Pese al fallo judicial contra la tribu sioux de Roca Enhiesta, las agencias federales suspenden la construcción del oleoducto

Por Lynette Wilson y David Paulsen
Posted Sep 12, 2016

[Episcopal News Service] Un juez federal falló el 9 de septiembre en contra de bloquear el trabajo en una sección de un proyecto de un oleoducto cuatriestatal que ha provocado protestas de nativoamericanos en Dakota del Norte y que ha generado atención nacional y suscitado el apoyo de líderes episcopales, entre otros.

Pero al cabo de pocas horas, tres agencias federales dijeron que suspenderían la construcción y le pedirían a la compañía constructora del oleoducto, Energy Transfer Partners, que “recesara voluntariamente” el trabajo en las tierras del gobierno, terreno que los funcionarios tribales dicen que contienen sitios de enterramiento y artefactos sagrados.

“Lo que (el juez federal de distrito James Boasberg) dictaminó se ha convertido en una cuestión polémica”, dijo el Rdo. John Floberg, canónigo misionero para la comunidad de la Iglesia Episcopal en la reserva de Roca Enhiesta (Standing Rock). “El Departamento de Justicia con el Departamento del Interior y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército [de EE.UU.] pidieron que las construcción se detuviera a 32 kilómetros al este y a 32 kilómetros al oeste del lago Oahe hasta que todos los problemas se hubieran resuelto”.

Las agencias federales dijeron en una declaración emitida el 9 de septiembre que detendrían la construcción en respuesta a problemas presentados por la tribu sioux de la Roca Enhiesta y otras naciones tribales con respecto específicamente al Oleoducto para el Acceso a las Dakotas y en términos generales respecto a “al proceso de toma de decisiones relacionado con el oleoducto”.

“El Ejército no autorizará la construcción del Oleoducto para el Acceso a las Dakotas en terrenos al borde o debajo del lago Oahe hasta que puede determinarse si deberá reconsiderar cualquiera de sus decisiones anteriores tocante al lago Oahe en conformidad con la Ley de la Regulación Nacional del Medioambiente (NEPA por su sigla en inglés) u otras leyes federales. Por tanto, la construcción del oleoducto en tierras del Ejército que bordean o están debajo del lago Oahe no proseguirá en esta ocasión”.

“Esta es una noticia extremadamente positiva. Los oradores en la manifestación aquí en Bismarck han declarado que es una victoria”, dijo Floberg, a quien localizaron por teléfono cuando participaba en una manifestación a favor del agua potable en la capital. “El dictamen del juez le habría permitido al Cuerpo [de Ingenieros] seguir adelante, pero el Cuerpo no está obligado a otorgar el permiso”.

El fallo del juez se produjo en respuesta a la demanda de la tribu sioux de Roca Enhiesta objetando la aprobación del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU. al Oleoducto para el Acceso a las Dakotas. Los sioux de Roca Enhiesta arguyen que el oleoducto atraviesa tierras que le pertenecen a la tribu conforme a un tratado, que profanaría lugares sagrados y que pondría en peligro el agua potable para los 8.000 miembros que viven en las aproximadamente 930.000 hectáreas de la reserva, localizada justamente al sur de donde el oleoducto cruzaría por debajo del río Misurí.

La compañía a cargo del proyecto del oleoducto, Energy Transfer Partners, con sede en Dallas, arguye que el oleoducto es seguro, económico y necesario para transportar el petróleo de Dakota del Norte a los mercados y refinerías a través del país. El 26 de julio, los reguladores federales expidieron permisos por los que autorizaban que el oleoducto, de un coste de $3,800 millones, atravesara cuatro estados: Dakota del Norte, Dakota del Sur, Illinois y Iowa. Fue una jornada emotiva para la gente que estaba sobre el terreno en Dakota del Norte.

“El rechazo del juez federal a la solicitud de la tribu sioux de Roca Enhiesta de un mandato para suspender la construcción del oleoducto para el Acceso a las Dakotas, seguido inmediatamente por una declaración conjunta de los Departamentos de Justicia, del Ejército y del Interior haciendo exactamente eso por el momento, nos ha provocado a aquellos de nosotros que estamos en solidaridad con Roca Enhiesta una montaña rusa de emociones”, dijo Michael Smith, el obispo [episcopal] de Dakota del Norte. “Estoy consciente de las palabras del presidente de Roca Enhiesta Dave Archambault de hace unos días que ‘éste es el comienzo de un largo proceso legal’. Nosotros en la Diócesis de Dakota del Norte estamos agradecidos por el apoyo que hemos recibido en esta lucha de toda la Iglesia Episcopal y estamos conscientes que debemos proseguir. Seguiremos trabajando y orando por una resolución justa y pacífica de esta difícil situación”.

La Iglesia Episcopal se mantiene en solidaridad con otras causas por razones de justicia indígena o racial y a favor de la justicia medioambiental. Los episcopales de Roca Enhiesta han estado presentes en las protestas desde el principio. El 8 de septiembre, Heidi J. Kim, misionera de la Iglesia Episcopal para la Reconciliación Racial y el Rdo. Charles A. Wynder Jr., diácono y misionero de la Iglesia Episcopal para la Justicia y Defensa Sociales, se unieron en solidaridad con otros episcopales, la tribu sioux y miles de otros indígenas defensores de la justicia y del medioambiente en el lugar de la protesta cerca de Roca Enhiesta. Hoy, Kim y Wynder acompañaron a Floberg en la manifestación en Bismarck.

Floberg expresó su agradecimiento por el apoyo de la Iglesia Episcopal, la Iglesia Anglicana del Canadá, la Iglesia Evangélica Luterana en América, la Iglesia Metodista Unida y la Iglesia Unida de Cristo, todas las cuales han respaldado a los manifestantes (Haga un clic aquí para ver la Guía Episcopal sobre el Oleoducto para el Acceso a las Dakotas)

“Sigue siendo una batalla legal. Las protestas de protección continuarán”, dijo Floberg, añadiendo que más de 200 naciones indígenas han firmado también en apoyo a la tribu de Roca Enhiesta. “Nuestra unidad continuará y nuestra determinación de proteger el agua y los derechos acordados de la tribu sioux de Roca Enhiesta se mantienen firmes”.

La decisión de las agencias federales a raíz del fallo del juez muestra que Dios obra de manera misteriosa, dijo el Rdo. Brandon Mauai, diácono episcopal en la reserva sioux de Roca Enhiesta.

“Esta es una lucha que prosigue. [La decisión de las agencias federales] muestra que las oraciones están siendo respondidas, de la forma más inesperada”, afirmó. “Esperábamos que el juez federal fallara, y que, cuando lo hiciera, no fuera a favor nuestro. Luego tenemos que el Departamento de Justicia decide intervenir. “Eso muestra que Dios sigue respondiendo oraciones, sólo que no de la manera que habríamos esperado”.

Las agencias federales también dijeron en la declaración que el caso de Roca Enhiesta resalta la necesidad de un debate serio tocante a una reforma destinada a incorporar la opinión de las tribus en “estos tipos de proyectos de infraestructura”, entre ellos, mejores formas de incluir en las decisiones la opinión de las tribus respecto a protección de tierras, recursos y derechos acordados.

Las manifestaciones y las protestas trascienden las fronteras de Dakota del Norte. Los defensores del agua potable, los aliados de los pueblos indígenas y los que apoyan el movimiento de No al Oleoducto de Acceso de Dakota del Norte, hashtag #NoDAPL, han organizado manifestaciones en toda la nación. Un día de acción nacional está programado para el martes 13 de septiembre.

A la expectativa del fallo del 9 de septiembre, el gobernador de Dakota del Norte, Jack Dalrympl, activó un día antes a la Guardia Nacional para que ayudara a los agentes de la fuerza pública en lo que fuera menester cerca del sitio de protesta de Roca Enhiesta.

El último fin de semana, la situación se tornó violenta cuando los manifestantes se enfrentaron con los guardias de seguridad privados contratados por Energy Transfer Partners. Los guardias usaron perros y gas pimienta contra los manifestantes que se habían reunido para detener la construcción en un sitio de enterramiento de la tribu. Cuatros guardias de seguridad y dos perros resultaron lesionados en el encuentro.

El 6 de septiembre, Boasberg concedió la petición de la tribu de una suspensión temporal de las obras en la sección del oleoducto que atraviesa el río Misurí, pero permitió que continuaran en el segmento que incluía el sitio de enterramiento.

Algunos miembros de congregaciones episcopales cercanas se incorporaron a las filas de las protestas y ofrecieron su apoyo a los cientos —y a veces miles— de personas acampadas cerca de donde la compañía del oleoducto tenía planes de comenzar la construcción.

La causa ha encontrado eco con los episcopales que han estado junto al pueblo dakota desde que éste tuviera que exiliarse de Minnesota durante la guerra de EE.UU.-Dakota en 1862. Hay nueve iglesias episcopales en la reserva de Roca Enhiesta. El 5 de septiembre, la iglesias hicieron pública una carta en que expresaban su solidaridad con la nación sioux.

“Somos llamados a ser testigos. Somos llamados a ser fieles en medio del pueblo al que servimos”, decía la carta. “Somos llamados a ser guardianes del alma. En medio de este conflicto, oramos y trabajamos por la reconciliación”.

La Diócesis de Dakota del Norte emitió un comunicado el mes pasado en que expresaba su apoyo a la tribu sioux de Roca Enhiesta y el obispo primado Michael Curry siguió con una declaración, en la que definía la protesta como “la misma que nos une en la lucha en pro de la justicia y la reconciliación raciales con la justicia climática y el cuidado por la creación de Dios como una cuestión de mayordomía”.

– Lynette Wilson es redactora y reportera de Episcopal News Service. David Paulsen es un escritor independiente radicado en Milwaukee, Wisconsin, y miembro de la iglesia episcopal de la Trinidad [Trinity] en Wauwatosa. Traducción de Vicente Echerri.


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