Programa, Presupuesto y Finanzas comienza a trabajar en el presupuesto trienal

Un proceso que promete ser ‘inclusivo, transparente, receptivo, colegiado y en colaboración’

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Oct 30, 2014
Stephen Lane, obispo de Maine y vicepresidente del Comité Permanente Conjunto sobre Programa, Presupuesto y Finanzas, plantea un asunto durante la última sesión plenaria del comité el 29 de octubre. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

Stephen Lane, obispo de Maine y vicepresidente del Comité Permanente Conjunto sobre Programa, Presupuesto y Finanzas, plantea un asunto durante la última sesión plenaria del comité el 29 de octubre. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

[Episcopal News Service – Linthicum Heights, Maryland] El Comité Permanente Conjunto sobre Programa, Presupuesto y Finanzas (PB&F) de la Iglesia Episcopal dio inicio a los muchos meses de trabajo que resultarán en el presupuesto 2016-2018 que le será propuesto a la 78º. Convención General en julio de 2015.

Los miembros del PB&F dedicaron la mayor parte de su reunión del 27 al 29 de octubre a recibir un curso intensivo sobre cómo se ha elaborado el presupuesto trienal en el pasado y cómo el proceso ha cambiado en esta ocasión.

Tanto a la obispa primada Katharine Jefferts Schori como a la presidente de la Cámara de Diputados, Rda. Gay Clark Jennings, le preguntaron que describieran para beneficio de los miembros del PB& su visión para el presupuesto 2016-2018 y el proceso que se estaba llevando a cabo para elaborarlo.

“Mi sentir es que el presupuesto denominacional debe hacer en verdad lo que no podemos hacer como diócesis individuales”, dijo Jefferts Schori. “Yo sí creo profundamente que nuestro presupuesto debe basarse en nuestra perspectiva de la misión. Eso es lo que somos y lo que nos proponemos ser, eso es lo que Dios nos envía a ser y hacer en el mundo, trabajar por el reino de Dios —una visión de shalom— para reconciliar al mundo con Dios en Cristo”.

Otro fundamento de su visión para el presupuesto, dijo la Obispa Primada, proviene de la definición histórica que dice que una comunidad cristiana madura es “misional en su más profundo sentido y al hacer eso es autosuficiente, autopropagadora y autónoma [y] no se interesa tan sólo en su vida interior, sino que se proyecta hacia el exterior y hace la obra de Dios en el mundo”.

Jefferts Schori bosquejó lo que llamó “tres amplias categorías” de la labor que ella ve como la más adecuada para ser llevada a cabo por las estructuras denominacionales.

La primera es el servicio a la Iglesia Episcopal en su sentido denominacional, dijo, lo cual incluye ayudar a las poblaciones pequeñas, nuevas y aisladas; responder a crisis en nombre de toda la Iglesia; responder a realidades cambiantes en la Iglesia y en la sociedad; ayudar a fomentar la vida de otras comunidades episcopales y anglicanas que todavía no alcanzan el autosostenimiento y mantener y supervisar los legados financiero, institucional, de honorabilidad y de gobierno “de manera que resulte fructífero a las generaciones venideras”.

La segunda categoría, dijo Jefferts Schori, es fomentar relaciones con otras iglesias y comunidades religiosas, incluidas las relaciones dentro de la Comunión Anglicana, así como las relaciones ecuménicas e interreligiosas.

La tercera categoría, administrar las relaciones con gobiernos e instituciones supranacionales, lo cual incluye la promoción social a nivel federal y estatal, la obra de la Iglesia en las Naciones Unidas, la labor de desarrollo tal como la que lleva a cabo Ayuda y Desarrollo Episcopales y a través de otras subvenciones, y proporcionar el respaldo ministerial que necesitan algunos ministros, tales como los capellanes.

Afirmando que los procesos del presupuesto para los últimos dos trienios “fueron muy difíciles por varias razones”, Jennings dijo que muchas personas “ansiaban un proceso presupuestario más transparente, menos contencioso y más basado en el evangelio con sobrado tiempo para llevar a cabo esta seriecísima labor”.

Jennings dijo que el proceso del Consejo Ejecutivo para elaborar su proyecto del presupuesto 2016-2018 es “inclusivo, transparente, receptivo, colegiado y en colaboración”. Hizo notar que es la primera vez que tiene noticia de un plan para publicar el borrador de un proyecto presupuestario del Consejo en el que toda la Iglesia tendrá la oportunidad de hacer comentarios sobre el presupuesto trienal en ese punto de su elaboración.

El Rdo. Doug Sparks, de Rochester, Minnesota y secretario del Comité de Programa, Presupuesto y Finanzas, toma nota mientras sus colegas expresan sus preguntas iniciales sobre el proceso presupuestario 2016-2018. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

El Rdo. Doug Sparks, de Rochester, Minnesota y secretario del Comité de Programa, Presupuesto y Finanzas, toma nota mientras sus colegas expresan sus preguntas iniciales sobre el proceso presupuestario 2016-2018. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

Como otra forma de perfeccionar el proceso presupuestario en general, la Cámara de Diputados manejará las resoluciones de manera diferente durante la Convención de 2015, dijo Jennings. Habrá un Comité de Revisión de Resoluciones para estudiar los proyectos de resoluciones que se presenten y de este modo garantizar que están en consonancia con el sistema de gobierno, en la forma que exigen los Cánones y para valorar si tienen implicaciones económicas. El comité informará sobre cada resolución al presidente del comité legislativo idóneo.

Y, una propuesta revisión a las reglas le permitiría al Comité de Diputados sobre el Despacho de Asuntos programar el flujo de resoluciones, de manera que las que tengan implicaciones económicas puedan ser atendidas con mayor rapidez. El cambio propuesto debe aprobarse antes de que empiecen los asuntos de la Convención.

Ambas medidas tienen por objeto aliviar las tensión que se crea cuando las resoluciones que tienen implicaciones presupuestarias llegan tarde al PB&F en ese proceso de comité.

Refiriéndose a otro carril paralelo que funcionará en la Convención, Jennings dijo que ella cree que “el PB&F necesita elaborar un presupuesto sobre lo que existe actualmente respecto a gobierno, estructura y administración”, en lugar de lo que el Equipo de Trabajo para Reinventar la Iglesia Episcopal podría proponer a la Convención y lo que la Convención pudiera hacer respecto a esas propuestas. Si el proceso del TREC da lugar a importantes cambios, entonces el Consejo Ejecutivo tendrá que enmendar el presupuesto después de la Convención dijo.

Jennings dijo también al PB&F que ella esperaba que los miembros escucharían lo que la Iglesia ha dicho respecto a tener un presupuesto basado en una solicitud diocesana más pequeña. Añadió que le gustaría verlo reducido de una manera que fuera “estratégica y sensible”.

Stephen Lane, obispo de Maine y vicepresidente del PB&F, dijo a sus colegas que su labor les llama al equilibrio, escuchando los deseos de la Iglesia con “nuestras propias pasiones y compromisos”.

“Recibiremos los datos provenientes de toda la Iglesia… no son agendas, son datos; escuchando a las personas [y aprendiendo] cuáles son sus preocupaciones contenidas en los datos”, afirmó. “Comenzamos con los datos y habrá muchísimos, pero finalmente tomaremos esos datos y decidiremos al respecto. Es ahí donde nuestras propias visiones resultan verdaderamente decisivas”.

El obispo Mark Hollingsworth, presidente del Comité Permanente Conjunto sobre Finanzas para la Misión (FFM) del Consejo Ejecutivo y la Rda. Susan Snook, que encabeza el subcomité de presupuesto del FFM, debatieron con el PB&F el actual presupuesto trienal y el proceso presupuestario del Consejo hasta el momento.

Snook le dijo al PB&F que su comité había utilizado algunos principios básicos para su proceso presupuestario, entre ellos que el presupuesto debía ser un “documento visionario” basado en “alguna visión de alto nivel” y que debe elaborarse a través de un proceso que fuese tan inclusivo como sea posible.

El FFM ha debatido cuánto dinero pedir a las diócesis como contribución al presupuesto nacional, dijo Snook, y muchos miembros reconocieron que abordar la llamada “solicitud diocesana” puede ser difícil.

El presupuesto trienal de la Iglesia Episcopal se nutre fundamentalmente de las promesas de las diócesis de la Iglesia y de las zonas de misión regionales. La donación anual en el presupuesto trienal se basa en el ingreso que tuvo una diócesis dada dos años antes, menos $120.000. Los compromisos diocesanos para 2013 y 2014, basados en la solicitud del presupuesto de una contribución del 19 por ciento, se encuentran aquí. No todas las diócesis pagan la totalidad de su solicitud por toda una variedad de razones.

Un conversatorio sostenido en la reunión de la Cámara de Obispos de septiembre de 2013, dirigido por Hollingsworth y Lane, “afirmó lo que siempre creímos, el debate sobre el proceso de solicitud es el más difícil que tenemos en la Iglesia”, según Hollingsworth.

Lane dijo que si bien la respuesta diocesana a la solicitud es una “fuente de división” entre los obispos, “ninguna diócesis quiere ser atípica”.

“En todas existe el deseo de participar plenamente [en la financiación del presupuesto denominacional] y parte de lo que resulta arduo respecto a este diálogo es llegar a ese punto donde podemos hablar acerca de las cosas en que todos debemos participar plenamente”, afirmó.

Hollingsworth se mostró de acuerdo, añadiendo que “el sistema que usamos no invita a la participación de la manera que nos gustaría y es vulnerable a la vergüenza, la crítica y la división”.

Snook le dijo al PB&F que el FFM le sugerirá al Consejo Ejecutivo que, en el próximo trienio, cree una comisión para revisar la solicitud diocesana a fin de dirigirse a las diócesis “de manera inclusiva y alentadora respecto al hecho de que no pagan la solicitud en su totalidad”. Por ejemplo, explicó ella, la comisión podría negociar una cantidad menor con las diócesis cuyas dificultades económicas las excluyen de la plena participación.

También podría negociar planes con las diócesis que pueden pagar la solicitud completa, pero no lo hacen. Y el Consejo podría crear “consecuencias” para esas diócesis si insisten en no participar plenamente, sugirió Snook, tales como privarlas del derecho a recibir subvenciones.

Esa sugerencia se basa en parte, agregó, en el supuesto del FFM de que la Convención General rechazaría la legislación que hiciera obligatoria la plena participación en la solicitud, o que impusiera sanciones a las diócesis que pudiendo pagar el total del monto [a que se hubieren comprometido] no lo hicieran.

Snook también le hizo recorrer al comité a través de las actuales versiones de trabajo de lo que finalmente será el proyecto de presupuesto del Consejo en que el FMM estuvo trabajando durante los cuatro días de la reunión del Consejo Ejecutivo que acaba de concluir aquí.

Jefferts Schori le ha pedido tanto a los miembros del Consejo como al Comité del PB&F que no revelen los detalles de la versión de trabajo debido a que su publicación está pendiente.

Próximos pasos en el proceso del presupuesto

  • Inmediatamente después de concluir la reunión del PB&F, el FFM dará a conocer la versión de trabajo del proyecto presupuestario en la página web de la Oficina de la Convención General, junto con un texto que está aún en proceso de redacción en que explica sus supuestos y la elaboración [del mismo]. Hollingsworth le dijo al PB&F, el 29 de octubre, que la publicación también contendrá una breve encuesta, incluida una indagación acerca del nivel de la solicitud diocesana. Habrá una dirección electrónica específica para las personas que quieran hacer comentarios sobre la versión inconclusa.
  • El FFM revisará el presupuesto en base a los comentarios del PB&F y de toda la Iglesia, y tendrá lista una versión final del presupuesto para someterla a la consideración del Consejo durante su reunión del 9 al 11 de enero de 2015. Según las reglas conjuntas de la Convención General (regla conjunta II.10.c.ii), el Consejo debe entregarle su proyecto presupuestario al PB&F no menos de cuatro meses antes del comienzo de la Convención General (esencialmente para febrero del año de la Convención).
  • El PB&F debe reunirse de nuevo del 23 al 25 de febrero de 2015, para comenzar a trabajar en ese proyecto de presupuesto. El PB&F utiliza el proyecto de presupuesto y cualquier legislación aprobada por la Convención General o sometida a la consideración de la misma para crear una propuesta presupuestaria final. Los comités legislativos de la Convención y el PB&F comenzarán a reunirse en Salt Lake City el 23 de junio, antes de la reunión de la Convención que sesionará entre el 25 de junio al 3 de julio en la capital de Utah.
  • El presupuesto del PB&F debe presentarse a una sesión conjunta de las cámaras de Obispos y de Diputados no más tarde del tercer día ante de la clausura de la Convención. Según el calendario provisional de la Convención, esa presentación tendrá lugar a las 2:15 P.M. (hora local) el 1 de julio.
  • Luego, las dos cámaras debatirán y votarán por separado sobre el presupuesto. Ambas cámaras deben aprobar la misma versión del presupuesto, que entrará en vigor a principios de 2016.
  • Normalmente, el Consejo Ejecutivo a menudo tiene que revisar cada uno de los tres presupuestos anuales en base a las fluctuaciones de ingresos y egresos.

– La Rda. Mary Frances Schjonberg es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.


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