‘Un Pueblo Unido’ debate el reasentamiento de refugiados con antelación a los eventos de la ONU

Por Lynette Wilson
Posted Sep 15, 2016
El Ministerio Episcopal de Migración auspició “Un Pueblo Unido: Diálogo sobre el Reasentamiento de Refugiados y la Acogida Leal” antes de las dos cumbres de alto nivel programadas la próxima semana para abordar los grandes movimientos de refugiados y migrantes. Foto de Lynette Wilson.

El Ministerio Episcopal de Migración auspició “Un Pueblo Unido: Diálogo sobre el Reasentamiento de Refugiados y la Acogida Leal” antes de las dos cumbres de alto nivel programadas la próxima semana para abordar los grandes movimientos de refugiados y migrantes. Foto de Lynette Wilson.

[Episcopal News Service] De los 21,3 millones de refugiados en el mundo de hoy, el 1 por ciento podría ser reasentado. Es una lotería con escasísimas probabilidades.

En 2017, según cálculos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR por su sigla en inglés), 1,19 millones de refugiados necesitarán ser reasentados. La próxima semana, durante una histórica cumbre de jefes de Estado y de gobierno, se les pedirá a los países que reciban a estos refugiados.

“En 2015, poco más de 100.000 refugiados se beneficiaron del reasentamiento”, dijo Karen Koning AbuZayd, asesora especial de la ONU, el 14 de septiembre. “Eso suena bien, pero ahora queremos multiplicar eso por 10. La brecha es amplia. La ambición es grande”.

Karen Koning AbuZayd habla durante “Un Pueblo Unido: Diálogo sobre el Reasentamiento de Refugiados y la Acogida Leal”, un evento que tuvo lugar el 14 de septiembre auspiciado por el Ministerio Episcopal de Migración. Foto de Lynette Wilson.

Karen Koning AbuZayd habla durante “Un Pueblo Unido: Diálogo sobre el Reasentamiento de Refugiados y la Acogida Leal”, un evento que tuvo lugar el 14 de septiembre auspiciado por el Ministerio Episcopal de Migración. Foto de Lynette Wilson.

AbuZayd, que presta servicios como asesora del secretario general de la ONU en la cumbre de la próxima semana, se dirigió a las más de 60 personas —funcionarios de la ONU, profesionales del reasentamiento de refugiados, ex refugiados y partidarios y defensores de los mismos— que se reunieron el 14 de septiembre en el Centro [Denominacional] de la Iglesia Episcopal en Nueva York para participar en el panel “Un Pueblo Unido: Diálogo sobre el Reasentamiento de Refugiados y una Acogida Leal”, auspiciado por el Ministerio Episcopal de Migración. El evento fue transmitido en directo vía Internet y posteriormente podrá verse en la Internet aquí.

Un Pueblo Unido precedió a dos actividades de las Naciones Unidas programadas para la próxima semana. El lunes 19 de septiembre, la Asamblea General de la ONU celebrará la primera reunión de jefes de Estado y de gobierno que aborde los grandes movimientos de refugiados y migrantes, al objeto de unificar a los países detrás de un enfoque más humano y coordinado.

Luego, el martes 20 de septiembre, el presidente Barack Obama será el anfitrión de los líderes en la Cumbre sobre los Refugiados, junto con los co-anfitriones de Canadá, Etiopía, Alemania, Jordania, México y Suecia. La cumbre de los líderes apelará a los gobiernos a que se comprometan a aumentar sus tasas de reasentamiento de refugiados.

“El reasentamiento no termina cuando el refugiado llega a un nuevo país. En muchos casos éste es precisamente el punto de partida”, dijo AbuZayd.

Es la fe de las comunidades, agregó ella, especialmente en Estados Unidos, lo que lleva a cabo la tarea del reasentamiento.

Maher Shakir, al centro, un ex refugiado iraquí, comparte su experiencia durante el panel del 14 de septiembre sobre el reasentamiento de refugiados, en el que Jay Subedi, a la izquierda, ex refugiado de Bután, y Akram Hussein, de procedencia iraquí, también compartieron sus experiencias. Foto de Lynette Wilson.

Maher Shakir, al centro, un ex refugiado iraquí, comparte su experiencia durante el panel del 14 de septiembre sobre el reasentamiento de refugiados, en el que Jay Subedi, a la izquierda, ex refugiado de Bután, y Akram Hussein, de procedencia iraquí, también compartieron sus experiencias. Foto de Lynette Wilson.

Durante las intervenciones de los siete miembros del panel —profesionales del reasentamiento, defensores y partidarios de los refugiados y ex refugiados— compartieron sus experiencias personales y profesionales. Una cosa que los ex refugiados querían que la gente entendiera es que nadie abandona su país sin una buena razón.

“Nadie quiere dejar su hogar. La única razón por la que la gente deja su casa es porque esté en llamas”, dijo Abdul Saboor, un ex refugiado de Afganistán que ahora viven en Syracuse, Nueva York, donde es estudiante universitario y trabaja para el Centro de Nuevos Estadounidenses de InterFaith Works.

El Ministerio Episcopal de Migración, el ministerio de la Iglesia para el reasentamiento de refugiados, trabaja con 30 agencias de reasentamiento afiliadas en 26 diócesis, ofreciendo ayuda directa a los recién llegados. También ofrece medios a las congregaciones de participar en el reasentamiento de refugiados en sus comunidades, alienta a los episcopales a unirse a la Red Episcopal de Política Pública y aboga por políticas que protejan los derechos de los refugiados y de los que buscan asilo.

No obstante, el número de refugiados no cuenta toda la historia. En todo el mundo, la guerra y la persecución han forzado a un total de 65,3 millones de personas a abandonar sus países de origen, cuatro veces más que hace una década y el mayor número de personas desplazadas desde la segunda guerra mundial.

La cumbre se produce no sólo en un momento de cifras récord de refugiados, sino también en un momento de creciente discriminación y violencia contra inmigrantes y migrantes. La crisis de los refugiados ha avivado los movimientos nacionalistas en toda Europa, donde el miedo al terrorismo y la xenofobia han hecho presa de las sociedades y han llevado a los gobiernos a tomar medidas restrictivas. La mismo ocurre, ciertamente, en parte de Estados Unidos, donde hay estados que han propuesto legislaciones bien para excluir a los refugiados de sus estados o para debilitar el programa de reasentamiento del gobierno federal.

Allison Duvall, directora para las relaciones y participación eclesiásticas del Ministerio Episcopal de Migración, moderó la mesa de debate del 14 de septiembre donde profesionales del reasentamiento, defensores y partidarios de los refugiados y ex refugiados compartieron sus experiencias personales y profesionales. Foto de Lynette Wilson.

Allison Duvall, directora para las relaciones y participación eclesiásticas del Ministerio Episcopal de Migración, moderó la mesa de debate del 14 de septiembre donde profesionales del reasentamiento, defensores y partidarios de los refugiados y ex refugiados compartieron sus experiencias personales y profesionales. Foto de Lynette Wilson.

“Estamos reunidos aquí hoy … con antelación y en apoyo al espíritu y los objetivos de la cumbre. Frente a esta ‘crisis de solidaridad’, la Iglesia Episcopal se muestra, activa y dispuesta, a responder a esta crisis de nuestro tiempo”, dijo Allison Duvall, directora para las relaciones y participación eclesiásticas de la EMM. “Estamos en solidaridad con los objetivos de la cumbre, con las naciones del mundo que reciben a refugiados, con las que promulgan programas de reasentamiento o los expanden, con las comunidades que acogen a sus nuevos vecinos mediante el reasentamiento y, lo más importante, estamos en solidaridad con los refugiados mismos”.

Como promedio, un refugiado pasa un cuarto de siglo en un campamento de refugiados hasta de ser reasentado; el UNHCR es responsable de 16,1 millones de refugiados, la mayoría de los cuales vive en África y en el Oriente Medio (Los otros 5,1 millones son refugiados palestinos registrados por el Organismo de Socorro y Obras de las Naciones Unidas).

La Iglesia Episcopal se propone exigirles a los estados miembros de la ONU que sean responsables de sus compromisos, y aboga por aumentar los compromisos del país con el reasentamiento de refugiados, dijo Lacy Broemel, analista de la política sobre inmigración y refugiados de la Iglesia.

Una delegación observadora en representación del obispo primado Michael Curry asistirá a la cumbre del 19 de septiembre, donde se espera que los estados miembros adopten un marco y protocolos globales para una migración segura, ordenada y regular antes del llamado de los líderes [de la cumbre] a los países a que aumenten el número de refugiados que reasientan.

En tanto el Ministerio Episcopal de Migración trabaja con agencias afiliadas en comunidades a través de Estados Unidos, la Iglesia Episcopal y los episcopales abogan por los refugiados a nivel nacional a través de la labor de su oficina de relaciones gubernamentales con sede en Washington, D.C., y la Red Episcopal de Política Pública.

“En EE.UU., los episcopales instan al Congreso y al Ejecutivo [al Presidente] a promover una sólida financiación para que los refugiados prosperen en sus nuevas comunidades y abogan por políticas justas y humanas para acoger a refugiados y migrantes”, dijo Broemel, que trabaja en Washington, D.C. “Trabajamos parea educar a nuestros vecinos y amigos sobre las condiciones a que se enfrentan los refugiados, y resaltamos el imperativo moral de que los refugiados vengan a EE.UU.”

La Iglesia Episcopal ha trabajado por reasentar refugiados en EE.UU. desde los años 30 del pasado siglo. El Ministerio Episcopal de Migración es una de nueve agencias que trabajan en asociación con el Departamento de Estado para acoger y reasentar refugiados; este año, se espera que lleguen 85.000 refugiados, o nuevos estadounidenses.

La labor y el apoyo de la Iglesia Episcopal a favor de programas que sirven a refugiados trascienden las fronteras de EE.UU.

En la Diócesis Episcopal-Anglicana de El Salvador, Cristosal encabeza el empeño en el Triángulo Norte de América Central de brindar protección de emergencia y representación legal a víctimas de desplazamientos forzados y de facilitar el reasentamiento regional. La Convocación de Iglesias Episcopales en Europa participa activamente en varios ministerios y asociaciones en apoyo de refugiados. En la iglesia episcopal de San Pablo Intramuros [St. Paul’s Within the Walls ] en Roma, el Centro de Refugiados Joel Nafuma ofrece comidas, empleo e instrucción de idiomas, así como espacio para reuniones comunitarias para los refugiados, muchos de los cuales provienen de África y del Oriente Medio. En Francia, la Iglesia Episcopal, desde 2007, ha trabajado para reasentar, ofrecer servicios y ayudar a integrar a refugiados iraquíes, y ahora ayuda también a refugiados sirios, a través de la Asociación de Ingreso de las Minorías del Oriente [L’Association d’entraide aux minorités d’Orient].

– Lynette Wilson es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.


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