La Reverendísima Jefferts Schori: El Sínodo de la Novena Provincia

Posted Mar 2, 2015

El Sínodo de la Novena Provincia
25 febrero 2015
Quito, Ecuador

La Reverendísima Katharine Jefferts Schori
Obispa Presidente y Primado
La Iglesia Episcopal

Somos creados para la vida abundante, como dijo Jesús, “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”[1] La abundancia es una señal de la presencia real del reino de Dios alrededor de nosotros. Cuando estamos haciendo lo que mandó Jesús, amando a Dios y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, la abundancia fluye y crece. La abundancia no es solamente espiritual, pero necesita ser corporal y física también. Hay abundancia cuando los hambrientos tienen comida, y los encarcelados están liberados, y todos/as viven en paz porque hay justicia. Esto es la misión de Dios, de lo cual somos siervos y ministros, y la iglesia es un instrumento para trasformar sus miembros y el mundo entero hacia el reino de Dios.

Los teólogos misioneros desde muchos años han dicho que una iglesia madura tiene tres características. Ella da evidencia de ser auto-extendiendo, auto-gobernante, y auto-suficiente. No significa que no necesita otras partes del cuerpo de Cristo, pero vive en relación amplia e interdependiente. Tiene capaz de dar vida a nuevas comunidades de fe. Es una célula que recibe y da a otras. Es un compañero en Cristo a otras comunidades. Existe en solidaridad, y está creciendo hasta la estatura completa de Cristo. Los dones que hemos recibido fueron dados para “capacitar a los santos para la obra del ministerio… hasta que todos lleguemos… a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.”[2] Una iglesia madurando tiene fe que Dios ha dado lo que es necesario por la misión de Dios en ese lugar. Cuando una iglesia está viajando y trabajando hacia este ideal, está buscando la vida abundante, un parte del cuerpo mutuamente responsable e interdependiente con los otros partes.[3]

Ese concepto es una imagen que refleja la Trinidad de Dios, tres miembros en una comunidad, cada uno con su propio ser y todos integrados en una sociedad, dando vida abundante uno al otro y al mundo entero.

La característica de ser auto-extendiendo significa que la iglesia, la comunidad de Cristo, puede trasmitir la fe a nuevas generaciones y en contextos nuevos y los que están cambiando. Los miembros tienen bastante confianza para enseñar a los demás. Los miembros forman una comunidad de trasformación – a sus mismos y a la sociedad externa. Está trabajando a construir el reino de Dios aquí en la tierra como está en el cielo.

Podemos relacionar las Marcas de Misión Anglicana[4] con estas tres características. La primera marca es “proclamar las buenas nuevas del Reno de Dios.” La segunda es “ensenar, bautizar, y capacitar a las nuevas creyentes.” Ambas marcas son relacionadas con la extensión y el crecimiento del cuerpo de Cristo. Y al mismo tiempo, a la trasformación al mundo en el Reino de Dios.

La característica de ser auto-gobernante es relacionada con la capacidad del cuerpo de Cristo de funcionar integrado, colaborando por la misión de Dios. Ningún parte del cuerpo cree que es más importante que otra parte, y todas las partes trabajan juntas, en solidaridad una al otra y también con el mundo entero. Todos son contables y responsables al cuerpo. Todos consideran y responden a las necesidades de los más pequeños, y todos participan en el crecimiento hasta la estatura de la plenitud de Cristo.

La tercera marca y la cuarta son relacionadas con auto-gobernación. III: responder a las necesidades humanas con ministerio tierno y amoroso. IV: trasformar sistemas de injusticia, oponerse a toda forma de la violencia, y buscar la paz y la reconciliación.

Gobernación del cuerpo puede significar como tomamos decisiones.   Hay algunas cosas que TREC ha comendado a la Iglesia Episcopal sobre este tema, como una convención general que funciona en una sola cámara. Gobernación es relacionada con el uso de los recursos financieros del cuerpo, especialmente como rendimos cuentas al cuerpo. O también como construimos o mantengamos sistemas de justicia al dentro de la iglesia (como Titulo IV, o el acceso igual por ambos géneros y los discapacitados, y antirracismo). Una iglesia auto-gobernante también busca de cambiar sistemas de injusticia afuera de la iglesia – en las leyes nacionales, en sistemas penales, en las políticas de migración, o la esclavitud actual.

La característica de ser auto-suficiente no significa solamente que una iglesia tiene bastantes recursos financieros para promulgar su ministerio. Es una actitud que puede ver que los dones que Dios ha dado están suficientes para hacer el ministerio en un lugar. Es una orientación de fe. Es también la práctica de ver abundancia al contrario de ausencia. Y es un proceso continuo de crecimiento en fe y capacidad para trasformar el mundo hacia el reino de Dios. Iglesias auto-suficiente colaboran por la sanidad del cuerpo más grande; son creativas y de emprendedor; no tienen miedo de riesgo necesario; pueden cambiar para servir la misión de Dios; son capaz de acomodarse y cambiar – no son fijadas en el cemento. Se pueden seguir a Jesús a Galilea, al dentro de la vecindad local y mundial. Se entienden que toda es inter-relacionada en la creación de Dios, y cada parte tiene sus propios dones y funciones para el bienestar del entero.

Esta característica es relacionada con la quinta marca, que defina nuestro papel de asegurar la integridad del ambiento, de la tierra, de la planeta que es nuestro hogar.

Este entendimiento de una iglesia madura que es auto-extendiendo, auto-gobernante, y auto-suficiente puede ser reflejado en varias partes de la iglesia – en una diócesis, en una congregación, y en la provincia anglicana que es TEC. Podemos pensar también en la iglesia universal y la familia humana de los hijos e hijas de Dios. Tenemos todos/as la responsabilidad de aumentar la capacidad de cada nivel y parte de experimentar la vida abundante que es el sueño de Dios por todos/as.

Creo que la función de este sínodo y la de la convención general son de considerar cómo podemos aumentar la capacidad por la vida abundante en cada comunidad y contexto. El presupuesto que vamos a considerar en Utah necesita ser fundado en un sueño de creciendo capacidad por la vida abundante en cada parte de la Iglesia Episcopal, y también en el mundo. ¿Cómo podemos aumentar las posibilidades para cada miembro de la iglesia? ¿Cómo podemos fomentar el viaje de cada parte hacia el ideal espiritual de ser auto-extendiendo, auto-gobernante, y auto-suficiente? Algunos funciones pertenecen a las dióceses, y algunos a la iglesia general – y es nuestro papel de discernir cuales funciones necesitan los dones de la iglesia más grande, y proveer o compartir los recursos por el bienestar de todos los miembros del cuerpo.

En esta época de nuestra vida como episcopales, podemos considerar ejemplos por cada marca de misión.

Primera Marca — proclamar las buenas nuevas del Reno de Dios

Aquí debemos considerar la formación cristiana, como capacitar a los creyentes como líderes trasformativas en la iglesia y en el mundo. Un papel de los clérigos es capacitar a los miembros en comunidades locales, y por eso, dióceses y la iglesia general deben considerar cómo formar clérigos y líderes laicos por ese trabajo. Estamos tratando nuevas formas y métodos, y hay urgente necesidad de considerar como podemos compartir los recursos de educación teológica que tenemos o que hay en otras partes de la iglesia universal. No estamos buscando la vida abundante cuando seminarios y programas de formación no comparten recursos y oportunidades. Hay muchas oportunidades para mejorar las interrelaciones y la capacidad del cuerpo entero.

Podemos vivir más interconectados cuando estamos planificando y considerando nuestros sueños por el futuro. La semana pasada el arzobispo de la Provincia de África Occidental, el Arzobispo Sarfo de Ghana me dijo que su plan estratégico provincial ha distribuido responsabilidad de liderazgo por varios temas a los obispos y sus dióceses. Uno es responsable por planificación, uno por educación, otro por ministerio de desarrollo social, otro por relaciones ecuménicas e interreligiosas, otro por propiedades y generación de ingresos, etcétera. Es una forma de liderazgo compartido que utilice los dones de cada uno y una. Si el liderazgo compartido será mejor integrado en toda la iglesia, podría aumentar la visión y la posibilidad de vida abundante por el mundo.

Segunda Marca – enseñar, bautizar, y capacitar a los nuevos/as creyentes

Necesitamos también una visión más amplia de las formas de las comunidades cristianas. Todas no necesitan edificios eclesiásticos – hay algunas que funcionan en escuelas o en edificios públicos, o que reúnen en medio de un ministerio social. Los sitios creciendo en nombre de miembros en la Iglesia Episcopal incluyen un gran porcentaje de ellos afuera de los Estados Unidos, los que ministran a migrantes, y los que están enfocados a sus vecindades y no solamente a su interior. Es interesante que en los años recientes hemos experimentados un cambio en el estilo teológico de congregaciones crecientes – ahora las más progresivas están más propensas a crecer, y las más conservadores son menos propensas a crecer. Nuevas comunidades de fe y en los nuevos contextos también son bien propensas a crecer.

Creo que la Iglesia Episcopal necesita una reforma de nuestro Libro de Oración Común. Claro por una mejor forma de la lengua española, pero también una forma más adecuada a los contextos cambiando. Por ejemplo, nuestro pacto bautismal no tiene en alta voz un referente a la necesidad de cuidar a la tierra y el medio ambiente. Ni podemos oír en el culto la variedad bíblica de nombres de Dios. Es el momento de considerar una revisión o reforma.

Tercera Marca – responder a las necesidades humanas con ministerio amoroso

Como Iglesia estamos enseñando a oír y buscar los pequeños quien sirvamos como misioneros del Reino de Dios. Creo que nuestro trabajo como iglesia entera será formada en los próximos años por los metas de desarrollo después de 2015 (las metas de desarrollo de milenio terminan este año). Van a seguir enfocan se en la pobreza y la inequidad económica que es creciendo en nuestras países y alrededor del mundo. Creo que continuaremos enfocar también en la trata de personas y la esclavitud moderna. Somos todos relacionados, y nuestro bienestar depende en el bienestar de nuestros vecinos.

Cuarta Marca – trasformar sistemas de injusticia, enfrentar la violencia de toda forma, y buscar la paz y reconciliación

Hay varios tipos de injusticia en contextos diferentes, pero muchos de ellos se refieren a la desigualdad económica y la distribución desigual del poder. Son las mismas cosas que los profetas siempre clamaban contra, y cuando estamos unidos en voz y acción, estará mucho más posible de trasformar estos sistemas. Uniendo en voz y acción puede ser una oportunidad espiritual para nosotros, así como una forma de enfrentar a la violencia e injusticia del mundo como el cuerpo de Cristo.

Quinta Marca – salvaguardar la integridad de la creación y cuidar la vida de la tierra

La tierra, este planeta, es nuestro hogar. Dios nos plantó aquí en un jardín, para cuidarlo. Como seres humanos estamos relacionados con cada criatura, cada especie. Nuestro bienestar es conectado con el bienestar de todas las otras partes de la creación. Cuando contaminamos el aire, los océanos, el suelo y los ríos, invitamos enfermedad y el sufrimiento para nosotros y los demás. Es nuestra responsabilidad a la comunidad y al cuerpo de creación, de cuidar de la tierra. No podemos evitarlo sin consecuencias. Pero cuando nos encargamos de la tierra, y el cuidado de sus recursos, encontramos con la vida más abundante – porque estamos amando a nuestros prójimos como a nosotros mismos, y estamos amando a Dios y lo que Dios ha creado.

Tenemos oportunidades como la iglesia general que no tienen las dióceses individuales, y esos son los que necesitan nuestra colaboración y cooperación. El trabajo hacia el auto-sostenimiento es un ejemplo importante. En este trienio la iglesia general ha dado subvenciones para desarrollar “las zonas de misión empresariales,” y ha aumentado los fondos asignados para el cuerpo de misioneros jóvenes adultos. Los dos han proporcionado oportunidades para sembrar, animar, o expandirse nuevas iniciativas de misión.

Las otras cosas que podemos hacer lo mejor o solamente como un cuerpo unido constituyen apoyo por crecimiento hacia la meta de responsabilidad mutua en el cuerpo de Cristo, que incluye las características de ser auto-extendiendo, auto-gobernante, y auto-suficiente. Pero no es solamente por dióceses o provincias – es la meta para TEC en la comunión anglicana. Dios ha dado regalos únicos y diferentes a cada cuerpo en creación, y cuando están trabajando junto para el bien y bienestar de todo, estamos viajando hacia el Reino de Dios. Y por esta existimos, gracias a Dios. ¡Adelante!

[1] Juan 10:10b

[2] Efesios 4:11-13

[3] Cf. http://anglicanhistory.org/canada/toronto_mutual1963.html

[4] http://www.anglicancommunion.org/ministry/mission/fivemarks.cfm#sthash.U6LBF1XK.dpuf

 


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