Desafían a la Convención a expandir oportunidades misioneras globales

Por Matthew Davies
Posted Jun 22, 2015
Natalie Finstad, misionera de la Iglesia Episcopal que prestó servicios en Kenia, ayuda a plantar retoños en un evento del liderazgo de jóvenes adultos con Nyumba ya Tumaini, una de las organizaciones asociadas a Tatua Kenya,. Foto de Tatua Kenya.

Natalie Finstad, misionera de la Iglesia Episcopal que prestó servicios en Kenia, ayuda a plantar retoños en un evento del liderazgo de jóvenes adultos con Nyumba ya Tumaini, una de las organizaciones asociadas a Tatua Kenya,. Foto de Tatua Kenya.

 

[Episcopal News Service] Cruzar fronteras culturales, establecer asociaciones y participar local y globalmente en la misión de Dios son [quehaceres] que constituyen el tuétano mismo del programa misionero de la Iglesia Episcopal.

A la 78ª. Convención Anual, que sesionará del 25 de junio al 3 de julio en Salt Lake City, Utah, se le pedirá en dos resoluciones propuestas que se comprometa con el permanente apoyo y desarrollo de los programas del Cuerpo de Servicio de Jóvenes Adultos (YASC) de la Iglesia Episcopal y con el de Voluntarios Episcopales en Misión (EVIM).

A través de estos programas, cientos de misioneros episcopales han elegido abrazar la transformadora experiencia de marchar junto a una comunidad, con frecuencia muy distante —tanto geográfica como culturalmente— de la suya.

La Comisión Permanente sobre Misión Mundial y el Consejo Ejecutivo de la Iglesia Episcopal —que presentaron las dos resoluciones— esperan que en el trienio 2016-2018 se crearán los programas y se incrementarán las oportunidades.

“La misión global es esencialmente encarnacional”, dijo Sandra McPhee, abogada de Evanston, Illinois, que ha prestado servicios como presidente de la Comisión Permanente sobre Misión Mundial, uno de los organismos interinos de la Iglesia que funciona a lo largo del trienio e informa a la Convención General con recomendaciones sobre las prioridades y políticas de la Iglesia.

“Los misioneros jóvenes adultos en el programa del YASC y los voluntarios más expertos en compromisos a largo plazo a través de EVIM experimentan la acción de Dios en sus vidas y las vidas de otros a través del mundo”, le dijo McPhee, miembro de la iglesia episcopal de San Mateo [St. Matthew’s] durante toda su vida, a ENS. “Aun más, por compartir sus experiencias con sus parroquias a su regreso, manifiestan el amor de Dios”.

El continuo apoyo a YASC y EVIM es esencial a la vida de la Iglesia Episcopal, añadió McPhee. “Debemos participar con nuestros asociados fuera de EE.UU. Este compromiso permanente es importante para ellos y es vital para nosotros. Vivimos nuestro pacto bautismal estando con aquellos que son diferentes de nosotros, viendo el rostro de Cristo reflejado en ellos y trabajando juntos por la misión de Dios”.

La Resolución A112, presentada por la comisión permanente, llama a la Convención General a alentar a las diócesis, seminarios y parroquias a captar y apoyar misioneros para el YASC y el EVIM. La resolución propone un aumento en el número de participantes del YASC a 30 en 2016, 40 en 2017 y 50 en 2018, y en el número de participantes del EVIM de un 10 por ciento anual.

En el momento en que la comisión elevó su informe, no sabía que una cifra récord de 45 jóvenes adultos en representación de 27 diócesis presentaría solicitudes para servir en el programa del YASC para el próximo año. Veintisiete por ciento de esos 42 han sido aceptados en el programa para 2015-2016.

El presupuesto 2013-2015 aprobado por la Convención General asignó $1 millón “para poner la experiencia misionera al alcance de todos los jóvenes episcopales mediante programas tales como el del Cuerpo de Servicio de Jóvenes Adultos para la experiencia de un año de receso entre la escuela secundario y la universidad o el trabajo”.

Esa asignación es parte del modo en que la Sociedad Misionera Nacional y Extranjera está respondiendo a la tercera Marca de la Misión, que llama a los miembros de la Comunión Anglicana a responder a las necesidades humanas en amoroso servicio.

La Domestic and Foreign Missionary Society (DFMS) es el nombre legal y canónico con el cual la Iglesia Episcopal está incorporada, funciona empresarialmente y lleva a cabo la misión.

“Cuando me inscribí por primera vez en el YASC, no tenía idea de cuánto cambiaría mi vida”, dijo Will Bryant de la Diócesis de Carolina del Norte Occidental, que pasó su primer año de misionero del YASC trabajando con la Misión a los Marineros en Hong Kong, y que actualmente está en su segundo año en el Centro de Refugiados Joel Nafuma en Roma.

“En mis dos años con el programa he crecido espiritual y mentalmente de maneras que nunca habría imaginado”, le dijo él recientemente a ENS.

Bryant dijo que sus experiencias con el programa del YASC le han ayudado a darse cuenta de que “si eres un refugiado afgano, un marino filipino o un misionero estadounidense, todos buscamos lo mismo: un lugar seguro y cómodo al que llamar hogar, empleo para mantener a nuestra familia y comunidad, y una conexión más profunda con nuestro Creador… Ahora bien, después de vivir en dos países y continentes completamente diferentes, puedo decir con toda propiedad que me siento más confiado en mi fe y en mis capacidades como ser humano. No sé exactamente lo que el futuro me depare después de mi tiempo en el YASC, pero sí sé que sea cual fuere, estaré bien preparado gracias a las lecciones que he aprendido como misionero”.

“Los miembros del YASC son valiosos por el desarrollo de relaciones con asociados globales y por lo que ellos devuelven a las comunidades de las cuales provienen”, según la explicación ofrecida por la Comisión Permanente sobre Misión Mundial en su informe a la Convención General [que aparece] en el “Libro Azul”. “Asimismo, los participantes de EVIM son siervos importantes de la Iglesia, en la medida en que aportan su experiencia y pericia a los lugares donde los reciben, y traen de vuelta la Iglesia global a sus comunidades”.

El Consejo Ejecutivo ha presentado la Resolución A013, que le pide a la 78ª. Convención General que afirme el creciente éxito de la obra de la misión global de la Iglesia, “especialmente las redes, las relaciones y los desarrollos espirituales globales vistos” en los programas del YASC y el EVIM.

La resolución pide que las oportunidades para la misión global sea “incrementadas, diversificadas y priorizadas” para el tiempo en que la 79ª. Convención Anual se reúna en Austin, Texas, en 2018, e insta a cada diócesis “a explorar las oportunidades para la obra de la misión mundial y anima a tantas personas como sea posible a solicitar, asistir y completar una asignación de misión tal como estos programas hacen posible”.

Martha Gardner, presidente del Comité Permanente Conjunto sobre Misión Mundial del Consejo Ejecutivo, dijo que todos los episcopales “deben saber de la maravillosa obra que están haciendo nuestros misioneros”. Ella afirmó que había oído muchas historias acerca de los beneficios mutuos experimentados por los misioneros de la Iglesia Episcopal que prestan servicios a través del mundo, pero también por sus asociados anglicanos y tanto en las diócesis que los envían como en las que los reciben.

“Me encanta el modelo de cómo hacemos nuestra labor de misión global”, agregó. “Trabajando con diócesis e interconexiones, nuestro personal de asociación global facilita las asociaciones en todos los niveles, y es imperativo que continuemos apoyando esa labor que les ofrece a los episcopales de todas las edades una oportunidad de ser agentes de la misión transformadora de Jesús en el mundo”.

La Iglesia Episcopal tiene una larga historia de participación misional, explicó McPhee, citando a los primeros misioneros que viajaron a lugares del Medio Oeste y del Oeste de Estados Unidos y a las mujeres respaldadas por la Ofrenda Unida de Gracias que trabajaron en Asia y en África.

Pero la obra de la misión ha cambiado, dijo ella. “En lugar de un compromiso de por vida, una parroquia o una diócesis pueden enviar a misioneros de cortos plazos para un compromiso de dos a tres semanas. Nuestro Cuerpo de Servicio de Jóvenes Adultos envía personas a servir por uno o dos años en una variedad de lugares alrededor del mundo. Algunos de los miembros del YASC encuentras que son llamados a la ordenación o un compromiso más profundo y más largo de servir a la misión de Dios en el mundo. Otros prosiguen otras carreras, pero todos ellos citan el tiempo [pasado en el YASC] como enriquecedor y transformador de sus vidas.

“Acaso lo más importante, la manera en que pensamos acerca de la misión global ha cambiado”, añadió ella. “Vemos a nuestros hermanos y hermanas en Cristo alrededor del mundo como asociados y compañeros, entendiendo que tenemos mucho que aprender los unos de los otros”.

El Rdo. David Copley, funcionario de la DFMS a cargo de la misión, resaltó una nueva iniciativa que ofrece la oficina del personal de misión para apoyar a misioneros de corto plazo que pueden proporcionar destrezas específicas.

Por ejemplo, Jim y Mary Higbee y Sue Dauer visitaron Kenia durante sólo un mes en 2014 para brindar adiestramiento a auxiliares de magisterio que continuarán supervisando en los próximos años.

La oficina de Copley también sigue trabajando con las diócesis de la Iglesia Episcopal para fortalecer sus relaciones de compañerismo y respaldar los emplazamientos de misión a mediano plazo de adultos de más edad así como de colocaciones de miembros del YASC.

“Veo el servicio de la misión como proporcionando experiencia técnica para capacitar a otros y también como una avenida para fortalecer las relaciones de compañerismo a través del ministerio de presencia”, le dijo él a ENS.

La Comisión Permanente sobre Misión Mundial (SCWM) ha seguido promoviendo y apoyando el envío de misioneros del YASC y del EVIM “con el propósito de fortalecer y profundizar las relaciones a través de la Comunión Anglicana, cumpliendo nuestro pacto bautismal de ‘buscar y servir a Cristo en todas las personas’”, según este informe.

La comisión reconoció que su futuro es incierto, pendiente del resultado del informe a la Convención General del Equipo de Trabajo para Reinventar la Iglesia Episcopal.

Sin embargo, algunos miembros del SCWM esperan y ruegan que los cimientos de las múltiples relaciones globales que han estado fortaleciéndose durante muchos años de trabajo compasivo permanezcan sólidos… El nivel de confianza que la obra del SCWM ha establecido a través de los años debe fortalecerse, especialmente en este tiempo de agitación mundial, en lugar de debilitarse por graves cambios que nuestros asociados globales pueden no entender con claridad. Advirtiendo eso, el SCWM está avanzando con metas de ampliar el trabajo que ya ha comenzado, restaurar la confianza que se ha visto socavada por promesas incumplidas y capitalizar en el interés vital en la obra misionera que los jóvenes y los jóvenes adultos están desplegando”.

Para más información acerca del programa misionero, diríjase al Rdo. David Copley, director para el personal de la misión, en dcopley@episcopalchurch.org. Para más información acerca del programa del YASC, diríjase a Elizabeth Boe, encargada de inter conexiones globales, en eboe@episcopalchurch.org.

Los vídeos reportajes de ENS que resaltan el ministerio de los misioneros del YASC se pueden encontrar a continuación:

Un joven adulto…y un centro de refugiados en Roma

Una joven adulta…y una clínica en Sudáfrica

Una joven adulta…y un archivo provincial

Una joven adulta …y una misión para obreros migrantes

Un joven adulto…y una misión para marineros

— Matthew Davies es redactor y reportero de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.


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