Líderes religiosos condenan ataque terrorista en París

Por Matthew Davies
Posted Jan 9, 2015
Amandine Marbach de Estrasburgo, Francia, participa en una vigilia en tributo de las víctimas del atentado del 7 de enero en París. Foto de Carlo Allegri/Reuters.

Amandine Marbach de Estrasburgo, Francia, participa en una vigilia en tributo de las víctimas del atentado del 7 de enero en París. Foto de Carlo Allegri/Reuters.

[Episcopal News Service] Líderes cristianos y musulmanes han denunciado enérgicamente el ataque del 7 de enero en París en que presuntos terroristas islámicos asaltaron las oficinas de la revista satírica Charlie Hebdo y abrieron fuego contra los asistentes a una reunión editorial. Doce personas resultaron muertas, entre ellos dos agentes de la policía, y otras 10 fueron heridas en la agresión, el peor acto de terrorismo en Francia de los últimos 50 años.

Francia amaneció el 8 de enero con los informes de que se habían practicado varios arrestos en Reims durante la noche en conexión con el ataque y con la noticia de que un pistolero había asesinado a una mujer policía en un incidente al sur de París. No resulta claro si este último incidente está relacionado con la masacre de Charlie Hebdo.

La policía está ahora a la caza de dos hermanos que son los principales sospechosos en el ataque. Dos hombres que se ajustan a esta descripción se dijo que habían asaltado una gasolinera en el norte de París en la madrugada del 8 de enero. Un tercer sospechoso se entregó a las autoridades, según informan los noticieros.

“Debe quedar claro que este intento de dividir e intimidar al pueblo ha fracasado”, dijo el obispo Pierre Whalon de la Convocación de Iglesias Episcopales en Europa en una declaración, haciendo notar que están teniendo lugar reuniones espontáneas de solidaridad con las víctimas en docenas de ciudades a través de Francia. También se producían manifestaciones y vigilias en todo el mundo.

Charlie Hebdo es [una publicación] bien conocida por sus representaciones satíricas de la religiones, entre ellas las caricaturas del profeta Mahoma, por las cuales la revista ya había sido atacada anteriormente y su personal editorial había recibido amenazas. “Charlie Hebdo es adicta a satirizar la religión y también se burla rutinariamente de toda otra clase de temas y de personas”, dijo Whalon. “Ese es su derecho. La libertad de expresión es el único garante de la libertad, incluida la libertad de cultos”.

Whalon llamó a “todas las personas de buena voluntad a orar en la medida en que puedan por el descanso de las víctimas, por sus familiares y amigos cuyas vidas ya nunca volverán a ser las mismas. Debemos pedir también por la curación de los heridos. Y también debemos orar por los asesinos, para que abandonen la violencia y acepten el juicio. Y nuestras oraciones deben acompañarse de acciones para ayudar a que la nación se restaure y se fortalezca en solidaridad”.

El arzobispo de Cantórbery, Justin Welby, calificó el ataque terrorista de “un acto de la más extraordinaria brutalidad y barbarie. Esta violencia es demoníaca en su agresión a los inocentes, y cobarde en su negación del derecho humano básico a la libertad de expresión”.

Welby dijo en una declaración que el pueblo de Francia “se sobrepondrá valientemente al desafío de esta agresión vil y seguirá mostrando la fuerza y la confianza que surgen de su extraordinaria historia. Nuestras oraciones y pensamientos están especialmente con los muertos y los heridos y con sus familias. Oro también por los que participan en la persecución de los terroristas”.

Whalon reconoció que las primeras voces en expresar su indignación fueron los líderes musulmanes. “Entre ellos estaba el imán Hassen Chalghoumi, a quien conozco y a quien he admirado durante muchos años. Me uno a él en deplorar esta agresión infame, ‘indigna del islam’ y me hago eco de su llamado a no confundir a los musulmanes con los ‘criminales’ que perpetraron esta vil acción”.

Chalghoumi, imán de la mezquita de Drancy en el suburbio de Seine-Denis de París, calificó a los agresores de “criminales, bárbaros. Han vendido su alma al infierno. Esto no es la libertad. Esto no es el islam, y espero que los franceses salgan unidos al final de esto”.

La Gran Mequita de París emitió una declaración poco después del ataque, diciendo que su comunidad estaba “conmovida” y “horrorizada” por la violencia. Llamamos a la comunidad musulmana a ejercer la mayor vigilancia contra las posibles manipulaciones de grupos considerados como extremistas de cualquier tipo”.

La Muy Rda. Lucinda Laird, deana de la Catedral Americana en París, dijo que todo el mundo estaba anonadado y afligido luego de la agresión, pero que la más importante tarea a llevar a cabo era orar. “Oren por las víctimas y sus familias. Oren por la paz y la justicia, aquí y en todo el mundo. Oren por esta ciudad, que los perpetradores puedan ser hallados y detenidos, y por un fin a este odio y a esta violencia”, escribió ella en una carta dirigida a la comunidad de la catedral. “Y muy especialmente, oren, por favor, por aquellos cuyo odio es tan avasallador que hace posible este tipo de acción. Oren para que nosotros no reaccionemos con odio”.

Georges Lemopoulos, secretario general interino del Consejo Mundial de Iglesias, dijo que el asalto fue un “ataque a la vida humana, a la dignidad humana y a los derechos humanos de todos… Junto a todas la personas de verdadera fe y buena voluntad, oremos por las víctimas y sus familias, porque los perpetradores sean llevados a la justicia, porque se extinga la ideología extremista que inspiró este ataque, y que la indignación justificada no conduzca a represalias contra los musulmanes ni alimente el sentimiento antiislámico”.

Los líderes políticos, incluido el presidente de EE.UU. Barack Obama, también condenaron el ataque.

Obama describió la agresión como un “ataque cobarde y malvado” y prometió ayudar a Francia en su empeño de “perseguir y llevar a la justicia a los perpetradores de este acto específico, [y de] recoger las redes que ayudan a promover este tipo de conspiraciones… El hecho que este fuera un ataque a periodistas, un ataque a nuestra libertad de prensa, también resalta el grado en que estos terroristas temen a la libertad de expresión y a la libertad de prensa”.

Los dos sospechosos, que aún se encuentran prófugos, han sido identificados como los hermanos Cherif y Said Kouachi y se ha dicho que “están armados y son peligrosos”. Francia declaró el 8 de enero como día nacional de duelo por las víctimas del ataque.

– Matthew Davies es redactor y reportero de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.