Líderes religiosos de EE.UU. dejan Tierra Santa con mayor conciencia de posibilidades

Por Matthew Davies
Posted Feb 6, 2015
La delegación interreligiosa posa para una foto en el exterior del Centro Peres para la Paz en Jafa, Israel, luego de una reunión con el ex primer ministro Israelí Shimon Peres. Foto de Matthew Davies/ENS

La delegación interreligiosa posa para una foto en el exterior del Centro Peres para la Paz en Jafa, Israel, luego de una reunión con el ex primer ministro Israelí Shimon Peres. Foto de Matthew Davies/ENS

[Episcopal News Service] Un tapiz de palabras tales como “vulnerabilidad” y “fragilidad”, “valor” y “dignidad” se tejieron en una trama común mientras líderes judíos, cristianos y musulmanes de Estados Unidos convenían en que habían sido transformados por una peregrinación de una semana a Tierra Santa. La experiencia, dijeron, aumentaría su responsabilidad a asociados en Israel y los Territorios Palestinos y le daría cuerpo al tejido de su futura labor de pacificación, tanto en la región como de vuelta a casa.

El grupo interreligioso de 15 miembros fue codirigido por Katharine Jefferts Schori, obispa primada de la Iglesia Episcopal; el rabino Steve Gutow, presidente del Consejo Judío para las Relaciones Públicas (JCPA) y Sayyid Syeed, director nacional de alianzas interreligiosas y comunitarias de la Sociedad Islámica de América del Norte (ISNA).

La obispa primada de la Iglesia Episcopal Katharine Jefferts Schori y el rabino Steve Gutow, presidente del Consejo Judío para las Relaciones Públicas, comparten un momento de reflexión silenciosa durante una visita al Yad Vashem, el museo judío en memoria del Holocausto. Foto de Matthew Davies/ENS

La obispa primada de la Iglesia Episcopal Katharine Jefferts Schori y el rabino Steve Gutow, presidente del Consejo Judío para las Relaciones Públicas, comparten un momento de reflexión silenciosa durante una visita al Yad Vashem, el museo judío en memoria del Holocausto. Foto de Matthew Davies/ENS

El  grupo sostuvo reuniones con israelíes y palestinos, con personas al frente de grandes responsabilidades y políticos de alto nivel, así como con líderes religiosos y cívicos, y compartieron mutuamente las tradiciones religiosas de los demás  mientras viajaron durante nueve días por Israel, la Cisjordania y Jerusalén. Entre las escalas se incluyeron Tel Aviv, Nazaret, Safed, Tiberias, Ramala y el asentamiento cisjordano de Gush Etzión y sus áreas circundantes, así como los sectores oriental y occidental de Jerusalén.

Si bien unas reuniones prolongadas con funcionarios del gobierno palestino impusieron la cancelación de un viaje del grupo a Belén, algunos peregrinos visitaron la ciudad cisjordana en el ínterin de otras reuniones. El grupo en pleno recorrió la barrera de separación en su ruta en torno a Belén y sus inmediaciones en Cisjordania. La visita de un grupo a Hebrón se canceló por alteraciones de última hora en el calendario mientras una tormenta invernal se acercaba a EE.UU. lo cual obligó a algunos participantes a cambiar su planes de regreso.

(Un artículo de ENS acerca de la reunión del grupo con líderes políticos puede encontrarse aquí).

Mientras el grupo reflexionaba sobre lo vivido durante la semana, en una conversación sostenida en un hotel administrado por palestinos, a intramuros de la Vieja Jerusalén, donde se hospedaron, Gutow describió el viaje como “una peregrinación de relaciones.

Rabbi Batya Steinlauf, director of social justice and interfaith initiatives for the Jewish Community Relations Council of Greater Washington, takes a photo of members of the Muslim delegation (from left) Mohamed Elsanousi, director of external relations for La rabina Batya Steinlauf, directora de justicia social e iniciativas interreligiosas del Consejo Judío de Relaciones Comunitarias del Área Metropolitana de Washington, le toma una foto a los miembros de la delegación musulmana (de izquierda a derecha) Mohamed Elsanousi, director de relaciones exteriores de Finn Church Aid; Sayyid Syeed, director nacional de alianzas interreligiosas y comunitarias de la Sociedad Islámica de América del Norte (ISNA) y Azhar Azeez, presidente de ISNA. Foto de Matthew Davies/ENS.

Rabbi Batya Steinlauf, director of social justice and interfaith initiatives for the Jewish Community Relations Council of Greater Washington, takes a photo of members of the Muslim delegation (from left) Mohamed Elsanousi, director of external relations for La rabina Batya Steinlauf, directora de justicia social e iniciativas interreligiosas del Consejo Judío de Relaciones Comunitarias del Área Metropolitana de Washington, le toma una foto a los miembros de la delegación musulmana (de izquierda a derecha) Mohamed Elsanousi, director de relaciones exteriores de Finn Church Aid; Sayyid Syeed, director nacional de alianzas interreligiosas y comunitarias de la Sociedad Islámica de América del Norte (ISNA) y Azhar Azeez, presidente de ISNA. Foto de Matthew Davies/ENS

“Hemos adquirido densidad mientras recorríamos el suelo santo de la más santa de las tierras. Vimos la belleza del lugar y vimos su dolor. Se acentuó nuestra comprensión”, dijo él. “No es la visión elemental con la cual llegamos a esta tierra, sino más bien la complejidad, el matiz, las historias (buenas y malas), las dificultades lo que ahora definen nuestra visión de lo que hay allí. La santidad conlleva su esfuerzo”.

Jefferts Schori dijo que “la voluntad de los peregrinos de profundizar en el diálogo y de aprender tanto como enseñar en los intercambios seguirá repercutiendo. Siento como si hubiéramos tenido una muestra de la realidad eterna que buscan nuestras tradiciones”.

Ella también advirtió que, como una coalición interreligiosa, “tenemos una voz que puede hablar a los líderes políticos, a otros líderes cívicos. Existe la posibilidad de prender algunos fuegos, en el mejor sentido de la expresión, en Estados Unidos, de esperanza y de posibilidades, si hablamos juntos… Que seamos vasijas e instrumentos de la paz del Bendito”.

El Corán, dijo Syeed, “nos dice que hemos investido a los seres humanos con nobleza y dignidad, pero que a fin de mantener esa dignidad tenemos una cierta responsabilidad. Resulta muy difícil para nosotros regresar y perder de vista ese proceso de dignificación en que Dios nos ha puesto: mirarnos mutuamente a los ojos, ver que hay una imagen de Dios, y creer que no podemos permitirnos la degeneración, y no permitiremos que otros se degeneren. Es nuestro deber colectivo salvarnos los unos a los otros”.

Miembros de la delegación interreligiosa recorren la barrera de separación en su ruta en torno a Belén. Foto de Matthew Davies/ENS

Miembros de la delegación interreligiosa recorren la barrera de separación en su ruta en torno a Belén. Foto de Matthew Davies/ENS

La visita se planeó en respuesta Resolución B019, aprobada por la Convención General de la Iglesia Episcopal en 2012, que requería la inversión y la participación positivas en la región y que recomendaba que la Obispa Primada llevara a cabo una peregrinación interreligiosa modelo que tuviera la experiencia de múltiples testimonios. Esa resolución reiteraba el compromiso de la Iglesia Episcopal, de larga data, con una solución negociada de dos estados “en la cual un estado de Israel seguro y universalmente reconocido viva al lado de un estado viable y seguro para el pueblo palestino”.

El conflicto entre israelíes y palestinos ha durado más de 60 años. Las negociaciones de paz entre líderes israelíes y palestinos auspiciadas por EE.UU. se interrumpieron en mayo de 2014, cuando ambas partes culparon a la otra de no hacer las concesiones adecuadas en temas tales como las fronteras, el estatus de los refugiados, la compartición de Jerusalén y la construcción de asentamientos israelíes en territorio palestino.

Alexander D. Baumgarten, director actividad pública y de comunicación de la misión de la Iglesia Episcopal y uno de los organizadores de la peregrinación, dijo: “me sorprende que la narrativa sea realmente una cosa complicada, porque la narrativa nace de nuestros propios niveles de confianza con las comunidades y las personas y las realidades con las cuales nos identificamos, para nosotros así como para los israelíes y los palestinos. Eso es algo maravilloso en muchos aspectos, pero también esta preñado de peligro porque aferrándonos a nuestras propias narrativas… podríamos dejar de ver la auténtica verdad en la narrativa del otro”.

El obispo Prince Singh de la Iglesia Episcopal de Rochester. Foto de Matthew Davies/ENS

El obispo Prince Singh de la Iglesia Episcopal de Rochester. Foto de Matthew Davies/ENS

El obispo Prince Singh, de la Diócesis Episcopal de Rochester y miembro de la delegación episcopal, se mostró de acuerdo. “No sólo hemos celebrado nuestras diferencias; hemos interiorizado más las verdades con que cada uno de nosotros ha crecido y que ha considerado santas, pero para poder reconocerlas en otra verdad”, dijo. “Los varios espejos que se han presentado han sido muchísimo más claros debido a este tipo de transparencia en la comunidad”.

A través de la peregrinación, Singh dijo que se había encontrado “descendiendo a lugares profundos, lo cual no puedo hacer si no soy vulnerable. Cuando miramos a los problemas de la justicia, las opiniones pueden diferir debido a las lentes que usemos. Pero si, de manera experiencial, esto es lo que puede llegar a ser una querida comunidad, ello me da muchísima esperanza”.

Los peregrinos dijeron que la experiencia de viajar juntos como una comunidad interreligiosa también daría sus frutos cuando tuvieran que enfrentarse a problemas apremiantes en sus propios contextos.

“Siento como si Dios hubiera lanzado el guijarro al agua y las ondas apenas comenzaran”, agregó Singh. “Ese guijarro es para mí este modelo que puede aplicarse a la paz en tantísimos niveles… Una de las cosas que me llevo de aquí es la de invitar a las personas a [integrarse en] asociaciones, y particularmente con el gobierno, para ver si podemos proponer juntos algunas soluciones, y si las comunidades religiosas pueden ser útiles en el proceso… de manera que podamos abordar algunos grandes problemas como la pobreza y la violencia en nuestras comunidades”.

Jefferts Schori apuntó: “Sé que habrá sobradas oportunidades para nosotros de colaborar, en procurar la reconciliación en la Tierra del Bendito, y en la nación que compartimos en otro hemisferio. El edificar la paz en un lugar impacta las situaciones problemáticas y violentas en todas partes”.

Algunos miembros del grupo en peregrinación han convenido en seguir reuniéndose ahora que están de regreso en Estados Unidos, con el propósito de compartir reflexiones del viaje y recomendaciones con funcionarios electos y de dirigir a sus propias comunidades a través de una extensa trayectoria de promoción social, instrucción y diálogo compartido relacionados con el fin del conflicto israelí-palestino. Según Baumgarten, los episcopales pueden esperar oír más acerca de esto en los meses que median de ahora al comienzo de la 78ª. Convención General en Salt Lake City en junio.

Compartir unos con otros las tradiciones religiosas y aprender acerca de Jerusalén, como una santa ciudad compartida, a través de los ojos de los líderes de otras fes trajo una nueva dimensión a la comprensión que el grupo tiene de las historias judía, cristiana y musulmana y del contexto actual de Tierra Santa.

La obispa primada de la Iglesia Episcopal Katharine Jefferts Schori y el rabino Leonard Gordon, que preside las relaciones interreligiosas del Consejo Judío para las Relaciones Públicas, miran a Jerusalén desde el Monte de los Olivos. Foto de Matthew Davies/ENS

La obispa primada de la Iglesia Episcopal Katharine Jefferts Schori y el rabino Leonard Gordon, que preside las relaciones interreligiosas del Consejo Judío para las Relaciones Públicas, miran a Jerusalén desde el Monte de los Olivos. Foto de Matthew Davies/ENS

“Sabíamos que cada una de nuestras tradiciones vio el rostro de Dios en esas colinas y esos valles; ahora sabemos que todas nuestras tradiciones ven el rostro de Dios allí”, dijo Gutow. “Según madurábamos juntos, podíamos sentir la presencia de Dios en cada uno de nuestros corazones, no sólo en el nuestro. Ese es el don. Entendimos aún más de lo que hicimos, y ver el rostro de Dios en cada uno de los demás sólo profundiza nuestra responsabilidad con la tierra, los unos con los otros y, francamente, con Dios”.

El grupo interreligioso recorre las excavaciones arqueológicas de la Vieja Jerusalén. Foto de Matthew Davies/ENS

El grupo interreligioso recorre las excavaciones arqueológicas de la Vieja Jerusalén. Foto de Matthew Davies/ENS

Mohamed Elsanousi, director de relaciones exteriores de Finn Church Aid en EE.UU. y miembro de la delegación musulmana, dijo que la hermandad entre las fes “fortaleciendo nuestras relaciones y edificando la confianza entre nosotros” ha sido una parte fundamental del viaje, especialmente al profundizar su comprensión de [esa] tierra y de su significado como “los lugares sagrados de todos los hijos de Abraham”.

Dijo que la experiencia también crearía espacio para más oportunidades con el propósito de extender el diálogo y profundizar la comprensión entre las religiones en EE.UU.. “esta visita nos ha impuesto una responsabilidad… porque nos ha dado esta oportunidad de entender” y de actuar, añadió.

Syeed se refirió a varias iniciativas y publicaciones basadas en EE.UU. —facilitadas por la ISNA y sus asociados interreligiosos— para combatir la ignorancia, las incomprensiones y cambiar las nociones preconcebidas de las personas acerca de las religiones abrahámicas.

“Hablamos de una fraternidad que está determinada a cambiar la situación —una fraternidad transformadora— de manera que tiene que asentarse en suelo firme”, dijo Syeed, con referencia específica a dos guías para el diálogo interreligioso: Compartiendo el pozo [Sharing the Well] e Hijos de Abraham [Children of Abraham].

Los peregrinos también reconocieron que compartir este viaje con tan diverso grupo de líderes religiosos presenta ciertos retos y saca a las personas del ámbito donde se sienten cómodas.

El rabino Leonard Gordon, presidente de relaciones interreligiosas del Consejo Judío para las Relaciones Públicas, dijo que la peregrinación había conllevado “una cierta cantidad de contracción, en nuestros hábitos regulares de oración, nuestros hábitos de comidas, nuestros hábitos regulares de expresar nuestro pensamiento. Hemos sido deferentes los unos con los otros”.

Gordon reconoció que ha habido momentos de tensiones y de incomodidad, pero reconoció que “es difícil estar juntos y estar en este mundo de conflicto del que muchos de nosotros hablamos todo el tiempo, y hemos tenido que estar en este lugar de escuchas, pero creo que lo hemos hecho maravillosamente”.

Miembros del grupo reflexionan sobre la peregrinación de una semana de duración antes de regresar a EE.UU. Foto de Matthew Davies/ENS

Miembros del grupo reflexionan sobre la peregrinación de una semana de duración antes de regresar a EE.UU. Foto de Matthew Davies/ENS

Sharon Jones, asistente ejecutiva de la obispa primada Jefferts Schori, visitaba Tierra Santa por primera vez. Dijo que la experiencia ha sido abrumadora, pero que regresa a Estados Unidos con un nuevo propósito y con un compromiso de encontrar vías a las que ella pueda responder.

Sus preocupaciones iniciales respecto a pasar una semana con un nuevo grupo de líderes religiosos y lo que ella pudiera contribuir a la peregrinación se deshicieron después de conocer a todo el mundo la primera noche. “Tuve una gran sensación de comunidad y percibí muchísima confianza, y hemos compartido mucho”.

La Rda. Margaret Rose, subdirectora de relaciones ecuménicas e interreligiosas de la Iglesia Episcopal, dijo: “si somos peregrinos, seguiremos estando en este viaje… Ahora debemos determinar qué decisión debe tomarse, y que acción realmente deber exigir valor. Tengo aquí personas experimentadas que son increíblemente valerosas. Oro pues por el valor y la bravura para llevar a cabo algunas cosas que no hemos hecho antes”.

Azhar Azeez, president of the Islamic Society of North America, and Azhar Azeez, presidente de la Sociedad Islámica de América del Norte, y la rabina Batya Steinlauf, directora de justicia social e iniciativas interreligiosas del Consejo Judío para las Relaciones Comunitarias del Área Metropolitana de Washington, conversan antes de las reuniones con los funcionarios del gobierno palestino. Foto de Matthew Davies/ENS

Azhar Azeez, president of the Islamic Society of North America, and Azhar Azeez, presidente de la Sociedad Islámica de América del Norte, y la rabina Batya Steinlauf, directora de justicia social e iniciativas interreligiosas del Consejo Judío para las Relaciones Comunitarias del Área Metropolitana de Washington, conversan antes de las reuniones con los funcionarios del gobierno palestino. Foto de Matthew Davies/ENS

La rabina Batya Steinlauf, directora de justicia social e iniciativas interreligiosas del Consejo Judío para las Relaciones Comunitarias del Área Metropolitana de Washington, dijo que en lugar de mirar todas las cosas con las cuales ella se siente cómoda y familiar, “miró hacia arriba y hacia fuera, y se sentía realmente diferente porque estoy con una nueva comunidad que ve desde todas esas distintas perspectivas. Eso me conmovió… Creo que gran parte de lo que estamos intentando hacer es ver el mundo desde la perspectiva de Dios, y creo que es uno de los mensajes fundamentales que hemos recibido: recordar que esto pertenece a Dios”.

Steinlauf advirtió que todas las personas con las que el grupo se reunió “dijeron que a la postre íbamos a tener esperanza y a ser optimistas… porque uno simplemente tiene que serlo, y hay un criterio de que, bien, allí podría ocurrir un milagro. Manifestar puntos de vista tan discrepantes y, sin embargo, oír que todos se aferran aún a la esperanza de un milagro, agrada saber que todos estamos empeñados en realizar uno y que, con perseverancia, podríamos llegar a obtenerlo”.

Azhar Azeez, presidente de la Sociedad Islámica de América del Norte, también habló de ver las cosas desde nuevas perspectivas, a través de los ojos de líderes religiosos, de políticos, de académicos, de autores y de activistas. “Esta tierra es en verdad una tierra bendita, pero al mismo tiempo encontramos algunos gigantescos desafíos… Es muy fácil para mí en Estados Unidos o a cualquier otra persona en una sociedad occidental, hablar sobre estos temas, pero la gente que vive aquí son los que enfrentan los verdaderos retos”.

Varios miembros del grupo dijeron haberse sentido conmovidos e inspirados por las reuniones con líderes de iniciativas de base —el Programa de Negociación Shades, EcoPaz [EcoPeace] y Raíces [Roots]— que reúnen a israelíes y palestinos para oír y aprender mutuamente de sus diferentes narrativas y para edificar una sociedad pacífica en la cual todo el mundo pueda prosperar.

“Estoy totalmente anonadado por el valor que significó para cada uno de ellos”, dijo Gutow. “Cuando vas contra la tradición, cualquiera que esta sea, cuando vas contra tu propio pueblo, cuando estás dispuesto a levantarte y decir ‘esta no es la manera correcta de hacerlo”, eso conlleva un cierto tipo de coraje”.

Ethan Felson, vicepresidente y asesor legar del Consejo Judío para las Relaciones Públicas, y la Rda. Margaret Rose, subdirectora de relaciones ecuménicas e interreligiosas de la Iglesia Episcopal, conversan durante una visita al sitio bautismal de Yardenit, en el río Jordán. Foto de Matthew Davies/ENS

Ethan Felson, vicepresidente y asesor legar del Consejo Judío para las Relaciones Públicas, y la Rda. Margaret Rose, subdirectora de relaciones ecuménicas e interreligiosas de la Iglesia Episcopal, conversan durante una visita al sitio bautismal de Yardenit, en el río Jordán. Foto de Matthew Davies/ENS

Ethan Felson, vicepresidente y asesor legal del Consejo Judío para las Relaciones Públicas dijo: “en una época cuando se dedica tanta energía a aplastar a un lado o al otro, resultó enriquecedor experimentar sobre el terreno la labor de genuinos pacificadores dedicados a destrozar sus propias zonas de seguridad y a viajar con otros pacificadores que hacen lo mismo”.

Las personas que llevan a cabo la labor más transformadora, dijo Felson, “no son los que se centran en un documento o en normativas ni en definiciones, sino más bien los que siguen estando donde están en su comunidad, en ese auténtico lugar y se reúnen con otros que de la misma manera siguen estando en ese lugar genuino, y que realmente abrazan un entendimiento diferente de lo que significa para dos pueblos con diferentes narrativas venir a vivir uno junto al otro”.

El Rdo. John E. Kitagawa, rector de la iglesia episcopal de San Felipe de las Colinas [St. Philip’s-in-the-Hills], en Tucson, Arizona, dijo: “Hemos escuchado estos increíbles testimonios de personas que están poniéndose al frente, escudriñándose atentamente, siendo capaces de emprender esos diálogos

de corazón. Me voy de un lugar más esperanzador de lo que yo creía que sería”.

Resumiendo la peregrinación, Baumgarten dijo: “Lo que me ha resultado alentador en este viaje fue ver que, especialmente al margen del foco de atención, los israelíes y los palestinos están realmente retando a sus comunidades a caminar por la senda del otro”.

Citando el poema de T.S. Eliot, El viaje de los magos, en el cual Eliot pone en boca de los tres sabios: “regresamos a nuestros lugares, estos reinos. Pero ya no nos sentimos cómodos aquí, en nuestra antigua dispensación”.

“Así es como me siento como resultado de este viaje”, dijo Baumgarten. “Creo que si todo el mundo pudiera venir aquí y recorrer la senda que hemos andado juntos, ninguno de nosotros se sentiría cómodo en nuestra antigua dispensación”.

– Matthew Davies es redactor y reportero de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.