Sacerdote de la Florida acusado de alimentar a desamparados aspira a defenderse ante tribunal

Por Pat McCaughan
Posted Nov 17, 2014
El Rdo. Canónigo Mark H. Sims (portando estola), rector de la iglesia episcopal de Santa María Magdalena en Coral Spring, recibió una citación judicial por alimentar a indigentes.

El Rdo. Canónigo Mark H. Sims (portando estola), rector de la iglesia episcopal de Santa María Magdalena en Coral Spring, recibió una citación judicial por alimentar a indigentes.

[Episcopal News Service] Un sacerdote de la Florida, que recibió una citación judicial por alimentar a indigentes en un parque local defiende su actuación.

“Estoy demandando al municipio de Fort Lauderdale por mi derecho a seguir alimentando a los indigentes en las calles de la ciudad”, dijo el Rdo. Canónigo Mark H. Sims, rector de la iglesia episcopal de Santa María Magdalena [St. Mary Magdalene Episcopal Church] en Coral Springs.

Sims declaró a Episcopal News Service el 13 de noviembre que ha contratado a los abogados locales Bill Scherer, jurista procesal muy conocido, y a Bruce Rogow, abogado constitucionalista que enseña en la Universidad Nova del Suroeste, para que lo defiendan “en el tribunal contra una citación judicial que le enviaron”.

“Quiero impugnar la constitucionalidad de la ordenanza municipal que aprobaron. Como alguien me hizo una citación, tengo capacidad jurídica y voy a aprovechar esa oportunidad”.

La policía llega al parque Stranahan donde Sims y otras personas reparten alimentos a indigentes que residen en el lugar.

La policía llega al parque Stranahan donde Sims y otras personas reparten alimentos a indigentes que residen en el lugar.

Scherer le dijo al Fort Lauderdale Sun-Sentinel que la ordenanza municipal, aprobada el 31 de octubre, que prohíbe alimentar a los indigentes en lugares públicos, es inconstitucional y discriminatoria.

El 2 de noviembre, los agentes de la fuerza pública le impidieron a Sims y a otros dos individuos que alimentaran a los indigentes que viven en el parque Stranahan. Sims, de 57 años, contó que la policía lo detuvo, le tomó las huellas dactilares, le entregó una citación judicial y lo puso en libertad. Él está a la espera de la fecha en que debe comparecer ante el tribunal que puede imponerle una multa de $500 y posiblemente 60 días de prisión.

“Si me imponen una sentencia de cárcel, voy a la cárcel”, dijo Sims. “Pero, estoy dispuesto a esperar allí [en la cárcel] por el derecho a alimentar compasivamente a personas que viven en la calle, agregó.

Los funcionarios municipales han dicho que quieren que los programas de alimentación operen de puertas adentro, pero Sims y los demás aducen que sencillamente no hay suficientes locales disponibles para acomodar al creciente número de familias e individuos indigentes.

“Estoy decidido a defender el derecho a alimentar compasivamente a los indigentes y a los hambrientos en las calles de la Florida. No me explico cómo podemos aprobar una ordenanza que restrinja la solidaridad humana”, añadió Sims, que ha creado un fondo de defensa legal en “gofundme.com” y espera enfrentarse a “un difícil reto en el tribunal”.

Reiteró que seguiría alimentando a los indigentes y, el 12 de noviembre, se unió a otras personas que hacían precisamente eso en una playa de la localidad.

“La Iglesia Episcopal en esta diócesis le da de comer a la gente [necesitada] todos los días a través de varias agencias”, afirmó Sims. “Contamos con locales que usamos y hay muchas agencias de servicio social que hemos creado en el Sureste de la Florida para ayudar a familias e individuos tanto como podemos, pero aún no hay suficientes”.

Como presidente de la junta de Organizaciones Caritativas Episcopales del Sureste de la Florida “acabamos de aportar $600.000 para un ciclo de dos años en subvenciones a parroquias y al menos la mitad de eso se invierte en programas que se ocupan de alimentar a los hambrientos, a los indigentes y a los ancianos”, puntualizó Sims.

Normalmente, durante los meses de invierno, las familias y los individuos que no tienen hogar migran a Florida desde climas más fríos, de manera que ha habido un aumento notable de su número en la localidad, señaló.

El domingo 9 de noviembre, algunos miembros de la parroquia regresaron al parque y sirvieron una comida caliente de pollo salteado, arroz, verduras y postre y distribuyeron “bolsas con emparedados de jalea y mantequilla de maní y manzanas. Vimos más mujeres de las que suelen verse. Resultó algo sorprendente y un poco triste”, dijo Sims.

Pero añadió que “el municipio quiere eliminarlos de las calles. Yo no quiero hacer nada para alentarlos a quedarse en las calles. El problema es que no hay ningún otro lugar adonde ir. [En el municipio] quieren convertirlo en un problema ajeno”.

Alimentar a personas que no tienen hogar no es nada nuevo para Sims, quien dijo que “esto ha estado ocurriendo desde que estaba en el seminario en 1999 y antes de eso cuando era un feligrés del Sur de la Florida. He estado haciendo esto durante 20 años”.

Su objetivo, agregó, es que los funcionarios municipales rescindan la ordenanza “y quiero sentarme y ayudar a rehacerla a partir de un nuevo compromiso”.

Entre tanto, comunidades locales, nacionales e internacionales de la Iglesia se han solidarizado con Sims, según la Rda. Canóniga Donna Dambrot, directora ejecutiva de Organizaciones Caritativas Episcopales. Ella comparó su enfrentamiento legal a la resistencia no violenta del Dr. Martin Luther King Jr. a las leyes injustas.

La zona “ha presenciado un asombroso aumento en las necesidades de indigentes y hambrientos”, añadió Dambrot. “Cuando Fort Lauderdale adoptó esta ordenanza ya se estaban sirviendo alimentos en las calles. Hemos recibido… solicitudes de fondos adicionales porque la necesidad es muy grande y las despensas se han quedado sin comida y no disponen de acceso a las fuentes de alimentos del gobierno”.

Dijo también que Organizaciones Caritativas Episcopales del Sureste de la Florida “sirve cientos de miles de comidas al año” a través de agencias asociadas y que ella ha advertido recientemente un aumento de por lo menos un 10 por ciento en el número de comidas servidas.

El problema de la indigencia es complejo y diverso, añadió. “Tenemos a personas provenientes de los bosques y manglares de los Cayos [de la Florida]; hay gente sin hogar que vive en campamentos. En Pompano Beach, las hay que duermen debajo de la autopista. Incluso tenemos algunas personas que viven en botes en el agua, y que desembarcan para ir a las despensas de Cayo Hueso”.

Hay niveles de indigencia, contando con los que se encuentran temporalmente sin hogar que reciben preparación laboral y entrenamiento de empleo y que terminan por encontrar vivienda permanente.

“Existe también esa capa de personas a las que atendemos en la capilla de San Lorenzo [St. Lawrence Chapel] y en nuestro Centro de Jubileo del Sur de Broward, que serán indigentes crónicos”, afirmó. “Constituye un reto permanente y estaremos en esto durante mucho tiempo”.

No obstante, ella agregó que la campaña de Sims ha inspirado a otros “a tomar las medidas necesarias para cambiar lo que percibimos como regulaciones injustas”. Sims, la agencia y la comunidad de la iglesia simplemente estamos intentando responder el mandato de Jesús de ayudar a los demás.

“Seguimos a Mateo 25” que enfatiza el llamado de Jesús a servir a los necesitados, dijo. “Esa es nuestra hoja de ruta. Esa es nuestra deliberada misión vocacional”.

–La Rda. Pat McCaughan es corresponsal de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.