Un centro de refugiados en Roma le pide a todos que ‘acojan al forastero’

Los materiales para el Día Mundial de los Refugiados incluyen una liturgia para la Comunión Anglicana

Por Matthew Davies
Posted Jun 5, 2015
ÚNETE A NOSOTROS EL DOMINGO 21 DE JUNIO EN QUE CELEBRAMOS EL DOMINGO MUNDIAL DE LOS REFUGIADOS

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[Episcopal News Service] La experiencia del refugiado es una parte fundamental de la historia cristiana y “al acoger a un forastero, estamos acogiendo al mismo Cristo y al Dios que proclamamos”, dice el Rdo. Austin Ríos, rector de la iglesia episcopal de San Pablo Intramuros [St. Paul’s Within the Walls Episcopal Church] en Roma, Italia.

La cripta de San Pablo es el hogar del Centro de Refugiados Joel Nafuma (JNRC, por su sigla en inglés), un ministerio de hospitalidad radical en el corazón de Roma, donde cientos de refugiados pueden encontrar un desayuno y multitud de otros recursos para sobrevivir y reconstruir sus vidas. Debido al elevadísimo número de africanos que migran a través del mar Mediterráneo para escapar de la persecución, muchos de los cuales se ahogan en el camino, Italia se encuentra en el foco de la última crisis migratoria.

Cada año, el Día Mundial de los Refugiados se conmemora el 20 de junio. Con la crisis mundial de refugiados en su peor nivel desde la segunda guerra mundial, [la iglesia de] San Pablo quería ofrecer a la Comunión Anglicana materiales litúrgicos y de otro tipo para usarlos en las congregaciones el domingo 21 de junio (el domingo más cercano al Día Mundial de los Refugiados) como parte de su campaña “Acoge al forastero” para crear conciencia de los refugiados y de sus conflictos, y para alentar una respuesta más compasiva hacia su travesía. Es una iniciativa que apoya la embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede.

Los misioneros Jared Grant y Will Bryant del Cuerpo de Servicio de Jóvenes Adultos, cuyas experiencias en el Centro de Refugiados Joel Nafuma los inspiró a preparar los materiales para el Domingo Mundial de los Refugiados, adaptaron el material eucarístico a partir de una liturgia del Seminario Teológico General.

“El Día Mundial de los Refugiados nos da a los cristianos una oportunidad de poner en práctica lo que predicamos”, dijo Bryant, que está prestando su segundo año de servicio como misionero del YASC y quien sucedió a Grant en 2014 como voluntario en el centro de refugiados. “Nos da una oportunidad de hablar en nombre de aquellos que no tienen voz. Nos permite honrar a los que nos resulta fácil olvidar: los millones de refugiados que viven en la periferia de la sociedad. Son pobres, son vagabundos, pero siguen siendo el cuerpo de Cristo”.

Bryant, cuya colocación en el YASC concluirá en agosto, dijo que una conmemoración del Día Mundial de los Refugiados en toda la Comunión [Anglicana] se necesita ahora más que nunca cuando la crisis de los refugiados ha alcanzado niveles históricos.

“Debemos cambiar la dinámica y las vidas de los refugiados [y] cambiar las actitudes de la gente hacia ellos”, dijo a ENS en una entrevista por Skype desde Roma, en el centro donde los muchos voluntarios de diferentes comunidades religiosas conocen a los refugiados como “huéspedes”. “Se trata de inspirar a la gente a acoger a los forasteros, en lugar echarlos fuera”.

Los movimientos migratorios globales y sus pérdidas afectan a todos, dijo, y responder a las necesidades de los refugiados “no recae sobre un solo país ni sobre un solo continente, sino sobre toda la raza humana. Mi esperanza es que gente de todo el mundo conmemore esta ocasión especial, y que cuando nos congreguemos el 21 de junio, nos comprometamos con nosotros mismos y con el mundo a recibir a los extranjeros en medio nuestro. Después de todo, y esto es particularmente cierto para los norteamericanos, todos fuimos una vez inmigrantes”.

La Sociedad Misionera Nacional y Extranjera (DFMS) — el nombre legal y canónico con el cual la Iglesia Episcopal está incorporada, funciona empresarialmente y lleva a cabo la misión— también ha preparado materiales para conmemorar el Día Mundial de los Refugiados en diócesis y congregaciones a través de la Iglesia Episcopal.

Los materiales incluyen textos para el culto y un boletín para insertar [en los programas de los oficios] del domingo 21 de junio; una mapa interactivo de las actividades del Día Mundial de los Refugiados a través de la Iglesia Episcopal e información acerca de dónde encontrar un afiliado al Ministerio Episcopal de Migración y oportunidades para voluntarios locales.

“En conmemoración del Día Mundial de los Refugiados, la DFMS invita a los episcopales a aprender más de la manera en que la Iglesia Episcopal recibe y reubica a refugiados en asociación con nuestros treinta afiliados de reasentamiento en 26 diócesis”, dijo el obispo Stacy Sauls, director de operaciones de la Iglesia Episcopal según un comunicado de prensa.

Deborah Stein, directora del Ministerio Episcopal de Migración la agencia de reasentamiento de refugiados de la DFMS, dijo que el Día Mundial de los Refugiados, establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2000 para honrar las contribuciones de los refugiados en todo el mundo y crear conciencia acerca de la creciente crisis de refugiados, “es especialmente significativa este año en que la Sociedad Misionera Nacional y Extranjera sigue celebrando el 75º. aniversario de este ministerio de salvar vidas”.

Para la celebración de los 75 años, la DFMS ha lanzado #ShareTheJourney, un empeño de multimedia “para educar, formar y preparar a los episcopales a comprometerse en amoroso servicio con los refugiados reasentados y a convertirse en testigos proféticos y defensores de los refugiados, asilados, migrantes y personas desplazadas en todo el mundo”.

Esta no es la primera vez que la Iglesia Episcopal ha respondido con recursos para hacer frente a los problemas de los refugiados: durante la crisis migratoria de menores de edad en la frontera de EE.UU. y México en 2014, muchas iglesias encontraron modos de consolar y de acoger a menores que llegaban solos y de ayudarlos a través de su laberinto burocrático.

“He tenido la oportunidad de ser testigo de primera mano de la obra compasiva e inspiradora del JNRC, y de oír de sus huéspedes como la acogida que reciben allí es tan vital para su capacidad de afirmar su humanidad en media de circunstancias verdaderamente desesperadas”, dijo Stein, que dirigió una peregrinación a la región de los Grandes lagos en África en marzo para analizar la apremiante situación de los refugiados. “En tanto los episcopales celebran la labor que realizamos aquí en Estados Unidos para acoger a refugiados, el Día Mundial de los Refugiados es un recordatorio de que estamos uniéndonos con las iglesias anglicanas y episcopales a través del mundo en este importante ministerio”.

El Centro de Refugiados Joel Nafuma se inauguró en 1995 y ofrece santuario a refugiados que buscan consejo y ayuda en San Pablo Intramuros, una parroquia de la Convocación de Iglesias Episcopales en Europa. El centro ofrece desayuno, distribuye artículos de aseo personal y prendas de ropa, ayuda con solicitudes de empleo y ofrece servicios para que los refugiados aprendan idiomas y se familiaricen con el manejo de computadoras.

Mediante un programa de orientación, un mediador cultural adiestrado acompaña a los refugiados a las audiencias de asilo o a las citas con abogados y médicos, explicó Ríos en un reciente ensayo reflexión. Durante más de dos años, un grupo de artesanos ha estado fabricando y vendiendo objetos de artesanía. Cada pieza de artesanía va acompañada de una historia que aboga a favor de los refugiados en Roma y da a conocer sus dificultades. Los artesanos comparten las ganancias entre ellos y hacen donaciones al centro.

“Los cristianos siguen y adoran a un Señor que no sólo ‘descendió del cielo’, migrando en el misterio de la Encarnación, sino que con sólo unos días de nacido se vio obligado a huir a un país extranjero debido a una campaña gubernamental de infanticidio”, dijo Ríos a ENS. “Jesús experimentó tanto la acogida (de María y José, de los pastores, los magos, los animales) como el rechazó (de Herodes) desde su nacimiento…—una dinámica que continuaría a lo largo de toda su vida terrenal.

“Jesús comisionó a sus primeros discípulos a llevar a cabo su misión cuando en Mateo 10:40 dice: ‘el que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió’”, explicó Ríos.

“Como herederos de esta tradición de comisión y sus inherentes responsabilidades tanto de recibir como de extender la hospitalidad que Dios nos ha ofrecido, somos llamados a brindar también esta acogida, especialmente en lo que concierne a los que son vulnerables debido a la itinerancia o migración forzada”, dijo Ríos, “no sólo porque la acogida es una respuesta propiamente humana al sufrimiento, sino porque es parte esencial del ADN de nuestra fe. […] Acoger nunca resulta fácil; implica sacrificio. Pero si hemos de creer en las promesas de Dios, entonces sabemos que de ese sacrificio proviene la vida gozosa, abundante y compartida que respalda nuestra salvación”.

Además de San Pablo [Intramuros], la catedral de San Juan [St. John’s Cathedral] en Hong Kong y la catedral de los Fieles Difuntos [The Cathedral of All Souls] en Asheville, Carolina del Norte, se han comprometido a celebrar el Domingo Mundial de los Refugiados con una liturgia especial el 21 de junio.

Los materiales incluyen también reflexiones que se pueden descargar escritas por líderes religiosos y huéspedes del Centro de Refugiados Joel Nafuma que vienen de países devastados por la guerra en Oriente Medio y África, con la intención de que los feligreses puedan llegar a entender más profundamente la situación de los refugiados en la crisis migratoria de la actualidad.

“Ayudar a aliviar a los refugiados significa no sólo proporcionarles alimento, agua y albergue, sino también ayudarles a aprender un idioma, a ir a la escuela, a encontrar trabajo”, dijo el obispo Pierre Whalon de la Convocación de Iglesias Episcopales en Europa en un ensayo reflexión del 2 de junio en la página web del centro. “Los beneficios de acoger son grandes, incluidos los económicos y sociales. Las penas por rehusar acoger al forastero son severas. En las enseñanzas de Cristo, es un asunto de vida o muerte, no sólo para el migrante, sino para todos nosotros”.

Este es un momento de extrema crisis para los migrantes en todo el mundo, especialmente los que viajan desde el norte de África a través del mar Mediterráneo, según un comunicado de prensa de San Pablo.

En abril, más de 900 migrantes a bordo de una embarcación murieron en el intento de ir de África a Italia. “Esta tragedia insensata estuvo en el foco de los principales medios noticiosos durante una semana. Arrojó luz sobre las difícil situación de los refugiados en todas partes”, señalaba el comunicado. “Pero luego, tan rápidamente como había aparecido, el tema desapareció de los titulares y de la vista del público. Conmemoramos el Día Mundial de los Refugiados como un mensaje al mundo de que no hemos olvidado a los refugiados, aunque el resto del mundo simplemente ha cambiado el canal. Estamos unidos para acoger a los forasteros en medio nuestro”.

— Matthew Davies es redactor y reportero de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.


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