La Convención General comienza con una eucaristía comunitariaPosted Jun 26, 2015 |
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[Episcopal News Service – Salt Lake City] La 78ª. Convención General de la Iglesia Episcopal comenzó con un llamado a incorporarse al arduo trabajo comunal de construir el camino al reino de Dios.
Predicando en el Centro de Convenciones de Salt Palace, en esta ciudad, sede de la Convención desde el 25 de junio al 3 de julio, la obispa primada Katharine Jefferts Schori le dijo a miles de feligreses: “Esta puede ser una convención episcopal, pero todos nosotros se supone que seamos juanes y juanas bautistas. Nuestra tarea es levantar esa calzada recta, derribar las alturas privilegiadas, rellenar los pantanos de la desesperanza y allanar el camino para todo el pueblo de Dios: y eso incluye a bautistas, episcopales, judíos, hindúes y no creyentes.
“Hemos sido bautizados en el bautismo de Jesús, así como en el bautismo de Juan, y llamados a la obra del reino que todos los profetas proclaman: ser luz en las tinieblas, fortaleza y consuelo para el pueblo de Dios, reunir a los corderos y las ovejas en el refugio y mostrar el poder restaurador del perdón. Ese es el camino al reino pacífico”, dijo la Obispa Primada. La eucaristía celebró la Natividad de Juan el Bautista (transferida del 24 de junio).
“No llegaremos al final de nuestro viaje”, concluyó diciendo ella, “a menos que vayamos juntos en compañía, en solidaridad y asociación, confiando que Dios ha provisto lo que necesitamos —si compartimos el trabajo y los dones. Ese es el significado más profundo del perdón de nuestros pecados, que siempre están vinculados al egocentrismo y al egoísmo. ¡Recuerden eso en el calor del debate! Dios nos ha dado una variedad de perspectivas, y el cuerpo necesita de esos dones”.
El texto completo del sermón de la Obispa Primada se encuentra aquí.
El organismo deliberativo donde esos debates tendrán lugar es la legislatura bicameral de la Iglesia, compuesta de la Cámara de Diputados y la Cámara de Obispos. Al abrirse la Convención, la Cámara de Diputados tenía 839 diputados inscritos, entre clérigos y laicos, 550 de los cuales son miembros de comités legislativos. Entre los diputados se cuentan 398 nuevos miembros y 12 diputados nacidos en la década del 90. Aproximadamente el 66 por ciento de la Cámara de Diputados está compuesta por miembros que asisten por primera o segunda vez.
La cifra de asistencia de la Cámara de Obispos no se ha dado a conocer aún.
Además de diputados y obispos, millares de otros liturgistas, voluntarios, visitantes y expositores asisten a la Convención. Para el 24 de junio, cerca de 4.500 personas se habían inscrito para asistir, y más del doble de esa cifra se espera que asistan al menos a parte de la Convención, según el Rdo. Michael Barlowe, director ejecutivo de la Convención General.
La reunión trienal de las Mujeres Episcopales (ECW) está teniendo lugar al mismo tiempo que la Convención General, y sus miembros asistirán a la recolección de la Ofrenda Unida de Gracias durante la eucaristía del 28 de junio.
Al igual que el resto de la Convención, los oficios de culto serán sin papeles impresos en la medida de lo posible. En la eucaristía de apertura, la mayoría de los participantes siguió el orden del oficio en sus iPads o en otros aparatos electrónicos.
El oficio consumió caja y media de vino de oporto (Taylor Tawny Port) y 96 hogazas de pan de una panadería local (Eva’s Boulangerie). Los elementos fueron distribuidos por 144 ministros de la eucaristía en 12 estaciones. Cada oficio de culto diario conlleva la participación de 36 a 40 diáconos, de dos a seis ujieres de vara y una docena de miembros de la sociedad del altar.
Cualquiera que asista a la Convención es bienvenido a servir de voluntario cuando entra en el salón de cultos, a convertirse en ministro de la eucaristía para ese oficio, dijo Margaret McLarty, maestra de ceremonias para la Convención. “Queremos una amplia participación. Eso por eso que la llamamos 66eucaristía comunitaria”.
Esa comunidad incluye a los niños presentes en la Convención. Los que participan en el programa de los niños se sientan en un área reservada al frente del espacio de culto. Antes del oficio, muchos de los niños se encontraban echados en mantas en el suelo.
“Todos se van a quedar dormidos durante el oficio y luego vamos a tener que despertarlos para la Comunión”, predijo la consejera Georgia Atkinson de Concord, Nuevo Hampshire.
“Todas las partes [del culto] son muy deliberadas”, dijo McLarty. “Estamos tratando de tener un ambiente sagrado en medio de la Convención General donde todos se sientan inspirados a encontrar una verdadera presencia de Dios”.
— Sharon Sheridan es corresponsal de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.
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