Después de 30 años como sacerdotes, las mujeres de Brasil miran hacia el episcopadoPosted Jun 18, 2015 |
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[Episcopal News Service – Porto Alegre, Brasil] En 1985, la Iglesia Episcopal Anglicana del Brasil ordenó a su primera mujer sacerdote, nueve años después de que la Iglesia Episcopal le abriera todos los órdenes del ministerio ordenado a las mujeres.
“Como Iglesia sentimos que fuimos realmente afortunados de dar este paso bastante temprano”, dijo el arzobispo Francisco de Assis da Silva, primado del Brasil desde 2013, y obispo de la Diócesis del Sudoeste del Brasil, añadiendo que no fue hasta 1994, nueve años después, que la Iglesia de Inglaterra ordenó mujeres al sacerdocio.
Sin embargo, a pesar de 30 años de ordenación de mujeres, dijo, ‘seguimos teniendo resistencia” y pese a que ha habido candidatas en las elecciones episcopales, ninguna diócesis ha dado ese paso.
A principios de junio, como parte de su celebración del 125º. aniversario, la Iglesia Episcopal Anglicana del Brasil celebró también 30 años de ordenación de mujeres. Coincidiendo con la celebración en Porto Alegre, el lugar de nacimiento de la Iglesia Episcopal Anglicana del Brasil, 40 teólogas, laicas y ordenadas, se reunieron en una casa de retiro catolicorromana para una conferencia de tres días con el lema de “Mujeres, fuerza y fe”. Como oradora invitada, la obispo primada Katharine Jefferts Schori pronunció la conferencia “Discipulado de iguales: episcopado y sexismo” el 6 de junio.
Durante años, la Unión de Mujeres de la Iglesia Episcopal Anglicana del Brasil ha trabajado activamente por elevar la situación de la mujer en la Iglesia y en la sociedad, pero aunque la las mujeres han tenido acceso a puestos de liderazgo en la Iglesia, la ausencia de una obispa es causa de preocupación y de duda entre las mujeres laicas y ordenadas.
La Iglesia brasileña estuvo a punto de elegir a la Rda. Patricia Powers, misionera nombrada por la Iglesia Episcopal durante mucho tiempo, quien, en 1986 se convirtió en la segunda mujer ordenada al sacerdocio y luego en la primera mujer en servir como deán. En los 27 años transcurridos desde que Powers se presentó a una elección, han incluido tres veces a mujeres en candidaturas episcopales, la más reciente en 2012.
“Necesitamos estar representadas en la Cámara de Obispos donde se toman las decisiones”, dijo la Rda. Carmen Gomes, que fue la primera mujer ordenada al sacerdocio. “Podemos brindar nuestros servicios en la cámara, no sólo como representantes de las mujeres, sino de todos los que se sienten marginados en la Iglesia”.
Los tres mayores países del Cono Sur —Argentina, Brasil y Chile— están actualmente encabezados por mujeres presidentes; sin embargo, a diferencia de la Iglesia brasileña, Argentina y Chile pertenecen a las iglesias más conservadoras de América del Sur, y no apoyan la ordenación de mujeres.
Redactada en base a una resolución aprobada por el Consejo Consultivo Anglicano en 2005 que exigía igual representación de mujeres y hombres en los objetivos del liderazgo, las mujeres redactaron una resolución semejante para presentarla en el sínodo de la Iglesia en 2007. En el ínterin, se comprometieron a trabajar no sólo para facultar y preparar a las mujeres para funciones de liderazgo, sino para concebir un episcopado diferente del tradicional, el modelo de autoridad vertical masculino, dijo la Rda. Glenda McQueen, funcionaria de la Sociedad Misionera Nacional y Extranjera para América Latina y el Caribe, que asistió a la conferencia de tres días.
Un modelo de las mujeres fue algo que abordó la Obispa Primada:
Por cuenta de su sexo, las mujeres pueden aportar dones particulares al episcopado, dijo Jefferts Schori en su conferencia del 6 de junio, haciéndose eco de lo que ella misma dijera a fines de mayo en los Debates de la Fe de Westminster, en la iglesia de Santiago Apóstol [St. James’ Church] en Londres, Inglaterra: “…la presencia de las mujeres en el liderazgo expande la imagen de lo que significa ser hecho a imagen de Dios. Además, dada su posición social en la mayoría de las sociedades, la experiencia de marginación de las mujeres puede ayudar a traer esa perspectiva particular a la obra del liderazgo”.
Durante esa conferencia, la Obispa Primada expandió sus ideas sobre marginación al decir que las mujeres aportan su experiencia de “fuera de la norma” al liderazgo de una comunidad, y las mujeres, en gran parte del mundo, siguen experimentando marginación y diversos niveles de control social en sus vidas.
Las mujeres como líderes “sirven tanto como imágenes icónicas de la complejidad y la otredad de Dios como para representar a los marginados y suscitar el interés al respecto, por haber conocido esa realidad en sí mismas. Ambas cosas son fundamentales para seguir a Jesús, quien pasó la mayor parte de su ministerio activo con los marginados, buscando integrarles a sus comunidades. Eso no significa que los hombres no puedan también hacer esa labor, sino que las mujeres por su posición social están con frecuencia más cerca de esa realidad del oprimido y el ‘cautivo’”, afirmó.
Jefferts Schori pasó del 5 al 7 de junio en Porto Alegre, Brasil, en la celebración del 125º. aniversario de la Iglesia Episcopal Anglicana del Brasil, que también celebra 50 años de autonomía y 30 años de ordenación de mujeres. Además de su conferencia del 6 de junio, la Obispa Primada predicó y concelebró en la eucaristía del 7 de junio en la catedral de la Santísima Trinidad, la catedral nacional de la Iglesia Episcopal Anglicana del Brasil.
Casi al final de su período de nueve años como obispa primada, el debate de la fe en Westminster y la conferencia leída en Porto Alegre fueron las únicas veces en que le han pedido que hable sobre las mujeres, el sexismo y el episcopado, dijo Jefferts Schori.
La invitación a participar en el debate de la fe en Westminster se produjo después de que la Iglesia de Inglaterra nombrara su primera mujer obispo, Rvdma. Libby Lane.
En julio de 2014, la Iglesia de Inglaterra, luego de años de debate, aprobó una legislación que capacitaba a las mujeres a servir como obispos a partir de 2015. Para el 10 de junio, la Iglesia de Inglaterra había nombrado a cuatro mujeres como obispos
El 6 de junio, durante la reunión en Porto Alegre, la Muy Rda. Mary Irwing-Gibson se convirtió en la primera mujer electa obispo de la Diócesis Anglicana de Montreal.
En Westminster, Jefferts Schori dijo que ella se concentraría en las mujeres en el liderazgo religioso, pero en Brasil, ella creyó que era importante enfatizar las diferentes trayectorias y realidades a través de la Comunión Anglicana, incluidas las estadísticas.
Cuando las mujeres supieron que la obispa primada de la Iglesia Episcopal predicaría el 7 de junio, cambiaron la fecha de su conferencia para coincidir con su visita, dijo la Muy Rda. Mannez Rosa dos Santos, deán de la catedral de la Santísima Trinidad.
“Es de especial interés para las mujeres de Brasil”, dijo ella, hablando a través de un intérprete.
Tres puntos subrayan la importancia de la visita de la Obispa Primada, dijo dos Santos: al ser electa como la primera primada de la Comunión Anglicana, Jefferts Schori tiene “un testimonio especial y una posición profética”; el compartir con las mujeres indica una apertura a la relación y su visita sirvió como una oportunidad para la Iglesia Episcopal Anglicana del Brasil de ver a una obispa y de visualizar lo que significa el liderazgo de las mujeres en el episcopado.
“Debemos cambiar nuestra visión”, dijo dos Santos, que es una de las dos mujeres deanes que sirven en la Iglesia.
En la actualidad, las mujeres constituyen el 25 por ciento de los 150 clérigos activos de la Iglesia brasileña que sirven en nueve diócesis. En la Iglesia Episcopal en Estados Unidos, las mujeres constituyen el 35 por ciento de más de 6.500 clérigos activos que sirven en 99 diócesis.
Las mujeres sacerdotes constituyen más del 50 por ciento del clero en ocho de las 99 diócesis de EE.UU., principalmente diócesis pequeñas y rurales, dijo Jefferts Schori en su conferencia.
Las mujeres sacerdotes “están también subrrepresentadas como líderes importantes (rectores o deanes) o clérigos que atienden solos a una congregación. Constituyen el 31 por ciento de tales clérigos la parte norteamericana de la Iglesia y no contamos con suficientes datos para decir mucho sobre las partes de la Iglesia Episcopal que están fuera de EE.UU.”, prosiguió ella. “El porcentaje de mujeres que sirven como clérigos importantes es menor en partes políticamente conservadoras de EE.UU. y en diócesis donde hay muchas congregaciones grandes y ricas. Hay más mujeres emplazadas en zonas más pobres y más rurales y en puestos que pagan menos del promedio o donde prestan servicios sin compensación”.
Esto puede cambiar, añadió, si las diócesis preparan al electorado para elegir a una mujer:
Compartir los datos, compartir la realidad (por ejemplo, el número de mujeres ordenadas y qué fracción del todo representa eso; su trayectoria y si ellas están aumentando en porcentaje).
“Y [reto] a las personas de la congregación a pensar en el porqué las mujeres no son electas como líderes de la Iglesia en el ministerio ordenado y por qué hay tan pocas de ellas, porque no creo que la gente es consciente [de eso] cuando va a votar”, dijo Jefferts Schori en una entrevista con ENS. “Creo que la gente vota por quien le gusta y por quien puede imaginar siendo su obispo, y si nunca han visto a una obispa, probablemente no están conscientes del hecho de que no van a votar por alguien a quien no conciben potencialmente como obispo. Y no creo que sea muy consciente, pero puede hacerse consciente mediante alguna labor preparatoria y garantizando que haya mujeres en la boleta y que los electores se vean expuestos a la variedad”.
En su conferencia, ella habló específicamente acerca de las mujeres en el episcopado, mostrando su número, el cual indica que puede ser más fácil que una mujer sea nombrada obispo, como es el caso de la Iglesia de Inglaterra, a que resulte electa, como en la Iglesia Episcopal.
“En 1988, Barbara Harris fue la primera mujer electa obispa en la Comunión Anglicana. Desde entonces, otras 44 mujeres han sido electas o nombradas a través de la Comunión Anglicana. Ellas están casi exactamente divididas entre obispas sufragáneas, 23, y obispas diocesanas, 22. En este tiempo una obispa sufragánea ha sido llamada a servir como diocesana. En algunas partes de la Comunión, los obispos son electos por las diócesis; en otras provincias son nombrados por cuerpos eclesiásticos más centralizados. Hasta ahora, parece ser mucho más fácil nombrar obispas que elegirlas, especialmente como diocesanas”, dijo.
Del total de 22 obispas electas en la Iglesia Episcopal, nueve han sido obispas diocesanas; cuatro permanecen y una quinta será consagrada en septiembre. Desde que Jefferts Schori fue electa en 2000, han elegido 125 obispos, apuntó ella.
“La Cámara de Obispos está empezando a hablar del bajo porcentaje de obispas”, dijo la Obispa Primada, durante la entrevista con ENS.
Jefferts Schori se postuló junto a seis candidatos hombres cuando fue electa obispa de la Diócesis de Nevada en 2001 y como Obispa Primada en 2006.
“Los obispos varones están notando que hay pocas mujeres en la Cámara porque las mujeres que fueron elegidas en la primera ronda se están jubilando”, dijo ella. “A mí me chocó cuando vi las estadísticas por primera vez: 20 por ciento del total son mujeres, y sólo un 10 por ciento de los obispos activos en la Iglesia Episcopal. Y hemos electo entre el 40 y el 45 por ciento de las mujeres en la Comunión, simplemente porque tenemos muchas diócesis y muchas oportunidades, pero el hecho se mantiene que no estamos eligiéndolas como diocesanas”.
Durante una sesión de preguntas y respuestas que siguió a la conferencia de la Obispa Primada, las mujeres querían saber si ella alguna vez había sido discriminada.
“Frente a frente, siempre me han tratado bien, pero montones de cosas ruines se han dicho en la Internet”, contestó ella, añadiendo que en su primera Reunión de los Primados, la situación a veces estuvo tensa, pero los comentarios no fueron personales, afirmó.
Más tarde, cuando ENS le preguntó si se había sentido como un modelo a lo largo de su período como primada, Jefferts Schori dijo: “El hecho que una mujer sea vista en ese papel, es realmente importante. Es como lo que dije en la primera parte de la conferencia, las mujeres presentan otro aspecto de la imagen de Dios y si ellas no están representadas entonces la comprensión de la gente —de lo que es Dios y de quién es Dios— es realmente limitada, y de nuevo ello es inconsciente para muchos. Una vez más, es importante ver la posibilidad de que una mujer puede hacer esto, particularmente en sociedades patriarcales que continúan diciéndole a las mujeres que no pueden hacer estas cosas”.
— Lynette Wilson es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.
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