Diócesis Anglicana de Chipre y el Golfo. Las congregaciones en Estados Unidos han apoyado el ministerio episcopal en el Oriente Medio a través de la Ofrenda del Viernes Santo, que se recoge anualmente y que recauda alrededor de $350.000, explicó Edmunds.

“La buena noticia es que hay personas como Chris Bishop que surgen de vez en cuando con interés y capacidad para abogar por una causa, para ser exitosos y útiles promotores de los cristianos de la región”, afirmó Edmunds. “Chris es un máximo ejemplo de eso”.

Bishop, de 56 años, tiene notables antecedentes: su padre fue sacerdote episcopal en Ohio, el norte de Nueva York y Connecticut. Pero cuando era más joven dejó de ir a la iglesia considerando la fe de su padre como “un montón de tonterías”.

El Rdo. Christopher Bishop le muestra a unos niños iraquíes su cámara de vídeo durante su visita al campamento de Ashti, Irak, en octubre de 2016. Foto de Stand With Iraqi Christians.

Estudió cine en la universidad y, establecido en la Nueva York, llevó adelante una carera exitosa haciendo documentales y enseñando  cinematografía. Pero él también se sentía con frecuencia desconectado, observando siempre a las personas a través de una lente y rara vez involucrándose en sus vidas.

Decidió dejar su trabajo en Nueva York y comenzar de nuevo en el norte de Michigan, donde su familia tenía una casa de veraneo. Entonces, a principios de 2004, se encontró con un anuncio de periódico del

Seminario Teológico General de Nueva York. De inmediato, se sintió llamado al ministerio y se matriculó en el seminario.

Bishop fue ordenado en 2007 y trabajó primero como sacerdote en Hoboken, Nueva Jersey, antes de convertirse en rector de San Martín en 2011.

Los acontecimientos actuales en Oriente Medio estaban muy lejos de su mente. Dice que él ignoró deliberadamente el surgimiento de ISIS cuando la violencia comenzó a hacer titulares en 2014. Su punto de inflexión se produjo a finales de ese año cuando el padre de uno de sus feligreses, que había vivido y trabajado en Irak, le contó acerca del problema de los cristianos obligados a abandonar sus hogares en Mosul luego de que ISIS tomara la ciudad.

Las atrocidades cometidas por ISIS contra la población local han sido tan graves que el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, en marzo de 2016, describió a ISIS como “responsable de genocidio contra grupos en zonas bajo su control”, entre ellos los cristianos iraquíes.

“Su entera cosmovisión se basa en la eliminación de los que no suscriben su perversa ideología” dijo Kerry.

Las raíces del cristianismo en Irak son casi tan antiguas como las de la fe misma. En la actualidad, las comunidades cristianas en Irak están concentradas en el norte, donde los católicos caldeos son el grupo más grande, según una reseña que hiciera The Economist en 2014. Ese informe citaba cálculos estimativos de que había hasta un millón y medio de cristianos en Irak antes de la invasión de EE.UU. en 2003, una cifra que desde entonces se ha reducido a unos 200.000.

Muchos de esos cristianos han huido al este de Mosul, a la región controlada por los curdos en el norte de Irak, en particular a la ciudad santuario de Erbil. Su lucha con la pobreza en los campamentos es lo que movilizó a Bishop. Él los vio ignorados por el mundo exterior —incluyendo sus hermanos cristianos— y resolvió ir a Irak y saber más acerca de lo que podía hacerse.

“No fue, ‘alguien debería ir y hacer algo’ “, dijo él. “No, chico, tú vas a hacer algo al respecto. Vas a ir allí”.

Su congregación apoyó la misión, primero recaudando dinero y ayudando a que Apoya a los Cristianos Iraquíes despegara. Los miembros de la iglesia también respaldaron la decisión de Bishop de viajar al exterior en septiembre de 2015, el primero de sus tres viajes a Irak.

Él pasó 12 días en Irak filmando lo que luego usaría para hacer ¿Dónde esta nuestro lugar? [Where Is Our Place?] con ayuda de su productor y editor Andrew Bilindabagabo. El documental de 36 minutos recoge las entrevistas de Bishop con líderes cristianos e iraquíes desplazados acerca de la vida en los campamentos, el miedo a ISIS que llevó a tantos a dejar sus casas y el daño psicológico sufrido por las familias.

“Lo que está sucediendo en el Oriente Medio es un genocidio. Es limpieza étnica. Es persecución”, dice el arzobispo caldeo Bashar Warda hacia el final de la película. “Y esta tierra cuenta con muchos pueblos indígenas que les gustaría vivir pacíficamente y contribuir con el país”.

En ese primer viaje de misión, Bishop también usó el dinero recaudado por su congregación para proporcionarles computadoras de tabletas a los maestros de los campamentos, una máquina de coser a una costurera, y alimento para 80 de las familias desplazadas. Apoya a los Cristianos Iraquíes contempla ahora ir más allá los socorros de emergencia para ayudar a producir un cambio significativo en la región.

“Queremos estar en esto para el largo plazo”, dijo Bishop. Un ejemplo este otoño fue un proyecto de construcción de viviendas a tres horas al sur de Erbil, en Sulaymaniyah, para reemplazar las tiendas que han proporcionado abrigo insuficiente frente a los elementos. Apoya a los Cristianos Iraquíes está financiando proyectos educacionales para el Instituto Etuti, una organización de jóvenes con sede en Erbil. Y, en una incursión en el campo de la microfinanciación, se destinaron $900 para ayudar a un hombre en Erbil a establecer un nuevo negocio de hacer fotocopias.

Una coalición dirigida por EE.UU. lanzó nuevos ataques contra ISIS este otoño en un intento de reconquistar Mosul, lo cual le da a los cristianos desplazados nuevas esperanzas de regresar a sus hogares en esa región.

“Esa era el principal núcleo cristiano, y resulta desgarrador que tantos cristianos tuvieran que dejarlo —para irse, por lo general, a campamentos de personas desplazadas internamente…o que realmente cruzaran las fronteras de Irak”, dijo el obispo Michael Lewis de la Diócesis de Chipre y el Golfo.

Él y otros líderes episcopales de la región se sienten alentados por la dedicación de Bishop a los cristianos iraquíes y se proponen coordinar esfuerzos con su grupo.

Subyacente a estos esfuerzos se encuentra el deseo de estar presentes como hermanos cristianos, dijo Bishop.

“Nuestro primer papel es escuchar… y caminar con ellos a través de esa horrible calamidad por la que están pasando”, afirmó.

– David Paulsen es un escritor independiente radicado en Milwaukee, Wisconsin, y miembro de la iglesia de la Trinidad [Trinity Episcopal Church] en Wauwatosa.Traducción de Vicente Echerri.


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