Obispo Presidente Michael Curry Mensaje sobre las elecciones

Este mes de noviembre nos reuniremos como nación para votar, no solo para elegir un nuevo presidente, sino para elegir a líderes gubernamentales en una variedad de niveles.

Somos bendecidos. Somos bendecidos como nación por ser capaces de hacerlo como ciudadanos de este país. Esto es un derecho, una obligación y un deber. Y en verdad el derecho y el privilegio de poder votar es algo que se obtuvo mediante una revolución americana. Algo que fue logrado, aún más, a través de los derechos civiles y el sufragio femenino. Un derecho y un privilegio que fue conseguido por todos. Así que les animo a que, por favor, vayan y voten. Voten su conciencia. Voten su perspectiva. Pero voten.

Pero no es simplemente una obligación civil y un deber. El votar y participar en nuestro gobierno es una forma de colaborar en la vida común. Y eso es una obligación cristiana. Verdaderamente, a los que seguimos en el Camino de Jesús de Nazaret se nos pide que participemos activamente como reflejo de nuestra fe en el proceso civil.

En el capítulo trece de la Carta a los Romanos, -un capítulo que a veces se debate entre los académicos y entre los cristianos-, san Pablo nos recuerda que tenemos el deber y la obligación de participar en el proceso del gobierno, “pues así es cómo nuestra vida en común está ordenada y estructurada”. Y en realidad llega a decir: “Por la misma razón”, continúa, lo amplía, y dice: “por la misma razón ustedes también pagan los  tributos pues las autoridades son funcionarios al servicio de Dios, encargados de cumplir este oficio”. Eso es probablemente muy cierto. “Pagar a cada uno lo que le es debido. Al que se le deben impuestos, impuestos. Al que se le debe contribución, contribución. Al que se le debe respecto, respeto. Al que honor, honor”. Ahora está hablando de la función del gobierno en cuanto ayuda a ordenar nuestra vida en común. Pero aquí está lo que de verdad quiero que oigan. Continúa y dice:

“Así que la única deuda que tengan  con los demás  sea la del amor mutuo. Porque el que ama al prójimo ya cumplió toda la ley. Los mandamientos: ‘No cometerás adulterio’, ‘No matarás’, ‘No robarás’, ‘No codiciarás’, y cualquier otro mandamiento, todos están resumidos en esta palabra: ‘Amarás al prójimo como a ti mismo’. El amor no hace mal al prójimo, por eso, el amor es el cumplimiento de la ley”.

Para san Pablo, el camino del amor, del amor al prójimo, es el cumplimiento no sólo de la ley moral de Dios, sino la manera de cumplir la ley civil.

Vayan y voten. Voten su conciencia. Su conciencia informada por lo que significa amar al vecino. Participen en el proceso de la búsqueda del bien común. Participen en el proceso de hacer de este un mundo mejor. Comoquiera que voten, vayan y voten. Y hagan eso como seguidores de Jesús.

El Reverendísimo Michael B. Curry
Obispo Presidente y Primado
Iglesia Episcopal