Los esfuerzos de la Diócesis de Venezuela para acompañar a las comunidades en la crisis

By Clara Villatoro
Posted May 30, 2016

[Episcopal News Service] La rutina no es parte de la realidad venezolana. Cada día viene cargado de sorpresas. La comida y las medicinas escasean, la inflación aumenta pero los salarios no suben al mismo ritmo. Las marchas a favor y en contra del gobierno invaden las calles, a tal grado de que hay días en los que ir a trabajar o a estudiar resulta agotador. La situación no es diferente para la Iglesia Episcopal Anglicana y sus feligreses.

Es miércoles y el teléfono suena en las oficinas centrales de la Diócesis en Caracas, nadie contesta. Dos días antes, el 16 de mayo, el Gobierno aprobó extender las medidas excepcionales y continúa negándose a la posibilidad de un referéndum para revocar el mandato del Presidente. La acción del Gobierno ha generado marchas. En un lado de la capital se concentran los que se oponen al presidente venezolano, Nicolás Maduro, y al otro lado los que muestran su apoyo al Gobierno.

Es por esas protestas, justamente, que nadie responde al teléfono en las oficinas de la Iglesia. El tesorero de la Diócesis y coordinador de Educación Teológica, el Rdo. José Francisco Salazar, explica más tarde que, debido a la ubicación geográfica de las oficinas —justo en el centro de ambas concentraciones—, ha sido imposible llegar.

“En el Centro Diocesano hay momentos en los que hemos tenido que suspender reuniones porque, con una protesta, cierran el metro y no se puede llegar. Si ya estamos aquí, nos quedamos encerrados. Nos toca esperar hasta muy tarde en la noche para poder salir”, explica Salazar.

Venezuela enfrenta una realidad compleja. Las marchas demuestran lo polarizado que está el país y esa polarización muchas veces termina en violencia. La Iglesia ha decidido mantenerse al margen de lo político y dedicarse al trabajo directo en las comunidades.

“Tratamos de apoyar todo lo que sea beneficioso para la comunidad pero respetando todas las ideologías del pueblo. Hemos tratado, en la medida de lo posible, de no involucrarnos en la parte política, sino en ayudar y respetar la dignidad del ser humano. Ese ha sido nuestro norte. Y el Obispo [Orlando Guerrero] ha sido bien tajante en ese sentido”, expresa el Rdo. Salazar.

Pese a la suspensión de algunas actividades por el caos político, la labor pastoral sigue adelante. La Iglesia trata de responder a la realidad que vive el país, según comparte Salazar: “Nos ha tocado mediar en algunos casos; en otros, atender con consejería a las familias de víctimas de maltrato y violencia [política]. Los domingos, en general se respetan, casi no hay protestas, y se ofrecen los servicios de manera regular.”

Unidos ante la escasez

En Venezuela diferentes medidas económicas y políticas de los últimos años han llevado a una escasez de los alimentos básicos y los medicamentos.  El informe semestral de perspectivas económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI)  pronostica que la inflación de Venezuela llegará al 720% en 2016 y —si nada mejora— en 2017 podría llegar al 2.200%. El panorama económico es asfixiante. En el área de salud, el New York Times reportó el pasado 15 de mayo la falta de medicamentos básicos y la escasez de agua en algunos hospitales públicos, lo cual impide incluso lavar la sangre de los quirófanos.

Para cumplir con su misión social y promover la ayuda mutua en las comunidades, las parroquias episcopales han organizado una red de apoyo para localizar alimentos básicos y medicinas.

El funcionamiento es sencillo, los feligreses se turnan para  ir por los supermercados y farmacias de su ciudad y luego comunicar qué artículos de primera necesidad hay disponibles en cada zona. En las iglesias, las personas pueden anotar qué medicamento necesitan, se comparte la información en la red de contactos y si alguien lo encuentra (incluso en otra ciudad) lo compra.

La distribución de alimentos y artículos de primera necesidad se realiza mediante la PDEVAL (Producción y Distribución Venezolana de Alimentos), por lo que no se pueden hacer envíos de medicamentos o comida por correo o servicios de mensajería. Es por ello que los feligreses coordinan viajes para poder entregar la medicina que han encontrado. Nada se hace de manera masiva.

“La Iglesia está tratando de no perder su rol profético y evitar caer en la politiquería, preferimos que la gente sienta que sus sacerdotes están con ellos, que no son la élite que vive fuera sino que viven entre ellos,  que padecen como ellos lo que se vive aquí”, asegura Salazar.

Su afirmación se refleja en el testimonio del propio obispo Orlando Guerrero, que padece de diabetes y, como todos los feligreses, incluye en las peticiones a la red de parroquias su propio medicamento.  “A veces la medicina de él no se consigue en Caracas, pero en otra región sí y cuando alguien viaja la trae, “ asegura el Rdo. Salazar.

Ante la escasez de energía eléctrica, desde principios de abril, el Gobierno redujo la jornada laboral a tres días a la semana para los empleados públicos y a cuatro para los privados. Cuando alguien  de la feligresía no tiene día laboral se ofrece para este “trabajo social”.

La Iglesia también ha permitido en algunas regiones que la PDEVAL realice la venta de alimentos junto al templo o en su estacionamiento, dado que esto genera menos desorden en la distribución. “Lo permitimos porque en la iglesia hay más respeto en la fila para la compra de alimentos. Ellos solo usan el estacionamiento”, matiza Salazar.

Los enfrentamientos entre el presidente Maduro y la oposición son constantes. Las medidas excepcionales y el plan de ahorro de energía ha agudizado la polarización. Muchas veces las manifestaciones terminan en violencia. La semana pasada el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, publicó una carta abierta al presidente venezolano en la que le acusa sustraer el dinero del pueblo y mantener el poder contra la voluntad de los venezolanos.

La carta se publicó el mismo día que llegó a Caracas el ex presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, en una misión mediadora junto con el ex presidente panameño Martín Torrijos y el ex mandatario dominicano Leonel Fernández. Luego de reunirse con el gobierno y la oposición, Zapatero aseguró en conferencia de prensa que hay voluntad política de ambos bandos. Pero, mientras se logra un acuerdo, los venezolanos siguen enfrentando el reto de sobrevivir frente a la escasez general y adaptarse a los constantes cambios políticos.

— Clara Villatoro es una periodista que reside en El Salvador.


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