Música y danza muestran la herencia cultural y religiosa de UtahPosted Jul 3, 2015 |
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Los tubos dorados del órgano del Tabernáculo sirven de fondo al American Festival Chorus and Orchestra. Foto de Chloe Nguyen /Diócesis de Utah.
[Episcopal News Service – Salt Lake City] Los tambores taiko de la iglesia japonesa de Cristo [Japanese Church of Christ] en Salt Lake City abrieron el espectáculo La Vitrina de Utah (Utah Showcase) para un atronador comienzo con un resonante número de apertura que representaba a un dragón que le deseaba a los escuchas larga vida y buena salud.
La noche llegó a un final igualmente espectacular con la actuación del American Festival Chorus and Orchestra de 220 voces, cuyo programa de himnos incluyó una de las famosas composiciones de la era de la frontera del autor mormón William Clayton: “Venid, venid, oh santos” [Come, Come, Ye Saints].
En el ínterin, hubo actuaciones del Coro Inspiracional Bautista Calvario [Calvary Baptist Inspirational Choir]; de los Lux Singers, un grupo religioso de la iglesia episcopal de Santa María [St. Mary’s Episcopal Church] en Provo y de El Coro Hispano, un coro de la catedral catolicorromana de la Magdalena [Madeleine] que canta música religiosa tradicional de México y Centro y Sudamérica.

El Ballet Folclórico Citlali escenificó danzas folclóricas de México. Foto de Chloe Nguyen/Diócesis de Utah. Nguyen/Diocese of Utah
El Ballet Folclórico Citlali escenificó varias danzas folclóricas mexicanas. Los hombres, vestidos de blanco de pies a cabeza, realizaron varios complicados pasos de chaqué, mientras las mujeres, en elegantes vestidos con volantes, giraban en un caleidoscopio de color en torno a ellos.
Luego vino la familia pow wow, cuyos miembros representan las tribus ute, navajo, shoshoni norte y hopi, que realizaron una serie de danzas tradicionales acompañados por un círculo de tambores.
Con los elaborados trajes que usan en las contemporáneas competencias de pow wow, mujeres y hombres danzaron en los estilos de las planicies del sur y de los lakotas del norte, una danza de cascabeles ojibwe, una danza de la hierba omaha y una danza del ave de la pradera de la tribu de los pies negros, entre otras. La puesta culminó en una rápida pieza de gran maestría derivada del show del Salvaje Oeste de Buffalo Bill, con un bailarín solo que improvisaba al sonido de los tambores.
Existen al presente 566 tribus nativoamericanas reconocidas por el gobierno federal, le dijo al público el líder de la familia pow wow. “Aún estamos aquí”, afirmó, mientras el grupo abandonaba la escena en medio de una ovación.

Un bailarín de la familia de pow wow hace una demostración de una danza estilo lakota norte. Foto de Chloe Nguyen/Diócesis de Utah.
“Además de la diversidad religiosa que los visitantes a veces pueden encontrar sorprendente, nosotros aquí en Utah tenemos un sólida herencia de diversidad étnica y cultural que anima y fortalece a nuestra comunidad”, dijo Scott Hayashi, obispo de la Diócesis de Utah, al comienzo del programa. “Esta noche estamos mostrando esa rica herencia”.
La Diócesis de Utah organizó el programa de casi dos horas de duración para los asistentes a la Convención General. Muchos de ellos salieron apresuradamente de una retrasada sesión legislativa para estar allí.
El acto tuvo lugar en el Tabernáculo de Salt Lake, en la Plaza del Templo, monumento histórico y sede del afamado Coro del Tabernáculo Mormón. La imponente estructura dorada del órgano del Tabernáculo, de 11.623 tubos, constituyó un impresionante fondo visual para los intérpretes, todos los cuales donaron su tiempo y talento para la velada.
Elder L. Whitney Clayton, en representación de la Presidencia de los Setenta, uno de los principales organismos gubernativos de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, le dijo al público que el Tabernáculo, construido entre 1864 y 1867 y conocido por su acústica capaz de registrar la caída de un alfiler, tiene forma de arco porque fue diseñado por un constructor de puentes.
“No contaban con muchas de las cosas que usaríamos hoy para construir un edificio como éste, pero les sobraba madera, tenían cuero sin curtir y tenían iniciativa, y esa tres cosas juntas hicieron un edificio bastante bueno”, dijo Clayton.

El obispo de Utah, Scott Hayashi, da la bienvenida a los convencionistas a La Vitrina de Utah. Foto de Chloe Nguyen/Diocese of Utah.
“Creo que lo más importante de toda la estructura es que cuando los pioneros mormones llegaron aquí, venían en carretas, algunos de ellos a caballo, pero muchos de ellos a pie. Cuando llegaron aquí comenzaron de cero y levantaron esta maravillosa ciudad en la cual vivimos y que es el hogar de tantos de nosotros”, dijo Clayton.
Clayton expresó profunda gratitud por el liderazgo de Hayashi. “Quiero mencionarlo de manera muy personal, por su amistad, por su cordialidad, por su voz de integración y de aceptación de los puntos de vistas e ideas de otras personas. Su voz ha sido decisiva para muchas cosas buenas que han sucedido en este lugar y en este estado”, añadió Clayton.
“Creemos que somos hijos de Dios, que somos verdaderamente una familia. Como hermanos y hermanas en esa familia cada uno de nosotros tiene una oportunidad maravillosa —en verdad, diríamos que un deber divino— de tratarnos los unos a los otros con bondad y respeto al tiempo que adoramos al Señor y seguimos sus enseñanzas según los dictados de nuestra propia conciencia y de nuestra propia tradición”, dijo Clayton. “Oramos que la bendición de Dios sea con ustedes a través de vuestra convención”.
El American Festival Chorus and Orchestra cerró el programa con “El Señor te bendiga y te guarde” [“The Lord Bless You and Keep You”].
A uno de los presentes se le oyó decir mientras se encaminaba hacia la puerta: “si no te sientes bien después de esto, algo te pasa”.
— Tracy J. Sukraw es parte del equipo de Episcopal News Service que está reportando desde la Convención General. Traducción de Vicente Echerri.
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