¿A un paso de la unidad?

Por Matthew Davies
Posted Oct 10, 2016
Pope Francis meets Archbishop of Canterbury Justin Welby at the Vatican Oct. 6, 2016. Photo: REUTERS/Tony Gentile

El papa Francisco se reúne con el arzobispo de Cantórbery Justin Welby en el Vaticano, el 6 de octubre de 2016. Foto de Tony Gentile/REUTERS.

[Episcopal News Service — Roma] El obispo primado Michael Curry y más de la mitad de los primados de la Comunión Anglicana han viajado a Roma esta semana para celebrar un importante hito histórico: 50 años de que el papa Paulo VI se reuniera con el arzobispo de Cantórbery Michael Ramsey en Roma en 1966. Era la primera vez desde la Reforma que un arzobispo de Cantórbery se encontraba con el Romano Pontífice y el papa Pablo le puso a Ramsey su anillo episcopal como señal de amistad y de una colaboración más profunda entre sus dos iglesias.

Pope Paul VI places his episcopal ring on Archbishop of Canterbury Michael Ramsey's finger during their 1966 meeting.

El papa Paulo VI le pone su aniño episcopal al arzobispo de Cantórbery Michael Ramsey durante su encuentro de 1966.

Los eventos de esta semana han incluido un oficio ecuménico de vísperas en San Gregorio Magno al Celio en Roma, un sitio de primera importancia para los orígenes de la Iglesia de Inglaterra, y una reunión primada entre el papa Francisco y los primados anglicanos el 6 de octubre en el Palacio Apostólico, la residencia oficial del Papa en la Ciudad del Vaticano.

El encuentro de 1966 “fue histórico porque reunió a dos iglesias y dos expresiones de la fe en la unidad ecuménica en un momento cuando estábamos mutuamente separados en muchos aspectos”, dijo Curry, conversando con Episcopal News Service el 5 de octubre frente a la Universidad Gregoriana de Roma donde estaba asistiendo a un coloquio sobre las actuales relaciones entre las dos iglesias.

“Estamos aquí ahora celebrando ese 50º. aniversario, pero acaso algo más importante para llevar adelante el legado… que tiene que ver con llevar adelante el Movimiento de Jesús… juntos como católicos romanos y como anglicanos”, añadió. “Estamos aquí no simplemente para celebrar; estamos aquí para dedicarnos de nuevo nosotros y nuestras iglesias y nuestras comunidades a la obra de Jesús, a seguir tras sus huellas, a cerciorarnos de que los niños no se acuestan hambrientos, a proclamar la buena nueva de Jesús a toda la creación, a ayudar a hacer seguidores de Jesucristo y a ser en el mundo una levadura que leude toda la masa, de manera que este mundo se asemeje menos a nuestra pesadilla y algo más al sueño de Dios”.

El Obispo Primado habla desde Roma

El oficio de vísperas del 5 de octubre juntó al arzobispo de Cantórbery Justin Welby y al papa Francisco, los coros combinados de la catedral de Cantórbery y de la capilla Sixtina, arzobispos y obispos anglicanos, obispos episcopales (incluido Curry) y cardenales catolicorromanos, así como muchos otros líderes religiosos y representantes ecuménicos. Tanto el Arzobispo como el Papa predicaron un sermón (los vídeos pueden verse aquí), intercambiaron regalos como expresión de su compromiso hacia la misión común y emitieron una declaración común en la que dicen que no están “desalentados” por los “serios obstáculos” a la plena unidad entre anglicanos y católicos romanos.

Cincuenta años antes, Ramsey y el papa Paulo emitieron su propia Declaración Común en la que decían que su reunión “marca una nueva etapa en el desarrollo de relaciones fraternas, basadas en la caridad cristiana y de sinceros esfuerzos para eliminar las causas del conflicto y restablecer la unidad”.

Pope Francis and Archbishop of Canterbury Justin Welby towards the end of the vespers service on Oct. 6. Photo: Matthew Davies/Episcopal News Service

El papa Francisco y el arzobispo de Cantórbery Justin Welby hacia el final del oficio de vísperas el 6 de octubre. Foto de Matthew Davies/ENS.

El oficio de vísperas del 5 de octubre marcaron la cuarta vez en la historia reciente en que un Papa y un arzobispo de Cantórbery han adorado juntos en San Gregorio. El papa Juan Pablo II oró en esta iglesia con el arzobispo Robert Runcie en 1989 y de nuevo con el arzobispo George Carey en 1996; el papa Benedicto XVI y el arzobispo Rowan Williams oraron juntos en 2012.

La iglesia se levanta en el sitio desde el cual Gregorio el Grande, en el siglo VI, envió a San Agustín, el primer arzobispo de Cantórbery, junto con 30 monjes, a re-evangelizar Inglaterra. Ellos desembarcaron en [el año] 597 y se les atribuye el haber echado los cimientos para la renovación del cristianismo inglés.

Archbishop of Canterbury Justin Welby preaches at the ecumenical vespers service at San Gregorio al Celio in Rome. Photo: Matthew Davies/Episcopal News Service

El arzobispo de Cantórbery Justin Welby predica en el oficio ecuménico de vísperas en San Gregorio Magno al Celio en Roma. Foto de Matthew Davies/ENS.

Al final del oficio, y acaso cerrando un nuevo capítulo en las relaciones entre las dos iglesias, el arzobispo de Cantórbery y el Papa encargaron una nueva fase de IARCCUM – la Comisión Internacional Anglicana-Catolicorromana por la Unidad y la Misión. Ellos bendijeron y enviaron a 19 parejas de obispos anglicanos y catolicorromanos a trabajar juntos en la misión.

El obispo John Bauerschmidt, de la Diócesis Episcopal de Tennessee, y el obispo auxiliar catolicorromano de Baltimore, Dennis Madden, se encuentran entre estas parejas.

Bauerschmidt describió la iniciativa como “un importante desarrollo ecuménico. Indica que la Iglesia Católica Romana y las iglesias de la Comunión Anglicana están resueltas a avanzar juntas hacia la unidad y la misión a pesar de las dificultades”.

Las parejas de obispos, le dijo él a ENS, “tienen por objeto alentar a nuestras iglesias a darse cuenta de la vida que ya compartimos a través de nuestro común bautismo en Jesucristo, y practicar esa vida en el nivel local”.

Bauerschmidt es copresidente del diálogo anglicano-catolicorromano en EE.UU. (ARCUSA, por su sigla en inglés), que ha estado reuniéndose regularmente desde los años 60 del pasado siglo, lo cual la hace la relación de diálogo más antigua de la Iglesia Episcopal.

La Rda. Margaret Rose, directora adjunta de la Iglesia Episcopal para las relaciones ecuménicas e interreligiosas y quien está en Roma para las celebraciones, dijo a ENS que la labor de ARCUSA “como con otros diálogos… enfatiza el deseo de compartir la labor en la misión y el shalom que ayuda a poner en perspectiva tanto nuestra vida como nuestro trabajo, tanto la fe como el orden”.

Pero si bien hay mucho que celebrar esta semana, la relación entre la Comunión Anglicana y la Iglesia Católica Romana ha sido de alguna manera turbulenta desde la Reforma del siglo XVI y tensa en los últimos años debido a diferencias en lo concerniente a la ordenación de las mujeres y la sexualidad humana. Los empeños del Vaticano de ofrecer un hogar espiritual a ex anglicanos y anglicanos desafectos, en tanto les permite conservar aspectos de su liturgia y tradiciones mediante lo que se llama “Ordinariato Personal”, también ha tensado las relaciones.

Aunque hay muchas mujeres obispas en varias provincias de la Comunión Anglicana —en Australia, Canadá, Inglaterra, Nueva Zelanda, África del Sur y EE.UU.— las 19 parejas de obispos comisionados durante el oficio de vísperas estaban compuestas solamente por hombres.

Catherine Waynick, obispa de la Diócesis de Indianápolis, que participa de las conmemoraciones en Roma, dijo a ENS que ella cree que “el ecumenismo es esencial a la vida de la Iglesia, si hemos de ser fieles. Ninguno de nosotros tiene toda la verdad. Y si nos mantenemos lejos unos de otros nos situamos en un lugar espiritualmente peligroso”.

“Estoy muy consciente de que la decisión de las provincias de la Comunión Anglicana de incluir mujeres en el episcopado se ha enfrentado al rechazo de otras iglesias”, dijo Waynick. “Pero habiendo entrado en mi vigésimo año como obispa de Indianápolis, y habiendo conocido a otras mujeres que sirven en este ministerio, sólo puedo decir que el que otras iglesias se mantengan al margen de la verdad y el valor de nuestro ministerio fiel es un error”.

Waynick, que dirige el Centro Anglicano de Roma, dijo que “llevar un alzacuello y una camisa púrpura en Roma suscita comentarios de parte de personas de todas clases y condiciones —quienes invariablemente expresan el sentimiento de que ¡sería bueno y leal si la próxima vez que los obispos sean enviados de dos en dos, haya mujeres entre ellos!”.

En cualquier caso, dijo Waynick, “el diálogo ecuménico debe continuar para que nosotros sigamos siendo fieles a la mente y el corazón de Jesús: ‘que todos puedan ser uno’”.

Rose se mostró de acuerdo, diciendo que “en estos tiempos conflictivos, es esperanzador ver que nuestras iglesias avanzan hacia la unidad”.

“La señal visible de obispos trabajando juntos y del intercambio de regalos en el oficio de vísperas son un aspecto de esto. El compromiso de abordar abiertamente los desafíos de nuestras diferencias es no obstante otro signo de esperanza. En futuras reuniones, la inclusión de mujeres ordenadas entre las parejas de trabajo brindaría una oportunidad de vivir este compromiso en un nivel aun más profundo”.

Las celebraciones de esta semana reconocen también el 50º. aniversario del Centro Anglicano en Roma, que se estableció en respuesta a esa reunión de 1966 como una presencia oficial con rango de embajada en nombre de la Comunión Anglicana en la Ciudad Eterna.

El Centro Anglicano alberga una extensa biblioteca, sirve como lugar de reuniones ecuménicas e incluye las oficinas del representante diplomático del arzobispo de Cantórbery ante la Santa Sede, el arzobispo David Moxon.

“Hemos estado aquí como un lugar donde podemos extender la mano de la amistad y la colaboración con nuestras hermanas y hermanos en Roma, y mirar de frente al Vaticano, decir la verdad en amor y reparar un puente a través del cual hay ahora mucho tránsito”, dijo Moxon el 4 de octubre al dirigirse a una reunión de los Amigos Americanos del Centro Anglicano en Roma. Él le recordaba a los presentes las palabras que el papa Paulo VI le había dicho al arzobispo Ramsey en la reunión de 1966: “Usted está reparando un puente que había quedado en ruinas hace siglos”.

Curry le dijo a los Amigos Americanos que la “misión de la Iglesia es ayudar a la familia humana, con toda su variedad y toda su diversidad y todas sus diferencias, a encontrar un camino para llegar a ser no simplemente una familia diversa, sino una familia humana de Dios. El Dr. Martin Luther King lo dijo de esta manera: ‘o aprendemos a vivir juntos como hermanos y hermanas, o pereceremos juntos como tontos’. La elección es nuestra, caos o comunidad”.

La Iglesia Episcopal tiene una presencia en Roma a través de la iglesia de San Pablo Intramuros [St. Paul’s Within the Walls] que es sede de un importante ministerio que atiende a refugiados de la ciudad a través del Centro de Refugiados Joel Nafuma. La parroquia es parte de la Convocación de Iglesias Episcopales en Europa.

Curry visitará el centro de refugiados y predicará en San Pablo durante la eucaristía del domingo 9 de octubre.

— Matthew Davies es redactor y reportero de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.