El dictamen del Tribunal Supremo sobre el matrimonio provoca aplausos en Salt Lake City

El veredicto se produce al tiempo que la Convención General debate la teología del matrimonio y los ritos sacramentales

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Jun 27, 2015
Casey Kend, de Nueva York, defensor del matrimonio entre personas del mismo sexo, sostiene un cartel frente al Tribunal Supremo en Washington D.C. el 26 de junio de 2015.  Foto de Joshua Roberts/Reuters

Casey Kend, de Nueva York, defensor del matrimonio entre personas del mismo sexo, sostiene un cartel frente al Tribunal Supremo en Washington D.C. el 26 de junio de 2015.
Foto de Joshua Roberts/Reuters

[Episcopal News Service – Salt Lake City] Estallaron aplausos en las reuniones de comités legislativos en el Centro de Convenciones Salt Palace de este ciudad cuando los participantes en la Convención General se enteraron del histórico dictamen del Tribunal Supremo de EE.UU. el 26 de junio, por el cual las parejas del mismo sexo tienen derecho constitucional a casarse.

El fallo del tribunal se produjo al tiempo que los episcopales comenzaban a debatir la interpretación de la Iglesia del matrimonio sacramental y la definición canónica del matrimonio que la acompaña, y si debe extenderse esa definición para incluir a parejas del mismo sexo.

El dictamen del tribunal con 5 votos a favor y 4 en contra estableció el asunto del acceso al matrimonio civil y cumplió con una de las posiciones de política pública que la Iglesia Episcopal ha sostenido durante mucho tiempo. La Iglesia Episcopal ha abogado oficialmente, durante años, a favor de que se trate por igual a homosexuales, bisexuales y transexuales tanto en el terreno civil como en el eclesiástico.

La defensa de la Iglesia de la igualdad civil de personas LGBT comenzó en 1976 con la Resolución A071 en la cual se dice que “las personas homosexuales tienen derecho a igual protección de las leyes que todos los otros ciudadanos, y llama a nuestra sociedad a cuidar de que tal protección se brinde realmente”.

Esa misma convención dijo (en la Resolución A069) que “las personas homosexuales son hijos de Dios que tienen pleno e igual derecho, con todas las otras personas, al amor, la aceptación y el interés y cuidado pastoral de la Iglesia”.

(Una lista completa con enlaces a todas las resoluciones de la Convención General de 1976 a 2012 sobre la liturgia, el matrimonio y la ordenación además de las resoluciones sobre los derechos civiles de los LGBT se encuentran aquí).

Sin embargo, no fue hasta 2012 que la Convención General aprobó considerar de nuevo la teología del matrimonio con vistas al acceso de episcopales homosexuales, bisexuales y transexuales al rito sacramental. Esas son las cuestiones que enfrenta esta reunión de la Convención.

La obispa primada Katharine Jefferts Schori citó el pasaje de 1 Corintios 13:4-8 sobre el amor al reaccionar sobre el dictamen.

“Me regocija que el Tribunal Supremo haya abierto el camino para que el amor de dos personas sea reconocido por todos los estados de esta Unión, y que el tribunal haya reconocido que este amor duradero y sencillo que perdura más allá de la tumba debe ser atesorado por la sociedad dondequiera que exista”, dijo ella. “Nuestra sociedad se enriquecerá por el reconocimiento público de ese amor fiel y perdurable en familias encabezadas por dos hombres o por dos mujeres, así como por un mujer y un hombre. Los hijos de esta tierra serán más fuertes cuando crezcan en familias que no puedan ser deshechas por el prejuicio y la discriminación. Que el amor perdure y florezca dondequiera que se encuentre”.

La presidente de la Cámara de Diputados, Rda. Gay Clark Jennings, emitió una declaración en la que decía: “Tal como nosotros los cristianos se sabe que decimos de vez en cuando: ‘aleluya’”.

“Me siento eufórica de que el Tribunal Supremo de EE.UU. haya fallado que las parejas del mismo sexo tienen derecho a casarse en los 50 estados. En marzo tuve el gran privilegio de firmar un amicus curiae en el que se instaba a los magistrados a tomar la decisión que han dado a conocer en el día de hoy, y estoy profundamente agradecida de que ellos hayan concedido un derecho humano fundamental a personas a quienes se les había negado durante tanto tiempo”.

Jennings dijo que ella apoya la igualdad matrimonial “no a pesar de mi fe, sino por causa de ella”.

“En más de 35 años de ministerio ordenado, he conocido a muchas parejas del mismo sexo, fieles y comprometidas, cuyo amor me dio una comprensión más profunda del amor de Dios y cuya mutua alegría daba testimonio de la bondad de la creación de Dios”, afirmó. “He aprendido a través de la experiencia sencilla y cotidiana que las parejas del mismo sexo hacen contribuciones fundamentales a nuestra vida común, y me regocijo de la seguridad que el dictamen de hoy les otorga”.

Los casos sobre los que el Tribunal Supremo se pronunció atrajeron mucha atención y al menos se presentaron 145 declaraciones de amicus curiae, o “amigos del tribunal”. Cerca de 2.000 individuos líderes religiosos laicos y ordenados encabezados por Jennings y obispos episcopales en Kentucky, Michigan, Ohio y Tennessee (los estados incluidos en el Tribunal de Apelaciones del Sexto Distrito), presentaron una de esas declaraciones.

Esos obispos incluían a Terry Allen White, obispo de Kentucky

Douglas Hahn, obispo de Lexington; Wendell N. Gibbs Jr., obispo de Michigan; Whayne M. Hougland Jr, Obispo de Michigan Occidental; Rayford J. Ray, obispo de Michigan Norte; Todd Ousley, obispo de Michigan Oriental; Mark Hollingsworth Jr., obispo de Ohio; David C. Bowman, William D. Persell y Arthur B. Williams Jr., obispos auxiliares de Ohio; Thomas E. Breidenthal. Obispo de Ohio Sur; Kenneth L. Price Jr., obispo sufragáneo jubilado de Ohio Sur; Bavi Edna Rivera, obispa auxiliar de Ohio Sur; Don E. Johnson, obispo de Tennessee Occidental y George D. Young III, obispo de Tennessee Oriental. Todos estos obispos han autorizado la bendición de parejas del mismo sexo en sus diócesis, incluidas parejas que ya habían contraído matrimonio civil en otras jurisdicciones.

Los obispos Tom Ely, de la Diócesis de Vermont; Robert Fitzpatrick, de la Diócesis de Hawái; Leo Frade, de la Diócesis del Sudeste de la Florida, Steve Lane, de la Diócesis de Maine, Keith Whitmore, obispo auxiliar de la Diócesis de Atlanta y casi 200 clérigos y laicos episcopales también firmaron la declaración.

El dictamen del tribunal esclarece la labor a que se enfrenta el Comité Legislativo Especial sobre el Matrimonio, según Ely, miembro de ese comité, que también ha formado parte del Equipo de Trabajo sobre el Matrimonio.

La Rda. Ruth Meyers, presidente de la Comisión Permanente sobre Liturgia y Música en los últimos dos trienios, y el obispo de Vermont Tom Ely, miembro de esa comisión, discuten el dictamen del Tribunal Supremo de EE.UU. sobre la igualdad matrimonial antes de la eucaristía del 26 de junio en el salón de cultos de la Convención General. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

La Rda. Ruth Meyers, presidente de la Comisión Permanente sobre Liturgia y Música en los últimos dos trienios, y el obispo de Vermont Tom Ely, miembro de esa comisión, discuten el dictamen del Tribunal Supremo de EE.UU. sobre la igualdad matrimonial antes de la eucaristía del 26 de junio en el salón de cultos de la Convención General. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

La Rda. Ruth Meyers, que ha presidido la Comisión Permanente sobre Liturgia y Música en los últimos dos trienios y es consultora del comité legislativo del Libro de Oración, Liturgia y Música en esta Convención, dijo que el dictamen “cambia el contexto” del trabajo del comité especial porque el fallo cambia la ley de los Estados Unidos.

El comité, que maneja todas las resoluciones relacionadas con el matrimonio que se presentan en esta reunión de la Convención, estaba reunido cuando se dio a conocer el dictamen. Ely dijo que los miembros aplaudieron y que también habían reflexionado respecto cómo las noticias serían portadoras de alegría para algunos y de inconveniencia para otros.

Meyers y Ely presidieron el subcomité de bendiciones del comité legislativo en la convención de 2012, cuando ésta aprobó los Recursos Litúrgicos I: Te bendeciré y serás una bendición, la liturgia para bendiciones de relaciones de parejas del mismo sexo y materiales acompañantes cuyo uso provisional se autorizó en 2012.

Reacciones de episcopales al dictamen del tribunal

“Creo que Dios obra día y noche a favor de la justicia, y cuando la Iglesia no sigue la dirección de Dios, Dios a veces obra en la cultura. Y en consecuencia, ésta es una victoria de Dios. Ahora, la Iglesia Episcopal debe decidir si quiere unirse a Dios en ese [acto de] justicia”, dijo a Episcopal News Service Gene Robinson, obispo jubilado de Nuevo Hampshire, un momento antes de comenzar la eucaristía diaria de la Convención.

El preludio de la eucaristía fue una entusiasta interpretación de “Marchamos en la luz de Dios [We are Marching in the Light of God] que incluyó una fila de conga y numerosos participantes se abrazaron.

“Estoy tan emocionada, me siento tan pero tan orgullosa de ser parte de la Iglesia Episcopal, que ha estado lidiando con la igualdad matrimonial en una variedad de formas diferentes durante un largo número de años”, dijo Mary D. Glasspool, obispa sufragánea de Los Ángeles.

“Por supuesto mi emoción se ve limitada por otras áreas de nuestra vida común donde no hay tal igualdad, pero cada detallito ayuda. Intentamos decir que todos realmente significa todos, la Constitución (de EE.UU.) se aplica a todo el mundo. Cuando la Iglesia Episcopal dice que estamos abiertos para todo el mundo, y que todos los sacramentos están al alcance de todas las personas, eso es lo que queremos decir, de manera que estamos viviendo en eso”.

Glasspool dijo que el dictamen “cambiará y en verdad influirá en la conversación que estamos teniendo en la Iglesia porque en verdad debemos mirar y tal vez separar lo que es el aspecto civil de nuestro actuar, el aspecto que tiene la unión civil, cuál es la adecuada responsabilidad del Estado al garantizar los derechos civiles y lo que la Iglesia quiere decir sacramentalmente al pueblo de Dios, dónde estamos indicando la presencia de Dios y la santidad de Dios y el amor de Dios y la justicia de Dios, y cómo eso se manifiesta en nuestras vidas”.

La Rda. Susan Russell, quien durante mucho tiempo ha abogado por la plena inclusión de los homosexuales en la Iglesia, ex presidente de Integrity y primera asociada de [la iglesia] de la iglesia de Todos los Santos en Pasadena, California, y el Rdo. Michael Sniffen, rector de la iglesia de San Lucas y San Mateo en Brooklyn, Nueva York, capellán de Integrity y quien se define a sí mismo como un “aliado heterosexual”, celebran el dictamen del Tribunal Supremo de EE.UU. el 26 de junio en el salón de cultos de la Convención General antes de la eucaristía diaria. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

La Rda. Susan Russell, quien durante mucho tiempo ha abogado por la plena inclusión de los homosexuales en la Iglesia, ex presidente de Integrity y primera asociada de [la iglesia] de la iglesia de Todos los Santos en Pasadena, California, y el Rdo. Michael Sniffen, rector de la iglesia de San Lucas y San Mateo en Brooklyn, Nueva York, capellán de Integrity y quien se define a sí mismo como un “aliado heterosexual”, celebran el dictamen del Tribunal Supremo de EE.UU. el 26 de junio en el salón de cultos de la Convención General antes de la eucaristía diaria. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

La Rda. Susan Russell, que ha abogado durante mucho tiempo por la plena inclusión de los homosexuales en la Iglesia, definió el dictamen como “un triunfo importante de la libertad, la igualdad, la inclusión y, sobre todo, del amor”.

“Es un día para celebrar con profunda alegría que nuestro país está un paso más cerca de cumplir la promesa de la búsqueda de la felicidad y la justicia para todos. El histórico dictamen de hoy significa que las parejas del mismo sexo pronto tendrán la libertad de casarse y de que sus matrimonios merezcan el mismo respeto en todo el país: es un triunfo de la justicia sobre el prejuicio”.

La última reunión de la Convención General en 2012 aprobó la Resolución D018, que Russell propuso. La resolución hacía notar que la Iglesia Episcopal “estaba en un período de discernimiento acerca del significado del matrimonio cristiano, con personas fieles que sostenían puntos de vista divergentes” e instaba al Congreso a derogar las leyes federales que discriminaban negativamente a parejas del mismo sexo casadas por lo civil y a aprobar una legislación que permitiera al gobierno federal proporcionales beneficios.

Russell dijo “tan importante como es el dictamen histórico de hoy, debemos aprovechar ahora el impulso del diálogo sobre el matrimonio en el empeño de garantizar avances adicionales hacia la igualdad, especialmente las protecciones no discriminatorias de los estadounidenses LGBT. Es absolutamente inaceptable que a los LGBT aún los puedan despedir de sus empleos, desahuciarlos de sus casas y negarles servicio en restaurantes y tiendas simplemente por ser quienes son”.

Advirtiendo el actual debate sobre el matrimonio en la Convención, Russell dijo que ora “porque la justicia corra como las aguas en Salt Lake City para la Iglesia Episcopal, así como la justicia prevaleció hoy en nuestro Tribunal Supremo” y le dé a parejas del mismo sexo acceso al sacramento del matrimonio.

El Rdo. Jon M. Richardson, vicepresidente de Integrity (http://www.integrityusa.org/) para asuntos nacionales, dijo en la declaración oficial del grupo que los miembros y líderes de Integrity “apenas podemos contener nuestra emoción en este día de jubileo a través de la nación”.

“Nos entusiasma que los episcopales LGBT puedan encontrar en todas partes plena igualdad en el matrimonio civil y mantenemos nuestra ferviente esperanza de que la Iglesia responderá al llamado a la igualdad con el mismo testimonio profético que ha dado el Tribunal Supremo de EE.UU.”, dijo.

Russell, Richardson y otros también expresaron su reacción en el contexto de la discriminación que las personas seguirán enfrentando debido a su color y a su orientación sexual.

“Personalmente, estoy supercontenta, ha tardado mucho en llegar”, dijo Lizzie Anderson, diputada de la Diócesis de Michigan y ministra de la juventud en la iglesia episcopal de San Juan [St. John’s Episcopal Church] en Royal Oak. “Para la Iglesia episcopal resulta conveniente mientras discutimos qué cambios hacer en nuestro libro de oración y en nuestros cánones para incluir a todos nuestros hermanos y hermanas en el derecho al matrimonio”.

“Al mismo tiempo, reconozco la diversidad de la Iglesia Episcopal y que hay personas en nuestra Iglesia y en nuestro país que se sienten lastimadas debido a este dictamen. Como miembros de la Iglesia, espero que podamos mantenerlos en nuestras oraciones y ser compasivos hacia ellos en este momento difícil al que se enfrentan”, dijo Anderson.

Emily Wogaman, diputada de la Diócesis de Michigan y estudiante de secundaria, dijo “es hora”, refiriéndose al fallo del tribunal a favor del matrimonio de personas del mismo sexo.

La Rda. Altagracia Pérez-Bullard, canóniga para la vitalidad congregacional de la Diócesis de Nueva York, dijo que ella “se sentía muy orgullosa de nuestra nación. El dictamen fue una firme defensa de la Constitución. No espero que todo el mundo esté de acuerdo, pero esta era una lucha por derechos humanos fundamentales”.

Y, con lágrimas en sus ojos, añadió: No pensaba que lo vería en el curso de mi vida, pero creía que debía aprobarse porque es un asunto constitucional básico. Renovó mi fe en esa rama del gobierno”.

Anne Brown, de la Diócesis de Vermont, dijo que el dictamen “me permite celebrar nuestro matrimonio más abiertamente”, refiriéndose a su matrimonio de 25 años con la Rda. Lee Crawford.

Crawford dijo que el fallo [del tribunal] es “como el derribo del Muro de Berlín”.

“No puedo dejar de pensar cómo ello afectará nuestra conversación en la Convención General acerca de la igualdad matrimonial”, añadió.

“Mi corazón sí siente por aquellos para quienes no es una noticia celebratoria. He estado en convenciones como esa. Sé lo que se siente estando en ese lugar”, dijo ella. “Pero creo que ha llegado el momento y el momento es ahora. Me siento muy feliz de ofrecer esto en la eucaristía”.

El obispo Raúl Tobías de la Iglesia Independiente de Filipinas, con la cual la Iglesia Episcopal está en plena comunión, dijo que si bien él “se alegra en la medida en que para muchos es una respuesta a sus oraciones, no ha llegado el momento para nosotros”, en la Iglesia Independiente de Filipinas, el entrar a considerar estas discusiones.

Él dijo que el dictamen “creó una apertura para el júbilo. Me alegro por su júbilo.

El que nosotros no estemos listos no significa que estemos en contra. Sencillamente no estamos listos para eso”.

Varias propuestas de matrimonio de parejas del mismo sexo se presentan ante la Convención

La Convención General está considerando un número de resoluciones que la instan a plantear con mayor claridad su interpretación de la disponibilidad del rito sacramental del matrimonio tanto para parejas de distinto sexo como del mismo sexo.

La Comisión Permanente sobre Liturgia y Música pide en su informe ( a partir de la página 3 aquí) que la Convención autorice una versión extendida de Recursos Litúrgicos I: Te bendeciré y serás una bendición, la liturgia para bendecir relaciones del mismo sexo y otros materiales que la acompañan y cuyo uso fue autorizado en 2012. La nueva versión (de la página 2 a la 151 aquí) incluye tres liturgias adicionales: “El testimonio y la bendición de un matrimonio”, “La celebración y bendición de un matrimonio 2” and “La forma de solemnización del matrimonio” Esos ritos ofrecen la opción de usar “mujer” “marido”, “persona” o “cónyuge”, haciéndoles de este modo aplicable tanto para parejas heterosexuales como del mismo sexo.

La Resolución A054 propuesta por la comisión dice que los obispos diocesanos deben aprobar el uso de los ritos. Dice también que los obispos dentro de las jurisdicciones civiles donde sean legales los matrimonios de personas del mismo sexo, las uniones civiles o las asociaciones domésticas pueden continuar proporcionando una “generosa respuesta pastoral” a las necesidades de los miembros de la Iglesia (un eco de la Resolución 2009-C056).

Y la resolución propuesta repite la cláusula de la Resolución 2012-A049 de que “ningún obispo, presbítero, diácono o laico debe ser obligado o sancionado en modo alguno, ni sufrir ninguna incapacidad canónica” como resultado de su objeción teológica o de su apoyo a la resolución. La resolución también extendería a estos nuevos ritos la estipulación del Canon I.18.4 de la Iglesia que dice que un clérigo puede rehusar solemnizar cualquier matrimonio.

El Equipo de Trabajo para el Estudio del Matrimonio pide que la Iglesia Episcopal vaya más lejos al proponer en su Resolución A036 revisar el Canon I.18 titulado “De la solemnización del santo matrimonio” (página 58 de los Cánones de la Iglesia Episcopal aquí).

Entre muchos cambios, la revisión elimina las referencias al matrimonio como siendo entre un hombre y una mujer.

La revisión reestructuraría el requisito en la primera sección del canon de que el clero, tocante al matrimonio, se atenga tanto a “las leyes del Estado” como a “las leyes de esta Iglesia”. La porción rescrita exigiría que el clero se atenga a “las leyes del Estado que rigen la creación del estado civil del matrimonio y también a estos cánones en lo concerniente a la solemnización del matrimonio”.

Y la propuesta preserva la estipulación del canon de que el clérigo puede rehusar solemnizar cualquier matrimonio y extiende que esa discreción incluye la opción de rehusar bendecir un matrimonio.

Entre las iniciativas propuestas por las seis diócesis, la Resolución C017 de la Diócesis de Chicago y la Resolución C0022 de la Diócesis de California, ambas piden a la Convención que autorice el uso de los ritos del matrimonio que aparecen en el Libro de Oración Común de 1979 y en los Recursos Litúrgicos I “para todos los matrimonios legales en la jurisdicción civil en la cual la liturgia tiene lugar”. En jurisdicciones civiles que contemplan matrimonios entre personas del mismo sexo, el lenguaje de los ritos se interpretaría como genéricamente neutro. La C022 también propone una reescritura del canon de la solemnización, tal como hace la Resolución C024, también propuesta por Chicago, y la Resolución C026 de California Norte.

La Diócesis de Rochester, en la Resolución C007, y la Diócesis de Los Ángeles en la C009 simplemente piden que la Convención “tome todas y cada una de las medidas que sean necesarias para hacer accesible inmediatamente el Rito del Santo Matrimonio a parejas del mismo sexo a través de la Iglesia Episcopal”.

El Rdo. John Dwyer, diputado de la Diócesis de Minnesota, ha propuesto la Resolución D026, según la cual la Convención General declararía que los términos “hombre y mujer” y “esposo y esposa” en los oficios del Libro de Oración Común son igualmente aplicables a dos personas del mismo sexo.

Todas estas resoluciones, y otras relacionadas [a este tema] que pudieran surgir, han sido asignadas al Comité Legislativo Especial sobre el Matrimonio, formalmente un comité de obispos que se reúne junto con un comité de diputados, pero que votan por separado. Las resoluciones asignadas a ese comité pueden encontrarse aquí.

La noche antes de que el Tribunal Supremo anunciara su fallo, el comité del matrimonio celebró su segunda audiencia de resoluciones, esta última sobre cinco resoluciones que sugieren cambios en el canon de la Iglesia sobre el matrimonio.

Las propuestas eliminarían del canon el lenguaje específico de género, y lo reestructurarían y reordenarían, según el Rdo. Brian Taylor, presidente del equipo de trabajo sobre el matrimonio.

“Lo que hace el uso de un lenguaje genéricamente neutro es abrir la puerta, de manera que si autorizamos nuevos ritos o continuamos con la opción de la generosa respuesta pastoral, su uso estaría respaldado canónicamente”, dijo Taylor en la audiencia.

Más de 300 personas llenaban el salón del Hotel Radisson para la audiencia. Veintidós personas testificaron, 16 a favor de las diversas propuestas y seis en contra.

El Rdo. Jim Papile, diputado suplente de la Diócesis de Virginia, también instó el apoyo. “Por todas nuestras dificultades, creo que somos hoy una Iglesia más fuerte que antes. Podemos lidiar con esos desafíos si hacemos lo que es justo. Estamos muy cerca. Es hora para nosotros de terminar con esto y seguir adelante en la edificación del cuerpo de Cristo, todos nosotros juntos”.

El Ven. David Collum, diputado de la Diócesis de Albany, habló en contra de las medidas, pidiendo que la unidad de la Iglesia y el margen de discreción diocesana sean tenidos en cuenta.

Refiriéndose al rito para bendiciones de uniones del mismo sexo que la Convención General aprobó en 2012, para uso discrecional de los obispos locales, Collum dijo, “es difícil ser gay o lesbiana en la Diócesis de Albany porque nosotros no estamos usando ese rito. Es difícil para personas que están en el otro lado del problema porque aún estamos hablando sobre eso. Es difícil, pero estamos hablando”, dijo Collum. “Yo sencillamente pediría que cualquier Resolución que ustedes propusieran para promover esta agenda, pensara en la unidad de la Iglesia además de lo importante que es este asunto específico”.

Su colega, el Rdo. Robert Haskell, canónigo del Ordinario de la Diócesis de Albany, dijo que los cambios equivaldrían a que la Iglesia Episcopal “le diera la espalda a 2.000 años de interpretación del matrimonio en la Escritura, la historia y la historia de la Iglesia”.

“Me rompe el corazón ver que esta Iglesia, la maravillosa Iglesia Episcopal que yo amo, se aparta de esto”, dijo Haskell.

Shannon Johnston, obispo de la Diócesis de Virginia, habló en contra de los cambios canónicos e instó en su lugar a una revisión del Libro de Oración Común y de la Constitución como un medio más sólido y mejor de alcanzar los objetivos del grupo de trabajo. “Quiero decir ante todo que estoy total y absolutamente comprometido con la plena igualdad matrimonial en la vida y el testimonio de la Iglesia Episcopal, punto”, dijo él. “Aspiro al testimonio más sólido posible que esta Iglesia pueda hacer en pro de la igualdad matrimonial, y hacerlo simplemente por medios canónicos, creo yo, es la forma más débil”.

El comité celebrará su tercera y última audiencia en el Hotel Marriott Downtown en City Creek a las 7:30 P.M., hora local, el 26 de junio.

– La Rda. Mary Frances Schjonberg es redactora y reportera de Episcopal News Service. Los también reporteros y corresponsales de ENS Lynette Wilson, Pat McCaughan, Sharon Sheridan y Tracy Sukraw colaboraron en este artículo. Traducción de Vicente Echerri.


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