La obra en pro de la justicia racial es el plato fuerte del presupuesto 2016-2018

El comité propone reducir la solicitud diocesana al 15 por ciento en el transcurso de tres años

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Jul 2, 2015
Chuck Stewart, diputado de Nueva York Central, estudia el presupuesto junto con su colega diputada, Rda. Georgina Hegney. Foto de Tracy Sukraw/ENS.

Chuck Stewart, diputado de Nueva York Central, estudia el presupuesto junto con su colega diputada, Rda. Georgina Hegney. Foto de Tracy Sukraw/ENS.

[Episcopal News Service – Salt Lake City] El Comité Permanente Conjunto sobre Programa, Presupuesto y Finanzas (PB&F) propuso el 1 de julio un presupuesto para la Iglesia Episcopal en el trienio 2016-2018 que incluye una nueva e importante iniciativa de $2 millones para justicia y reconciliación raciales, al tiempo que reduce la cantidad de dinero que se les pide a las diócesis que contribuyan a un 15 por ciento para 2018.

El presupuesto trienal 2016-2018 se basa en un ingreso de $122.243.102 para el trienio que termina el 31 de diciembre de este año. El comité proyectó gastos de $122.189.125. Por consiguiente, el presupuesto trae un superávit de $70.834, una cifra que el comité en el texto del presupuesto calificó de “insignificante en vista de las múltiples predicciones [que se presentan] en un presupuesto de tres años”.

El comité presentó el presupuesto en una sesión conjunta el 1 de julio. Tanto la Cámara de Obispos como la Cámara de Diputados deben aprobar el presupuesto, conviniendo en cualesquiera cambios apoyados por una o por la otra.

La obispa primada Katharine Jefferts Schori abrió la sesión con una oración: “Nos hemos reunido aquí para considerar la mejor manera de usar los recursos que nos has dado para la obra de tu mundo restituido. Mantennos receptivos de corazón y mente y espíritu para que podamos discernir la dirección de tu Espíritu”.

El obispo Stephen Lane, de la Diócesis de Maine y vicepresidente del PB&F, dijo a la sesión conjunta que el proceso presupuestario, diseñado conjuntamente por el PB&F y el Consejo Ejecutivo, era “colaborativo y amistoso [y]… era bueno para el PB&F y bueno para la Iglesia”.

El presupuesto está disponible como un PDF aquí en inglés y en español.

Los estímulos para la iniciativa de justicia y reconciliación raciales del presupuesto provienen de la Resolución C019 que le pide a la Iglesia que responda a la injusticia racial sistémica y solicita $1,2 millones para esa tarea.

“Fue el sentir del comité (PB&F) que —dada la atmósfera en que vivimos ahora con los atentados y las dificultades que enfrentan los afroamericanos— queríamos hacer más”, dijo a ENS la Rda. Mally Lloyd, de Massachusetts, presidente del PB&F, el día antes de que se presentara el presupuesto. “Denles $2 millones y una pizarra en blanco para que realmente traten de hacer algo nuevo para la Iglesia que esperamos tendrá un impacto importante”.

Lloyd dijo que el comité decidió no ocuparse de las dimensiones del trabajo “para que el movimiento del Espíritu” guíe a los líderes de la Iglesia.

Los $2 millones provendrá de las reservas de corto plazo de la Sociedad Misionera Nacional y Extranjera (DFMS) y forma parte del superávit de $4,7 millones con el cual se predijo que terminaría el trienio 2013-2015.

“Estamos corriendo un riesgo como Iglesia de no tener una emergencia que precise 0recurrir a esas reservas”, dijo Lane a ENS. “Vemos esto como una circunstancia extraordinaria y una oportunidad extraordinaria y, por consiguiente, estamos usando medios extraordinarios para sostenerla”.

Supuestos ingresos

El presupuesto supone el ingreso de $76,6 millones en compromisos de las diócesis de la Iglesia (renglón 2), aproximadamente $2,1 millones más de lo proyectado en el trienio actual. Cerca del 62 por ciento de los ingresos del presupuesto provienen de las promesas de las diócesis y zonas regionales de misión de la Iglesia. La contribución real en el trienio actual se espera que ascienda a $79,3 millones.

Sarah Neumann, diputada de Massachusetts, estudia el presupuesto por vía de la carpeta virtual en su iPad. Foto de Tracy Sukraw/ENS.

Sarah Neumann, diputada de Massachusetts, estudia el presupuesto por vía de la carpeta virtual en su iPad. Foto de Tracy Sukraw/ENS.

La contribución anual de cada año en el presupuesto de tres años se basa en el ingreso de una diócesis dos años antes, menos $120.000. A esas entidades se les pide actualmente que contribuyan con un 19 por ciento de sus ingresos de dos años antes, menos $120.000.

El presupuesto que el PB&F propone aumenta esa exención a $150.000. Su proyección de ingresos se basa en solicitar de las diócesis de la Iglesia y sus zonas de misión regionales que contribuyan con un 18 por ciento de sus ingresos para financiar el presupuesto de 2016, un 16,5 por ciento para el presupuesto de 2017 y un 15 por ciento en 2018.

Lloyd y Lane dijeron que el PB&F cree que el anteproyecto presupuestario del Consejo Ejecutivo para el trienio 2016-2018 se basaba en un investigación sólida cuando llegó a predecir cómo las contribuciones diocesanas responderían a una solicitud reducida. Lane dijo que él y el obispo de Ohio, Mark Hollingsworth, que preside el comité del Consejo que redactó el presupuesto dado al PB&F, también llevaron a cabo una encuesta informal de los obispos cuyas diócesis no cumplen con la solicitud del 19 por ciento.

“Encontramos un completo apoyo para el objetivo del 15 por ciento”, dijo él. “Encontramos un compromiso sustancial de parte de los que están por debajo del 15 por ciento de moverse en esa dirección en el transcurso del trienio. Tenemos confianza de que el objetivo del 15 por ciento está respaldado sólidamente por los obispos de la Iglesia”.

Lloyd añadió que ella cree que hay algunas diócesis “par las cuales este 15 por ciento nunca será alcanzable”. Sin embargo, agregó, el Comité de Revisión de Tasaciones Diocesanas planeado por el Consejo ayudará a que las contribuciones de un porcentaje “realista” de esas diócesis sea visto como “plena participación” en la financiación del presupuesto denominacional, en lugar de sentirse sancionadas y criticadas por no pagar el total de la solicitud.

Los ingresos del presupuesto se calculan partiendo del supuesto que aproximadamente un tercio de las diócesis que pagan un 19 por ciento o más decrecerán sus contribuciones para ponerse a la par de la solicitud anual, como aquellas que ahora pagan entre el 19 y el 15 por ciento.

Aquellas diócesis que dan menos del 15 por ciento se predice que aumenten su contribución anual dando un mínimo de un diez por ciento de su contribución cada año. Por consiguiente, si una diócesis está pagando un 9 por ciento, aumentará su contribución en el primer año a 9,9 por ciento y así sucesivamente.

La proyección de ingresos por concepto de compromisos diocesanos también se basa en que los ingresos percibidos en la esfera diocesana aumenten un medio por ciento, según las notas que aparecen en el renglón 1.

A pesar de que hay resoluciones pendientes que piden que las tasaciones [diocesanas] se reduzcan inmediatamente al 15 por ciento, Lloyd dijo que el comité había rechazado tales solicitudes al principio. “Creímos que era una reducción demasiado drástica y demasiado apresurada y que le presentaría al nuevo obispo primado la toma de algunas decisiones difíciles que no parecían justas durante su primer año”, apuntó ella.

La solicitud diocesana no es una tasación canónicamente obligatoria y el Equipo de Trabajo para Reinventar la Iglesia Episcopal pidió un cambio en su informe final. La Cámara de Diputados consideró sustituir la Resolución D013 (que ocuparía el lugar de su versión original y también el de las [resoluciones] A008, A110 y A111) y, entre otras cosas, cambiaría el carácter voluntario de la solicitud diocesana por una tasación obligatoria. El PB&F no cuenta con la autoridad para hacer obligatoria la solicitud.

De las 109 diócesis y tres zonas regionales, 49 diócesis pagaron la solicitud en su totalidad o más en 2014. Una lista de los compromisos diocesanos y pagos hechos en 2013 y de los compromisos de 2014 puede verse aquí.

Los ingresos del presupuesto incluyen también un aporte, o dividendo, del 5 por ciento de los ingresos provenientes de los aproximadamente $220 millones de la DFMS en valores invertidos irrestrictos. Las extracciones ascienden a $28,2 millones, en lugar de los $24,5 millones previstos en el trienio actual (renglón 3).

Además de los pagos diocesanos, la aportación del 5 por ciento y las reservas a corto plazo destinadas al programa de justicia racial, otros importantes renglones de ingreso incluyen casi $10 millones por concepto de alquileres [de espacios] en el Centro Denominacional de la Iglesia, $2,1 millones del programa de cobros de préstamos a refugiados del Ministerio Episcopal de Migración, una extracción de $1.100.000 para apoyar a la oficina de desarrollo y $1.200.000 en ingresos de la Convención General, junto con otras fuentes más pequeñas.

El lado de los gastos

Los gastos en el presupuesto 2016-2018 se han estructurado, al igual que en el presupuesto actual, en torno a las Cinco Marcas de la Misión de la Comunión Anglicana.

A fin de ajustarse a los requisitos canónicos para asignar gastos en las áreas de programa, canónicos y corporativos, cada renglón de gastos está codificado a uno de esas tres categorías, y la resolución habilitante del presupuesto, que aún no tiene número, resume los gatos de esa manera.

Los gastos de programa ascienden a $64,3 millones, los corporativos a $35,2 millones y los canónicos a $22,5 millones. Los montos por cada categoría en cada año se especifican en la resolución del presupuesto.

Hay cuatro tipos de asignaciones en el presupuesto que se propone:

  • Subvenciones de desarrollo/sostenibilidad a largo plazo que facilitan asociaciones con diócesis y el resto del mundo.
  • Subvenciones en bloque, cuyo uso lo decide el beneficiario con las auditorías y los informes situacionales que se requieren. Por ejemplo, se han presupuestado $1.500.000 para las diócesis de Alaska, Navajolandia, Dakota del Norte y Dakota del Sur para extender la obra con las poblaciones indígenas. Esas subvenciones representan un aumento en comparación con el trienio actual. El presupuesto incluye su subvención habitual a colegios universitarios tradicionalmente afroamericanos, que esta vez se ha reducido ligeramente a $1.600.000. Sin embargo, hay $400.000 adicionales para repartirse entre los dos centros de estudio ( Augustine’s College en Raleigh, Carolina del Norte, y Voorhees College en Denmark, Carolina del Sur) como subvenciones para el desarrollo, lo cual representa un aumento de $20.000 a la subvención total.
  • Subvenciones de nuevas iniciativas para enfoques experimentales en la edificación del cuerpo de Cristo. La subvención para Justicia y Reconciliación Raciales es uno de ellas.
  • Subvenciones de propósitos especiales para programas específicos con un propósito y un plan. Los $3 millones del trienio actual en subvenciones para Zonas de Empresa de Misión y Comienzo de Nuevas Iglesias son ejemplos de estas subvenciones. El presupuesto que se propone aumenta su financiación en $1 millón.

Otros puntos a resaltar del presupuesto

  • $750.000 para evangelización digital se han añadido al presupuesto de comunicaciones en respuesta al compromiso de Michael Curry, el obispo primado electo, con la evangelización (renglón 53b).
  • $1.200.000 como contribución de la Iglesia a la Oficina de la Comunión Anglicana, un aumento de $500.000 (renglón 193).
  • Por primera vez, el presupuesto refleja los costos operativos y el ingreso de00 la junta de la Ofrenda Unida de Gracias (renglones 265-268).
  • $1.100.000 (un aumento de $257.357) para el renglón 281a, (llamado anteriormente de Comités, Comisiones, Agencias y Juntas, y llamado ahora Organismos Interinos). El presupuesto asume una reducción de un tercio en el número de organismos interinos y reduce en un tercio a los miembros de cada uno de esos organismos, pero aumenta la financiación disponible para las reuniones o encuentros personales.
  • $300.000 para la preparación en el uso de los cánones disciplinarios del clero, Título IV de los Cánones de la Iglesia (renglón 281b).

Lloyd y Lane dijeron que apreciaban enormemente que tantas resoluciones que conllevaban financiación hubieran comenzado a moverse muy temprano a través de la Convención, ayudando así al proceso presupuestario del comité.

“Lo más difícil en un presupuesto operativo es reservar fondos para empeños nuevos y me siento particularmente gratificado que Programa, Presupuesto y Finanzas haya sido creativo y emprendedor en buscar modos de unificar recursos y en consecuencia este presupuesto sí ha contemplado de manera significativa [la inclusión] de nuevas tareas al tiempo de tratar de ser fiel al programa y estructura de la Iglesia Episcopal”, afirmó Lane.

Cualquier cambio en esa estructura promulgado por la Convención General “podría significar que el Consejo Ejecutivo tendrá que tomar el presupuesto que hemos aprobado y cambiarlo hasta un punto cual nunca antes ha tenido que hacerse”, reconoció Lloyd.

El PB&F tuvo que funcionar en conformidad con los cánones actuales, dijo ella, y no podía prever cambios canónicos.

“Siempre supimos que si la restructuración hubiera sido aprobada el segundo día [de la Convención] los cánones no habrían entrado en vigor hasta el 1 de enero, de manera que tuvimos que producir un presupuesto basado en el viejo modelo canónico”, apuntó.

El comité dijo en el texto que acompañaba las hojas de cálculo del presupuesto que se siente agradecido de que: los miembros del PB&F participaran en la creación del proceso que el Consejo Ejecutivo utilizó para crear su anteproyecto del presupuesto; de que los miembros fueran bienvenidos en todas las reuniones del Consejo y de que el Consejo compartiera [con el comité] la reacción que había solicitado de toda la Iglesia.

“La actitud colaborativa asumida por el Consejo Ejecutivo produjo un presupuesto convincente y balanceado”, dijo el comité en su texto. “Sin embargo, un presupuesto tan estrictamente balanceado no permite cambios fáciles. Grandes asignaciones en respuesta a la legislación resultan aun difíciles de contemplar”.

El texto del PB&F sugiere que el Consejo considera asignar una partida en bloque, sin especificar, de $2 a $5 millones en su anteproyecto presupuestario 2019-2021 al objeto de darle al PB&F mayor flexibilidad para responder a “las necesidades y las prioridades de la Convención General”.

— La Rda. Mary Frances Schjonberg es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.

 


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