Las mujeres de la Comunión pueden ayudar a cambiar el destino de las hermanas, dice líder anglicano

El Secretario General también planteó un reto: desvíen la atención del conflicto interno

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Mar 17, 2016

Las mujeres deben animar a sus esposos y a otros hombres a unirse a ellas para erradicar la violencia de género, dice el Rvdmo. Josiah Atkins Idowu-Fearon a las mujeres anglicanas y episcopales reunidas el 16 de marzo en la capilla de Cristo el Señor en el Centro Denominacional de la Iglesia Episcopal en Nueva York. El discurso del secretario general de la Comunión Anglicana tuvo lugar durante un evento relacionado con la 60ª. sesión de la Comisión de las Naciones Unidas sobre la Condición [Jurídica y Social] de la Mujer. Foto de Mary Frances Schjonberg.

Las mujeres deben animar a sus esposos y a otros hombres a unirse a ellas para erradicar la violencia de género, dice el Rvdmo. Josiah Atkins Idowu-Fearon a las mujeres anglicanas y episcopales reunidas el 16 de marzo en la capilla de Cristo el Señor en el Centro Denominacional de la Iglesia Episcopal en Nueva York. El discurso del secretario general de la Comunión Anglicana tuvo lugar durante un evento relacionado con la 60ª. sesión de la Comisión de las Naciones Unidas sobre la Condición [Jurídica y Social] de la Mujer. Foto de Mary Frances Schjonberg.

[Episcopal News Service] El secretario general de la Comunión Anglicana dijo el 16 de marzo que las mujeres anglicanas y episcopales deben proseguir —y redoblar—  su labor de cambiar el destino de las mujeres y niñas en sus comunidades, cooperando incluso con sus gobiernos nacionales y locales.

“Hermanas, son muchas las oportunidades, pero no podemos darnos el lujo de sentarnos quietamente y esperar a que las cosas sucedan”, dijo el Rvdmo. Josiah Atkins Idowu-Fearon, hablando en la capilla de Cristo el Señor en el Centro Denominacional de la Iglesia Episcopal en Nueva York en un evento relacionado con la 60ª. sesión de la Comisión de Naciones Unidas sobre la Condición [jurídica y Social] de la Mujer. “Debemos seguir tocando a las puertas de las agencias de la ONU y de los gobiernos, y estar dispuestos a probar lo que podemos hacer y cómo podemos ser asociados eficaces en términos que ellos puedan respetar.

“Los anglicanos están en el terreno, sirviendo a sus comunidades en más de 165 países”, dijo él. “Tenemos países donde somos una Iglesia establecida. Debemos hablar en nombre de aquellos a los que servimos en la base, porque sabemos lo que necesitan a fin de desarrollarse y prosperar”.

Mujeres de toda la Iglesia Episcopal y de todo el ámbito de la Comunión Anglicana en representación de más de 20 países han venido a Nueva York para asistir a la sesión de la UNCSW del 14 al 24 de marzo y a eventos paralelos como la presentación de Idowu-Fearon.

Idowu-Fearon dijo que él se sentía agradecido de que la UNCSW brindara la oportunidad de que las voces anglicanas fuesen oídas en los más altos niveles del gobierno internacional. “Y por ‘anglicanas’ me refiero también a la Iglesia Episcopal”, añadió.

Él dijo que espera que cuando las delegadas regresen a sus países de origen, puedan encontrarse con personas de mentalidad semejante y “formar un pequeño grupo dentro de sus provincias  a fin de hacer que la reacción en cadena llegue más lejos.

“Ese tipo de promoción social, hermanas mías, exige capacidad —afirmó. “Exige que tengamos la intención de contar nuestras historias y de mostrar en términos concretos la diferencia que podemos marcar con nuestra unidad. Significa ser valientes y decirle la verdad al poder”.

Idowu-Fearon reconoció durante su discurso que en muchos contextos, entre ellos algunas partes de África, “la religión puede ser una piedra de tropiezo para el cambio”. Horas antes ese mismo día, dijo, él había sabido “con horror” que el parlamento de Nigeria, su país natal, había rechazado por tercera vez una legislación sobre igualdad de género. Los que se oponen sostuvieron que la ley propuesta violaba las normas culturales nigerianas, así como la Biblia y el Corán.

Él también recordaba la ocasión en que asistía a una reunión  del comité permanente provincial nigeriano en 2003, luego de que la Iglesia Episcopal decidiera ordenar a  Gene Robinson, un sacerdote abiertamente homosexual, como obispo de Nuevo Hampshire. Durante esa reunión se estaban discutiendo los Objetivos de Desarrollo del Milenio que la ONU había adoptado en 2000.  Un obispo importante declaró que los objetivos de desarrollo eran “medios con los cuales Occidente quería envenenar nuestras mentes para que no nos centráramos en el evangelio”. Idowu-Fearon dijo que el obispo rehusó retractarse cuando él lo confrontó.

“¿Ven ustedes lo que hace la ignorancia? Eso es ignorancia”, afirmó. “pero, le doy gracias a Dios que si bien Nigeria no aceptó esto, otras partes de la Comunión lo aceptaron plenamente”.

Idowu-Fearon fue obispo de Kaduna, en la Iglesia de Nigeria, durante 17 años antes de convertirse en el Secretario General de la Comunión en julio pasado. También sirvió como arzobispo de la provincia de Kaduna de la Iglesia de Nigeria de 2002 a 2009, y tiene una reputación mundial por su experiencia en las relaciones entre cristianos y musulmanes.

Dijo, además, que las mujeres anglicanas y episcopales, como discípulas de Jesús, pueden promover el cambio mediante la enseñanza y la predicación acerca del desarrollo sostenible para todas las mujeres así como “como siendo modelos de las actitudes y la conducta que queremos ver”. Deben ser también “profetas en nuestro tiempo” y promotoras y defensoras [de la igualdad] de género en todos los niveles de la comunidad. Y deben “prestar atención sobre el terreno a todos los que están dejando afuera”.

Si bien las personas de fe pueden y deben desafiar las normas culturales, Idowu-Fearon admitió “con pesadumbre” que “nuestras iglesias están enterradas en el pasado y, en muchos casos, siguen sin reconocer la igual dignidad y dones, dados por Dios, de mujeres y hombres”. Resaltó que él viene de una provincia en que las mujeres no pueden ser ordenadas y a las que no se les da “papeles de pleno liderazgo en la Iglesia”. Además, afirmó, es necesario trabajar para que las voces de los laicos se escuchen “como una parte esencial del diálogo anglicano”.

“Debemos defender a las personas que servimos a nivel de base”, dice el Rvdmo. Josiah Atkins Idowu-Fearon en una reunión de mujeres anglicanas y episcopales que tuvo lugar el 16 de marzo en la capilla de Cristo el Señor del Centro Denominacional de la Iglesia Episcopal en Nueva York. Foto de Mary Frances Schjonberg.

“Debemos defender a las personas que servimos a nivel de base”, dice el Rvdmo. Josiah Atkins Idowu-Fearon en una reunión de mujeres anglicanas y episcopales que tuvo lugar el 16 de marzo en la capilla de Cristo el Señor del Centro Denominacional de la Iglesia Episcopal en Nueva York. Foto de Mary Frances Schjonberg.

En su presentación, Idowu-Fearon se refirió en repetidas ocasiones a los papeles que las esposas de obispos y clérigos tienen que desempeñar para cambiar las actitudes en sus provincias. Haciendo notar que las mujeres anglicanas participan activamente en la Iglesia, especialmente en África, dijo que “las esposas de los obispos son obispos para las mujeres y las esposas de los clérigos son clérigos para las mujeres”.

Durante la sesión de preguntas y respuestas, dos mujeres confrontaron a Idowu-Fearon acerca de la reciente reunión de los primados sobre asuntos internos.

“Cada vez que ustedes se reúnen como primados, tienen agendas específicas y tal parece que pelean y que hay mucha tensión —muchísimo conflicto— y contenemos la respiración porque no sabemos lo que va a salir de vuestras reuniones. Y sin embargo, están sucediendo tantas cosas injustas en el mundo, tanto en que podríamos estar trabajando”, dijo Ashella Ndhlovu Chama, de Zambia.

Chama retó a Idowu-Fearon y a los primados de la Comunión Anglicana a participar en la Campaña de la Cinta Blanca de hombres y niños que laboran por ponerle fin a la violencia machista contra las mujeres y las niñas.

“Vean ustedes, el hecho de que estemos reunidas aquí significa que estamos comprometidas. El hecho de que estemos aquí significa que queremos hacer un impacto, cambiar las comunidades, como mujeres anglicanas, pero no podemos hacerlo sin ustedes”, dijo Chama, que está casada con el arzobispo Albert Chama, primado de la Iglesia de la Provincia de África Central que es la anfitriona, del 8 al 19 de abril, de la reunión del Consejo consultivo Anglicano, el principal organismo que diseña las políticas de la Comunión,

Recordándole al Secretario General la influencia que tienen los obispos, especialmente en África, dijo ella: “Queremos que ustedes usen esa influencia, porque si ustedes salen allí (al final de la próxima Reunión de los Primados) en sotanas… y tienen una foto fantástica y todos ustedes llevan cintas blancas, se quedarían sorprendidos de cómo transcendería ese mensaje”.

Los clérigos deben hablar desde el púlpito contra el trato violento de mujeres y niñas, en lugar de permitir que prosiga, al guardar silencio, dijo Chama. “Hemos logrado ver que eso está sucediendo más y tiene que empezar desde arriba. De manera que mientras trabajamos, mientras sudamos e intentamos hacer funcionar las cosas a partir de la base, queremos ver que están pasando cosas en la cima y  filtrándose hacia abajo”, afirmó.

Mientras el público aplaudía sus comentarios, Idowu-Fearon decía: “Hum, bien, cierto, coincido con usted”.

“Si ustedes pueden convencer a sus esposos que lleven la cinta, eso marcará una diferencia”, añadió él y se refirió al papel de las esposas de obispos y clérigos en la tarea de ponerle fin al silencio.

Citando el ejemplo de una conferencia que presentara en África Caroline Welby, la esposa del arzobispo de Cantórbery Justin Welby, Idowu-Fearon dijo que tales reuniones eran “otra manera de hacer lo que ustedes están hablando aquí, porque cuando las mujeres se reúnen, las cosas que comparten entre ustedes resultan mucho más profundas y benéficas para nosotros porque algunas de las esposas vuelven y las comparten con sus maridos”.

“De manera que intentaremos hablar con los primados y los obispos, pero ustedes también tendrán este papel que desempeñar” porque tienen que volver a casa y compartir la experiencia de reuniones como éstas con sus colegas, recalcó Idowu-Fearon.

Luego, Cynthia Katsarelis, delegada de la Iglesia Episcopal proveniente de la Diócesis de Colorado, se puso de pie y dijo que apoyaba los comentarios de Chama “en los términos más enérgicos posible respecto a aquello en que debemos concentrarnos y no voy a dejar que los primados se desentiendan [del asunto]”.

Diciéndole a Idowu-Fearon que ella es lesbiana y que está casada por la Iglesia Episcopal, Katsarelis dijo “Yo no soy un problema para ustedes”.

“Mi esposa, Rebecca, no es un problema para ustedes. Estamos bien; no lastimamos a nadie. Lo que lastima son las mujeres a las que asesinan, las mujeres y niñas a las que violan, las mujeres y niñas que desaparecen en el mundo, las mujeres y niñas que tienen hambre, las mujeres y niñas que podrían alcanzar una educación para hacer una vida para sí mismas.

“Estas personas son el problema que debemos abordar. Estas personas son los hijos de Dios a quienes se nos pide que amemos como nuestros prójimos y a levantarlos como hijos de Dios para que prosperen en la abundancia: el gran don de la abundancia es para todos nosotros”.

Katsarelis dijo que ella había sido “agraciada con esta abundancia”, especialmente en las muchas ocasiones en que había sido el objeto de una “odiosa retórica”.

“Todas las veces, ¿quién me salvó? Dios”, le dijo ella al Secretario General. “No se preocupe por mí. Dios cuida de mí y de todos nosotros aquí”.

Ella le pidió a Idowu-Fearon que no dejara que el conflicto a nivel de los primados fuese usado “como una excusa para no abordar el sufrimiento de los hambrientos y el dolor de este mundo”.

Mientras Katsarelis se sentaba en medio de un resonante aplauso, Idowu-Fearon dijo “Gracias”.

Otros artículos de ENS sobre la participación de mujeres anglicanas y episcopales en la UNCSW se encuentran aquí.

– La Rda. Mary Frances Schjonberg es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.

 


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