Según se aproximan las elecciones, los predicadores perciben el desafío del evangelio

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Oct 20, 2016
In the final weeks before the Nov. 8 general election preachers are facing the challenge of speaking a word of truth and reconciliation into the season’s heated rhetoric. Photo illustration: Mary Frances Schjonberg/Episcopal News Service

En las últimas semanas antes de las elecciones generales del 8 de noviembre los predicadores enfrentan el reto de decir una palabra de verdad y reconciliación en medio de la odiosa retórica de la temporada. Foto ilustración de Mary Frances Schjonberg/ENS.

[Episcopal News Service] Predicar puede plantear un desafío en cualquier tiempo, pero resulta particularmente así en una temporada electoral, y los días que quedan para las elecciones presidenciales de 2016 en EE.UU. están siendo especialmente tensos para algunos predicadores.

“Hay una pesantez y una especie de gravedad que todos aportan a esta ocasión”, dijo la obispa de Washington Mariann Budde en una entrevista con Episcopal News Service.

Muchos predicadores quieren abordar el tema de las elecciones y su impacto en la sociedad; muchos de sus feligreses desean o esperan que lo hagan, pero otros no. Más allá de sortear la espesura de las regulaciones que rigen las actividades políticas de las organizaciones sin fines de lucro, incluidas las iglesias, queda la interrogante, que con tanta frecuencia se plantea, de si los temas políticos tienen un lugar en el púlpito.

Las regulaciones de la Superintendencia de Contribuciones (IRS por su sigla en inglés) le impiden a las organizaciones religiosas el apoyar u oponerse a cualquier candidato, partido político o comité de acción política. Algunos feligreses aún se preguntan si sus sacerdotes harán tales promociones.

El Muy Rdo. W. H. Mebane, deán interino de la catedral de San Pablo [St. Paul’s Cathedral] en Búfalo, Nueva York, le dice explícitamente a sus feligreses, “yo no voy a hacer eso en un sermón ni en el momento de los anuncios”.

Pero, Mebane —que hace poco apoyó la protesta contra el himno nacional de Colin Kaepernick, el defensa de los San Francisco 49ers., al predicar llevando puesta una réplica de su jersey— es conocido por conectar el evangelio con los eventos y preocupaciones de la sociedad.

“La gente me acusa todo el tiempo de predicar de política”, dijo Mebane a Episcopal News Service. “Mi respuesta siempre es que nunca he predicado un sermón político en mi vida. He predicado el evangelio de Jesucristo, el cual puede sonar terriblemente político”.

The Very Rev. W. H. Mebane, interim dean of St. Paul’s Cathedral in Buffalo, New York, recently preached a sermon exploring San Francisco 49ers quarterback Colin Kaepernick’s national anthem protest. Ohio friends John Lauro, left, and Scott Williams, right, came to hear him. Photo: St. Paul’s Cathedral

El Muy Rdo. W. H. Mebane, deán interino de la catedral de San Pablo en Búfalo, Nueva York, predicó recientemente un sermón en que exploraba la protesta contra el himno nacional de Colin Kaepernick, el defensa de los San Francisco 49ers. Foto de la catedral de San Pablo.

Predicar el evangelio puede significar hablar de los atributos que los cristianos deben buscar en sus potenciales líderes políticos. La lista de rasgos de Mebane se asienta en su autoproclamado “manifiesto”, que se encuentra en Mateo 25:35-36 de dar de comer a los hambrientos, ayudar a los pobres, cuidar de los enfermos y visitar a los presos.

Cuando predicas el evangelio, dijo el Rdo. Bill Brosend, profesor de Nuevo Testamento y Predicación en la Escuela de Teología de la Universidad del Sur, la gente sabrá de que lado estás en los temas políticos del momento.

“Si crees que no saben cómo votaste en las últimas elecciones, te equivocas”, afirmó. “No finjas una neutralidad que no existe. Tú sí votaste por alguien, y eso probablemente sale a relucir no sólo en tus sermones sino en todo tu ministerio”.

El reto para el predicador radica en encontrar medios de articular sus motivaciones de una manera que “invite al diálogo, que permita la diferencia y que estimule a todos a pensar en el modo en que su fe se aplica a las decisiones que toman respecto a por quién votar”, dijo él.

Budde se mostraría de acuerdo. Bien conocida dentro y fuera de su diócesis por sus posiciones sobre temas tales como la justicia racial y la violencia armada, Budde con frecuencia predica y escribe sobre los asuntos políticos que tiene en mente. Sin embargo, esa franqueza puede convertir la predicación en un desafío aún mayor.

“A veces”, dice ella, “sólo quiero ser una contrafigura, de manera que pueda captar otras voces, y no ser completamente desestimada, cuando abro la boca, por la gente a la que podría ser capaz de influir si llego a ella desde un ángulo diferente.

“En alguna medida, estoy segurísima que desilusiono a alguien todos los días”.

Budde, que en su papel de obispa predica a una congregación diferente casi todos los domingos, dice que se esfuerza por encontrar un equilibrio que consiste en no “condenar constantemente” el rumbo de esta temporada electoral, sino que puede también invitar a una conversación acerca de “quienes somos como nación” ahora mismo.

Predicar de esta manera exige una relación arraigada en la generosidad entre el predicador y su congregación, dijo la Rda. Pamela Dolan, rectora de la iglesia de El Buen Pastor [Church of the Good Shepherd] en Town and Country, Misurí, al oeste de San Luis.

Dolan dijo esperar que quienes escuchan a cualquier predicador asuman una postura que ella se está esforzando en cultivar para sí misma durante esta tensa temporada política. “No suponer que conozco los motivos de la otra persona, especialmente si estoy tentada a atribuirle motivaciones negativas”, es la manera que ella tiene de describirlo.

“Tomar como punto de partida el suponer que la persona que predica quiere lo mejor para mí y para la congregación, o que al menos no viene en lo más mínimo a tratar de ser dañina ni a causar divisiones”, añadió.

La Rda. Emily Mellott, rectora de la iglesia El Calvario [Calvary Church] en Lombard, Illinois, está de acuerdo en que las relaciones sólidas permiten discrepar sin causar divisiones. Con relaciones basadas en el ministerio y el amor, los desacuerdos políticos tienen más oportunidad de no molestar a la gente porque todo el mundo confía en que la persona con quien discrepa “se va a aparecer en el hospital con la comunión cuando estemos enfermos”, apuntó ella.

Dicho eso, Mellot arguyó que “predicar el evangelio y predicar el evangelio en diálogo con los acontecimientos actuales y con lo que las personas en la iglesia están experimentando es algo absolutamente político”. En su predicación, ella “explica cómo el evangelio es parte de las noticias que leemos y vemos y oímos”.

Para los predicadores, el 9 de octubre es un ejemplo que viene al caso. Las noticias de ese día “estaban completamente acaparadas” por el inminente debate de esa noche con Hillary Clinton y el vídeo con los degradantes comentarios del candidato presidencial Donald Trump sobre las mujeres. “Pretender que eso no era de lo que todos estaban hablando hasta un momento antes del preludio y de lo que iban a hablar a la hora del café es una locura”, subrayó ella.

Por consiguiente, la pregunta homilética, como Brosend la formula, de “¿qué quiere el Espíritu Santo que el pueblo de Dios oiga de estos textos en esta ocasión?” asume muchas dimensiones inesperadas. El evangelio del día (Lucas 17:11-19) era el relato de Jesús cuando cura a los 10 leprosos a quienes envía a Jerusalén y les dice que se muestren al sacerdote. Sólo uno, un samaritano, regresa para darle las gracias a Jesús.

Brosend dijo que él hizo la pregunta de cuál respuesta había sido fiel: ¿la respuesta de uno o de los otros nueve? Tal vez, sugirió él, ambas respuestas fueron fieles. El samaritano regresó a darle gracias a quien lo había curado. Y los nueve leprosos judíos prosiguieron su camino para hacer lo que Jesús el rabino les había mandado que hicieran: ir y mostrarse al sacerdote.

Los textos bíblicos dan cabida a la diferencia, pero no al silencio, añadió Brosend. “Y decir que no se supone que asumamos una postura o que no quiero poner en peligro nuestra estatus de [organización] sin fines de lucro o algo por el estilo es realmente rehuir la pregunta homilética en esta temporada de nuestra vida nacional”.

No obstante, tal predicación si tiene sus peligros. En uno de los ejemplos más notorios, el Rdo. George Regas, rector jubilado de la iglesia de Todos los Santos [All Saints Church] en Pasadena, California, predicó un sermón en Todos los Santos justo antes de las elecciones presidenciales de 2004 que la Superintendencia de Contribuciones dijo inicialmente que constituía una intervención en el proceso. Regas imaginó a Jesús debatiendo con George W. Bush y John Kerry, y dijo que las personas de fe podían votar por cualquiera de los dos, pero también imaginó a Jesús diciéndole a Bush que la doctrina de la guerra preventiva del Presidente era errónea y que las reducciones de impuestos que Bush auspiciaba “le romperían el corazón a Jesús”.

La IRS inició una investigación de dos años en la parroquia que concluyó en septiembre de 2007 sin cuestionar el estatus libre de impuestos de la parroquia y sin que una temida auditoría llegara a tener lugar.

Mientras la temporada electoral se encamina a su culminación del 8 de noviembre, los predicadores tienen una tarea más amplia que simplemente decidir qué y cómo predicar. Budde dijo que la misión consiste en esto: “cómo encontrar la manera de que se oigan todas las voces, dejar que la gente exprese su propia verdad y luego dejar que la comunidad avance de manera que sea parte de la reconciliación que necesitamos” tanto dentro de la comunidad religiosa como en el mundo en general.

Para leer más acerca de esto:

Los materiales de la Iglesia Episcopal para la participación en las elecciones se encuentran aquí y la página web que les acompaña está aquí.

La guía de la Superintendencia de Contribuciones (IRS) para la participación de actividades electorales, titulada “Guía de Impuestos para iglesias y Organizaciones Religiosas”, se encuentra aquí.

El material “Predicar política desde el púlpito” [Preaching Politics from the Pulpit] del Centro de Investigación Pew para la Religión y la Vida Pública incluye esta sección de preguntas y respuestas que revela las reglas de la IRS.

La página web Nonprofit Vote incluye más materiales sobre lo que las iglesias, legalmente, pueden y no pueden hacer durante la temporada electoral.

El 6 de octubre comenzó un ciclo de oración de 30 días convocado por el Movimiento Adelante [Forward Movement]. El ciclo incluye documentos semanales en PDF con las oraciones para cada día. Todo el ciclo se puede descargar en un solo PDF. La oración final es para el 9 de noviembre. Los documentos para descargar, uno en inglés y otro en español, se encuentran aquí.

– La Rda. Mary Frances Schjonberg es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.