Los cristianos de Pakistán, fieles y fuertes a pesar de la persecución

Por Matthew Davies
Posted Apr 20, 2015
El Muy Rdo. Patrick Augustine, rector de la iglesia episcopal de Cristo en La Crosse, Wisconsin, coloca la primera piedra de una nueva iglesia cristiana cerca de Muzzaffarabad durante una reciente visita de solidaridad a Pakistán.

El Muy Rdo. Patrick Augustine, rector de la iglesia episcopal de Cristo en La Crosse, Wisconsin, coloca la primera piedra de una nueva iglesia cristiana cerca de Muzzaffarabad durante una reciente visita de solidaridad a Pakistán.

[Episcopal News Service] Pakistán es uno de los más conflictivos epicentros del terrorismo en todo el mundo, donde las minorías resultan víctimas de extremistas religiosos por tener diferentes creencias y filiaciones. Sin embargo, la comunidad cristiana perseguida —1,5 por ciento de una población de 180 millones— se mantiene firme en la fe a pesar de la diaria persecución a la que se enfrenta.

El mes pasado, estallaron dos bombas en un barrio cristiano de la ciudad paquistaní de Lahore con un saldo de 17 muertos y más de 70 heridos mientras los feligreses asistían a la misa dominical en la iglesia católica de San Juan y en la iglesia de Cristo, una congregación de la Iglesia de Pakistán que es miembro de la Comunión Anglicana.

“Los mensajes de amor y de apoyo han sido abrumadores, y las iglesias y agencias de la Comunión Anglicana están colaborando para garantizar una respuesta efectiva y coordinada, así como oración continua”, según un comunicado de prensa de la Alianza Anglicana, que vincula y refuerza las actividades de desarrollo, ayuda y promoción de iglesias, organismos y redes de la Comunión Anglicana.

En una teleconferencia reciente con representantes de iglesias y organismos de la Comunión Anglicana, el obispo Irfan Jamil, de la Diócesis de Lahore, habló sobre las prioridades de su iglesia y su comunidad después de los atentados.

Jamil y su equipo han estado visitando a los dolientes y a los que resultaron lesionados por el estallido de las bombas, decía el comunicado. La Agencia Episcopal de Ayuda y Desarrollo ha enviado una subvención de solidaridad para posibilitar la respuesta de la Iglesia a los necesitados después de los ataques.

La Iglesia de Pakistán (Unida) y la Iglesia Católica Romana celebraron un oficio funeral conjunto para las víctimas. El arzobispo de Cantórbery Justin Welby participó del oficio por teléfono y sus oraciones fueron traducidas y compartidas con los dolientes.

“El obispo Jamil inspiró a los participantes [en la teleconferencia] con su énfasis en el papel de los líderes de la Iglesia en edificar la paz, la armonía y el entendimiento mutuo y con su mensaje a la Comunión Anglicana de seguir al lado de la Iglesia en Pakistán en estos tiempos de trauma”, decía el comunicado.

El ataque más devastador en Pakistán ocurrió en septiembre de 2013 cuando dos terroristas suicidas eligieron de blanco la iglesia anglicana de Todos los Santos, en Peshawar, al final de un oficio, atentado que dejó 127 muertos y 170 heridos. Muchas de las víctimas fueron mujeres y niños.

El obispo Samuel Azariah, de la Diócesis de Raiwind, moderador de la Iglesia de Pakistán, habló con Episcopal News Service poco después de ese trágico día, diciendo que incluso después de años de intensa persecución de parte de los extremistas religiosos, la población cristiana en Pakistán crece. “Nada logrará enfriar nuestros espíritus. Bombas, asesinatos, incendios, balacera no enfriarán nuestros espíritus ni nuestro compromiso con Jesucristo”, afirmó.

El obispo de Peshawar, Humphrey Peters, dijo en un mensaje de Pascua la semana pasada que los ataques terroristas “han dejado una cicatriz permanente en la memoria y el alma de la comunidad cristiana de Pakistán… Por una parte, todas estas amenazas, incidentes de violencia y blancos de persecución desaniman a la comunidad cristiana de Pakistán. Pero, por la otra, han fortalecido la fe y… su compromiso de fidelidad con el Señor Jesucristo”.

Fue esta firmeza y esta profunda fe la que el Muy Rdo. Patrick Augustine experimentó cuando visitó Pakistán a principios de este año como expresión de solidaridad con la comunidad cristiana alln de explosivos para matar a los que vos para imponer el islam por medio de la violencia, las decapitaciones y la detonacide la í.

Miembros de la congregación de la iglesia anglicana de Todos los Santos en Peshawar.

Miembros de la congregación de la iglesia anglicana de Todos los Santos en Peshawar.

El rector de la iglesia episcopal de Cristo [Christ Episcopal Church] en La Crosse, Wisconsin, que es natural de Pakistán, predicó durante el oficio del 25 de enero en la ahora muy custodiada iglesia de Todos los Santos, construida en el antiguo bazar de la ciudad vieja de Peshawar en 1865. Él encontró una iglesia que crece y que está llena de fieles cristianos. “Me sentí conmovido por la fuerza y el compromiso de su fe”, le dijo a ENS.

“Los terroristas creen que tienen motivos para imponer el islam por medio de la violencia, las decapitaciones y la detonación de explosivos, para matar a aquellos cuyos sistemas de creencias difieren”, añadió. “El sufrimiento está en todas partes y ha abrumado nuestra humanidad”.

Los cristianos en Pakistán son “víctimas por los islamitas en brutales atentados suicidas, [pero también] del acoso diario y de encarcelamientos”, dijo Augustine.

Existe el caso prominente de Asia Bibi, una mujer cristiana y madre de cinco hijos que fue arrestada en junio de 2009 luego de ser acusada de insultar al profeta Mahoma —lo cual ella niega— y sentenciada a morir en la horca. Ella sigue en una cárcel pakistaní a pesar de que casi 1 millón de personas en todo el mundo solicitaron su liberación. Algunas acusaciones de blasfemia han sido divulgadas en la prensa, pero hay otras miles que pasan inadvertidas.

Luego del oficio matutino del domingo en la iglesia anglicana de Todos los Santos en Peshawar, el Rdo. Patrick Augustine ora con una familia que perdió varios seres queridos en el atentado dinamitero de septiembre de 2013.

Luego del oficio matutino del domingo en la iglesia anglicana de Todos los Santos en Peshawar, el Rdo. Patrick Augustine ora con una familia que perdió varios seres queridos en el atentado dinamitero de septiembre de 2013.

La ley pakistaní de la blasfemia identifica como un delito profanar el Sagrado Corán, lo cual conlleva una posible sentencia de cadena perpetua. Pero las ofensas contra el profeta Mahoma pueden castigarse con la pena de muerte.

“Esta ley draconiana es una espada que cuelga sobre la cabeza de cada cristiano. Una vez acusado, el individuo corre el riesgo de [caer en manos de] fervientes islamitas que creen que ganarán méritos con Alá por matar a un blasfemo”, dijo Augustine. “Millares de personas inocentes han sido encarceladas y muertas en base a falsas acusaciones de blasfemia.

Augustine lamentó la inacción del gobierno de Pakistán, el cual, según él, “ha permitido que los grupos extremistas islámicos propaguen el odio… la violencia, la intolerancia y que difundan ideas extremistas en mezquitas ordinarias y en centros comunitarios”.

Pero Augustine —que en 2012 fue galardonado con la Cruz de San Agustín por el anterior arzobispo de Cantórbery Rowan Williams, en reconocimiento a sus contribuciones, a escala internacional, a la evangelización, el ecumenismo y la paz y la reconciliación entre las religiones— dijo que “la gente quiere la paz. Vivimos en un mundo diseñado por Dios, de modo que todos nos necesitamos mutuamente como miembros de la familia humana. Hay personas de buena voluntad tanto entre cristianos como entre musulmanes. Les pido a todas las personas de buena voluntad que se pronuncien y que no se conviertan en espectadores silenciosos”.

El Consejo Ejecutivo de la Iglesia Episcopal en su reunión de marzo aprobó una resolución que condenaba el uso de la religión para los fines de promover agendas políticas “dirigidas a aterrorizar, victimizar y oprimir a individuos y comunidades y a afectar su capacidad de disfrutar de derechos humanos básicos debido a sus creencias religiosas y sus filiaciones sociales, étnicas, de clase, de casta, de género y nacionalidad”.

La resolución llama también a los gobiernos del mundo “a confrontar la realidad de la persecución religiosa, a proteger a las minorías y los civiles dentro del marco del derecho internacional y humanitario, a abordar la exclusión política y la desesperación económica que están siendo manipuladas por las fuerzas de los extremistas y a aumentar la ayuda humanitaria y para el desarrollo en los países de acogida y en las ONG confiables, y a aceptar el reasentamiento de una parte proporcional de las personas más vulnerables allí donde el regreso a sus países de origen es imposible”.

El Rdo. Canónigo Robert Edmunds, encargado de asociaciones orientales de la Sociedad Misionera Nacional y Extranjera (DFMS), dijo: “A veces oímos el termino ‘presencia cristiana’ en el Oriente Medio y suena pasivo y carente de vitalidad, cuando la verdad del asunto para los que viven allí es muy diferente. La presencia cristiana a través de la región tiene que ver con cristianos cuyas familias y raíces religiosas se remontan al tiempo de Cristo. Estos no son transeúntes en una tierra extraña, sino personas cuyas vidas son parte integrante del paisaje, la historia, la cultura las tradiciones que han formado y continúan formando a cada generación”.

La presencia de las iglesias cristianas a través de la región “brinda el lenguaje del amor de Dios y de todos los prójimos en peligro de ser silenciados”, añadió Edmunds. “Nosotros en Occidente debemos seguir dándoles visibilidad a esas atrocidades, tanto desde el punto de vista de la solidaridad con nuestros hermanos y hermanas cristianos, como para alentar a los líderes políticos a buscar soluciones de paz permanente y duraderas para beneficio de todos. Perder la voz cristiana en la región sería catastrófico para el futuro”.

Los amigos, familiares y feligreses de Augustine expresaron su preocupación de que él visitara Pakistán en un momento tan inestable. Pero Augustine dijo, refiriéndose a su viaje, que él había encontrado incontables señales de esperanza y sorpresas inesperadas.

El Muy Rdo. Patrick Augustine con jóvenes líderes de la Diócesis de Peshawar, algunos de los cuales resultaron lesionados y perdieron a miembros de su familia en los atentados terroristas de la iglesia anglicana de Todos los Santos.

El Muy Rdo. Patrick Augustine con jóvenes líderes de la Diócesis de Peshawar, algunos de los cuales resultaron lesionados y perdieron a miembros de su familia en los atentados terroristas de la iglesia anglicana de Todos los Santos.

A primera hora de una mañana de domingo en febrero, Augustine y 20 cristianos de Islamabad viajaron por carretera durante cuatro horas para estar con una familia cristiana cerca de Muzzaffarabad. La familia ha estado viviendo allí desde 1933, pero ellos son los únicos cristianos en una zona exclusivamente islámica. Augustine describió [la visita] como un profundo privilegio y un día histórico mientas contaba cómo le habían pedido que celebrara la Santa Comunión y predicara, y luego plantara la primera piedra de una iglesia que tendrá lugar para 50 personas.

El primer día de su arribo a Islamabad, visitó el taller de un sastre con un amigo. Uno de los hermanos musulmanes que dirige el taller le pidió a Augustine que orara por él. Cuando Augustine le dijo que él ora en el nombre de Jesús, el hermano le dijo que no tenía ninguna objeción.

Cuando estaba a punto de irse, el otro de los hermanos se le acercó a Augustine y le pido que orara con ellos también. “Los miré y vi en sus ojos hambre de Dios para recuperación y bendición”, dijo él. “Impuse mis manos sobre ellos y les pedí a Dios que los bendijera, y que bendijera su taller y que bendijera a Pakistán para que fuera una tierra de paz. Esta fue una experiencia sorprendente en un país donde a los cristianos los persiguen y los discriminan a diario”.

Dos días después, Peters, el obispo de Peshawar, recibió una llamada telefónica sobre el ataque de una turba musulmana a una escuela dirigida por cristianos en la ciudad de Banú. La escuela tiene 1.800 estudiantes, el 99 por ciento de los cuales son musulmanes. Peters y cuatro clérigos decidieron partir inmediatamente [hacia el lugar] e invitaron a Augustine que los acompañara. “Es una zona de altísima seguridad y no muchos estadounidenses podrán hacer este viaje peligroso. Fue un privilegio ir… y mostrarse en solidaridad con una iglesia sufriente”, dijo Augustine.

El Muy Rdo. Patrick Augustine ora con la desplazada comunidad cristiana en Banú.

El Muy Rdo. Patrick Augustine ora con la desplazada comunidad cristiana en Banú.

Dentro del complejo de instalaciones, había 200 familias cristianas desplazadas internamente de la zona de Waziristán, un baluarte de las fuerzas de Al-Qaeda y el Talibán y la región donde los aviones norteamericanos no tripulados han estado cazando terroristas.

“Hay un millón de desplazados internos”, dijo Augustine. “Las familias cristianas estaban viviendo en campamentos de refugiados… y no les daban alimento ni abrigo. Ha sido una zona anglicana desde los años sesenta del siglo XIX. El obispo invitó a los cristianos a levantar tiendas dentro de las instalaciones de la iglesia donde también están situados una escuela y un hospital. Ellos pueden proporcionarle educación y ayuda médica a musulmanes y cristianos en esta ciudad.

“Dediqué todo un día a visitar a estas personas desplazadas, a escuchar sus historias, a sostener sus manos y a orar con ellos… No percibí que esas personas estuvieran dispuestas a renunciar a su fe, sino que eran muy fuertes, profundamente arraigados y comprometidos a seguir a Jesús en el camino de la cruz”.

– Matthew Davies es redactor y reportero de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.


Tags