‘Dadle vosotros de comer’

Más congregaciones e instituciones episcopales retornan al huerto

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Jul 14, 2016

[Episcopal News Service –Seattle, Washington] El tránsito podría circular a lo largo de la autopista Interestatal 5 y los hidroaviones podrían zumbar sobre el lago [que se extiende] más abajo de la catedral de San Marcos [St. Mark’s Cathedral], pero cuando Carolyn White llega al huerto casero de la iglesia el ruido parece desvanecerse.

Ella sabe que suena cómico decirlo, pero a pesar del bullicio urbano de Seattle allá abajo, trabajar en el huerto “es realmente un tiempo de quietud [oportuno] para alguna oración y meditación silenciosa —los hábitos que necesito para crecer cada día, si puedo ser sincera”, dijo White en una reciente mañana dominical mientras regaba las plantas.

“Encuentro a Dios en el proceso vivificador que cada semilla produce aquí y luego en el ciclo del brote, el crecimiento, la cosecha, la decadencia y la renovación”, afirmó. “Y yo también encuentro a Dios en cómo lo que sucede aquí alimenta a otras personas que son suyas”.

El huerto de 15 metros de largo por 3 metros de ancho crece entre la entrada de autos y el punto en que la propiedad de San Marcos se disipa en el cinturón verde de más abajo. Su producto ayuda a alimentar a las 30 mujeres que duermen en el albergue Casa Noel [Noel House], que funciona en el salón parroquial de la catedral de domingo a jueves.

La quietud del huerto es, para White, un don para las personas que viven en ciudades. “Estamos perdiendo espacios donde podamos relacionarnos con el mundo natural y sus ciclos”, afirmó ella.

“La agricultura comunitaria es sencillamente un modo en que nosotros como congregación —pueblo de fe— podemos reunirnos para ser los mayordomos de la creación a que estamos llamados”, dijo el Muy Rdo. Steven L. Thomason, que ha sido rector y deán de la catedral por casi cuatro años. No sólo el huerto casero y un incipiente huerto urbano ayudan a sostener los ministerios de la catedral, sino que también son ejemplos del compromiso de la catedral con la ecojusticia y la sostenibilidad, añadió.

“Dios es nuestra motivación para decir: ‘Vio Dios cuanto había hecho y todo estaba muy bien’ y lejos de nosotros decir otra cosa y [no] tomar en serio esa afirmación: que en la bondad de la creación nos juntamos como parte de esa creación para gloria de Dios y para beneficio de aquellos a los que servimos”, dijo.

White y el resto de los miembros de San Marcos no son los únicos en encontrar a Dios y la misión en un huerto de iglesia. Desde Ishpeming en Michigan a El Cajón en California, de Snohomish en el estado de Washington a Oyster Bay en Nueva York, un creciente número de episcopales está regresando a la tierra a alimentar su ministerio y a sus comunidades. Hay huertos diminutos y algunos tan grandes que se transforman en verdaderas granjas. Hay huertos hidropónicos y sofisticados sistemas de compostación.

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Un grupo de Girl Scouts muestran el fruto de su cosecha en la Granja del Banco de Alimentos [Food Bank Farm] de Snohomish Valley en el estado de Washington. La granja, un ministerio de la iglesia episcopal de la Santa Cruz en Redmond, produjo 62.000 kilogramos de calabacines de invierno el año pasado para un banco de alimentos de la zona. Foto de Food Bank Farm.

Hay proyectos a gran escala tales como Semillas de Esperanza y la Mesa Abundante, ambos  ministerios de la Diócesis de Los Ángeles. Y hay esfuerzos más pequeños; por ejemplo, unos pocos canteros en una franja de césped a lo largo de un terreno de estacionamiento o feligreses que cuidan plantas que comienzan a mediados del invierno y las donan a un banco de alimentos que se las dan a clientes con instrucciones respecto a cómo empezar un huerto en tiestos.

“Todo el mundo puede hacer algo … No estamos resolviendo la crisis alimentaria del mundo en modo alguno, pero uno tiene que contribuir con su grano de arena”, según dijo Brian Sellers-Petersen, asesor principal del presidente de la Agencia Episcopal de Ayuda y Desarrollo y defensor de la agricultura de iglesia y comunidad.

Cuando una iglesia comienza un huerto en su terreno, “añade una clase a su escuela dominical”, afirmó Sellers-Petersen. “Todo lo que uno necesita saber acerca de Dios y el cristianismo lo puede aprender en un huerto”. Hay lecciones de mayordomía, de creación, de cuidado, de muerte y de resurrección.

“Siempre me asombro al plantar una semilla en la tierra, algo que al parecer está muerto y que se convierte en algo enorme”, recalcó.

La horticultura “nos pone en solidaridad con personas de todo el mundo que dependen de los huertos caseros” de una manera que no les pasa a los estadounidenses, dijo. “Nos ayuda a entender los sistemas de alimentos en el ámbito global si tenemos la oportunidad”.

El Proyecto de Horticultura Vida Abundante de la Agencia Episcopal de Ayuda y Desarrollo —un programa infantil interactivo, basado en la Escritura, para parroquias, maestros, familias y otras personas, que se creó para los que buscan compartir el ministerio y la obra de la Agencia Episcopal de Ayuda y Desarrollo con estudiantes de primaria— es un buen instrumento para enseñar también esas lecciones más amplias, dijo Sellers-Petersen.

Además, las iglesias, insiste él, pueden ayudar a personas que viven en “desiertos alimentarios” al encontrar maneras de garantizarles “el tener acceso a alimentos frescos que no pueden darse el lujo de comprar en Whole Foods o que sencillamente no tienen el tiempo o los recursos para tomar el autobús e ir a buscar alimentos a una tienda de víveres porque no hay ninguna en su barrio”.

El Mapa de Recursos de la Iglesia Episcopal muestra189 congregaciones, escuelas y organizaciones que incluyen “huertos comunitarios”  en sus programas. Esa lista en efecto puede ser sólo una muestra de las entidades episcopales que tienen huertos en sus propiedades y en sus vidas.

El Rdo. Kirk T. Berlenbach, rector y apicultor de la iglesia episcopal de San Timoteo [St. Timothy’s], en la sección Roxbourgh de Filadelfia, espera que gotee la miel de un panal. Foto de Apicultores Episcopales [Episcopal Beekeepers] vía Facebook.

El Rdo. Kirk T. Berlenbach, rector y apicultor de la iglesia episcopal de San Timoteo [St. Timothy’s], en la sección Roxbourgh de Filadelfia, espera que gotee la miel de un panal. Foto de Apicultores Episcopales [Episcopal Beekeepers] vía Facebook.

Sellers-Petersen sospecha que hay muchísimos huertos de iglesias que no están inscritos en ninguna parte. Cuando él comenzó a llevar cuenta de esos proyectos, creó una lista a partir de información oral y conciencia personal, “un montón de retazos de papel en ni escritorio y de tarjetas de presentación comerciales”.

Una concentración de proyectos agrícolas de comunidades religiosas está aumentando en el área metropolitana de Seattle de la Diócesis de Olympia donde vive Sellers-Petersen. La catedral de San Marcos, con dos huertos y 20.000 abejas que recientemente se han hospedado en el techo de la catedral (Sellers-Petersen, el incipiente apicultor de la catedral, dice que las abejas realizan “diminutos milagros” al fabricar la miel) no es más que un ejemplo.

En las próximas semanas, Episcopal News Service reseñará algunos de los empeños agrícolas de comunidades religiosas de la zona de Seattle.

Lea más al respecto

* Visite la página de Facebook de la Red Episcopal de Fe, Alimento y Cultivo [Episcopal Faith, Food and Farm Network] aquí para más ejemplos de congregaciones y otras organizaciones episcopales que participan de proyectos agrícolas en comunidades eclesiales.

* La Faith Farm & Food Network, parte del Centro Beecken de la Escuela de Teología de la Universidad del Sur, se creó en parte con ayuda de Sellers-Petersen para reunir a episcopales que plantan y comparten alimentos.

* Las personas interesadas en la apicultura pueden encontrar a otras con intereses semejantes en la página de Facebook de Apicultores Episcopales [Episcopal Beekeepers Facebook page]

Churchwork es un blog dedicado a “datos y estrategias de la Iglesia, formación cristiana y cuidado de la creación con énfasis en la fe y el alimento”. La Rda. Nurya Love Parish, sacerdote asociada en la iglesia episcopal de San Andrés [St. Andrew’s Episcopal Church] en Grand Rapids, Michigan, ofrece una sección sobre el Movimiento Cristiano de la Alimentación  [Christian food movement] que incluye una guía descargable con sólo facilitar el nombre de pila y una dirección electrónica.

* La Iniciativa de Alimento, Fe y Liderazgo Religioso [Food, Faith, and Religious Leadership Initiative] de la Escuela de Teología de Wake Forest, ofrece  una página web de materiales aquí.

— La Rda. Mary Frances Schjonberg es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.


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